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QUE DEBES SABER SOBRE

LA TEOLOGÍA DEL PACTO


1. La teología del pacto se trata del evangelio.
Romanos 5:12–21 es un gran ejemplo de la teología del
pacto y sus presupuestos bíblicos. Pablo explica el
evangelio explicando cómo fue que el pecado entró en el
mundo por la transgresión de un hombre y por él todos
fueron constituidos pecadores. Pero así como muchos
fueron hechos pecadores por la desobediencia de Adán,
muchos serán justificados a través de la perfecta
obediencia de Jesucristo. Esta reflexión bíblica y teológica
sobre la historia redentora es el modelo que la teología
del pacto busca ejemplificar. La teología del pacto se basa
en el evangelio, mostrándonos cómo los pecadores se
hacen justos con Dios.

2. La teología del pacto es histórica.


La teología del pacto no se trata solo de cómo somos
salvos. El arco de la narrativa bíblica de la creación, la
caída, la redención, la consagración y la consumación se
captura en la teología del pacto. La teología del pacto
sitúa nuestra salvación en su contexto apropiado de los
grandes propósitos de Dios. Cuando Dios creó el mundo,
todo era muy bueno (Gén. 1:31).
Pero a través de la caída, el pecado entró en el mundo
(Gén. 3:1-13), y con el pecado vino la muerte (Rom. 5:12; 1
Cor. 15:21). La muerte reinó hasta que Jesucristo venció el
pecado y la muerte en la cruz y en el sepulcro (1 Cor. 15:56-
57). Mientras los creyentes vivimos en un mundo caído y
pecador con corazones caídos y pecadores, esperamos el
regreso de Cristo y la resurrección de nuestros cuerpos
cuando lo corruptible se vista de lo incorruptible (1 Cor.
15:53). Ya no lucharemos con el pecado y la muerte,
porque el reino de Dios se consumará por completo y
adoraremos a Cristo en la plenitud de lo que él murió para
hacernos (Ap. 21-22).

3. La teología del pacto es bíblica.


La teología del pacto se deriva de las Escrituras, no es una
imposición sobre ellas. La teología del pacto se muestra
en toda la Biblia, y no solo en Romanos 5 o 1 Corintios
15 . Por ejemplo, la relación de Dios con Abraham es de
pacto (Gén. 15–22). Justo antes del éxodo, Dios recuerda
su pacto con Abraham, Isaac y Jacob (Éxodo 2:24). Todo el
libro de Deuteronomio es un documento de pacto. El
reinado eterno de David y un trono seguro son pacto (2
Sam. 7; Sal. 89). La esperanza de salvación para el pueblo
de Dios es constantemente proclamada en los profetas en
términos de un nuevo pacto que cumple y reemplaza los
pactos del pasado (Isa. 54;Jer. 31; Ezequiel 11, 36, 37 , etc.).
Tal reflexión también se recoge en el Nuevo Testamento,
donde aprendemos cómo el nuevo pacto es mejor que el
antiguo (Heb. 8).
4. La teología del pacto es teológica.
Como se demostró anteriormente, la teología del pacto
nos enseña acerca de Dios y cómo ha obrado a lo largo de
la historia de la redención. Tal reflexión se llama teología
bíblica. Pero la teología del pacto es también reflexión
teológica sistemática o dogmática. Tal reflexión nos dice
lo que debemos creer y confesar acerca de Dios en vista
de la totalidad de la Escritura. La teología del pacto, como
tal, no es la meta de la teología sistemática.
El estudio de Dios y todas las cosas en relación con Dios
es el objetivo de la teología sistemática, y una de las
formas clave en que la Biblia nos enseña acerca de Dios y
todas las cosas en relación con él es a través de los
pactos. Entonces, aunque el pacto no es el tema central
de la Biblia, ciertamente es un tema central de la Biblia y
debe estudiarse junto con otros temas clave, como el
reino de Dios.

5. La teología del pacto es práctica.


La teología del pacto es práctica. La reflexión teológica
profunda puede parecer distante y fría si uno no
comprende sus implicaciones. Por ejemplo, las personas
frecuentemente luchan con la seguridad de su salvación.
Mientras que los intentos más modernos de abordar la
seguridad se han centrado en la experiencia subjetiva al
enfatizar el fruto, la teología del pacto sitúa
apropiadamente nuestra experiencia en el contexto más
amplio del plan de Dios.
Al hacerlo, la obra objetiva y terminada de Cristo es
restaurada a su lugar central como fuente principal de
nuestra seguridad. El don de la fe permanece como la
fuente secundaria de nuestra seguridad seguida por el
fruto.
La teología del pacto, como tal, nos ayuda a entender la
experiencia cristiana de la salvación, demostrando que
hemos sido salvados, estamos siendo salvados y un día
finalmente seremos salvos cuando el reino de Cristo
venga en su plenitud.

6. La teología del pacto es personal.


Cuando Dios entra en un pacto con los seres humanos,
ese pacto confirma su relación personal con las personas
individuales. Dios nos da promesas para creer, mandatos
para obedecer y nos ofrece bendiciones y
maldiciones. Pero, sobre todo, nos da a sí mismo.
El Padre no escatimó a su único Hijo por salvarnos (Rom
8:32). El Hijo de Dios nos amó y se entregó a sí mismo por
nosotros (Gálatas 2:20). El Espíritu Santo se ha
comprometido a morar dentro de nosotros y nunca nos
dejará (Rom 8:9–11). Y el Dios trino que se da a sí mismo
no nos pide nada menos que a nosotros mismos (1Cor 3,
21-23). La teología del pacto nos ayuda a captar las
profundidades de nuestra relación con Dios.
Dios nos da promesas para creer,
mandatos para obedecer y nos ofrece
bendiciones y maldiciones.
Pero, sobre todo, nos da a sí mismo.

7. La teología del pacto es comunitaria.


Los pactos de Dios involucran a individuos, pero no solo a
individuos. Dios tomó a Abraham y su descendencia en
pacto con él (Gén. 17). Dios entró en pacto con la nación
de Israel (Ex. 19). Y la iglesia es la comunidad del nuevo
pacto en Jesucristo. Esa realidad nos ayuda a apreciar
cuán especial es la iglesia, el único pueblo de Dios a lo
largo de la historia de la redención, para Dios. Dios está
tan comprometido con su pueblo que ha prometido que
las puertas del infierno no prevalecerán contra nosotros
(Mateo 16:18). Los últimos capítulos de Apocalipsis nos
muestran el destino glorioso del pueblo del pacto de
Dios. Si Dios está tan comprometido con su pueblo,
entonces debemos comprometernos a adorar con el
pueblo de Dios y servirles.
8. La teología del pacto nos ayuda
a comprender los sacramentos.
Lamentablemente, los sacramentos han sido ocasiones de
profundo desacuerdo o profunda confusión dentro de la
iglesia cristiana.
Entender la teología del pacto nos ayuda a entender lo
que Dios ha dispuesto para nosotros en los dos
sacramentos que ha dado a su pueblo: el bautismo y la
Cena del Señor. Los sacramentos son signos y sellos de
los bondadosos beneficios que nuestro Dios ha
derramado sobre su pueblo del pacto.
Los sacramentos no tienen poder en sí mismos.
Más bien, nos señalan a nuestro Salvador y Redentor. Nos
dan una idea de su amor inquebrantable y su fidelidad
hacia nosotros. Nos confirman su compromiso con su
pueblo. Cada vez que venimos a la mesa del Señor, Dios
nos recuerda su abundante provisión de salvación en
Jesucristo para los que no la merecen, y nos nutre a
medida que nos comunicamos espiritualmente con el
Salvador.

9. La teología del pacto nos ayuda a apreciar la


historia de la iglesia.
La teología del pacto encuentra su fundamento solo en las
Escrituras. Y cuando estamos junto a nuestros hermanos
creyentes a lo largo de veinte siglos de historia de la
iglesia, vemos que esta comunión histórica nos ayuda a
comprender mejor la teología del pacto de la Biblia.
Los padres de la iglesia y los medievales reconocieron que
la Biblia expone el pacto como su estructura y
mensaje. Cuando el evangelio emergió con renovada
claridad y poder en el momento de la Reforma, los
reformadores recuperaron y profundizaron la enseñanza
de la Biblia acerca del pacto.
Zwinglio, Bullinger, Calvino y sus herederos han ayudado
a la iglesia a entender la sucesión de pactos en las
Escrituras. La Confesión y los catecismos de Westminster
han dado un testimonio claro y perspicaz de la teología
del pacto a partir de las Escrituras.
Al hacerlo, nos ayudan a ver la absoluta gracia del
evangelio, el testimonio completo de las Escrituras sobre
la obra del segundo Adán, Jesucristo, y el compromiso
inquebrantable de nuestro Señor del pacto para con su
pueblo. Los creyentes de todas las épocas han reconocido
la belleza de la teología del pacto emanada de la Biblia, y
el fruto de su reflexión nos ayuda a hacer lo mismo.

10. La teología del pacto señala a Jesús.


La Biblia es un libro sobre el plan de Dios para glorificarse
a sí mismo salvando a los pecadores a través de la obra de
su Hijo, Jesucristo. En cada punto, la teología del pacto
nos lleva a Jesús.
Cuando Adán (que nos representaba) rompió el pacto de
Dios en el jardín de Edén, Dios introdujo un pacto de
gracia, a través del cual Dios redime a los pecadores en
todas las épocas (Gén. 3:15).
Él administra ese único pacto de gracia en varias épocas:
sus pactos con Noé, Abraham, Israel y David, por
ejemplo. Ese pacto llega a su cumplimiento previsto en
Jesucristo. Entonces, cada vez que estudiamos los pactos
de las Escrituras, estamos mirando a Jesucristo.
Los pactos anteriores a Cristo apuntan siempre hacia
él. El Nuevo Pacto nos muestra su obra consumada y nos
prepara con ansias para esperar su regreso glorioso.

La teología del pacto nos ayuda a nunca desviarnos del


mensaje principal de la Biblia: Cristo crucificado para
nuestra redención y para la gloria de Dios.

Autores: John R. Muether, J. Nicholas Reid, Guy Prentiss Waters


Tradujo: Samuel H. Clemente

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