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DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD

SESIÓN 3 Iván Isla Amaro


B. OBJETO MATERIAL

•La ley habla de cosa mueble ajena. Además, puesto que la penalidad
en este delito está determinada por el valor de lo sustraído, dicha cosa
corporal ha de ser susceptible de avaluarse en dinero. Veremos
separadamente estos cuatro elementos:

b.1 Cosa (corporal)


•Por cosa hay que entender todo objeto corporal, susceptible de ser
aprehendido y extraído y que además tenga valor económico. Se
requiere que la cosa que se sustrae sea corporal, que posea extensión y
que ocupe un cierto volumen, y que tenga un valor económico superior a
media UTM. Si su valor es inferior, es una falta.
• Los fluidos, en general, no se consideran "cosas" para efectos del
hurto. Sin embargo, tratándose de energía eléctrica, el art. 137 del
DFL N° 1 (Minería) de 1982, establece que la "apropiación" del fluido
eléctrico es una forma especial de hurto, que será analizado más
adelante

b.2 Mueble
• La apropiación de cosas inmuebles constituye usurpación.
• Que el tipo legal requiera que la cosa sea mueble significa que ésta
debe ser transportable y extraíble.
• No sirven para estos efectos las definiciones de cosa mueble e
inmueble contenidas en el CC.
• En este punto PMR siguen el criterio de POLITOFF y se apartan de la
tesis de ALESSANDRI, quien aboga por la similitud del concepto de
cosa mueble en el derecho penal y en el derecho civil.
b.3 Ajena

•La cosa debe estar incorporada al patrimonio de una persona distinta


del sujeto activo; debe pertenecer a otro.
•La ajenidad consiste, pues, en que la cosa "no sea propia".
•Sin embargo, se presentan algunas cuestiones respecto de cosas que
no son propias, pero tampoco ajenas.
•No puede haber hurto de las res nullius o de las res derelictae, tampoco
hay hurto de los cuerpos o partes de ellos vivos, ni de los cadáveres.
•Tampoco lo habrá en las cosas que se tienen en copropiedad mientras
no haya división de la cosa que se tiene proindiviso, por cuanto no se
puede hablar de cosa ajena en sentido estricto.
• Así, si comunero se apodera de una parte superior a la que le
corresponde se trataría de un problema de falta de legitimación para
disponer de la cosa, de carácter civil.

• Carece de importancia para los efectos penales que el sujeto activo


conozca la identidad del dueño de la cosa, como asimismo que ésta
pertenezca a uno o varios sujetos. En este último caso siempre se
configura un solo delito de hurto.

• En la hipótesis de las cosas perdidas o al parecer perdidas, no hay


sustracción de éstas, pues ya se encontraban fuera del ámbito de
custodia del poseedor, esto es, fuera de una esfera de resguardo. En
nuestra legislación existe una disposición especial al respecto: el
hurto de hallazgo (art. 448 CP), que veremos más adelante.
b.4 Avaluable en dinero

•En nuestro sistema económico, salvo casos muy excepcionales, la


avaluación de una especie se encuentra determinada por las leyes de la
oferta y la demanda, avaluación que, evidentemente, ha de ser objeto de
prueba en el proceso penal.
•Por lo mismo, no puede considerarse en ella el llamado valor de
afectación, o aprecio subjetivo que se tiene por las cosas, sino
únicamente su valor económico o de mercado.
•Un problema especial se presenta en las cosas corporales que tienen
un valor que va más allá del de su materialidad, como los documentos
de pago y crédito, los billetes de lotería premiados, etc. La clave para
resolver este problema la encontramos en la valoración que del papel
moneda se hace en nuestra actual organización económica: representa
un medio de pago cuyo valor se encuentra impreso y es indiscutible.
• Así el hurto de cantidades de papel moneda no se califica por su
número físico, sino por la suma de sus valores impresos.
• Lo mismo ha de valer para los cheques, los vales vista, las boletas de
garantía, y en general, todo documento que sirva de medio de pago o
represente una cantidad de dinero impresa en el documento o
exigible contra su presentación

C. CONDUCTA
• Esta consiste, al tenor del art. 432 CP, en apropiarse con ánimo de
lucro de cosa mueble ajena sin que concurran violencia o
intimidación en las personas, o fuerza en las cosas.
• Con respecto a este último elemento, cabe precisar que no cualquier
clase de fuerza en las cosas es suficiente para desplazar la
calificación de la conducta de hurto a robo. Para que se produzca
este desplazamiento, es necesario que se trate de aquella especial
fuerza establecida por el legislador para configurar el delito de robo
con fuerza en sus distintas modalidades (arts. 440 ss. CP )
•Así, podemos distinguir un concepto natural de fuerza (despliegue de
energía física sobre una cosa) y uno legal (despliegue de esa energía en
la forma que señala la ley, o de los otros medios que la ley califica de
tal): sólo este último permitiría desplazar la figura de hurto a la de robo
con fuerza en las cosas.
•Así, el que arranca plantas del suelo comete delito de hurto, aunque
haya ejercido fuerza en las cosas, lo mismo que quien extrae un farol sin
haber violentado defensa o resguardo alguno, o quien hace uso de la
fuerza para salir del lugar de la sustracción y no para entrar en él, como
exige la ley.
•La apropiación consiste en la sustracción de la cosa con ánimo de
señor y dueño (animus rem sibi habendi). Para los efectos de calificar el
delito es indiferente el modo como se realice la sustracción, que puede
ser por la simple aprehensión manual o mediante procedimientos o
fuerzas extrañas a él (ej., perros amaestrados, trampas, etc.).
• En virtud de la sustracción el sujeto activo adquiere la posesión de la
cosa, en ningún caso el dominio de ella, pues el delito de hurto no es
título traslaticio del mismo.
• Para la apropiación de la cosa no basta el mero apoderamiento -o
sustracción-, sino que se requiere la concurrencia del ánimo de
comportarse como dueño de ella.

• Tenemos entonces dos elementos que destacar: uno de naturaleza


material, con el que se le priva a la víctima de la posibilidad de
disponer de la cosa (se le sustrae de la esfera de su custodia) y otro
de carácter subjetivo, consistente en el designio de comportarse
como propietario.
• La apropiación contiene al ánimo de lucro al precisarla en el sentido
que la intención del sujeto es obtener una ventaja de carácter
económico. El beneficio puede ser para sí o para otro, y no es
necesario que el sujeto efectivamente logre su propósito.

• c.1 El problema de la relación entre el ánimo de lucro y el animus

rem sibi habendi

• Según POLITOFF, la mención del ánimo de lucro es superflua, ya


que la apropiación de la cosa lo contiene: La apropiación sería una
especie del lucro, y éste, el género.
•Aunque el asunto reviste un carácter casi exclusivamente teórico, vale
la pena anotar aquí que en otras legislaciones se distingue entre delitos
de apropiación y delitos de destrucción, siendo el ánimo de
apropiación lo que caracteriza a delitos como el hurto y la apropiación
indebida y los diferencia de los de daño, sin que sea necesario agregar
a los primeros un determinado ánimo de lucro, que está ínsito en el de
apropiación (hacer propia, incorporar a la posesión propia la cosa
mueble ajena).

•Así, el art. 350 CP holandés incluye expresamente entre las hipótesis


de daños el hacer desaparecer una cosa (p. ej., sustraerla para lanzarla
al mar), mientras el hurto (art. 310) es la sustracción de la cosa por el
agente con el ánimo ilícito de hacerla suya.

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