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“Entrada”

Néstor García Canclini

En: Culturas Híbridas. Estrategias


para entrar y salir de la modernidad.
Grijalbo, 2005.
• En el libro “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la
modernidad”, el autor señala tres hipótesis:

1) La primera trata de la incertidumbre del sentido y el valor de la


modernidad, que no se ancla sólo a la mediación de naciones, etnias
y clases, sino de los cruces socioculturales en que lo tradicional y lo
moderno se mezclan, donde hay una hibridación de lo culto y lo
popular. Las ciencias no pueden seguir estudiando este fenómeno
sólo por separado: la historia del arte y la literatura que estudian lo
culto; el folclor y la antropología, lo popular; y, los trabajos
comunicativos, sobre la cultura masiva. Para ello, el autor señala que
“necesitamos ciencias sociales nómadas, capaces de circular por las
escaleras que comunican esos pisos. O mejor: que rediseñen los
planos y comuniquen horizontalmente los niveles” (García Canclini,
2005:15).
2) La segunda hipótesis plantea que el trabajo conjunto de
esas disciplinas puede generar otro modo de concebir la
MODERNIDAD LATINOAMERICANA: como los intentos de
renovación con que diversos sectores se hacen cargo de la
heterogeneidad multitemporal de cada nación.

3) La tercera hipótesis señala que el tratamiento


transdisciplinar sobre la red híbrida tendrían consecuencias
que exceden la investigación cultural. La explicación de la
heterogeneidad cultural podría dar cuenta de ciertos procesos
políticos.
De los estudiosos, el antropólogo, el sociólogo y el comunicólogo son
los que entran a la ciudad, que va cambiando cada vez más en sus
aspectos, y aprecian distintamente según sus puntos de vista. Sólo el
historiador “sale” de la ciudad con su análisis, desde su centro antiguo
hacia las orillas contemporáneas.

•TRADICIONALISTAS: Imaginan las culturas nacionales y populares


como “auténticas”, buscando preservarlas de la industrialización, la
masificación urbana y las influencias extranjeras.

•MODERNIZADORES: Conciben el arte por el arte, el saber por el saber,


sin fronteras territoriales.

•OBJETIVO MODERNIZADOR: La idea de terminar con las formas de


producción, las creencias y los bienes tradicionales. Siendo los mitos
sustituidos por el conocimiento científico, las artesanías por la
expansión de la industria y los libros por los medios audiovisuales de
comunicación.
• Lo culto tradicional no es borrado por la industrialización de los bienes simbólicos. El arte popular no es extinguido
sino que se transforma irreversiblemente.

• García Canclini plantea que existen distintas concepciones sobre la modernidad en conflicto, donde la concepción
postmoderna prima en la arte, la arquitectura y la filosofía; en cambio, en la política y en la economía priman los
planteamientos modernizadores.

• Los filósofos positivistas y luego los científicos sociales modernizaron la vida universitaria, dice Octavio Paz, pero el
caciquismo, la religiosidad y la manipulación comunicacional conducen el pensamiento de las masas.

• Las élites cultivan la poesía y el arte de vanguardia, mientras las mayorías son analfabetas. No se formaron culturas
nacionales sino élites; los populismos no hicieron cambios estructurales, si no que fueron redes clientelares.

• Las propuestas anteriores de “industrialización, substitución de importaciones, y fortalecimiento de los Estados


nacionales” así como la “producción eficiente” de los países son tenidas por “ingenuidad premoderna” a partir de
las transformaciones de la década de los ochenta. Las propuestas desarrollistas y proteccionistas de las economías
han sido substituidas por la dependencia internacional (García Canclini, 2005: 22).

• La heterogeneidad en Latinoamérica está presente, se articulan la tradición y la modernidad, y diferentes lógicas


de desarrollo. Y para investigar estos problemas García Canclini apela a “la reflexión antievolucionista del
posmodernismo” que critica los mega-relatos, y para revisar el fundamentalismo del tradicionalismo y el
autoritarismo liberal y socialista.

 
El postmodernismo no quiere reemplazar,
entonces, a la modernidad, quiere polemizar
sobre los equívocos cuando la modernidad quiso
superar la tradición. La relativización del
fundamentalismo y el evolucionismo abarca un
pensamiento más abierto en la interacción de lo
culto, popular y masivo.
La transnacionalización de la cultura se ve mejor en la
reconstrucción cultural urbana, añadiendo el fenómeno
migratorio, que conducen a re-conceptualizar o redefinir
“nación, pueblo e identidad”. Y criticando a la integración del
nacionalismo de corte hegeliano o marxista, se niega a no
tratar el tema de la totalidad como sinsentido, porque no
trata sólo de las diferencias, también lo hace de las
desigualdades.
No es ciego que ante la difusión postmoderna y la
descentralización, se presenta la más fuerte: la “acumulación
de poder y centralización transnacional de la cultura” que
jamás hayamos conocido. Por eso la propuesta del estudio
heterogéneo e híbrido de la cultura encuentra múltiples
sentidos de la modernidad, no simples y algunos “conflictos
irresueltos” (García Canclini, 2005: 25).

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