0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
12 vistas16 páginas
Este documento ofrece 3 oraciones de consejos para preparar una iglesia para el éxito evangelístico: 1) Instruir primero a los miembros de la iglesia y prepararlos para cooperar con el predicador. 2) Pedir a cada miembro que examine su corazón, confiese el pecado y se comprometa a una vida más santa. 3) Organizar reuniones diarias de oración para pedir la bendición de Dios sobre el trabajo evangelístico.
Este documento ofrece 3 oraciones de consejos para preparar una iglesia para el éxito evangelístico: 1) Instruir primero a los miembros de la iglesia y prepararlos para cooperar con el predicador. 2) Pedir a cada miembro que examine su corazón, confiese el pecado y se comprometa a una vida más santa. 3) Organizar reuniones diarias de oración para pedir la bendición de Dios sobre el trabajo evangelístico.
Este documento ofrece 3 oraciones de consejos para preparar una iglesia para el éxito evangelístico: 1) Instruir primero a los miembros de la iglesia y prepararlos para cooperar con el predicador. 2) Pedir a cada miembro que examine su corazón, confiese el pecado y se comprometa a una vida más santa. 3) Organizar reuniones diarias de oración para pedir la bendición de Dios sobre el trabajo evangelístico.
Evangelismo Lección 5 Justificación El Señor no obra para atraer a muchas almas a la verdad, a causa de los miembros de la iglesia que nunca han sido convertidos, y por aquellos que una vez estaban convertidos, pero se han descarriado.—Testimonies for the Church 6:371 (1900). (Ev 85.3) Los que profesan creer en Cristo sacan a relucir gran cantidad de escoria, que obstruye el camino de la cruz. No obstante todo esto, hay personas tan profundamente convencidas, que pasarán por todo desaliento y salvarán cualquier obstáculo a fin de alcanzar la verdad. Pero si los que profesan creer en la verdad hubiesen purificado sus mentes obedeciéndola, si hubiesen sentido la importancia del conocimiento y del refinamiento de los modales en la obra de Cristo, donde se ha salvado un alma podrían haberse salvado veinte.—Joyas de los Testimonios 1:455 (1876). (Ev 85.4) 1. Una Iglesia Trabajadora Instruid primero a los miembros de la iglesia Cuando trabaje donde ya haya algunos creyentes, el predicador debe primero no tanto tratar de convertir a los no creyentes como preparar a los miembros de la iglesia para que presten una cooperación aceptable. Trabaje él por ellos individualmente, esforzándose por inducirlos a buscar una experiencia más profunda para sí mismos, y a trabajar para otros. Cuando estén preparados para cooperar con el predicador por sus oraciones y labores, mayor éxito acompañará a sus esfuerzos.—Obreros Evangélicos, 206 (1915). {Ev 85.5} Algunas iglesia son un impedimento del éxito Un grave y tal vez no sospechado impedimento para el éxito de la verdad se halla en nuestras iglesias mismas. Cuando se hace un esfuerzo para presentar nuestra fe a los no creyentes, con demasiada frecuencia los miembros de la iglesia quedan indiferentes, como si no fuesen parte interesada en el asunto, y dejan que toda la carga recaiga sobre el predicador. Por esta razón, la labor de nuestros predicadores más capaces ha producido a veces poco fruto. Pueden predicarse los mejores sermones que sea posible dar, el mensaje puede ser precisamente lo que la gente necesita, y sin embargo, no se ganan almas como gavillas que presentar a Cristo. {OE 206.1} Ilustración: Hombre muriendo en la nieve Ilustración: Hombre muriendo en la nieve Una iglesia que trabaja es una iglesia que crece. Los miembros hallan estímulo y tónico en ayudar a los demás. He leído que en cierta ocasión un hombre, mientras viajaba en un día de invierno por lugares donde la nieve se había amontonado en grandes cantidades, quedó entumecido por el frío, que le estaba quitando imperceptiblemente toda fuerza vital. Estaba casi congelado, y a punto de renunciar a la lucha por la existencia, cuando oyó los gemidos de un compañero de viaje, que también perecía de frío. Su simpatía se despertó, y resolvió salvarlo. Restregó los helados miembros del desdichado, y después de muchos esfuerzos logró ponerlo de pie. Como el recién hallado no podía estarse de pie, lo llevó en brazos, con simpatía, a través de amontonamientos de nieve que él nunca hubiese pensado poder pasar solo. (OE 208.3) Ilustración: Hombre muriendo en la nieve Cuando hubo llevado a su compañero de viaje a un lugar de refugio, comprendió repentinamente que al salvar a su prójimo, se había salvado a sí mismo. Sus ardorosos esfuerzos para ayudar a otro habían vivificado la sangre que se estaba helando en sus propias venas, y habían hecho llegar un sano calor a sus extremidades. (OE 209.1) La lección de que al ayudar a otros nosotros mismos recibimos ayuda, debe ser presentada de continuo con instancia a los creyentes nuevos, por precepto y ejemplo a fin de que en su experiencia cristiana obtengan los mejores resultados. Salgan a trabajar para otros los abatidos, los que están propensos a creer que el camino a la vida eterna es penoso y difícil. Los tales esfuerzos, unidos a la oración por la luz divina, harán palpitar sus corazones con la vivificadora influencia de la gracia de Dios, y sus propios afectos reflejarán más fervor divino. Toda su vida cristiana será más real, ferviente y llena de oración. (OE 209.2) Al dar a otros crecemos Enseñen los predicadores a los miembros de la iglesia que a fin de crecer en espiritualidad, deben llevar la carga que el Señor les ha impuesto,—la carga de conducir almas a la verdad. Aquellos que no cumplan con su responsabilidad deben ser visitados, y hay que orar con ellos y trabajar por ellos. No induzcáis a los miembros a depender de vosotros como predicadores; enseñadles más bien a emplear sus talentos en dar la verdad a los que los rodean. Al trabajar así tendrán la cooperación de los ángeles celestiales, y obtendrán una experiencia que aumentará su fe, y les dará una fuerte confianza en Dios. {OE 211.1} 2. Una Iglesia Consagrada
Individualmente limpiada de pecado
Acán – Jos. 7:10-12 Ev 86 – Escudrinar sus corazones Hechos 24:16 – conciencia libre de ofensa Salmos 139: 23, 24 – Examíname y pruébame Escudriñen todos sus corazones
Donde se lleve a cabo una serie de reuniones, como ha
ocurrido en el caso de la obra evangelística realizada en Los Ángeles, acérquese a Dios cada miembro de la iglesia. Escudriñen todos sus corazones con ayuda de la luz que brilla de la Palabra. Si se descubre algún pecado, haya confesión y arrepentimiento. Esté cada colaborador bien preparado para su trabajo. El Señor escuchará las oraciones y las contestará. No piensen los miembros de la iglesia que ellos deben recibir el beneficio de los esfuerzos realizados por la persona que se sienta impresionada a trabajar por los que han sido descuidados, aquellos en cuyo beneficio no se han llevado a cabo esfuerzos especiales hasta ahora. (Ev 86.5) Divisiones sanadas El Espiritu no está derramado cuando hay divisiones – 1 Cor. 3:3 Tener comunión Hay muchos colaboradores de Dios a quienes no discernimos como tales. Las manos de los ministros nunca han sido colocadas sobre ellos para ordenarlos para la obra; sin embargo están llevando el yugo de Cristo y ejercen una influencia salvadora al trabajar en diversas formas a fin de ganar almas para Cristo. El éxito de nuestra obra depende de nuestro amor a Dios y a nuestros semejantes. En la misma medida en que haya acción armoniosa entre los miembros de la iglesia, y en que se manifiesten el amor y la confianza del hermano hacia el hermano, habrá fuerza y poder en nuestra obra por la salvación de los hombres. ¡Oh, cuánto necesitamos una renovación moral! Sin la fe que obra por amor no podéis hacer nada. Que el Señor os dé corazones dispuestos a recibir este testimonio. (TM 187.3) 3. Una Iglesia de Oración Reuniones diarias de oración La siguiente instrucción se dio para la Iglesia de Los Ángeles, hace alrededor de un año, cuando el Señor obraba con poder sobre la gente por medio de las reuniones que se realizaban en carpas: “Tenga la Iglesia de Los Ángeles diariamente reuniones especiales de oración en favor de la obra que se está realizando. La bendición del Señor descenderá sobre los miembros de la iglesia que participan en la obra y cada día se reúnen en pequeños grupos para orar por su éxito. En esta forma los creyentes obtendrán gracia para ellos mismos, y la obra del Señor será impulsada hacia adelante”. (Ev 86.3) Así es como solíamos hacer. Orábamos por nuestras propias almas y por los obreros que llevaban a cabo la obra. El Señor Jesús declara que donde dos o tres se reúnen en su nombre, él está en medio de ellos para bendecirlos. Haya menos palabrerío y más oración sincera y fervorosa. (Ev 86.4) “Así que, Pedro era guardado en la cárcel; y la iglesia hacía sin cesar oración á Dios por él…. Y habiendo considerado esto, llegó á casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban juntos orando.” Hechos 12:5, 12. Poder en la oración en grupo –el principio y el fin Spurgeon – 100+ guerreros de oración 4. Una Iglesia de Apoyo
Enlos lugares donde se realizan campañas de
evangelización como la que se realizó en Los Ángeles, despejen los feligreses el camino del Rey y contribuyan con sus recursos a la obra que debe realizarse. Demuestren que viven en perfecta armonía. Asistan a las reuniones provistos y equipados para servir, listos para conversar con cualquier persona que manifieste interés. Oren y trabajen para las ovejas perdidas.—The Review and Herald, 20 de diciembre de 1906. (Ev 87.1)