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TEMA: UNÁNIMES PARA LAS FUNCIONES DE LA IGLESIA

Hechos 1 – 8. 
INTRODUCCIÓN:    Hoy nos hemos reunido, además que para dar gracias a Dios, también para
visionar el futuro de esta congregación.   Hoy nos hemos reunido para que cada uno de los
presentes reflexionemos en cómo vamos a aportar nuestro granito de arena para el avance de
esta obra de Dios que ha sido confiada en nuestras manos.   Para ello compartiré el mensaje de
la palabra de Dios, el cual titulé: UNÁNIMES PARA LAS FUNCIONES DE LA IGLESIA.   La
palabra clave para reflexionar hoy, es: Unanimidad.
   Unanimidad, es una palabra no muy común en el lenguaje de todas las personas, porque para
algunos incluso parece una palabra trabalenguosa; sin embargo es fácil comprender lo que ello
significa.   Estoy seguro que casi todos ustedes han estado alguna vez en una asamblea de
padres de familia, de ejidatarios, o hasta en reuniones congregacionales de la iglesia, y en otras
reuniones en el que usted, ya sea levantando la mano o depositando una boleta, ha manifestado
si está de acuerdo en algo.   No importa cuántas personas están presentes en el grupo, si alguien
o un grupito deciden no votar, o si alguien o un grupito vota contrario a los demás, entonces
aunque haya mayoría de votos a favor de lo presentado, se puede decir que no hay unanimidad.  
Unanimidad es cuando absolutamente todos están de acuerdo en aceptar un asunto, es cuando
no hay ni uno solo en contra.
    En el libro de los Hechos de los apóstoles, especialmente través de los primeros capítulos,
encontramos repetidamente la palabra “unánimes”, aplicada en describir la actitud de los primeros
creyentes que se comportaron “unánimes”.  En cada una de las ocasiones que se menciona la
unanimidad de aquellos creyentes, se nos enseña que existen funciones propias de la iglesia de
Jesucristo en la que todos los creyentes debemos manifestar unanimidad.  //  ¿Cuáles son las
funciones propias de la iglesia en las que todos los creyentes deben manifestar unanimidad?  //  A
través de este mensaje les indicaré en qué funciones de la iglesia se necesita unanimidad.
 La primera función de la iglesia en la que se necesita unanimidad es:
I.- EN LA ORACIÓN.
   Comenzaremos observando que los discípulos de Jesús tras recibir instrucciones de él mismo
cuando él se regresaba al cielo, se fueron a Jerusalén al aposento alto donde seis semanas antes
habían celebrado la última cena de la pascua con Jesús, y San Lucas nos dice que:  “Todos
estos perseveraban unánimes en oración y ruego…” (Hechos 1:14).   Y esta actitud unánime
en la oración se repite en las siguientes reuniones de oración, por ejemplo cuando los apóstoles
Pedro y Juan fueron encarcelados, amenazados, y aunque fueron puestos en libertad, San Lucas
escribió lo siguiente: “Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron:
Soberano Señor… (Haciendo una oración)” (Hechos 4:24).
    Una de las funciones de la iglesia actual descuidada en casi todas partes, es la falta de
unanimidad de los miembros de las iglesias en las reuniones de oración.  En algunos lugares
solamente oran uno de cada diez, así que en los cincuenta miembros solamente cinco se reúnen
para la oración.   En algunas iglesias, uno de cada veinticinco hermanos apoya en la oración. 
Eso quiere decir que no hay unanimidad en la oración.
   Amados hermanos, no olviden que la oración es el motor que mueve el crecimiento de la
iglesia.  La iglesia que ora es la que vence sus problemas y los obstáculos por más difíciles que
sean.  Con la oración se abre paso al crecimiento espiritual y numérico de la iglesia.  Pero donde
solamente unos cuantos oran, no dudo que hay crecimiento, pero los que no oran frenan en sus
propias vidas la sublime comunión de estar con Dios hablando personalmente y recibiendo
directamente de él poder para la vida personal, familiar, y del ministerio de la iglesia.   Le invito a
que usted se una a ese pequeño grupo de oración de esta congregación al que usted no ha
acompañado últimamente para elevar juntos sus oraciones a Dios.
La segunda función de la iglesia en la que se necesita unanimidad es:
II.- EN LA ADORACIÓN.
   Después de la venida del Espíritu Santo en el día de la fiesta del Pentecostés, el apóstol Pedro,
después de haber predicado a Jesucristo, tuvo el privilegio de ver arrepentidas en una primera
ocasión a tres mil personas al mismo tiempo.  De estas primeras tres mil personas convertidas al
evangelio de Jesucristo, San Lucas nos dice acerca de ellos, lo siguiente:  “Y
perseverando unánimes cada día en el templo…” (Hechos 2:46).   Otra vez la palabra clave
es “unánimes”, pero ¿para qué función?   La razón fundamental por la que un israelita o judío
iba a la casa de Dios, o sea “en el templo”, era para adorar.   Desde el principio de la iglesia,
esta fue una función esencial.   La iglesia existe primeramente para adorar, y luego para ir y hacer
más discípulos.
   Amados hermanos, las puertas del templo están abiertas en horarios ampliamente conocidos
por cada uno de ustedes.   Me ha dado tristeza ver (las ocasiones que me corresponde visitarles)
que algunos de ustedes a plena hora del culto, pasan como si nada por la calle yendo quizá a la
tienda, o a ver a alguna persona.  En otras ocasiones, a pesar de que no les he conocido lo
suficiente, cuando me estoy yendo de regreso a mi casa, he visto a alguno de ustedes allá por el
parque sin haber venido a la adoración.   Así, hace falta en esta congregación la unanimidad en la
adoración.  Les invito en el amor del Señor a que sean unánimes en la adoración.    Eso servirá
para animar a otros a que crean en Jesucristo, y así esta congregación podrá seguir progresando
en número y calidad de fe.
 La tercera función de la iglesia en la que se necesita unanimidad es:
III.- EN EL COMPAÑERISMO.
    Para estas alturas, no tan distante de la conversión masiva de aquellas tres mil personas, se
nos dice que el número de creyentes ya estaba aumentando.  Se nos dice que solo “el número
de los varones era como cinco mil” (Hechos 4:4).   Y de estos cinco mil varones más sus
familias se nos dice lo siguiente: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y
partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón” (Hechos
2:46), “Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía
ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común” (Hechos
4:32).   Lo que aquí notamos es que no solamente se trataban como hermanos en el templo sino
aún convivían en sus propias casas mutuamente.  Se nos dice que “…en las casa, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón”.   No se trataba de una convivencia forzada, pues se
daba con alegría.  No se trataba de una convivencia pretenciosa, pues se daba con sencillez de
corazón.   Contaba más la hermandad, el amor cristiano, la amistad, el compañerismo que la
cantidad y especialidad de los alimentos.
    Amados hermanos, en las iglesias y congregaciones donde sus miembros practican el
compañerismo no selectivo sino abierto, donde el enfoque es compartir la fe y la consagración a
esa fe, los hermanos se vuelven más serviciales entre ellos mismos, más dispuestos a servir en
unidad y unanimidad a Dios, a su iglesia, y al perdido.   Les invito a que practiquen no solamente
una vez sino constantemente el invitarse a comer en sus casas, y ofrezcan ayudarse
mutuamente, y platiquen como alcanzar a los que todavía no han aceptado el evangelio de
Jesucristo para su salvación.   Una congregación o iglesia que practica unánimemente el
compañerismo, es una iglesia que da buen testimonio a sus propios miembros, a los
simpatizantes, y a los que está evangelizando.  Es una iglesia con muchas posibilidades de
crecimiento.
La cuarta función de la iglesia en la que se necesita unanimidad es:
IV.- EN LA PROCLAMACIÓN.
    De las ya más de cinco mil personas creyentes en Jerusalén (yo calculo como un poco más de
ocho mil personas en total junto con sus familias) se nos dice lo siguiente: “Y estaban todos
unánimes en el pórtico de Salomón, […] Y los que creían en el Señor aumentaban más,
gran número de hombres como de mujeres…” (Hechos 5:12b, 14).   La principal observación
que haremos es que el verso catorce nos informan que el resultado de la unanimidad es que  “los
que creían en el Señor aumentaban más”, y luego observaremos que el lugar de su
unanimidad era “en el pórtico de Salomón”.   Pero ¿qué hacían unánimes en el pórtico de
Salomón para que los que creían fuesen aumentando?  No hay duda de que allí se reunían para
escuchar la predicación de los apóstoles.  Fue el lugar estratégico donde se proclamaba el
evangelio de Jesucristo.  En Hechos 3:11-26 se nos dice que fue el lugar en el que el apóstol
Pedro predicaba a los habitantes de la ciudad de Jerusalén.
    Amados hermanos, la manera de lograr el crecimiento de toda iglesia local de nuestro Salvador
y Señor Jesucristo, es proclamando el glorioso y poderoso evangelio.   No puede haber
crecimiento si no hay proclamación o evangelización.   Las iglesias o congregaciones podrán
pasar hasta treinta o cincuenta años en el mismo estancamiento o decrecimiento cuando no se
evangeliza, pero cuando la iglesia proclama comienza a verse los frutos mediante personas
creyendo en Jesús y uniéndose a la iglesia.   No habrá suficiente proclamación y crecimiento de
la iglesia si solamente unos cuántos están dedicados a proclamar el santo evangelio de
Jesucristo, pero si lo habrá si todos participan unánimes en la evangelización o proclamación que
esta congregación establezca.   Les invito amados hermanos, que demuestren unanimidad en
esta función de la iglesia apoyando los proyectos y programas de evangelización de esta
congregación.
La quinta función de la iglesia en la que se necesita unanimidad es:
V.- EN EL APRENDIZAJE.
    Por fin, llegó el momento que aquella primera comunidad de discípulos de Jesús se comenzó a
dispersar por otras provincias y poco a poco a otros países.   Felipe uno de los que antes fueron
diáconos de aquella iglesia tuvo que abandonar la ciudad por causa de la persecución y se fue
rumbo a la provincia Palestina de Samaria, donde “les predicaba a Cristo” (Hechos 8:5) “Y la
gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las
señales que hacía” (Hechos 8:6).   Algo interesante a observar aquí, es que la gente que
unánime escuchaba, aunque todavía no era creyente, demostró un gran interés por aprender las
verdades de Dios que Felipe les enseñaba.  Eran los elegidos de Dios para salvación.  Los
elegidos de Dios para salvación pueden demostrar ese vivo y real interés por escuchar
atentamente las cosas de Dios.   Esto nos enseña que los creyentes, desde el primer momento
de su fe, deben demostrar unanimidad por el aprendizaje del evangelio para poderlo creer y
compartir a los demás.
    Amados hermanos, es triste ver que muchas iglesias tienen casi vacías sus reuniones de
estudio bíblico.  Nuestros maestros de la Escuela de Formación Cristiana se prepararan durante
el transcurso de la semana para presentarse el domingo por la mañana y por la tarde para
enseñar tanto a niños, jóvenes, como adultos, pero pocos son los hermanos que demuestran
interés por el aprendizaje, aunque la enseñanza está disponible para crecer en el conocimiento
de la gracia de Dios.   Les invito a demostrar unanimidad en el aprendizaje, pues siempre hay
algo que aprender para mejorar nuestro servicio a Dios.  ¡Qué bonito sería que toda la iglesia se
reúna para aprovechar los estudios que la congregación ofrece a cada uno de ustedes.  Si se
prepararan más, ustedes estarán desempeñando de manera más eficaz y efectiva el ministerio
que Dios ha puesto en sus manos para edificar a su iglesia y para extender el evangelio de Dios.
   CONCLUSIÓN: Amados hermanos, como les dije al principio: el objetivo de este mensaje
es “para visionar el futuro de esta congregación. […] para que cada uno de los presentes
reflexionemos en cómo vamos a aportar nuestro granito de arena para el avance de esta
obra de Dios que ha sido confiada en nuestras manos”.   Entonces el futuro de esta
congregación tiene que ver en cómo usted va a aportar su granito de arena para el avance de la
obra de Dios.  Y en este mensaje basado en el ejemplo de la iglesia primitiva, hemos aprendido
que si TODOS demostramos unanimidad en la oración, en la adoración, en el compañerismo, en
la proclamación, y en el aprendizaje, entonces estaremos cooperando para que progrese esta
congregación, y muy pronto serán visibles los resultados.  Ojalá y usted apoye la unanimidad en
esta congregación.   Que Dios bendiga el ministerio de esta congregación “Dios está aquí”. 
Miremos hacia el futuro de la congregación.

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