Realmente no es como si solo conociera a Lo'ak por solo cuatro meses. Se sentía como si lo —Me gustas.
ustas.—Rápidamente te escondiste con el corazón en la boca y no era para
conociera desde la eternidad. Como un alma reconectando en un ciclo constante de vida. Te
sientes en paz con él, su presencia te cimienta, sus palabras son himnos y su belleza te quita
el aliento.
La primera vez que sientes esta conexión con él es dentro de las primeras dos semanas de
conocer a Lo'ak. Ambos estaban nadando en el agua clara, viendo pasar la vida acuática. Sus
ojos se abren con asombro, y es entrañable ver a alguien tan obsesionado con algo que sabes
que es normal.
Ahí es cuando miras hacia otro lado por un momento para interactuar con un banco de
pequeños peces brillantes que llaman tu nombre. Dejas que algunos peces naden a tu
alrededor e incluso nadan hasta tu cara para darte un beso en la mejilla.
Dias después de lo sucedido
Las aguas cristalinas se hacían notar, cerca dos jóvenes na'vi estaban hablando de un
problema.
—No puedo Tsireya, me gustaría gritarlo a los cuatro vientos pero simplemente...—la
metkayina lo interrumpió.
—A ver Lo'ak ¿te gusta o no? Yo creo que ella siente lo mismo pero los dos son tímidos, por
Eywa.—rogó.
—Claro que si.
—Lo'ak ¡Ya sé! Has como que yo soy ella y te me confiesas, así perderás la vergüenza. Solo
piensa que mi cara es su cara.—recalcó, feliz de que su amigo este con su amiga. Vio su
conexión y la poca distancia entre ellos supo que Eywa los hizo para estar juntos.
—Ah, ok.—se preparo tragando su saliva, intentando hacer caso, suspiro y pensó en ella,
solos en el mismo lugar, con sus pies en la arena y el agua reflejándolos.
—Yo...
Cerca te encontrabas tu, por mandado de tu madre, te fuiste a buscar a tu travieso y
escurridizo de tu hermano. Vagaste distrayéndote en las arenas pero en ese momento
divisaste dos cuerpos a lo lejos, avanzaste dos pasos, eran Lo'ak y Tsireya, confundida, entre
pensamientos te dijiste ¿Qué hacían ahí, solos?
Lo viste rascándose los cabellos cerca de su mejilla en símbolo de nerviosismo y haciendo
movimientos con sus manos. Y seguiste avanzando, hasta que podías escuchar su
conversación.
menos, te habías ilusionado con el Sully, sintiendo que el daba paz en tu corazón,
en tu comportamiento, te encantaba reírte con el y abrazarse un buen rato
mientras cuidaban a Tuk.
 Estando en el árbol, empezaste a respirar mas rápido de lo normal. Nunca
pensaste que el se había interesado en Tsireya, diste con la idea de que todas las
ideas o señales de este para darte a conocer sus sentimientos hacia ti, solo era una
vil mentira creada por tu cabeza.
—Me tienes realmente vivo cuando te miro, nuestras almas se juntan, siempre nos
miramos con esos ojos de querer darnos cariño y afecto todo lo que podamos. Me
encanta cuando sonríes, algunas veces pienso que tus sonrisas son solo para mi, y
mas si yo soy el causante de estas. Antes yo pensaba que el amor era un asco, pero
ahora que te miro y nos miro, veo a mis padres cuando salían a sus citas, los
mismos ojos y gestos.
Empezaste a sollozar por lo bajo, sacándote las lagrimas con las yemas de tus
dedos. Te decías a tus adentros "No llores, todo pasará" Pero eso solo hacia que
mas agua brote, te fuiste veloz del lugar. Yacías cerca de tu hogar te echaste al
suelo admirando las nubes, deseando ser estas cuando están felices solo están ahí
y nadie las toma en cuenta, pero cuando lloran todos hablan de ellas.
Unos minutos pasaron y regresaste a la orilla del mar para buscar a tu hermano y
allí se encontraba.
—¡Oye, idiota! Te escaba buscando y ni una señal de ti.
—Pues ya estoy aquí.—hablo desanimado.
—¿Dónde estabas, con tu noviecita? Por tu culpa mamá me regaña.
—Al menos tengo novia.—sonrió.
—Cállate, por Eywa, vamos.
Pasaron días y has estado más distante de Lo'ak, pensaste que haciendo eso lo olvidarías pero
era todo lo contrario, pensabas en el todo el tiempo y que estaría haciendo con Tsireya, le
tenias envidia, ella estaría con Lo'ak besuqueándose. 
Era el día de recolectar las frutas de los arboles mas cercanos, mandaban a todos los jóvenes
na'vi del clan, normalmente estarías contenta ese día y molestar al hijo de Jake, pero te
encontrabas de mala gana sacando un fruto y echarlo en la cesta. Lo viste a unos 4 metros de ti
pero lo ignoraste, solo querías sacar todo e irte a tu casa.
Seguiste revisando si había alguna fruta malograda pero no había. Volteaste tus ojos y
distinguiste a Lo'ak avanzando hacia ti con una sonrisa en su rostro, pero miraste las hojas a la
velocidad de la luz.
—Hola, ¿te ayudo?—te pregunto, obviamente no querías pero por amabilidad aceptaste.
—Claro.—Movías tus ojos nerviosa, no querías tener otra vez ese sentimiento hacia el.
Así fue que te ayudo, recogiendo las frutas y pasándotelas para tu ponerlas en la cesta. No le
hablabas, no querías comunicarte con el, no querías nada que venga de el. Lamentablemente
te hacia chistes y narraba sus historias cuando estaba en el clan omaticaya.
La primera vez que lo viste te dijiste a ti misma "Woah, es muy diferente, seremos amigos." Y
solo deseaste eso hasta que lo conociste mejor, rebelde pero de buen corazón haciéndote
brillar los ojos.
—Oye.
—Mm?—respondiste guardando un fruto.
—¿Qué pasa, porque no me contestas? Hace una semana todo estaba bien.—te diste un golpe
hacia ti misma en tu mente, querías sacarte el peso de encima que tenias día y noche en tu
cabeza pero no lo hiciste.
—Ah, es que estaba ocupada por problemas pero no te preocupes.—mentías, pocas veces
estabas ocupada.
—Okey, ven acá hay más.—hablo confundido.
Mientras hacías los deberes, pensabas sobre el y tu, de una vez aceptaste que lo
amabas y se lo dirías en algún momento pero no sabias de que manera decírselo.
Ya el sol se fue y la luna subió, solo quedaban pocos na'vi en la zona y decidiste
descansar sentándote sobre la arena, miraste al chico que querías aun sacando y
buscando entre las hojas la comida.
—Lo'ak.
—¿Ah?
—¿Te gusta Tsireya?—se te escapo, maldeciste mil veces.
—¿Que? No.—abrió los ojos sorprendido.—No me gusta, me gusta otra chica.—
susurró lo suficiente para que escuches y se estruje tu corazón ya roto.
—Oh, ya veo, me tengo que ir. Seguro me esperan.—excusaste y te levantaste para
irte.
—Me gustas.—dijo y te quedaste petrificada, el estaba con Tsireya y ¿Por qué gusta
de mi? pensaste.
Te alejaste de la mínima distancia que había entre ustedes y te alejaste, dejándolo
desconcertado y pensando que lo rechazaste.
Regresaste lo más rápido a tu vivienda, confusa. ¿Qué fue eso? te dijiste.
Pasaron mas días y pasabas por la arena, esta vez para descansar y nadar un rato,
distraerte con los animales marinos, los amabas.
De un salto, te adentraste al agua, admiraste los cientos de pececitos, muy tiernos.
Ibas a salir del agua pero miraste otra vez a Lo'ak y Tsireya. Escuchaste su
conversación escondida bajo el agua.
—Le dije que me gusta y se fue.
—Mm, puede ser que se sintió nerviosa, de seguro se lo dijiste de la nada.—se toco el mentón
con su dedo.—Pero que bien que le dijiste lo que sentías, la confesión falsa de hace tiempo
funciono. Necesita espacio—sonrió y tu te sorprendiste, o sea que todo el tiempo Lo'ak
gustaba de ti y esa confesión fue de prueba. Y lo ignoraste ese tiempo.

Esperaste que se alejen y nadaste 8 metros lejos de ellos para irte. Te emocionaste y toda esa
tristeza que se acumulo, se esfumo.
Buscaste a Lo'ak y lo encontraste con Tuk, el sentado pensando y ella jugando con sus
pequeños amigos.
Le tocaste el hombro suavemente. El volteo.
—¿Podemos hablar?—preguntaste. Asintió y caminó contigo a solo unos pasos lejos de su
hermana.

—Lo'ak, perdóname por irme sin más, pensé que te gustaba Tsireya o otra chica, lo siento.

—No te preocupes, perdóname por decírtelo de golpe.—hablo cabizbajo

—Lo'ak, tu también me gustas.

—¿Enserio?—dijo con una sonrisa.

—Si.
Te agarro e hizo que te eleves en un acto de felicidad, no soportaste y lo besaste.
Fue un beso tranquilo en el inicio pero yendo al final dos lenguas se peleaban haciendo un
choque de sus salivas.
—Te veo.—dijo el.

—Te veo—respondiste y lo abrazaste, deseaste que ese abrazo durara toda la vida.
—¿Vamos a nadar?

—Claro.—hablaste pero no esperabas que Lo'ak te cargue al estilo princesa.

—¡Lo'ak! ¡Bajame!

Siempre te amare, pensó el, tu le dabas fuerzas y siempre serás su apoyo incondicional.