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BIBLIA Y PAZ

– perspectivas bíblicas
para vivir la paz
BIBLIA Y PAZ
Que haya paz
en nuestra relación
con Dios.
«¡Gloria a Dios en las alturas!
¡Paz en la tierra
a todos los que gozan
de su favor!»
Lucas 2.14
BIBLIA Y PAZ
Que haya paz
en nuestro interior
y que esta paz
nos fortalezca
para afrontar
cualquier situación.
"Las autoridades humanas, que intentaron
establecer la paz sobre una base política, han
vuelto a naufragar. Y sería bueno reflexionar
sobre esto y no encontrarlo demasiado
extraordinario, porque las instancias terrenales
son siempre producidas por seres humanos y,
por tanto, no tienen autoridad absoluta. Sólo
hay una autoridad que ha hablado de forma
vinculante sobre estos problemas, y es
Jesucristo.
En realidad, Cristo no dio normas de
comportamiento para todas las situaciones
complicadas e individuales que surgen en la
vida de las personas, a nivel político, económico
o de cualquier otro tipo. Pero eso no significa
que el mensaje de Jesucristo no diga nada claro
sobre los problemas que tenemos ante
nosotros. Para quien lo lee con alma sencilla,
el Sermón de la Montaña dice cosas
absolutamente inequívocas.
Para Cristo, lo importante no es cambiar las
condiciones de este mundo en nombre de la
seguridad y la tranquilidad. Menos aún
debemos creer que podemos eliminar el pecado
público de los horrores de la guerra con
tratados políticos. Mientras el mundo renuncie
a Dios, las guerras existirán.
Para Cristo, es mucho más importante que
amemos a Dios, que nos situemos en ese
seguimiento de Jesús al que somos llamados con
la promesa de las Bienaventuranzas (Mateo 5.3-
12), y que, al hacerlo, seamos testigos de la paz.
Por tanto, no hay posibilidad humana de
establecer la paz, de organizarla. Al contrario, tal
empeño humano por medios políticos podría
representar, una vez más, la dominación de un
autócrata, podría ser un pecado. No hay paz
garantizada. Los cristianos sólo pueden atreverse
a hacer la paz a través de la fe.
Como cristianos, la Palabra se dirige a nosotros
según el mandamiento del amor, sobre todo
para que podamos estar personalmente en paz
con cualquiera, como lo estaba Cristo cuando
predicaba la paz a la comunidad, ejemplificando
la paz con el hermano, con el semejante, con el
samaritano. Sin estar en paz nosotros mismos,
no podemos predicar la paz a la gente.
Por eso, cuando tenemos que hablar de cosas
relacionadas con la paz, debemos tener siempre
presente que las relaciones entre dos pueblos
tienen una profunda analogía con las relaciones
entre dos personas individuales. Lo que se
interpone en el camino de la paz es, en ambos
niveles, el ansia de poder, el orgullo, el deseo de
gloria y honor, la arrogancia y el sentimiento de
inferioridad, el miedo a la gente y luego la lucha
por un espacio en donde vivir y por el pan.
La auténtica paz sólo
está en Dios y viene
de Dios. Esta paz se
nos da con Cristo, es
decir: la paz está
indisolublemente
unida al Evangelio.”

Dietrich Bonhoeffer
“He aprendido a estar contento
en cualquier situación. Sé vivir
con limitaciones, y también sé
tener abundancia; en todo y por
todo estoy enseñado, tanto para
estar satisfecho como para tener
hambre, lo mismo para tener
abundancia que para sufrir
necesidad; ¡todo lo puedo en
Cristo que me fortalece!
Sin embargo, hicieron bien en
participar conmigo en mi
tribulación.” Filipenses 4.11-14
BIBLIA Y PAZ
Que, a través
de nosotros,
haya paz
en la vida
de quienes más
la necesitan.
BIBLIA Y PAZ
• Que haya paz
en nuestra relación con Dios.
• Que haya paz en nuestro
interior y que esta paz nos
fortalezca para afrontar
cualquier situación.
• Que, a través de nosotros,
haya paz en la vida
de quienes más la necesitan.

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