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URINARIOS
La diálisis puede ser necesaria por diferentes motivos, pero la más frecuente es la
incapacidad de los riñones para filtrar adecuadamente los productos de desecho de
la sangre (insuficiencia renal). La funcionalidad renal puede disminuir rápidamente
(llamada lesión renal aguda o insuficiencia renal aguda), o bien los riñones pueden
perder lentamente su capacidad de filtrar los productos de desecho (llamada
enfermedad renal crónica o insuficiencia renal crónica).
En las personas con insuficiencia renal, muchos médicos recomiendan la diálisis
cuando los análisis de sangre muestran que los riñones ya no pueden filtrar
adecuadamente los productos de desecho y su acumulación causa problemas. Si
se trata de lesión renal aguda, los médicos continúan con la diálisis hasta que los
resultados de los análisis de sangre indican que la persona ha recuperado la
función renal adecuada. Para las personas con enfermedad renal crónica, la diálisis
puede utilizarse como una terapia a largo plazo o como medida temporal hasta
que la persona pueda recibir un riñón trasplantado. La diálisis a corto plazo o la de
urgencia también pueden utilizarse para eliminar líquidos, determinados fármacos
o venenos del organismo.
Introducción a las vitaminas y los
minerales
Tomar la decisión de comenzar un proceso de diálisis de larga duración no es fácil, ya que esta
decisión significa un gran cambio en el estilo de vida de la persona, que incluye el hecho de
depender de una máquina para mantenerse con vida. Sin embargo, para la mayor parte de las
personas, un programa de diálisis eficaz proporciona una calidad de vida aceptable.
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La mayoría de las personas sometidas a diálisis pueden seguir una dieta tolerable, tienen una
presión arterial normal y evitan la progresión del daño neural, la anemia grave (una disminución del
número de glóbulos rojos en la sangre, que transportan oxígeno a las células del organismo) y otras
complicaciones peligrosas. La diálisis, por lo general, precisa el esfuerzo de un equipo de personas:
El médico establece la necesidad de someterse a diálisis, trata las complicaciones yproporciona
atención médica. El personal de enfermería supervisa el bienestar general de la persona, le
proporciona instrucción sobre el procedimiento de diálisis y sobre lo que debe hacer para mantener
el mejor estado de salud posible, supervisa el procedimiento, administra los fármacos relacionados
con la diálisis y supervisa a los técnicos de diálisis.
Con frecuencia, un trabajador social evalúa la salud mental, organiza el transporte y se encarga de
arreglar el procedimiento cuando debe hacerse en otras localidades si la persona se va de viaje, y
organiza la asistencia en casa cuando es necesario.
Los nutricionistas recomiendan una dieta apropiada y supervisan la respuesta a determinadas
alteraciones dietéticas.
También se incorpora al equipo de diálisis un cirujano de trasplantes, cuando
se quiere usar diálisis de forma temporal hasta que se pueda trasplantar un
riñón.
En la hemodiálisis, en la que se extrae la sangre del cuerpo y se filtra
mediante una máquina llamada riñón artificial,
Un técnico se encarga de iniciar el procedimiento y supervisar la máquina de
diálisis
durante el mismo.
Los médicos como el cirujano vascular y a menudo un radiólogo
intervencionista preparan los vasos sanguíneos para que la sangre pueda ser
retirada fácilmente del cuerpo y pasar por un ciclo a través de la máquina de
diálisis.
En casos puntuales se utiliza otra técnica (como la hemofiltración o la
hemoperfusión) para filtrar temporalmente la sangre y lograr lo que haría la
diálisis. Estas técnicas se utilizan con mayor frecuencia si no se puede hacer
diálisis, para eliminar las toxinas de la sangre o para eliminar grandes
cantidades de líquido en algunas personas que sufren insuficiencia renal
aguda.
CUIDADO DE LOS PACIENTES QUE HAN
RECIBIDO UN TRANSPLANTE
RENAL
Un aspecto importante que debe tener en cuenta si recibió un trasplante de riñón es la
adecuación del espacio en el que vive, por lo que deberá adaptarlo para su comodidad y para
facilitar su desplazamiento. Y, aunque la idea es que retome su vida normal, sí deberá
cambiar algunas costumbres y comportamientos pensando siempre en su bienestar. Estas
son algunas recomendaciones para que los cuidados en su salud sean efectivos:
Tome la medicación que el equipo médico le dio y hágalo a las horas indicadas.
Lleve un registro de su presión arterial. Descanse lo necesario (siete u ocho horas diarias)
para su recuperación.
Descanse lo necesario (siete u ocho horas diarias) para su recuperación.
Mantenga la casa limpia.
Alėjese de personas enfermas, sobre todo si sospecha que tienen gripa, resfriado, sarampión,
paperas o varicela.
Viva de manera relajada.
Adopte actitudes positivas. Asegúrese de contar con una red de apoyo cercana y dispuesta a
trabajar en
equipo con usted.
Retome su vida normal poco a poco.
Vuelva a trabajar tan pronto pueda.
PATOLOGÍAS DEL TRACTO URINARIO
Una infección del tracto urinario puede causar las siguientes señales:
dolor y sensación de escozor o quemazón al orinar
urgencia para orinar o necesidad más frecuente para orinar (a pesar de
que se
puede eliminar muy poca orina en cada micción)
fiebre
necesidad de levantarse mucho por la noche para orinar
dolor en el área de la vejiga (generalmente debajo del ombligo)
orina maloliente que puede tener un aspecto turbio o contener sangre.
Si tienes algún sintoma, tendrás que ir inmediatamente al médico.
Cuanto antes comiences el tratamiento, menos incómodo te sentirás.
Llama a la clínica o al consultorio del médico. Si no puedes comunicarte
con tu médico, puedes visitar un centro con atención de urgencias o la
sala de emergencias de un hospital. Lo más importante es que actúes
lo antes posible.
¿Cómo se diagnostican las infecciones del tracto
urinario?
Las infecciones del tracto urinario se tratan con antibióticos. Tras varios días de tratamiento antibiótico, es
posible que el médico repita los análisis de orina para asegurarse de que ya no hay infección. Es importante
asegurarse de que ha desaparecido la infección porque una infección del tracto urinario tratada de forma
incompleta puede recurrir o extenderse a otras áreas.
Si una persona tiene mucho dolor debido a una infección del tracto urinario, es posible que el médico le
recomiende un medicamento que la ayude a aliviar los espasmos y el dolor en la vejiga. Esto le dará color
anaranjado a la orina, pero es inocuo (no hace daño) y, en general, hace que la persona se sienta mejor en
cuestión de horas. En el caso de una infección de riñón, el médico puede recetar medicamentos para el dolor. Si
has terminado todo el medicamento o si tus síntomas no mejoran mucho después de 2 a3 días de tratamiento,
comunícate con el médico.
Bebe mucha agua durante el tratamiento y después de él porque cada vez que orinas, la vejiga se limpia un
poco más. También puede resultar útil el jugo de arándanos. Evita las bebidas que contienen cafeína (que
pueden irritar la vejiga), como las gaseosas y el té helado.
Quienes reciben la ayuda de un médico inmediatamente para una infección del tracto urinario deberían estar
libres de síntomas en una semana. Una persona con una infección del tracto urinario más grave puede requerir
tratamiento hospitalario para que reciban antibióticos, sea inyectados o bien administrados por vía intravenosa
(un tubito que se inserta en una vena y que permite administrar el medicamento directamente en la sangre). Es
posible que el médico les diga a las personas con una infección del tracto urinario que eviten las relaciones
sexuales durante aproximadamente una semana para permitir que la inflamación desaparezca por completo.
PROCESOS URINARIOS SECUNDARIOS A OTRAS
PATOLOGÍAS
La derivación urinaria es un procedimiento quirúrgico para crear una nueva
forma de eliminar la orina del cuerpo cuando el flujo de orina está
bloqueado o cuando se debe evitar un área enferma en las vías urinarias.
Las vías urinarias son el sistema de drenaje del organismo para eliminar la
orina, que está compuesta de toxinas y exceso de líquido. Las vías urinarias
están diseñadas para que la orina fluya de los riñones a la vejiga a través
de los uréteres y salga por la uretra. Cuando la orina no puede fluir
normalmente, puede acumularse en la vejiga, los uréteres o los riñones.
Esta acumulación de orina podría causar dolor, infecciones de las vías
urinarias, piedras o cálculos urinarios, lesión en las vías urinarias o
insuficiencia renal. Si se deja sin tratar, la acumulación de orina en las vías
urinarias puede ser potencialmente mortal. La derivación urinaria puede ser
temporal, es decir, el flujo de orina se deriva durante varios días, semanas
o, a veces, meses hasta que la orina pueda volver a fluir normalmente.
También puede ser permanente, es decir, se hace una cirugía para crear un
cambio permanente en la forma en que la orina fluye a través del cuerpo.