Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La historia viene de hace muchos años. Antiguamente, en la majada de El Redondal (Cantabria), los pastores
llevaban su ganado a pastar. Vivían en chozas desde el mes de junio hasta finales del mes de septiembre.
Durante esos meses ordeñaban por la noche y por la mañana juntaban la leche.
Para ese momento los pastores ya tenían preparado el cuajo, era el estómago de un cabrito (sacrificado el mismo
día), lleno de la última leche que mamó. Este cuajo se colgaba al humo y de esta manera la leche impregnada
de las enzimas que soltaba la membrana interna del estómago se cuajaba, formándose una pasta de sabor ácido;
de esa pasta se cortaban unos trozos pequeños que se disuelven en agua templada o suero.
Después de pasar unos cuantos días, el queso era llevado a unas cuevas o bodegas formadas bajo las peñas. Tenían
en el interior una temperatura de entre 13º C y 18º C
Al poco tiempo de permanecer en la cueva el queso se humedecía y comenzaba a aparecer una mucosidad que
atravesaba los agujeros donde se respiraba el hongo que producía el verde llamado “cardenillu“
Históricamente...
Se dice que el rey don Pelayo fue obsequiado con un queso picón de Tresviso tras obtener justa victoria en la batalla
de Covadonga en el año 722. El queso era tan grande que fue necesario disponer un carro para su transporte.
Aquel presente agradó al monarca de tal manera que, como agradecimiento, hizo nobles a los donantes.
Es un queso con denominación de origen protegida desde 1994. Tradicionalmente ha sido conocido como
picón de Tresviso y queso picón de Bejes, hasta que su regulación unificó la denominación para todos los
quesos que se producían en la zona.