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INTELECTUAL EN LAS
PERSONAS CON
SINDROME DOWN
En cuanto a la capacidad intelectual, los alumnos con síndrome de Down muestran una gran variabilidad. Todos
tienen problemas de aprendizaje pero cada uno tiene sus peculiaridades. La mayoría tiene una discapacidad
intelectual de grado ligero o moderado. En principio, cuanto mayor sea el nivel mental de un alumno, es más
probable que el programa de lectura se desarrolle con eficacia desde temprana edad y que se necesita menos
tiempo para adquirir cada uno de los niveles. Sin embargo, hemos comprobado que alumnos con niveles bajos, que
en épocas anteriores hubiesen sido excluidos de un programa de enseñanza de la lectura, también aprenden y
disfrutan con este método, aunque sí cierto que el proceso dura más tiempo y es necesario elegir con cuidado y
variar mucho las actividades y los materiales. También es preciso secuenciar meticulosamente cada uno de los
pasos para que el alumno no fracase y para que consolide el aprendizaje.
En la actualidad, la mayoría de los niños con síndrome de
Down tienen unos coeficientes intelectuales (C.I.)
comprendidos entre 40 y 70. Este método va dirigido a ellos
de un modo especial. Los alumnos que tengan un C.I. más
alto, podrán aprender con cierta facilidad también con otros
métodos. Los niños con C.I. por debajo de 40 podrán aprender,
aunque tardarán más tiempo en conseguirlo. Estos alumnos tal
vez no alcancen los niveles por encima de primero y segundo
grado de Primaria. Su lectura será probablemente sólo de
carácter funcional.
En los preescolares con síndrome
de Down suelen apreciarse las
siguientes características en el
área cognitiva:
1. Ausencia de un patrón estable o sincronizado en algunos
ítems.
2. Retraso en la adquisición de las diversas etapas.
3. La secuencia de adquisición, en líneas generales, suele
ser similar a la de los niños que no tienen síndrome de
Down, pero a veces se aprecian algunas diferencias
cualitativas.
4. Suele haber retraso en la adquisición del concepto de
permanencia del objeto; una vez adquirido, puede
manifestarse de modo inestable.
5. La conducta exploratoria y manipulativa tiene grandes
semejanzas con otros niños de su misma edad mental; pero,
aun mostrando un interés semejante, su atención dura
menos tiempo.
6. La sonrisa de placer por la tarea realizada aparece con frecuencia, pero no
suele guardar relación con el grado de dificultad que han superado, y parece
como si no supieran valorarla.
1. Tiene dificultades para trabajar solo, sin una atención directa e individual.
6. No acepta los cambios rápidos o bruscos de tareas; no comprende que haya que
dejar una tarea si no la ha terminado, o que haya que interrumpirla si se encuentra a
gusto con ella.
8. En los juegos con los compañeros es frecuente que el niño esté solo porque así lo
elige, o porque no puede seguir tanto estímulo y con tanta rapidez, o porque los demás
se van cansando de animarle a participar y de tener que seguir su propio ritmo.
9. Presenta dificultades en los procesos de activación, conceptualización y
generalización.
11. Su edad social es más alta que la mental, y ésta más alta que la
edad lingüística; por ello puede tener dificultad para expresarse oralmente en
demanda de ayuda.
Ante esta problemática no cabe adoptar una actitud pasiva, sino que el
buen educador trata de compensar, estimular, activar o buscar
alternativas que compensen o mejoren las dificultades intrínsecas. A
modo de ejemplo y sin ánimo de agotar las posibilidades, destacamos
en la tabla 1 adaptada de Anita Espinosa de Gutiérrez, unas pautas de
intervención que sirvan de solución a los correspondientes problemas,
y que, aun referidas a alumnos con deficiencia mental en general, son
eficaces para los alumnos con síndrome de Down en particular. En el
capítulo siguiente se expondrán orientaciones específicas adaptadas a
cada etapa de preescolar y escolar.
Tabla 1. Características del niño
con síndrome de Down
Problemas Soluciones
2. Se fatiga rápidamente y su atención no se mantiene por un 2. Trabajar inicialmente con él durante periodos cortos y
tiempo prolongado prolongarlos poco a poco
3. Su interés por la actividad a veces está ausente o se sostiene 3. Motivarlo con alegría y con objetos llamativos y variados para
por poco tiempo que se interese en la actividad
5. La curiosidad por conocer y explorar lo que lo rodea está 5. Despertar en él interés por los objetos y personas que lo rodean,
limitada acercándose a él y mostrándole las cosas agradables y llamativas
6. Repetir muchas veces las tareas ya realizadas, para que
6. Le cuesta trabajo recordar lo que ha hecho y conocido
recuerde cómo se hacen y para qué sirven.
9. No se le ocurre inventar o buscar situaciones nuevas 9. Conducirle a explorar situaciones nuevas y a tener iniciativas
13. Cuando participa activamente en la tarea, la aprende 13. Planear actividades en las cuales él sea quien intervenga o
mejor y la olvida menos actúe como persona principal
14. Cuando se le pide que realice muchas tareas en corto 14. Seleccionar las tareas y repartirlas en el tiempo, de forma tal
tiempo, se confunde y rechaza la situación que no le agobien ni le cansen