crecimiento llegue al punto de oponerse al aseo y mientras no se recorten, examínense a menudo, para limpiarlas en el momento en que hayan perdido su blancura natural, pero eso sí, nunca delante de los clientes.
El largo de las uñas será el normal, ni muy largas
ni tan cortas que lleguen a lastimar la parte adherida a los dedos. • Cabello: debe cortarse el cabello por lo menos cada quince días y lavado cada vez que sea necesario. Los olores, el humo y la transpiración normal ensucian el cabello. Como estos se desordenan tan fácilmente, es necesario peinarse con frecuencia, pero nunca delante de los clientes, ni en las áreas del servicio.
• El Aliento: debe evitarse el mal aliento, si
no es suficiente para eliminarlos la limpieza normal, será preciso visitar a un dentista o a un especialista (gastroenterólogo). • Emanaciones del Cuerpo: son fáciles de evitar adquiriendo el hábito de una ducha diaria y en caso necesario, utilizar desodorantes eficaces o algún otro producto médico, que elimine los malos olores producidos por las impurezas del cuerpo.
• La Cara: la expresión de la cara es muy
importante. Esta debe estar siempre limpia. El hombre debe rasurarse diariamente y algunas veces hasta dos al día. No hay nada más desagradable que esa sombra que da a la cara una barba renaciente. • Vigile los lagrimales y los ángulos de los labios, porque existen personas que en este sitio se les acumulan humores y humedad muy repugnantes a la vista del cliente. No deje que el sudor de la cara se vea; séquela constantemente con el pañuelo, y cuide igualmente de lavarse la cara, cada vez que la transpiración haya aumentado por algún trabajo fuerte o por cualquier otra causa. Todo siempre con el mayor recato y preferiblemente fuera de la vista del cliente. • Dentadura: debe cuidarse que la dentadura esté completa. A los clientes les desagrada ser atendidos por personas a quienes les falta piezas o presentan los dientes con caries. Vigile y cuide su dentadura.
• Manos: las manos sirven para casi todas las
operaciones del trabajo y son por lo tanto la parte del cuerpo más expuesta a perder su limpieza. Lávelas con frecuencia, recuerde que por ellas se transmiten microbios. • Es un signo de mala educación y una falta de aseo, el humedecerse los dedos con saliva para facilitar la vuelta de las hojas de un libro o separar varios papeles; pero más aún lo es cuando se trata de contar papel moneda. Jamás emplee los dedos para limpiarse los ojos, oídos, dientes y mucho menos las fosas nasales. Use siempre un pañuelo. • Ropa: debe estar limpia y adecuada. La limpieza no es la única condición que impone el aseo; es necesario cuidarla y no llevarla rota ni ajada. Se recomienda cambiarla diariamente.
• Calzado: algunas personas descuidan la
limpieza del calzado; esta parte del vestido contribuye también al lucimiento de la persona.
Para su trabajo escoja un calzado cómodo,
con tacones de goma, que le permita estar de pie por bastante tiempo. Condiciones que debe reunir un buen garzón.
Debe ser ante todo un buen profesional con
extenso conocimiento de su labor. Debe estar dotado de una gran personalidad y hacerse dotar por sus jefes, para la buena marcha del trabajo o negocio. En lo que respecta a la parte técnica, debe tener una buena práctica y conocer los menús, vinos, licores, bebidas, etc. Sin olvidar una simpatía hacia el cliente. • Características de un buen garzón
- El cliente verá en el garzón al amigo pronto a satisfacer
sus deseos en la mesa. - El garzón es la persona que sabe de gustos y costumbres en el momento de servicio. - Allana entre plato y plato todas las dificultades con que pude encontrarse. - Debe ser correcto, discreto, amable. El garzón se convierte en una persona necesaria para el cliente y también para la empresa. - El comedor debe concederle siempre al cliente un lugar privilegiado, ya que constituye un detalle de verdadera influencia sobre el. - El cliente se sentirá muy halagado cuando al sentarse a la mesa encuentre un lugar agradable y acogedor. - El garzón asumirá el servicio del sector que le haya sido encomendado guardando en todo momento una gran disciplina y orden ante el cliente.