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Unificación italiana

La Unificación italiana fue el proceso histórico que, a lo largo del sigo XlX, llevó a la unión de los diversos Estados en los que
la peninsular itálica  estaba dividida, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas», como los Habsburgo o
los Borbones. Ese proceso ha de entenderse en el contexto cultural del Romanticismo y la aplicación de la ideología nacionalista,
que pretendía la identificación de nación y Estado, en un sentido centrípeto y, en el caso de Italia, también irredentista. En Italia
se le conoce sobre todo como el Resurgimiento (Resurgimiento en it.), e incluso como la Reunificación italiana, debido a
que Italia fue unificada por Roma en el siglo III a.C. y durante setecientos años constituyó, de iure, la prolongación territorial de
la misma capital del Imperio, gozando, durante largo tiempo, de un estatus único y privilegiado(por esa razón nunca fue
una provincia ,a diferencia de todos los demás territorios conquistados).

Desde la época romana hasta el siglo XVII

Antonio Gramsci escribió, en los años 1930, que para entender el Resurgimiento italiano hay que analizar algunas épocas
históricas en las que se crearon las condiciones culturales que tuvieron una repercusión sobre él. Esos elementos estuvieron
también influenciados por la vida nacional en edad post-resurgimiento, o sea, cuando ya se había constituido un Estado italiano
unitario​Entre esas épocas revisten suma importancia para el intelectual y político sardo la edad romana durante el período
republicano, la edad de las libertades comunales (desde el siglo XI hasta el XIV) 
SIGLO XVIII
Tambien conocido como (siglo dieciocho después de Cristo ) los vínculos entre Italia y España se aflojaron
y, en el siglo XVIII, se rompió la estrecha unión entre los dos países, cuyos pueblos se fueron alejando e
ignorando.​
En efecto el tratado de Utrecht (1713) puso término a la dominación
española que durante dos siglos había condicionado directa o
indirectamente la vida política y económica de la mayor parte de
Italia. En virtud de ese mismo tratado, el Imperio austríaco empezó a
desempeñar un papel hegemónico en el norte de la península
gracias a la anexión del Ducado de Milán y al control estricto que ejerció en el Gran Ducado de Toscana a partir del
año 1731.
Revoluciones de 1820 y 1830
Revoluciones de 1820
En 1820 se inició en Europa una oleada revolucionaria que afectó sobre todo al área mediterránea. La
revolución se inició en España a causa del levantamiento de Riego.
•GRACIAS
Revoluciones de 1830
Alrededor de 1830 rebrotó el sentimiento revolucionario a favor de la unificación italiana; una serie de rebeliones sentó las
bases para la creación de un único estado nacional unitario en la península italiana.
El duque de Módena, Francisco IV, que era muy ambicioso, quería convertirse en rey de la Alta Italia aumentando su
territorio. En 1826 dejó claro que no se opondría a aquellos que derribaran la oposición de la unificación. Animados por la
declaración, los revolucionarios en la región comenzaron a organizarse.
Durante la revolución de julio de 1830, los revolucionarios franceses forzaron al rey a abdicar y colocaron en el trono
a Luis Felipe de Orleans, que prometió a algunos revolucionarios, como Ciro Menotti, que Francia ayudaría a los
revolucionarios italianos si Austria intervenía militarmente. Sin embargo, temiendo perder su trono, Luis Felipe decidió no
intervenir en la sublevación prevista de Menotti. Esta no llegó a ocurrir porque en 1831 la policía papal descubrió los
planes de Menotti, quien fue arrestado junto con otros conspiradores.

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