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PROCESO ESTRUCTURAL

INTERNO
Las personas escriben por diferentes motivos:
algunas tienen necesidad de hacerlo para aprobar
algún examen u obtener su título profesional; los
adolescentes, cuando se sienten inspirados, a
menudo plasman sus vivencias en un diario o, si son
audaces, también crean sus propios poemas.
Los adultos mayores también aprovechan las
bondades de las nuevas tecnologías y cada vez con
mayor frecuencia se comunican con sus seres
queridos por medio de correos electrónicos. Las
nuevas tecnologías de la información también han
generado un nuevo tipo de escritores alejados, en
ciertos casos, de las convenciones editoriales: los
blogueros.
Las reglas de acentuación, los conceptos básicos
gramaticales y el uso correcto de los puntos,
constituyen convenciones omitidas por muchos
cibernautas (no todos), lo mismo para comentar una
noticia que para publicar un blog. En la vida
cotidiana, sin embargo, todos estos aspectos que
para muchos resultan molestos, son evaluados e
influyen en la toma de decisiones.
El proceso para que el estudiante se convierta en un
escritor seguro, competente y capaz de estructurar
ideas de complejidad diversa, requiere un
diagnóstico que, a su vez, debe partir de los
problemas que cada persona enfrenta. En otras
palabras, es preciso que el escritor en formación se
analice con honestidad y sin tapujos.
Cassany ofrece una clasificación precisa de los tipos
de escritos:

• Escritura personal. Su objetivo consiste en explorar


intereses personales. Los diarios personales,
cuadernos de viaje, apuntes de lluvia de ideas,
forman parte de esta modalidad informal e
intimista.
Escritura funcional. Se lleva a cabo con el propósito
de comunicar, informar y estandarizar la
comunicación. El estilo es frío, aun cuando se
expresen reiteradas formas de cortesía. Las cartas,
los contratos, los resúmenes, las memorias,
solicitudes, invitaciones, felicitaciones, son claros
ejemplos de esta clase de escritos.
Escritura creativa. Satisface la necesidad de crear y
expresarse. Se reconoce en ella una especial
atención al lenguaje, la materia prima. Poemas,
mitos, ensayos, canciones, novelas, surgen como
resultado de esta búsqueda.
Escritura expositiva. Mediante estas estructuras, se
explora y presenta información. Se emplea,
primordialmente, en el ámbito académico y laboral.
Informes, exámenes, manuales, ponencias
responden a este tipo de escritos.
Escritura persuasiva. El propósito de los textos que
conforman esta modalidad es, precisamente, influir,
hacer que la gente tome decisiones. Los textos
publicitarios y propagandísticos se apegan a este
esquema.
Un vistazo a la anterior clasificación deja en claro
que sólo un tipo de escritura, la personal, se ajusta
plenamente a las necesidades expresivas y a la
libertad que gusta a la mayor parte de las personas.
Por lo que respecta al arrebato de escribir después
de una súbita idea que llega a la mente del creador
(también conocido como “inspiración”), es
importante subrayar que, como muchos inventores,
escritores y artistas visuales han podido comprobar,
no llega solo: hay que salir en su búsqueda, y
trabajar incesantemente para que, una vez
encontrado, no se vaya y tome forma.

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