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El abuso sexual infantil ocurre con la interacción sexual entre una persona mayor
de 18 años y un menor de edad, en donde el niño es utilizado para estimular
sexualmente a la persona abusadora, y se considera abuso sexual sin importar de
que el niño sepa o no la consecuencia de los actos a los que está siendo obligado
a practicar, esta definición es una rápida construcción de la idea en mi cabeza que
he podido formular gracias a la lectura de la investigación realizada por la Dra.
Romina Monteleone.
Por lo general, el abuso sexual no es algo que el menor de edad suele mencionar,
es más, es común que muchos de estos casos no salgan a la luz debido a diversas
razones, como el miedo a que se deshaga el núcleo familiar, miedo gracias a
amenazas verbales o físicas por parte del agresor, sentimientos de culpa por parte
del menor, entre otras razones. Lo que si es notorio es que, en todo abuso sexual,
especialmente en el abuso sexual infantil, radica el miedo. Y es la razón, sobre todo
en los casos en los que el agresor suele tener una relación cercana con la víctima,
por la que ocurre la retractación del menor en el proceso judicial.
Durante el proceso judicial de la denuncia del abuso sexual, el menor puede pasar
por distintas etapas, sea desde el comienzo o finalizando el proceso; etapas las
cuales son descriptas de manera cronológica por Ronald Summit en su ‘’teoría de
la adaptación’’, las cuales mencionaré de manera detallada a continuación.
Ashley Sánchez Alcántara. ID: 10141509.
Psicología Jurídica (1134).
Lunes 13 de junio, 2022.
Para un menor de edad, atravesar un proceso legal no es fácil, por lo que muchos
incurren a la retractación, lo cual complica el caso. De esto es posible plantear que
como el abuso sexual infantil involucra a un menor, debe ser considerado como un
caso especial ante las legislaciones, y el proceso debe ser extremadamente
cuidadoso, y procurar que el menor se sienta cómodo al momento de ofrecer sus
declaraciones, además de que es vital evitar que se siente sobreexpuesto. Es
evidente que revivir este tipo de sucesos para cualquier persona es difícil, y lo debe
ser aún más para el menor de edad, por lo que, si se innova la metodología de llevar
este tipo de procesos, se puede efectivizar que el menor no se retracte y se sienta
seguro de revelar el abuso.
Bibliografía
-Kempe Ruth S. y Kempre C. Henry. “Niños maltratados” Ediciones Morata, Madrid. Año 1979 .
-Monteleone R. ‘’ABUSO SEXUAL INFANTIL: la rectractación de la víctima y sus consecuencias
procesales’’. Año 2008.