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ETIMOLOGIA.

La palabra "posesión" viene de la locución latina possessio que deriva del verbo
possidere que a su vez se compone de sedere (sentarse) y del prefijo pos o posse, que equivale
a poder (como facultad de sentarse o de fijarse en un lugar determinado).
La Posesión. Es un hecho jurídico que produce consecuencia (efectos juridicos) jurídica, es la
tenencia de una cosa o de un derecho por alguna persona, es decir, es el poder de hecho que se
tiene de una cosa corporal reteniéndola en su poder materialmente teniendo la intensión de
comportarse como verdadero dueño o titular de cualquier derecho real, con la voluntad de
poseerla y disponer de ella como lo haría su propietario, manifiestan las facultades inherentes a
ese bien o derecho.
Por ejemplo, si alguien utiliza un coche, esa persona es poseedor del coche. Pero esto no
significa que sea el propietario del coche. Lo que hace el poseedor es el ejercicio de facultades
que corresponderían ejercer al titular de un derecho real, pero sin necesariamente ser el
verdadero titular de este derecho. Es una situación de hecho, mas no de derecho como la
propiedad, derecho real por excelencia y consecuencia de la posesión a través de la prescripción.
CARACTERÍSTICAS DE LA POSESIÓN. Principales características que definen la figura de la
posesión son:

 La posesión da apariencia a una persona de ser el titular de un derecho real.


 Se regula en el Código civil.
 Cualquier persona física o jurídica puede ser poseedor, ya que una persona no se erige
poseedor al cumplir requisitos, sino que es una situación de hecho.
 La posesión puede ser ejercida por varios poseedores.
 El ordenamiento jurídico da protección a la posesión, es decir, prohíbe que nadie (ni siquiera
el que tenga el derecho legítimo a poseer por ser propietario) pueda arrebatar la posesión por
la fuerza.
 Puede recaer sobre cosas y derechos susceptibles de apropiación, como la servidumbre.

EFECTOS DE LA POSESIÓN.

1. La presunción de titularidad: La persona poseedora tiene la presunción del


ordenamiento de que es el verdadero titular.
2. El poseedor, cuando no sea el titular de la cosa y tenga que entregar la misma,
tiene derecho al reembolso de los gastos efectuados en la cosa, como los gastos de
conservación.
3. Usucapión: Esta figura jurídica es la posibilidad de adquirir derechos reales a través de la
posesión continuada en el tiempo. Por tanto, la persona que posee sin ser titular podrá
llegar a ser el titular legítimo a través de esta figura de la usucapión.

PROTECCIÓN DE LA POSESIÓN. En los ordenamientos se ha convenido que la justa posesión


es un derecho protegible en la medida que garantiza la paz social. Las legislaciones han incluido
la figura del interdicto posesorio, para evitar los actos que pudieran perturbar la paz de la
posesión, bien aquellos que privan al poseedor del bien o derecho.

La posesión tiene además un efecto especial: cuando es en concepto de dueño, pacífica e


ininterrumpida durante un periodo de tiempo largo, permite la adquisición de la propiedad del
bien; es lo que se conoce como usucapión.

SAVIGNY (subjetiva). La posesión en el pensar de SAVIGNY engloba al corpus y al animus; el


primero como elemento material o físico de la posesión y el segundo como el que contiene la
intención de poseer.
El corpus representa el contacto directo del sujeto con la cosa; es el punto de partida de la
posesión pues con él se inicia aquélla, sin que haya necesidad de mantenerla físicamente durante
su desplazamiento en el tiempo. Lo que mantiene al sujeto en la posesión es la posibilidad de
tener ese contacto cuando se quiera, aun cuando no se tenga de manera constante. Este
elemento, el corpus, no se identifica por sí solo con la posesión misma; se traduce únicamente en
la detentación de la cosa.
Para tener la posesión se requiere la participación del animus, como segundo elemento; es la
voluntad, la intención del sujeto de poseer para sí, lo que en el parecer de SAVIGNY debe ser
considerado como animus domini.
“Para SAVIGNY -reseña ROJINA VILLEGAS- la existencia del animus no implica una intención
arbitraria de conducirse como propietario en contra de una situación legal; es decir, no es la
voluntad arbitraria, sino la voluntad legal la que debe tomarse en cuenta. Ésta deriva del título de
posesión; la arbitraria del capricho del poseedor. Si el arrendatario pretende ostentarse como
poseedor, este capricho no es bastante para fundar su posesión. La voluntad en que se apoye el
animus dominii supone un título bastante para transferir el dominio, o que se repute como
suficiente para transmitirlo. Por esto, todo cambio de animus supone un cambio de título. Para
que el arrendatario se convierta en poseedor, es necesario que haya cambiado el título, por
ejemplo, porque adquiera el bien por un contrato traslativo de dominio.”
IHERING (objetiva). Si bien la concepción de IHERING respecto de la posesión hace participar
también al corpus y al animus, el contenido de éstos y por ello su medida, alcances y forma de
participación en dicho concepto son diversos a como SAVIGNY los considera.
El corpus para IHERING es el medio por el que el animus se exterioriza; implica una serie de
hechos demostradores de una explotación económica de la cosa; no es una relación meramente
de hecho consistente en un contacto entre el hombre y la cosa y a la que no se le reconoce
juridicidad, pues puede haber esa inmediatez sin haber posesión. Para ésta se requiere el interés
del sujeto para alcanzar la explotación de la cosa.
El animus para IHERING es el propósito de explotar económicamente la cosa y está bien ligado al
corpus. Ambos conceptos están relacionados indisolublemente como un todo indivisible y su
conjunto se traduce en la posesión.
Estos dos elementos constituirán un todo indivisible de tal manera que -dice IHERING- del corpus
se infiere el animus, y por eso concluye considerando que todo fenómeno de detentación es un
fenómeno de posesión, pues en toda persona consciente el hecho de explotación económica, de
una cosa, implica un propósito.
“En la teoría objetiva el animus tiene una significación económica, es decir, revela un propósito
de simple explotación lucrativa, y esto se presenta en los diversos casos de detentación; pero
advierte IHERING que por determinadas razones que no se justifican jurídicamente, los romanos
admitieron excepciones en ciertos casos muy bien conocidos, pues no obstante la detentación y
la explotación económica, no se consideraba al detentador como poseedor. Esto ocurrió con el
arrendatario, el comodatario, el depositario, el mandatario, el sirviente, etc.”
ELEMENTOS DE LA POSESION. La posesión requiere o necesita dos elementos para configurarse.
Corpus. Es considerado como el elemento material y es el hecho de tener la cosa físicamente en su
poder. Este elemento no solo existe cuando hay contacto con la cosa sino también cuando ese contacto
puede ser ejercido en cualquier momento.
Animus. Es el elemento intencional y es la voluntad existente en el poseedor de tener la cosa como
propia, ejerciendo actos materiales y comportándose con respecto a ella como lo haría su dueño a título de
dominio de la cosa.
Por el contrario, no son poseedores los que no pueden tener intención de obrar como amos con respecto a
la cosa aunque la tengan a su disposición porque el título en virtud del cual la retienen es un
reconocimiento de la propiedad de un tercero, es decir, que vienen a ser instrumentos de la posesión de
otro y por eso no tiene ellos mismos posesión sino la simple detentación; tales son el colono, el
usufructuario, el depositario, el comodatario y en general todos aquellos que se hallen en una situación
análoga.

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