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INFANTIL Y EL
TESTIMONIO DEL NIÑO
ABUSADO SEXUALMENTE
ASIGNATURA: Psicología Jurídica
DOCENTE: Melva Cristina Rodríguez Silva
INTEGRANTES
El agresor inhibe toda forma de defensa del niño, de búsqueda de apoyos en redes sociales o en otras
personas que podrían ayudarlo. Perrone y Nannini (2002) consideran que se crea la ley del silencio. En
algunos casos, no se presenta un secreto, sino que se llegan a acuerdos explícitos entre el abusador y su
víctima, creando vínculos de lealtad y de fidelidad. El secreto y el pacto entre el niño y el agresor
generan confusión en el niño, quien se siente
responsable y culpable de lo que le está
sucediendo. Esto le produce vergüenza y
aislamiento social.
4. Divulgación
El niño se encontrará, como mínimo, con un adulto (el abogado defensor) dispuesto a rebatir
sus afirmaciones y que intentará presentarlo como incompetente, confuso o entrenado sobre lo
que tiene que decir.
El ambiente del Juzgado puede aumentar el nivel de estrés en el niño y a su vez disminuir su
capacidad para aportar un testimonio exacto.
Los expertos han sugerido modificar los procedimientos judiciales con objeto de aumentar la
sensibilidad a las necesidades evolutivas y emocionales de los niños, pero no ha sido posible
porque algunos profesionales del ámbito judicial temen que esto abra las puertas para atentar
contra los derechos de los acusados
Estudios empíricos han concluido que, aunque la implicación en el juzgado puede resultar
estresante, los niños no tienen por qué verse forzosamente dañados emocionalmente por su
participación como testigos en un proceso penal.
Los resultados de estos estudios sugieren una serie de factores específicos relacionados con un
mayor impacto negativo del juzgado en los niños, tales como la interacción con múltiples
profesionales, unos altos niveles de estrés en la fase previa a la declaración, tener que testificar
en múltiples ocasiones, el cambio de abogados, la falta de apoyo de la madre, realizar su
declaración en una sesión pública, ser sometido a un interrogatorio difícil por el abogado de la
defensa, la presencia del acusado mientras presta testimonio y la falta de pruebas que
corroboren su declaración
Muchos de los factores de estrés relacionados con el juzgado son controlables por los
profesionales y pueden reducirse sin una modificación demasiado amplia de los
procedimientos existentes.
Para, al menos una parte de los niños, su implicación en el procedimiento judicial está
asociada con una continuación, e incluso agravamiento, de los trastornos conductuales
anteriores a la testificación. En la sala de audiencias a niños víctimas/testigos y
encontraron que los niños que evidenciaban miedo al acusado tenían más dificultad para
responder con rapidez a las preguntas del fiscal. Además, durante el interrogatorio del
niño la defensa del acusado lo apoyaba emocionalmente menos que los acusadores y la
defensa del acusado utilizaba con más frecuencia un lenguaje inapropiado a su edad.
A menudo los niños mostraban nerviosismo antes de testificar; después unos se relajaban mientras que
otros continuaban viendo la experiencia como negativa y altamente estresante (por ejemplo, los niños
que eran interrogados por un acusado violento que se defendía a sí mismo, los niños que percibían que el
abogado defensor distorsionaba sus palabras).
El sistema judicial estándar no proporciona un ambiente óptimo para el testimonio del niño. Ante esta
situación habría dos posibles alternativas según Goodman, Batterman Faunce y Kenney (1993):
1. ayudar al niño con el objetivo de optimizar su testimonio mientras se actúa dentro del sistema legal
actual intentando cambiarlo.