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La guerra de Arauco se extendió por más de 300 años debido a la resistencia del pueblo mapuche a la conquista española. Pasó por distintas etapas, incluyendo una guerra ofensiva española que fracasó, una estrategia defensiva basada en la evangelización propuesta por Luis de Valdivia que también falló, y finalmente un período de parlamentos y convivencia fronteriza con acuerdos entre los dos bandos y un menor número de conflictos bélicos. La independencia mapuche solo terminó en el siglo XIX con
La guerra de Arauco se extendió por más de 300 años debido a la resistencia del pueblo mapuche a la conquista española. Pasó por distintas etapas, incluyendo una guerra ofensiva española que fracasó, una estrategia defensiva basada en la evangelización propuesta por Luis de Valdivia que también falló, y finalmente un período de parlamentos y convivencia fronteriza con acuerdos entre los dos bandos y un menor número de conflictos bélicos. La independencia mapuche solo terminó en el siglo XIX con
La guerra de Arauco se extendió por más de 300 años debido a la resistencia del pueblo mapuche a la conquista española. Pasó por distintas etapas, incluyendo una guerra ofensiva española que fracasó, una estrategia defensiva basada en la evangelización propuesta por Luis de Valdivia que también falló, y finalmente un período de parlamentos y convivencia fronteriza con acuerdos entre los dos bandos y un menor número de conflictos bélicos. La independencia mapuche solo terminó en el siglo XIX con
Contexto El pueblo mapuche contuvo el avance español desde los inicios de la Conquista, pese a que los españoles consiguieron una ventaja inicial gracias al manejo de armas de fuego y caballos. No obstante, la incorporación por parte de los mapuche de estos elementos a sus estrategias de guerra, sumada a su conocimiento del entorno natural y a su organización social y política, les permitieron mantenerse independientes. Una Conquista inacabada El proceso de Conquista de Chile se extendió por más tiempo que en otras regiones de América, debido a la resistencia que presentaron los diversos grupos mapuche que habitaban en el sur del territorio. Los colonos españoles establecidos al sur del río Biobío vivieron en constante alerta producto de los conflictos, sin poder vencer la resistencia ni imponer su dominación. La inestabilidad se mantuvo durante todo el siglo XVI, hasta que en 1598 se produjo el levantamiento de Curalaba, donde murió el gobernador Martín García Oñez de Loyola, y se destruyeron todas las ciudades fundadas por los españoles al sur del Biobío. Los virreyes del Perú veían que Chile era una colonia pobre, poco poblada y en guerra constante, por lo que no podía sustentarse por sí misma. El Virreinato del Perú se vio obligado a proveer armas para defender los asentamientos españoles y, muchas veces, solventar otros gastos, ya que los costos de la guerra superaban los ingresos del Reino de Chile. Etapas de la Guerra de Arauco Guerra Ofensiva Según las relaciones que predominaron entre españoles y mapuches, la Guerra de Arauco ha sido dividida en distintas etapas para su estudio. La primera de ellas se inició con la derrota sufrida en Curalaba a fines del siglo XVI, tras la cual el río Biobío se estableció como frontera y los españoles decidieron aplicar distintas reformas que buscaban mejorar las estrategias militares y políticas para enfrentar la resistencia mapuche. La guerra ofensiva promovió la ocupación paulatina del territorio mapuche, evitando dejar enemigos en la retaguardia y, por lo tanto, sometiendo a los indígenas a medida que se avanzaba. Esto se vería favorecido por la aprobación de la ley de 1608, que permitía esclavizar a los indígenas sublevados. Sin embargo, los resultados de esta estrategia no fueron muy satisfactorios, pues los españoles no lograron someter a los naturales, el ejército no pudo penetrar en territorio mapuche, la violencia de ambos bandos aumentó y, debido a la existencia del Real Situado (subvención económica que debía ser enviada desde España o Perú) y de la esclavitud, la guerra se convirtió en un buen negocio para los españoles. Tanto la Guerra de Arauco como las actividades económicas de frontera se volvieron lucrativas. Esto dio origen a los malones, que eran violentas incursiones indígenas contra las estancias ubicadas en el norte del Biobío en búsqueda de ganado y otros productos. Su contraparte fueron las malocas, que eran incursiones de españoles al sur del río Biobío. Guerra defensiva Entre 1612 y 1625, la guerra ofensiva fue interrumpida por una nueva estrategia propuesta por el jesuita Luis de Valdivia. El objetivo era lograr el sometimiento de los indígenas por medio de tácticas no violentas. Luis de Valdivia consideraba que la guerra era ilícita, pues los naturales eran dueños de sus tierras y de su libertad. Según él, solo mediante el consentimiento voluntario podían ser integrados a la administración española y aceptar el cristianismo como religión. Para cumplir con la guerra defensiva, los españoles debieron mantener la frontera natural del río Biobío, sin permitir el ingreso de soldados al sur de dicho límite. Los sacerdotes fueron los únicos autorizados para ingresar a territorio mapuche y realizar una labor evangelizadora. Junto a esta tarea, también buscaban terminar con la esclavitud y suprimir el trabajo obligatorio de los indígenas encomendados, para así demostrar los beneficios que entregaba el sistema español. Sin embargo, la estrategia de Valdivia fracasó debido a que los españoles que negociaban con la esclavitud continuaron atacando para obtener más esclavos. Además, los primeros misioneros que ingresaron a territorio mapuche fueron asesinados y el pueblo se resistía a abandonar sus tradiciones. Parlamentos y vida fronteriza Desde mediados del siglo XVII se desarrolló la última etapa de la relación colonial entre españoles y mapuches. Se trata de un período complejo, pues no hubo ninguna estrategia de guerra planificada por los bandos en conflicto, sino más bien una complicada relación de intercambio. Durante la Colonia, los enfrentamientos bélicos nunca fueron continuos, sino que se concentraron en las temporadas estivales, cuando no hacía frío ni había tanta lluvia. Sin embargo, a partir de 1655 fue evidente que los ataques disminuyeron en cantidad e intensidad. El fin de la esclavitud, decretada en 1683, contribuyó a este hecho, pues con esto desapareció uno de los motivos por los que los españoles deseaban continuar con la guerra. Paralelamente, las autoridades españolas comenzaron a organizar los parlamentos, una nueva estrategia con la que se establecían acuerdos y se pactaba la paz con los representantes mapuche. A estas reuniones acudían el gobernador y los caciques de distintas comunidades. Parlamentos Eran asambleas de varios días en las que permutaban prisioneros, tomaban acuerdos para mejorar la convivencia, mostraban el poder militar de cada bando, hacían discursos y finalizaban con grandes fiestas, comidas, regalos e intercambios comerciales. Ya en el siglo XVIII, los conflictos fueron más ocasionales, pues en el sur aumentó la influencia de las misiones jesuitas, se relajaron los sistemas de defensa, disminuyó el número de soldados y el Real Situado muchas veces no fue enviado. Las relaciones entre mapuches y españoles comenzaron a basarse en el intercambio étnico, cultural y comercial, lo que dio origen a la vida de frontera, etapa que se prolongó hasta el siglo XIX, cuando los españoles dejaron de gobernar Chile.