RESOLUCIONES DE DEVOLUCIÓN DE FORMA Y FONDO DE INVENCIONES,

MODELOS INDUSTRIALES Y DIBUJOS INDUSTRIALES NACIONALES E

INTERNACIONALES.

AUTORES: ALBANY LOPENZA1, ALFONSO UGARTE2, LEONARDO ROJAS3.

RESUMEN

En la actualidad, la Propiedad Intelectual se constituye como una de las principales instituciones jurídico-económicas
dentro de la ciencia del Derecho. Razón por la cual se analizaron los aspectos legales relacionados con la
clasificación del sistema de propiedad intelectual, estableciendo determinadas consideraciones sobre su regulación
según la normativa venezolana y la manera en que se protegen estos derechos, por lo que el presente estudio estuvo
dirigido a realizar un análisis de los elementos característicos de los actos administrativos y, en particular, sobre las
resoluciones emanadas del Servicio Autónomo de Propiedad intelectual (SAPI) que devuelven las solicitudes de
patentes de invenciones, modelos y dibujos industriales por no cumplir con los requisitos de forma de fondo para
obtenerlas.

Palabras clave: Propiedad intelectual; patentes; actos administrativos; vicios de forma; invenciones.

ABSTRACT

Currently, Intellectual Property is one of the main legal-economic institutions within the science of Law. For this
reason, the legal aspects related to the classification of the intellectual property system were analyzed, establishing
certain considerations on its regulation according to the Venezuelan regulations and the way in which these rights are
protected, for which the present study was directed to perform an analysis of the characteristic elements of the
administrative acts and, in particular, on the resolutions issued by the Autonomous Service of Intellectual Property
(SAPI) that return the patent applications of inventions, models and industrial designs for not complying with the
requirements of form and substance to obtain them.

Keywords: Intellectual property; patents; administrative acts; form vices; inventions.

INTRODUCCIÓN
1 Inexco Private Clients, Asesores de Inversión, C.A. albanylopenza30@gmail.com
2 Libre ejercicio de la profesión del Derecho. alfonsougarteh@gmail.com
3 Dirección Ejecutiva de la Magistratura. leonardorojasabogado@hotmail.com
La propiedad intelectual, fruto de su evolución
histórica, cubre hoy en día un número cada vez más
creciente de disciplinas y actividades económicas,
artísticas y de entretenimiento.
La Propiedad Industrial puede definirse como el
conjunto de derechos exclusivos que puede poseer
una persona sobre una invención, un diseño
industrial o sobre un signo distintivo. También
puede ser considerado como el conjunto de
derechos que corresponden al autor de
determinadas creaciones inmateriales que puedan
tener una aplicación industrial y que se protegen
como verdaderos derechos de propiedad.
En el presente artículo abordamos cómo se
protegen los derechos de propiedad intelectual
según el ordenamiento jurídico venezolano, así
como los procedimientos que se deben realizar ante
el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual
(SAPI) y los actos administrativos dictados por
este, en el marco de la obtención del
reconocimiento y registro de estos derechos e
invenciones.
PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD
INTELECTUAL EN VENEZUELA
La regulación de la propiedad Industrial en
Venezuela se remonta al año de 1955, a pesar de
que ciertos autores difieren de esta postura.
En Venezuela, la protección de la propiedad
intelectual está regulada por la Ley de Propiedad
Industrial y la Ley de Derecho de Autor. La
primera cubre patentes, marcas y diseños
industriales, mientras que la segunda se encarga de
la protección de obras literarias y artísticas. Ambas
leyes establecen los requisitos para la protección,
los derechos del titular y las sanciones por
infracciones.
Asimismo, Venezuela es signataria de varios
tratados internacionales relacionados con la
propiedad intelectual, como el Convenio de París y
el Convenio de Berna.
Es menester indicar que la Propiedad Intelectual en
Venezuela no solo cuenta con un marco jurídico y
una serie de normativas contenidas en un cuerpo
Legal, sino que también cuenta con un órgano
competente que se denomina Servicio Autónomo
de Propiedad Intelectual (SAPI), adscrito al
Ministerio de Comercio, el cual se encarga del
procedimiento de registro, y por ende la resolución
en sede administrativa de las discrepancias o
desacuerdo de las creaciones inmateriales antes
mencionadas.
De igual modo, cada creación cuenta con un
procedimiento a seguir a fin de adquirir esta
protección que brinda el derecho de propiedad
industrial.
En este sentido, cabe aclarar qué es lo que
comprende la propiedad intelectual en Venezuela.
En primer lugar, los derechos de autor son un
conjunto de normas jurídicas y principios que
afirman los derechos morales y patrimoniales que
la ley concede a los autores, por el simple hecho de
la creación de una obra literaria, artística, musical,
científica o didáctica, esté publicada o inédita.
Mientras que los derechos de propiedad industrial
se refieren a los relacionados con las actividades
productivas y comerciales. Se consideran al
conjunto de derechos exclusivos que protegen las
creaciones de personas físicas o jurídicas sobre
invenciones, siendo su objeto patente, dibujos y
modelos industriales; así como los signos
distintivos como las marcas para productos y
servicios, los nombres y denominaciones
comerciales, lemas o avisos comerciales,
indicaciones geográficas protegidas, las
denominaciones de origen, circuitos integrados y
sistemas de trazados.
Vale decir, que los derechos de propiedad
industrial incentivan la creatividad en el dominio
de la técnica y de la estética industrial, y otorgan
un derecho de uso que le permite monopolizar su
explotación dependiendo de la figura jurídica y de
las disposiciones legales en cada país.
Las marcas a diferencia de las patentes, pueden ser
renovadas, según los años que establecen las leyes
y las tasas de cada país, por tanto, pueden ser
indefinidamente protegidas. Estos derechos son
territoriales, de manera que deben ser registrados
en cada país que se aspira o desea comercializar o
fabricar.
Para romper el monopolio generado por una
patente es necesario rebasar la tecnología protegida
y por lo tanto se incentiva el desarrollo de nuevas
tecnologías y en consecuencia de la industria.
También tenemos figuras que dentro de la
propiedad industrial han venido ocupando cierto
espacio importante, como lo son las Indicaciones
Geográficas protegidas y las denominaciones de
origen. Estas dos figuras otorgan un derecho y
protección a los procesos de fabricación y materias
primas de los productos, impidiendo su uso si no se
cumplen con un conjunto de normas. Por ello cada
producto designado debe contar con una Norma
Específica y Consejos Reguladores formados por
productores y observadores, que vigilan el
cumplimiento de las normas.
Con la creación del Servicio Autónomo de
Propiedad Intelectual, que unifica en su estructura
la protección del Derecho de Autor y la Propiedad
Industrial, se ha pretendido dar una actualización a
las regulaciones vigentes, pero al tratarse de un
órgano administrativo cuyas funciones son
claramente distintas a las funciones que competen
al legislador es muy difícil que puedan avanzar lo
suficiente al respecto, pero en la actualidad, en la
práctica del sistema venezolano, se utilizan los
mecanismos definidos por el SAPI.
Es por todo lo anterior que se estima que la ley
vigente y todo el sistema aplicable requiere una
actualización sobre los aspectos que se buscan
proteger en la Industria, para que estos puedan ser
adaptados a los avances científicos y tecnológicos
que siguen en constante desarrollo, y que además
se pueda brindar una mejor protección a las nuevas
formas y figuras que en dicha materia se han
creado.
VICIOS E INVALIDEZ DE LOS ACTOS
ADMINISTRATIVOS DICTADOS POR EL
SAPI
Los actos administrativos son parte fundamental de
cualquier gobierno, ya que establecen las normas y
regulaciones para el buen funcionamiento de los
servicios públicos. En Venezuela, los actos
administrativos están regulados por la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos
(LOPA). Esta ley establece los procedimientos que
deben seguirse para garantizar que los actos
administrativos se lleven a cabo de manera
eficiente y eficaz.
Desafortunadamente, a pesar de la existencia de
esta ley, los actos administrativos en Venezuela son
susceptibles a diversas fallas y vicios que pueden
llevar a complicaciones legales y nulidades
administrativas. En este artículo, explicaremos los
principales vicios de los diferentes tipos de actos
administrativos en Venezuela y principalmente
sobre las resoluciones de devolución de forma y
fondo de invenciones, modelos industriales y
dibujos industriales nacionales e internacionales
emanados del Servicio Autónomo de Propiedad
Intelectual (SAPI).
Pero, para ello, es menester primero fijar la
naturaleza jurídica del acto en cuestión y entender
algunos aspectos fundamentales del mismo.
La LOPA establece los procedimientos que deben
seguirse para garantizar que los actos
administrativos se lleven a cabo con eficiencia y
eficacia. Sin embargo, a pesar de la existencia de
esta ley, los actos administrativos son susceptibles
de diversos defectos y vicios que pueden llevar a
complicaciones legales y errores administrativos.
Los actos administrativos en Venezuela pueden
dividirse en dos grandes categorías: de efectos
generales y de efectos particulares.
La Ley de Procedimientos Administrativos
establece que los vicios de los actos
administrativos son los defectos o irregularidades
que pueden presentarse en la formación o
contenido de los mismos. Los principales vicios de
los actos administrativos son los siguientes:
● Falso supuesto: El acto se basa en hechos
inexistentes o no probados.
● Desviación de poder: El acto se dicta con
un fin distinto para el que fue concebido.
● Incompetencia: El acto es dictado por una
autoridad que carece de competencia para
ello.
● Desviación de procedimiento: El acto no
respeta el procedimiento establecido por la
ley.
 ● Violación de la ley: El acto se dicta en
contra de la ley.
● Vicios en la motivación: La motivación de
un acto es insuficiente, contradictoria, falsa
o inexistente.
● Error de hecho: El acto se basa en una
apreciación errónea de los hechos.
Es importante tener en cuenta que la presencia de
un vicio en un acto administrativo puede dar lugar
a su impugnación y, eventualmente, a su anulación
por parte de los tribunales competentes.
Uno de los vicios más comunes de los actos
administrativos, es la falta de formalidades e
irregularidades procedimentales. De acuerdo con la
LOPA, los actos administrativos deben ser dictados
por escrito y deben incluir el nombre de la
autoridad administrativa, el nombre del
destinatario, una descripción clara y precisa del
acto, el fundamento legal del acto, y la fecha y
lugar de emisión.
Sin embargo, en la práctica, los actos
administrativos a menudo carecen de estas
formalidades, lo que puede dar lugar a
complicaciones jurídicas y errores administrativos.
Por ejemplo, un acto administrativo que carece de
una descripción clara y precisa del acto puede ser
impugnado, ya que no queda claro lo que la
autoridad administrativa solicita u ordena.
Otro vicio común en los actos administrativos, es la
falta de motivación o justificación. Según la
LOPA, los actos administrativos deben ser
motivados y justificados, lo que significa que la
autoridad administrativa debe dar una explicación
clara y precisa del acto.
Sin embargo, en muchas ocasiones, los actos
administrativos suelen carecer de motivación o
justificación, lo que puede dar lugar a
complicaciones jurídicas y errores administrativos.
Ahora bien, a raíz de la promulgación de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos, se
establecieron tres tipos de recursos que podrán ser
intentados por el interesado cuando el acto que se
impugna lesione sus derechos subjetivos, o
intereses legítimos personales y directos, siendo
éstos:
● El recurso de reconsideración: El cual debe
ser interpuesto dentro de los quince (15)
días siguientes a la notificación del acto
que se impugna por ante el Registrador.
● El recurso jerárquico: El cual procederá si
el Registrador decidiera no modificar el
acto en la forma solicitada en el Recurso de
Reconsideración. Deberá de igual forma
interponerse dentro de los quince (15) días
siguientes a la decisión dictada por el
Registrador interponiéndose directamente
por ante el Ministro.
● El recurso de revisión: El cual procede
contra los actos administrativos firmes,
pudiéndose intentar ante el Ministro en los
siguientes casos:
1. Cuando hubieren aparecido
pruebas esenciales para la
resolución del asunto, no
disponibles para la época de la
tramitación del expediente. El
mismo procede, al tenerse noticia
de la existencia de dichas pruebas.
Este recurso podrá ejercerse por
ejemplo, a la hora que se detecte
que una renovación no ha sido
efectuada de acuerdo a la Ley y
previamente se hubiera negado el
registro de una marca por la
existencia de aquel registro previo.
El solicitante cuya solicitud fue
negada por parecido con la marca
que para aquel entonces estaba
registrada podrá ejercer el presente
recurso.
2. Cuando en la resolución hubiere
influido en forma decisiva,
documentos o testimonios
declarados falsos por sentencia
judicial definitivamente firme.
3. Cuando la resolución hubiere sido
adoptada por violencia, soborno u
otra manifestación fraudulenta y
ello hubiere quedado establecido
en sentencia judicial,
definitivamente firme.
En estos dos últimos casos dicho recurso procede
dentro de los tres (3) días siguientes, a la fecha de
la sentencia señalada.
Además, quedará abierta la vía judicial cuando
interpuestos los recursos que ponen fin a la vía
administrativa éstos hayan sido decididos en
sentido distinto al solicitado, o no se haya
producido decisión en los plazos otorgados por la
Ley.
NATURALEZA JURÍDICA DEL ACTO
ADMINISTRATIVO QUE NIEGA LA
PATENTE DE INVENCIÓN, MODELOS O
DIBUJOS INDUSTRIALES
Para entender la naturaleza jurídica de dicho acto
primero debemos entender de donde emana, por
eso haremos un breve resumen de qué es el
Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual
(SAPI).
¿Qué es el SAPI?
El Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual,
es un ente adscrito al Ministerio del Poder Popular
de Comercio Nacional, encargado de la protección
de los derechos de los inventores, autores y
productores sobre sus creaciones.
El SAPI es el organismo que ejerce la competencia
sobre la propiedad intelectual que le corresponde al
Estado venezolano. Su misión es salvaguardar los
derechos morales y patrimoniales de los creadores
de obras literarias, artísticas, científicas o
didácticas, así como las expresiones culturales del
pueblo.
El SAPI tiene como funciones principales:
- Registrar y proteger las marcas, patentes,
derechos de autor, indicaciones geográficas y otros
signos distintivos que identifican los productos y
servicios de los creadores e innovadores
venezolanos.
- Autorizar, vigilar, inspeccionar, suspender y/o
cancelar el funcionamiento de las entidades de
gestión colectiva que representan los intereses de
los titulares de derechos de autor y derechos
conexos.
- Actuar como mediador o árbitro en los conflictos
que surjan entre los titulares de derechos de
propiedad intelectual y los usuarios o terceros que
afecten sus intereses legítimos.
- Promover e incentivar el desarrollo, proyección y
consolidación de una cultura de respeto por el
derecho de autor y la propiedad industrial en el
país.
El marco legal que rige al SAPI está conformado
por las siguientes normas jurídicas:
- La Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), que reconoce el derecho a la
propiedad intelectual como un derecho humano
fundamental y establece que el Estado garantizará
su protección mediante leyes nacionales e
instrumentos internacionales.
- La Ley sobre el Derecho de Autor (1993), que
regula los derechos morales y patrimoniales que
corresponden a los autores, coautores y productores
sobre sus obras literarias, artísticas o científicas, así
como las expresiones culturales del pueblo
venezolano.
- La Ley sobre Propiedad Industrial (1955), que
regula los derechos exclusivos que corresponden a
los inventores, descubridores e introductores sobre
sus creaciones inventivas o descubrimientos
relacionados con la industria; así como a los
productores, fabricantes o comerciantes sobre las
frases o signos especiales que distinguen sus
productos o servicios en el mercado .
- Los Decretos con Rango Valor y Fuerza Ley
Orgánica para la Gestión Comunitaria del Poder
Popular (2010) y Orgánica para la Gestión
Comunitaria del Poder Popular en Materia
Económica (2011), que establecen las bases para
impulsar el desarrollo endógeno sustentable
mediante la participación protagónica del pueblo
organizado en la generación y difusión del
conocimiento libre y socializado .
- Los Reglamentos Internos del SAPI (2006) y del
Registro Nacional Automatizado del Derecho
Intelectual (2007), que establecen las normas
administrativas para el funcionamiento interno del
organismo; así como las condiciones técnicas para
realizar los trámites electrónicos relacionados con
la propiedad intelectual ante el SAPI .
- Los Tratados Internacionales suscritos por
Venezuela en materia de propiedad intelectual,
tales como: el Convenio Universal sobre Derecho
de Autor (1952); el Convenio Internacional para la
Protección contra las Radiodifusiones Piratas
(1965); el Convenio Internacional para la
Protección contra las Reproducciones Piratas
Fonográficas (1971); el Convenio Internacional
para Proteger a los Productores Fonográficos
contra Reproducciones No Autorizadas (1971); el
Convenio Internacional para Proteger a Artistas
Intérpretes o Ejecutantes contra Radiodifusiones
No Autorizadas (1973); el Acuerdo sobre Aspectos
Relacionados con el Comercio Internacional en
Materia Propiedad Intelectual - ADPIC/TRIPS -
OMC - 1994; entre otros.
En Venezuela, para poder registrar derechos de
propiedad intelectual e industrial se debe acudir al
SAPI, el cual otorga concesiones o rechazos de
dichos derechos mediante boletines, los cuales son
publicaciones oficiales de este organismo que
contienen información sobre las solicitudes y
concesiones de patentes, marcas, diseños
industriales y otros derechos de propiedad
industrial en Venezuela.
Los boletines se publican cada 15 días y se pueden
consultar en línea o en formato impreso. Este
boletín es un acto administrativo por definición, y
por lo tanto los boletines que rechazan o niegan el
registro de invenciones, modelos y dibujos
industriales también lo son, por lo que deben estar
sujetos a las formalidades de los actos
administrativos.
Sin embargo, es interesante entrar a analizar el
porqué en las publicaciones de los boletines de
propiedad intelectual, no existe ninguna
motivación.
Los actos administrativos son manifestaciones de
voluntad de las Administraciones Públicas que
tienen efectos jurídicos sobre los derechos,
libertades o intereses de otros sujetos públicos o
privados. Están sometidos al control del Derecho
Administrativo y deben servir al interés general.
Estos actos pueden clasificarse según diversos
criterios, como su naturaleza, su relación con la
ley, su finalidad o su forma de expresión. Algunos
ejemplos de actos administrativos son las
concesiones, las licencias, las sanciones o las
resoluciones.
La Administración Pública al dictar un acto
administrativo, puede hacerlo a favor o en contra
del administrado, quién puede ver su pretensión
admitida o denegada por el órgano administrativo
competente encargado de tomar tal decisión. Si
dicha pretensión es denegada, el administrado tiene
derecho a defender sus intereses, por lo que podrá
interponer el recurso pertinente (siempre que el
acto emitido sea recurrible en vía administrativa) o
iniciar en sede judicial un proceso contencioso-
administrativo.
A la hora de defender sus intereses, el administrado
se basará en los argumentos esgrimidos por la
Administración a la hora de desestimar su
pretensión, dicho en otras palabras, en la
motivación del acto administrativo.
La Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos (LOPA) no contiene una
definición que nos indique lo que ha de entenderse
por motivación. Sin embargo, podemos definirla
como la expresión de la congruencia que existe
entre las razones de hecho y las razones de derecho
que justifican la decisión adoptada en el acto. En
otras palabras, la efectividad del acto que se dicta
para alcanzar estos fines, su adecuación.
Sin embargo, lo interesante es poder aislar el
elemento motivo en el acto administrativo, frente a
los presupuestos de hecho. El deber de motivación
de los actos definitivos de efectos particulares se
encuentra establecido en el artículo 9° de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos.
Por lo tanto, tal motivación deviene de máxima
importancia ya que su carencia limitaría la defensa
del administrado tanto en vía administrativa como
en vía judicial, dejándolo sin argumentos que
oponer a la hora de elaborar el recurso
correspondiente o para dar inicio a cualquier
procedimiento contencioso-administrativo.
CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE
MOTIVACIÓN
Antes de entrar en las consecuencias de la falta de
motivación sería oportuno establecer algunas
precisiones acerca de la invalidez de los actos
administrativos y sus clases.
La invalidez es definida por algunos autores como
una “situación patológica del acto administrativo”,
caracterizada por la falta o vicio de alguno de sus
elementos. Estos vicios pueden originar
simplemente la nulidad o anulabilidad del acto
administrativo, figura contemplada en los art. 19 y
20 de la LOPA, lo que conduciría inevitablemente
a la anulación del acto administrativo.
Además de esas dos categorías de invalidez, la Ley
encuadra una tercera, que es la nulidad parcial
establecida en el art. 21, que no invalida la
totalidad del acto sino sólo aquella parte afectada
por el vicio.
Volviendo a la temática que nos ocupa, un acto
administrativo huérfano de motivación puede
incurrir como regla general en un vicio de
anulabilidad. Respecto a la inmotivación de los
actos administrativos la sentencia la Sala de
Casación Social del Tsj en Sentencia N.- 60, Exp.-
16-220 de fecha 05/04/2019 estableció:
“En este sentido, y respecto a lo
alegado por la demandante, se ha
sostenido que el vicio de
inmotivación aparece ante la falta
absoluta de fundamentos, pues, se
entiende que la motivación está
vinculada con la defensa de los
administrados y con la posibilidad
de que la autoridad judicial pueda
revisar su legalidad con
posterioridad a su emisión.
Para esclarecer un poco más la
configuración del vicio bajo
análisis, esta Sala de Casación
Social trae a colación las sentencias
Nros. 551 y 732 proferidas por la
Sala Político-Administrativa, de
fechas 30 de abril de 2008 y 27 de
mayo de 2009, respectivamente, en
las cuales se estableció lo siguiente:
(…) todo acto administrativo,
excepto los de simple trámite, debe
contener expresión sucinta de los
hechos que lo justifican y sus
fundamentos legales. En este
sentido, en jurisprudencia de esta
Sala, se ha señalado que la
motivación es un requisito esencial
para la validez del acto
administrativo; que basta para
tener cumplido el mismo, que ésta
aparezca en el expediente formado
con ocasión de la emisión del acto
administrativo y sus antecedentes,
siempre que su destinatario haya
tenido acceso y conocimiento
oportuno de éstos, resultando
suficiente en determinados casos, la
simple referencia de la norma
jurídica de cuya aplicación se trate.
Con relación a la inmotivación
como vicio de forma de los actos
administrativos, se reitera que la
misma consiste en la ausencia
absoluta de motivación; más no
aquella que contenga los elementos
principales del asunto debatido, y
su principal fundamentación legal,
lo cual garantiza al interesado el
conocimiento de las razones sobre
las cuales se basa la decisión.
Resultando así suficiente que
puedan colegirse cuáles son las
normas y hechos que sirvieron de
base a la decisión.
Vistos los criterios
jurisprudenciales en referencia,
tenemos que el vicio de
inmotivación se manifiesta cuando
los actos administrativos carecen de
argumentación de hecho y de
derecho, lo cual resultaría un
obstáculo tanto para que los
órganos competentes ejerzan el
control de legalidad sobre dichos
 actos, como para que los
particulares destinatarios de las
manifestaciones de voluntad de la
Administración, puedan ejercer
cabalmente su derecho a la
defensa.”
Entonces, la ausencia de motivación sería
constitutiva de la anulabilidad del acto si el
administrado se ha visto imposibilitado a la hora de
conocer las razones que han conducido a la
Administración a dictar el acto en cuestión, lo que,
como se ha dicho más arriba, podría generar
indefensión, confirmándose en el caso de que no se
haya producido ese desconocimiento de los
motivos y razones en que se funda la decisión
administrativa.
Por ello, resulta primordial determinar si
efectivamente se ha cumplido, o no, con la
finalidad que exige la motivación de los actos
administrativos, es decir, si el administrado ha
llegado a conocer las razones de la decisión
adoptada por la Administración. Solo tras esa
indagación podrá valorarse si concurre o no la
indefensión referida.
MOTIVACIÓN “IN ALIUNDE”
Para establecer un criterio más amplio daremos a
conocer muy brevemente algunos ejemplos de este
tipo de motivación en otros países. Bien podemos
encontrarnos ante una motivación denominada
doctrinalmente “in aliunde”, consistente en
fundamentar el sentido de un acto administrativo
sobre informes, dictámenes o documentos técnicos
obrantes en el expediente administrativo y cuyo
fundamento legal en el caso de España se encuentra
en el art.88.6 LPA 39/2015, conforme al cual: “6.
La aceptación de informes o dictámenes servirá de
motivación a la resolución cuando se incorporen
al texto de la misma. Si tales informes constan en
el expediente administrativo y el destinatario ha
tenido cumplido acceso al mismo, la motivación
“in aliunde” satisface las exigencias.
El Tribunal Supremo de España considera
igualmente válida esta forma de motivación, y así
cabe citar la STS de 11 de febrero de 2011 (recurso
N° 161/2009): “Siguiendo con la exigencias
propias de la motivación, debemos añadir que la
motivación puede contenerse en el propio acto, o
bien puede realizarse por referencia a informes o
dictámenes, ex artículo 89.5 de la Ley 30/1992,
cuando se incorporen al texto de la misma. Ahora
bien, esta exigencia de la incorporación de los
informes, contenida en el mentado artículo 89.5
“in fine”, ha sido matizada por la jurisprudencia
de este Tribunal Supremo –Sentencias de 21 de
noviembre de 2005, 12 de julio de 2004, 7 de julio
de 2003, 16 de abril de 2001 y 14 de marzo de
2000– en el sentido de considerar que si tales
informes constan en el expediente administrativo y
el destinatario ha tenido cumplido acceso al
mismo, la motivación mediante esta técnica “in
aliunde” satisface las exigencias de la motivación,
pues permite el conocimiento por el receptor del
acto de la justificación de lo decidido por la
Administración”.
De la doctrina expuesta anteriormente, podemos
extraer los dos requisitos necesarios para que la
modalidad de motivación por remisión o “in
aliunde” cumpla las exigencias requeridas en los
actos administrativos y no incurra en ningún tipo
de vicio invalidante o en alguna irregularidad no
invalidante:
● Se permita el acceso al expediente
administrativo con carácter previo a la
interposición de cualquier reclamación,
evitando, así, la indefensión real y material
del administrado.
● La resolución administrativa asume como
motivación el contenido de los informes
técnicos obrantes en el expediente
administrativo al que tuvo acceso el
administrado.
Y es que la Jurisprudencia, al examinar la
motivación de los actos administrativos, no los
aísla, sino que los pone en interrelación con el
conjunto que integran los expedientes, a los que
atribuye la condición de unidad orgánica. Lo
importante es que el acto no aparezca desprovisto
de razones suficientes para ser dictado, que éstas se
expresen y exterioricen por la Administración y
que el destinatario del mismo tenga acceso a ellas.
Sin embargo, en el caso de Venezuela podemos ver
que la Sala de Casación Social del Tribunal
Supremo de Justicia, establece que la “motivación”
es un requisito esencial para la validez del acto
administrativo, y se cumple con el acceso y
conocimiento oportuno y de por lo menos la simple
referencia de la norma jurídica de cuya aplicación
se trate y que el vicio de “inmotivación” se
manifiesta cuando los actos administrativos
carecen de argumentación de hecho y de derecho
suficiente para sustentar el acto administrativo.
No encontramos hasta ahora ningún criterio de un
tribunal nacional que haga referencia a la
posibilidad de aceptar este tipo de motivación “in
aliunde”, además de que la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos tampoco lo
establece. En tal sentido, indica la Sala que tal
requisito es necesario para garantizar el ejercicio
del derecho a la defensa de las partes porque
impide a los administrados conocer y controvertir
las razones y los fundamentos legales de las
decisiones de la Administración. La motivación es
un requisito de fondo y un factor de racionalidad
que garantiza el debido proceso y el control de
legalidad.
Con respecto al acto administrativo que nos ocupa
relacionado a los boletines que rechazan o niegan
el registro de invenciones, modelos industriales y
dibujos industriales, encontramos que en el cuerpo
de estos no se encuentra una motivación de la
decisión. Sin embargo, dicha motivación sí está
contenida en una resolución separada del acto pero,
de carácter confidencial, con lo cual, si bien es
cierto que la ley no dice nada al respecto, la
jurisprudencia nacional nos hace referencia a una
motivación “in aliunde” al establecer:
“En este sentido, en
jurisprudencia de esta Sala, se
ha señalado que la motivación es
un requisito esencial para la
validez del acto administrativo;
que basta para tener cumplido el
mismo, que ésta aparezca en el
expediente formado con ocasión
de la emisión del acto
administrativo y sus
antecedentes, siempre que su
destinatario haya tenido acceso
y conocimiento oportuno de
éstos”
Podemos deducir que para la Sala, la motivación
del acto se tiene por cumplida siempre que su
destinatario haya tenido acceso al mismo y un
conocimiento oportuno, a los fines de resguardar su
derecho a la defensa.
CONCLUSIONES
Como hemos visto, la Propiedad Intelectual sobre
invenciones cuenta en Venezuela con un marco
regulatorio que le protege desde el siglo XIX,
reafirmado en el texto constitucional de 1999,
siendo la Administración Pública la encargada de
brindar esa protección mediante actos
administrativos, en este caso en específico
resoluciones, que bien pueden otorgar o no la
respectiva patente.
Dicha función está legalmente atribuída al Servicio
Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI),
instituto autónomo adscrito al Ministerio del Poder
Popular para el Comercio Nacional, encargado de
atender, otorgar y garantizar todo lo concerniente al
Derecho de Autor, Marcas, Patentes e Indicaciones
Geográficas Protegidas.
En el ejercicio de dicha facultad, le corresponde al
SAPI otorgar respuesta (afirmativa o negativa) a
los solicitantes, en cumplimiento del derecho de
petición, consagrado en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Para ello, están en la obligación de sustanciar todas
las solicitudes presentadas, en acatamiento de la
legislación vigente, verificando que estén ajustadas
a derecho y otorgándolas, si resultare viable.
Desafortunadamente, se ha presentado en la
práctica otra problemática en materia de solicitudes
introducidas por ante el SAPI: la abstención.
Ocurre con frecuencia, que transcurridos los lapsos
para la publicación de las correspondientes
resoluciones, no ocurre, dejando a los solicitantes
en la imperiosa necesidad de intentar el recurso por
abstención de la Administración Pública, con los
costes e inconvenientes que ello implica.
 [http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scs/abril/304327-
Por último, y en el caso específico objeto del 0060-5419-2019-16-220.HTML]
presente trabajo, se observa con preocupación del
texto de los boletines emitidos por el SAPI, que el
texto de las resoluciones reproducido en los
mismos, carece en su mayoría, de la motivación
propia de un acto administrativo, conforme a lo
establecido en la legislación vigente y la reiterada y
pacífica jurisprudencia al respecto, haciéndolos
susceptibles de ser impugnados a través de los
recursos contenciosos correspondientes.

Sin embargo, como bien se ha establecido

anteriormente, basta con que la motivación del acto
administrativo que niega la solicitud de patentes de
invención, modelos o dibujos industriales, consten
en el expediente administrativo y que el solicitante
tenga acceso a ella para que el acto se considere
motivado y por ende, válido.

REFERENCIAS

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“Gestión de la Propiedad Intelectual: Propuesta para
desconcentración del Servicio Autónomo de Propiedad
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