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liceo con muy bajos ánimos solo quería irme a dormir, me recosté en mi cama y encendí mi
celular. Casi me desmayo al ver una notificación de Classroom “Su calificación ha sido
empecé a llorar, me sentía tan incapaz, ni siquiera pude sacar una buena
vueltas me di cuenta que todos los árboles tenían tallado una de las
reprobando por primera vez y a sus padres diciendo; “Si no sacas buenas notas, ya no te
vamos a querer.” Entonces volví, una nueva hada me miró con ojos llenos de lágrimas y me
dijo “Siéntelo”, nuevamente empecé a llorar, a sentirme inutil, si no trunfio, no merezco que
bosque, descalza en pijama, pero bueno, volví a caminar y me tope con un camino de piedras
el cual empecé a seguir hasta que apareció una roca más grande de lo normal y decía
“Nómbralo” ya me imaginaba que vendría. Está vez un pequeño duende de la nada empezó a
— Hola Clío, mi trabajo contigo es el siguiente, te tengo que ayudar a identificar que el
dinosaurio te hace sentir y darle un nombre a esa emoción, ¿Es enojo, miedo o quizás
ansiedad?
— ¿Dinosaurio?
— Si, lo viste con Flora cuando te dijo “Recuerdalo”. Pero en lo que estamos. — Dijo esto y
se detuvo, extendió sus manos y tomó las mías, para nuevamente hablar. — Piensa
nuevamente en ese recuerdo. — Respire y cerré los ojos para nuevamente recordar, mis
manos empezaron a arder y cuando las mire estaban de color. — ¿Qué pasó? — Pregunte, a
eres un ser humano muy complejo Clio. Aquí puedo ver una gran cantidad de culpa por las
expectativas, también veo un poco de miedo, tristeza y envidia. Ahora es tu turno, averigua el
porqué. — Tras estas palabras, como llegó se fue, pero ahora el camino tenía unos pequeños
De repente un adolescente en un árbol me saludó, se tiró y cayó con fuerza pero de pie. Era
muy fácil clasificarlo, piel palida, ropa oscura, ojeras, cabello negro y largo, era un
adolescente depresivo, mi mama diria “emo”. Rompió el silencio con un — Hola, soy Noa un
vampiro
— ¿Vampiro? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué haces aquí? ¿Vas a chupar mi sangre?
— A ver, cálmate, no soy un vampiro de la clásica concepción que tienen los humanos de
vampiros. Solo estoy aquí para ayudar. — Dijo con una voz sumamente suave y tranquila —
Te estaré ayudando a pasar las etapas de recibir y compartir. ¿Está bien? — Si — Respondi
rapido
— Piensa en todas las veces que has sentido culpa, no bloquees, acepta y fluye — Con un
toque delicado en la frente me tumbé al suelo y empecé a recordar todas esas veces que me
culpaba una y otra vez por una mala nota. Pensé que todo había empezado después de entrar a
aquella secundaria, pero me di cuenta que siempre sentí que mis buenas notas eran el boleto
de paga para recibir amor, la angustia, ansiedad, tristeza, todo resurge de nuevo y mi mente se
nubla. Siento la tierra y las pequeñas rocas, pero al menor descuido empiezo a sentir las cosas
diferentes, todo se distorsionaba, en la tierra empezó a crecer hierba, abrí los ojos estaba en
un campo verde y había un gran muro que me encerraba. Vestía una armadura y tenía una
espada obviamente, no entendía qué pasaba pero cuando de repente apareció un dinosaurio,
pero más que un dinosaurio el típico T-Rex de Jurassic World y todo un público gritando,
¿Pretendían que enfrentara a este monstruo? De repente recordé la conversación con el enano,
dijo que el dinosaurio era eso que había recordado, entonces ¿Era mi trauma?
Pese a que el T-Rex estaba tranquilo, fui a atacar, era lo lógico. Corrí hacia él, con una fuerza
sobrehumana salte y me tiré sobre él e intente cortarlo pero escuche un chillido, le dolió
estaba llorando. Empezó a llorar más fuerte y el público susurraba entre en pánico pero
alguien grito “ABRAZALO, JAJAJA” entonces sentí que todo empezaba a tomar forma, no
tenía que eliminarlo, tenía que aprender a convivir con él, pensé que “No todos los traumas se
pueden superar más bien hay que aprender a vivir con ellos”. Entonces intenté comunicarme
con el dinosaurio triste, empecé con un “Hola, perdon por intentar eliminarte de aquí”
culpa, vergüenza, todo volvía a mi. Había sido fácil hasta que lo tuve de
si eran gritos buenos o malos, pero los escuché gritar. Entonces lo vi una vez más, lloré, me
caí y me levanté. Hice esto último una y otra vez, hasta que lo pude ver y solo suspirar.
Así Clio se durmió y volvió a su mundo como la adolescente que era, pero cuando despertó,