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EL SER HUMANO

COMO PROBLEMA
ANTROPOLÓGICO
FILOSÓFICO
Juan Pablo Rios 
6to Azul
EL SER HUMANO COMO PROBLEMA
ANTROPOLÓGICO FILOSÓFICO
• EN LA ANTIGÜEDAD.
Ya desde la antigüedad el hombre empieza a plantearse preguntas y soluciones respecto a sí mismo, a pesar, de ser enunciados carentes de análisis y argumentación valedera, pero que
constituirán la base sobre la cual se irán dando respuestas al problema del hombre.
Sócrates destaca la necesidad de que el hombre deba conocerse a sí mismo y de la importancia de ser virtuosos.

alma sensitiva por la cual sentimos o sea tenemos sentimientos animales y hombre; y el alma racional propia del hombre. Al morir el cuerpo también muere el alma.

Ética a Nicómaco, obra escrita por Aristóteles en el siglo IV a.C.

FELICIDAD Y VIRTUD

Para Aristóteles, aunque la opinión general coincide en que la felicidad constituye el «bien supremo», a la hora de definirla cada uno manifiesta su punto de vista. La felicidad del ser
humano en la ciudad es colectiva. Es lo «que basta al hombre para ser feliz». El bien es, pues, el fin último de nuestras acciones y consiste en «una actividad del alma en consonancia con la
virtud».

VIRTUD Y PLACER

Si la virtud depende de un acto voluntario, entonces la prudencia se convierte en un criterio. Es tan necesaria, en la búsqueda de la virtud, como la moderación y la educación de la parte del
alma que alberga el deseo. Alguien es inmoderado por ignorancia o por falta de dominio de sí mismo, sobre todo frente al placer que todos buscamos, al tiempo que huimos del sufrimiento.

Dios puede dar le ser. El hombre tiene un alma creada por Dios en el momento de su nacimiento a pesar de ello se hereda inevitablemente de nuestros padres el pecado original, esto es,
imperfección, sensibilidad al dolor, inclinación al mal, posibilidad de enfermedad y la muerte, por ello el alma es un ser sufriente, temeroso y angustiado cuya primera necesidad es la de ser
salvado y redimido por la obra de cristo.

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