Está en la página 1de 16

EL MUNDO DE LA EDUCACIÓN CRISTIANA

“SU LEGADO, CONTEXTOS Y DESAFÍOS ACTUALES”


Justo L. Gonzáles
Historia del cristianismo
Tomo 2: Capítulos 21y 22

Facilitador: Dr. Carlucci Do santos


Diplomante: Pastor Luis Armando González
CAPITULO 21:
NUEVA GRANADA

La colonización permanente
La pequeña colonia de Fue allí que se emprendió la conquista del del continente sudamericano
Santa María la Antigua continente comenzó entonces en
sudamericano 1525

concesión hecha por la corona


a
Alonso de Ojeda en 1508 SANTA MARTA

Pero a esto se oponían los colonos, que se habían dejado deslumbrar por las En 1531, el dominico fraile Tomás Ortiz
leyendas de El Dorado, donde el oro era abundante, y que trataban de fue hecho obispo de Santa Marta y, junto
descubrir la mítica tierra asaltando a los indios en su afán por forzados a a veinte correligionarios suyos, se dedicó
decirles dónde había oro. Los españoles no contaban con el valor de los a regular la vida religiosa y moral
indios, que los derrotaron en varias de sus salidas y por fin atacaron la de la colonia y a restablecer las buenas
misma ciudad. relaciones con los indios.
VENEZUELA

El Rey Carlos V, cuya política


europea requería fondos que
todas sus colonias no
alcanzaban a suplir, hizo un
arreglo con los banqueros
alemanes de la casa de Welzer.

En 1528 partió de España esa


extraña expedición, cuyos jefes y
empresarios eran alemanes, mientras
que los soldados, y veinte
misioneros dominicos que formaban Según las estipulaciones de ese convenio, los alemanes tendrían derecho
parte de la empresa, eran en su a explorar y explotar, bajo la jurisdicción y autoridad del Rey de España,
mayoría166españoles. todo el territorio hacia el este y el sur del Cabo de la Vela, es decir,
aproximadamente lo que hoy es Venezuela.
CARTAGENA Y BOGOTÁ

Los españoles de Santa Marta continuaban sus Pero sobre todo la Inquisición se ocupó de asegurarse que el
exploraciones y conquistas, tanto a lo largo del litoral "contagio protestante" no penetrara en Nueva Granada. El supuesto
como hacia el interior. En la costa fundaron en 1533 la contagio llegaba por medio de marinos, comerciantes, corsarios y
ciudad de Cartagena, que más tarde llegaría a ser una piratas ingleses y holandeses que por diversas razones
de las más ricas y fortificadas del Nuevo Mundo. desembarcaban en territorios de la colonia española.

De Santa Marta partió también la expedición de Gonzalo A estos territorios se importó el tribunal de la Inquisición,
Jiménez de Quesada, que se adentró en el territorio y le aunque no se empleó generalmente contra los indios, que
hizo la guerra al cacique Bogotá, de cuyas tierras se estaban exentos de ella por ser neófitos en la fe, ni contra los
apoderó. Allí se fundó en 1538 la ciudad de Santa Fe de esclavos, que parecían preferir sus rigores a los de sus amos.
Bogotá, que poco a poco iría eclipsando a Santa Marta, En efecto, pronto se corrió la voz entre los esclavos de que si
hasta que el episcopado fue trasladado a ella en 1562. sus amos se aprestaban a castigados todo lo que tenían que
hacer; era clamar: "Reniego de
Dios", y los amos estaban obligados a entregados
inmediatamente a la Inquisición, cuyos castigos eran más
suaves.
EL APOSTOLADO ENTRE LOS
INDIOS: SAN LUÍS BELTRÁN
De hecho, la penetración española en
Nueva Granada, como en tantas otras
Los grandes misioneros de Venezuela fueron los
regiones, no fue
capuchinos y los franciscanos, a quienes no faltaron
únicamente obra de las armas
mártires en la obra evangelizadora.
españolas, sino también de los
En ambos países los jesuitas, llegados más tarde, se
misioneros.
adentraron hacia zonas que los misioneros anteriores
no habían tocado. A la postre, hacia fines del siglo
diecisiete, había por toda Nueva Granada una red de
monasterios y misiones que fue uno de los principales
Antes de terminar el siglo XVI, los
elementos unificadores de la región.
franciscanos tenían en Colombia 25
conventos y casi otros tantos centros
misioneros.

En los próximos cincuenta años, esa cifra se


De todos estos misioneros el más famoso Murió en 1581, en 1671 fue
duplicaría. Los dominicos tenían veinte
es San Luís Beltrán, el primer santo de canonizado por Clemente X.
monasterios hacia fines del siglo XVI. Tres
América, aunque, irónicamente, sólo En 1690 fue hecho santo
de ellos, los de Bogotá, Cartagena y Tunja,
laboró en estas tierras por espacio de patrono de Nueva-Granada.
estaban adecuadamente dotados y
siete años.
establecidos.
EL APÓSTOL DE LOS NEGROS: SAN PEDRO CLAVER

Nació en Cataluña en 1580, poco antes de la muerte de


San Luís Beltrán, y desde muy joven
decidió unirse a los jesuitas y ser misionero en el Nuevo Tres grandes epidemias de viruela hubo en Cartagena durante el
Mundo. ministerio de Claver, y en todas ellas se dedicó a limpiar las
llagas de los enfermos negros, de quienes nadie más se ocupaba.
Aunque sus superiores repetidamente lo acusaron de no ser muy
1622, añadió junto a su firma otro voto: Petrus Clavel, prudente, el santo misionero sabía los límites a que podía llegar
aethiopum siempre servís - Pedro Clavel, por siempre sin que su ministerio fuera aplastado por los blancos. Nunca atacó
esclavo de los negros. a los blancos, ni dijo que la iglesia debía condenados.

Murió en la mañana deI 5 de septiembre de 1654,


llorado por muchos de quienes lo habían despreciado en
vida. Más de doscientos años más tarde fue canonizado
por la Iglesia Romana.
CAPITULO 22:
LOS HIJOS DEL SOL

Según vimos en el capítulo anterior, desde que Balboa andaba por


tierras. Panameñas le llegaron noticias de un gran imperio en las
costas del Mar del Sur, del cual procedían barcos que, según los
indios del istmo, eran tan grandes como los de los españoles.

Fue el sueño de conquistar ese imperio lo que movió a Balboa a solicitar de


España mayores recursos, y esa solicitud a su vez hizo que se nombrara en
su lugar a Pedrarias Dávila, pues no se creía que un hombre de humilde
origen como Balboa fuese digno de tal empresa.
Empero Pedrarias no era hombre de la estatura necesaria, y pasó todo su
tiempo en intrigas centroamericanas. A la postre, el conquistador del gran
imperio del sur sería un hombre de origen aún más humilde que el de
Balboa, pues se cuenta que en su niñez se alimentó de leche de cerda, y que
después se dedicó a apacentar los cerdos de su padre.
Aunque pronto los españoles dieron en llamar a aquel guión "Perú" o "Pirú", por el
nombre de un río que corría ella, los naturales del país lo
llamaban Tahuantinsuyu, es decir "los cuatro rincones del mundo". Cuzco, su capital, se
EL TAHUANTINSUYU consideraba el centro del mundo, y desde allí se medían los cuatro rincones: el
Chinchasuyu hacia el norte, el Antisuyu hacia la cordillera, el Contisuyu hacia el mar, y
el Collasuyu hacia el sur y este, incluyendo el altiplano boliviano y el norte de Chile.
Razón tenían aquellos indios para llamar a su imperio "los cuatro rincones del mundo",
pues era uno de los más vastos imperios que la historia haya conocido.

Se trataba de un imperio relativamente joven, que aun en sus leyendas no se remontaba más allá de doce generaciones.
Según esas leyendas, sus fundadores habían sido Manco Cápac y su hermana y esposa Mama Ocllo. Esta pareja fue
creada por el sol, y por ello a partir de entonces sus descendientes directos, los únicos a quienes se aplicaba
verdaderamente el nombre de "incas", se decían hijos del sol. Manco Cápac y Mama Ocllo nacieron en el lago Titicaca,
y de allí partieron 175 hacia el Cuzco, donde enseñaron a los humanos las artes del gobierno, la agricultura y la guerra.
El régimen de los incas consistía en una autocracia paternalista. El inca lo era todo.
A él pertenecían, no sólo la tierra, sino también las bestias y las personas. No sin razón se cuenta que Atahualpa le dijo a
Pizarro: "Si yo no quiero, ni las aves vuelan ni las hojas de los árboles se mueven en mi tierra". Las tierras del inca se
distribuían y redistribuían periódicamente entre la población para su cultivo, según el tamaño de cada grupo. Hecha tal
distribución, y asignado a cada cual el terreno que labrar, una tercera parte del producto se utilizaba para las necesidades
inmediatas de los labriegos, otra tercera parte se dedicaba a los dioses, y el otro tercio era para el inca. La porción que
correspondía a los dioses se utilizaba para los sacrificios, la manutención de los sacerdotes y las vírgenes dedicadas a los
dioses, y las grandes festividades religiosas, en que el pueblo gozaba de abundante alimento, proveniente de esa parte
supuestamente apartada para los dioses.

La religión de aquel vasto imperio era de índole politeísta, y en ella se daban algunos casos de sacrificios humanos, aunque
no con la frecuencia con que se celebraban en México. El dios creador era Viracocha, quien según la leyenda había creado la
humanidad en Tiahuanaco, una ciudad en ruinas en el altiplano boliviano cuyos orígenes los propios incas desconocían. El
enorme tamaño de los monolitos de Tiahuanaco llevó a la creencia de que los primeros seres humanos eran demasiado
grandes, y que entonces Viracocha los destruyó y creó de nuevo con las proporciones actuales.
Pero el nombre de "viracocha" se les daba también a otras divinidades menores. El sol era el principal objeto de adoración
para los incas, pues de él venía la vida toda y el calor necesario para la subsistencia en aquellas elevadas tierras andinas. Las
principales festividades religiosas tenían que ver con los solsticios, que señalaban la gracia que el sol les hacía de brillar por
un año más. Como hijo del sol, el inca era también su supremo sacerdote y representante en la tierra.

FRANCISCO PIZARRO

A conquistar aquel vasto imperio, sin soñar la magnitud de la empresa pero con un ansia insaciable de oro, poder y gloria,
se lanzó Francisco Pizarra. Este era hijo ilegítimo del hidalgo Gonzalo Pizarra, que no parece haberse ocupado de él más
que para ponerlo a cuidar de sus piaras de cerdos.

Después de tres intento por conquistar, La tercera y definitiva expedición partió en 1531. Al llegar a la isla de Puná y a
Tumbes, en el Golfo de Guayaquil, Pizarra y los ciento ochenta y tres españoles que lo acompañaban recibieron las
primeras noticias de la guerra civil que convulsionaba al país. Huayna Cápac, el nieto de Pachacútec, había muerto, y le
había dejado el trono imperial a su hijo Huáscar. Pero también había separado del imperio el reino de Quito, y se lo había
entregado a su otro hijo Atao Hualpa (o Atahualpa), que había tenido de una princesa quiteña.
En el proceso de conquistar a los incas al rey Atahualpa por parte de Pizarro, Le salió entonces al encuentro el padre
Vicente Valverde, quien valiéndose del intérprete Felipillo, le hizo el "requerimiento", es decir, le explicó la doctrina
cristiana, le dijo cuán grandes señores eran el papa y el rey, y lo invitó a declararse vasallo del rey de España y a
permitir que se predicara el evangelio en sus tierras. Si el inca entendió lo que se le decía, nunca se sabrá. Pero
ciertamente no estaba a punto de declararse vasallo de rey alguno. Exasperado, tomó el Evangelio que llevaba en sus
manos el cura, lo examinó, y al no encontrar en él más que aquellos garabatos ininteligibles lo tiró al suelo.
Entonces, mientras Felipillo recogía el libro, el sacerdote corría hacia los españoles dando voces: ¿No veis lo que pasa?
¿Para qué estáis en comedimientos y requerimientos con este perro lleno de soberbia?.. .salid a él, que yo os absuelvo...
Venganza, venganza, cristianos. Los Evangelios son despreciados y se los arroja por tierra. Maten a estos perros que
desprecian la ley de Dios.
EL VIRREINATO DEL PERÚ

A fines de 1542, Carlos V creó el virreinato del Perú, y nombró para servir como virrey al caballero abulense Blasco
Núñez Vela, padrino de Santa Teresa. La razón por la que el Rey dio este paso fue que le habían llegado noticias de los
desmanes cometidos en el Perú por Pizarro y los suyos.

Las noticias procedentes de aquellas tierras comenzaban a crear dudas y revuelos entre los teólogos, como hemos visto al
tratar de Francisco de Vitoria. A consecuencia de todo esto, y en particular de las gestiones de Bartolomé de Las Casas, se
decretaron las Nuevas Leyes de Burgos, que prohibían los abusos de los encomenderos. Además, el Rey quería asegurarse
de que no apareciera en América una nueva aristocracia feudal, como la que su abuela Isabel la Católica había tenido que
refrenar en España.
LA OBRA MISIONERA

Como era de esperarse dados tales comienzos, la obra misionera en el Perú no fue al principio muy exitosa. La
actuación de Valverde en Cajamarca indica el tono y carácter de la mayoría de los primeros sacerdotes que
visitaron el país.

Y hasta la propia corona estaba dispuesta a premiar tal conducta, pues Valverde fue hecho primer obispo de Cuzco. La
actitud de los indios hacia tales obispos se puso de manifiesto cuando los de la Isla de Puná pudieron echarle mano al
señor obispo y, en venganza por viejos crímenes cometidos por los conquistadores con su anuencia, se lo comieron.
Además, no faltaron los curas que vinieron a América a hacerse ricos, como aquel Hemando de Luque que costeó la
empresa de Pizarra.

Al igual que en otras regiones, la labor misionera quedó a cargo de las cuatro grandes órdenes de dominicos (los
primeros en llegar), franciscanos, mercedarios y jesuitas. Pero aun esas órdenes de estricta pobreza no estaban
exentas de las tentaciones producto de la corrupción reinante.
En tales circunstancias, no ha de extrañamos que muchos indios se negaran a aceptar el cristianismo, y que hasta
hubiera caciques que mataran a aquellos de entre sus súbditos que se convertían. La nueva fe era símbolo de la opresión
y explotación del pueblo. Pero a pesar de ello, poco a poco, mal que bien, todos los indios fueron aceptando la fe de los
vencedores. Misioneros y "doctrineros" (curas pagados por los encomenderos para que adoctrinaran a sus indios) se
ocuparon de que fueran entendiendo esa fe.

En 1581 llegó a Lima, para hacerse cargo de esa archidiócesis, Toribio Alfonso de Mogrovejo. En esa época la
archidiócesis era enorme, pues comprendía bajo su jurisdicción metropolitana lo que hoy es Nicaragua, Panamá, parte de
Colombia, todo el Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Chile y parte de Argentina. Venía imbuido de los dictámenes
reformadores del Concilio de Trento,
El nuevo arzobispo trató de imponer la disciplina tridentina, y lo logró al menos en cierta medida. Gracias a él, aquel
concilio prohibió la "mercadura del clero", y después se les prohibió también a los sacerdotes que cobrasen por la
administración de los sacramentos. Toribio hizo componer también un catecismo
que se publicó primero en español, quechua y aymará, y después en muchos otros idiomas indios.
Este "Catecismo de San Toribio" se utilizó en buena parte de Sudamérica por más de tres siglos. Además, dictaminó don
Toribio, los sacerdotes debían permanecer en cada parroquia por lo menos seis años, y tenían que aprender las lenguas de
sus feligreses. Y los encomenderos debían respetar las doce festividades católicas que los indios celebrarían, además de
los domingos (los españoles tenían más de treinta fiestas de esa índole, pero se oponían a que los indios las celebraran por
no perder
su trabajo).

La vida y obra de Santo Toribio de Mogrovejo muestran el carácter de la iglesia que comenzaba a
tomar forma en la región. En lucha constante con los elementos más licenciosos, defendiendo a los indios y los pobres
sin llegar a oponerse a la injusticia fundamental del régimen, tratando de profundizar la fe de los naturales del país sin
contar con los recursos humanos adecuados, el catolicismo latinoamericano se iba formando.
Muchas Gracias

También podría gustarte