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Unidad 3
LIC. Ileana Marcela Castillo Geniz
Ana Sofía López Carvajal 2021031
Grupo 017
Facultad de Derecho y Criminología
Derecho Romano
Caracteres Fuentes
Generalidades
Concepto
Curatela de
los furiosi Potestad Formas en que se
paternal constituía
Manus
Curatela de
Concepto
los pródigos
Curatela potestad Mancipium
Curatela de
los menores
es Formas de
constitución
de 25 años
Tutela
Fin de la
Curatela de Concepto tutela
los pupilos
• El carácter principal de esta oportunidad es que se tiene menos por el objeto de la protección del hijo
que el interés del jefe de la familia. De este principio derivan las consecuencias siguientes:
• a) No se modifican a medida de este desarrollo las facultades de los que están sometidos, ni por la
edad ni por el matrimonio se les puede libertar.
• b) Sólo pertenece al jefe de familia, aunque no siempre es el padre quien la ejerce; mientras le esté
sometido, su autoridad se borra delante de la del abuelo paterno.
• c) Y, por último, la madre no puede tener nunca la potestad paternal. (Petit, pág. 101)
Caracteres:
• a) El poder del jefe de familia para hacer dar muerte al hijo que estaba bajo su potestad lo
tenemos bien comprobado en una infinidad de testimonios, aunque en tiempos de la República
hacían uso de ello con más moderación, estando también obligados a contar con los parientes más
próximos o bien con más personas importantes, tales como los senadores. En cambio, bajo el
Imperio, hubo en las familias, a causa del reglamento de las costumbres, ciertos abusos de
autoridad, en los cuales tuvo que intervenir el legislador. Por esta razón Adriano castigo con la
expatriación a un padre que, teniéndole un cepo, mató a su hijo, culpable de adulterio con su
suegra. (Petit, pág. 101)
Formas de constitución:
• El mancipium se establecía al modo de mancipatio, siendo numerosos los casos en el
Derecho antiguo en donde había ocasión de establecer la potestad.
• He aquí los principales:
• a) El jefe de familia Pobre confería con frecuencia a un tercero el mancipium sobre su
hijo, mediante un precio o a título de garantía. Ya hemos dicho como la ley de las XII
tablas reprimió el abuso de esta práctica, que terminó por ser prohibida.
• b) Cuando el hijo alieni Iuris había causado por un delito algún daño a otro, el padre
podría cedérselo, manipándole a la parte lesionado punto este abandonó, llamado noxal,
fue practicado hasta Justiniano, que le suprimió.
• c) y, por último, ya sabemos que el mancipium resultaba de las formas antiguas de la
adopción y de la emancipación; Pero entonces solo estaba creada de una manera
temporal para romper la autoridad paterna. (Petit, pág. 124)
Tutela:
• Es un poder dado y permitido por el derecho civil sobre una cabeza libre
para proteger a quien, a causa de su edad, no puede defenderse por sí
mismo.
• El poder concedido al tutor no es una verdadera potestad, pues difiere
notablemente, por varias causas, de la potestad paterna. Así, el impúbero
sometido no queda menos sui juris; el tutor no tiene ni derecho de
corrección ni autoridad sobre la persona del pupilo terminando la tutela
en la pubertad. (Petit, pág. 125)
Clases de tutela:
• Tutela testamentaria: en derecho nombrar una tutor testamentario era en su origen atributo de la potestad
paterna, pues sólo podía hacer uso de ello el padre de la familia, para los impúberos, que, a su muerte, se
hacían sui juris. El jefe de familia solo puede nombrar tutores testamentarios a los que por derecho puede
elegir como herederos; por eso están excluidos los peregrinos y los dediticios, y aun se pueden añadir los
latinos juniani. En cuanto al nombramiento de un esclavo, sólo tiene un efecto haciéndose manumitido
ciudadano. Está permitido al jefe de familia designar en su testamento uno o varios tutores. La pluralidad
de los tutores era muy frecuente entre los romanos. (Petit, pág. 127)
• Tutela legítima de los agnados: en defecto de tutor testamentario se abre la tutela legítima de los
agnados. La ley de las XII tablas indica como tutor al agnado más próximo, y habiendo varios en
el mismo grado, son todos tutores. (Petit, pág. 128)
• Tutela legítima de los gentiles: en el derecho antiguo, y no habiendo agnado, pasaba la sucesión a
los gentiles, y , por tanto, la tutela también debía serles concedida. (Petit, pág. 128)
• Tutela deferida por el magistrado: se procuraron llenar este vacío asegurando u tutor al impúbero
que no tenía agnados. Este fue el objeto de dos leyes.
• a) La ley Atilia: da derecho a nombrar Los tutores en Roma al pretor urbano y a la mayoría de los
tribunos de La Plebe.
• b) La ley Julia Titia: concede el mismo poder al presidente en las provincias punto estos
magistrados superiores solo podían nombrar un tutor después de la información sobre su
moralidad y fortuna. (Petit, pág. 128)
• Tutela legítima del patrono y de sus hijos: cuando el impuro queda manumitido comienza una
nueva familia y no puede tener ni tutor testamentario ni tutor Legítimo agnado. (Petit, pág. 129)
• Tutela legítima del ascendiente emancipador: esta tutela se concede a imitación de la del patrono.
El ascendiente emancipador que habiendo tenido cuidado de volver a emancipar al hijo después de
la tercera mancipación, y el manumite, representa el papel de un patrono. (Petit, pág. 129)
• Tutela fiduciaria: la tutela fiduciaria se
presenta en los dos casos siguientes:
• a) A la muerte del padre en mancipa Dora, tutor
legítimo del emancipado, sus hijos agnados
quedan tutores fiduciarios de su hermano
impuro. Se le llama tutor legítimo por su título
de Padre, cuya razón ya no existe para sus
hijos.
• b) En caso de emancipación de un impuro, el
manumisor extraneus qué le libertó representa
el papel de patrono, siéndole concedida la
tutela punto es un tutor fiduciario Porque existe
entre él y el jefe de familia Un pacto de fiducia,
para obligarle a manumitir al hijo después de la
tercera mancipación. (Petit, pág. 129)
Funciones del tutor:
• En cuanto a las funciones legales del tutor punto el tutor se ocupa de la fortuna del pupilo, y no de su
guarda ni de su educación.
• Casi siempre era el pretor el llamado a Designar en presencia de los parientes más próximos del impúbero,
la persona destinada a educar le, fijando también las cantidades necesarias para ello. Este nombramiento
podía hacerle la madre, el abuelo el cualquier otra persona cuyos méritos y afecciones fuesen garantía para
asegurar la buena educación del impúbero.
• El tutor debe velar únicamente por los intereses pecuniarios del pupilo. Significa que el tutor está dado no
para un bien o un negocio especial, pero si para completar la personalidad jurídica del impúbero y
administrar el conjunto de su patrimonio. (Petit, pág. 130)
Tutela en las mujeres:
• En Roma, el derecho antiguo, las mujeres púberas juris estaban en
tutela perpetua.
• Esta institución parece remontarse a la más alta antigüedad. Los textos
están acordes en señalar Cómo razón de ello la ligereza del carácter de
la mujer y su inexperiencia de los negocios. Pero sometiéndola a tutela
perpetua, Parece ser haber pensado menos en su protección que en
salvar su fortuna en interés de sus agnados. Se dice que tiene por objeto
impedir que la mujer pueda hacer enajenaciones entre vivos o textar en
perjuicio de las personas que deban heredarla. Está consideración,
debió, sin duda, de generalizarse, poniéndose de acuerdo al pensar que
es en la conservación de los bienes de la mujer en beneficio de sus
sagrados dónde hay que buscar la idea primera de la tutela perpetua.
• El tutor de la mujer púbera no tiene más cargo quedar su auctoritas para
ciertos actos, y como no administra, no tiene que rendir cuentas al final
de la tutela.
• La tutela para la mujer púbera solo terminaba por la muerte, y la capitis
deminutio máxima, media o mínima cuándo se daba en adrogación o
caída in manu. (Petit, pág. 140)
Fin de la tutela:
• Las causas que ponen fin a la tutela provienen, bien de la persona del pupilo, bien de la persona del
tutor.
• En el primer caso, la tutela queda terminada definitivamente; en el segundo, solo existe conclusión
de las funciones del tutor; si son varios como la tutela se concentra sobre los demás; de lo contrario,
hay que nombrar nuevo tutor.
• La tutela cesa:
• a) Por la llegada de la pubertad, aunque, sin embargo en el derecho antiguo, la mujer púbera estaba
en tutela perpetua, por razón del sexo;.
• b) Por la muerte del pupilo;.
• c) Por su capitis deminutio máxima, media o mínima, dándose en adrogación. (Petit, pág. 137)
curatela:
• La ley de las XII tablas organizaba la curatela
únicamente para remediar a los incapacitados
accidentales: la de los furiosi y la de los pródigos.
Fue extendida a los mente capti, a los sordos, a los
mudos y a las personas atacadas de enfermedades
graves coman se daba curadores a los menores de 25
años, en ciertos casos, a los pupilos. (Petit, pág. 142)
Generalidades:
• Los locos y los pródigos solo tenían curadores legítimos, según la ley de las XII tablas. A falta de
curadores legítimos coman los curadores son nombrados por los magistrados de la misma manera
que los tutores. No existían curadores testamentarios, y, sin embargo, si el jefe de familia designaba
alguno, el pretor confirmaba esta elección.
• El curador administra y no da auctoritas. Solamente en el bajo imperio, el curador del menor de 25
años debía dar algunas veces su consentimiento al acto realizado por el incapacitado. Este consensus
no tiene nada de solemne, y puede ser suministrado aún después de cumplimiento del acto. (Petit,
pág. 142)
Curatela de los furiosi:
• El furious es el hombre completamente privado de razón, tenga o no intervalos lúcidos.
• La ley de las XII tablas solo se ocupó de los furiosi, y dedico que no tuvieran y la protección del jefe
de familia ni la del tutor, se sometiese a la curatela legítima de los agnados, y a falta de estos a la de
los gentiles.
• El curador del furious tiene por misión cuidar tanto de la persona como de su patrimonio, pues la
misma obligación tiene de hacer lo posible por su curación como de administrar sus bienes.
• La misión del curador es la de administrar, ejecutando los actos necesarios a los intereses pecuniarios
del incapacitado en el estado de locura.
• El curador del furiosus no da nunca su consentimiento los puntos tiene que limitarse a administrar; de
dónde resulta para el la obligación de rendir cuentas al final de la curatela comas y hasta todas las
veces que, recobrando el loco de su razón, existe la administración de sus bienes. (Petit, pág. 143)
Curatela de los pródigos:
• La ley de las XII tablas consideraba como pródigos a los
que disipaban sus bienes procedentes de la sucesión ab
intestado del padre o del abuelo paterno. Era como un
depósito que debía quedaren la familia civil, por cuya
razón y con objeto de impedir su dilapidación, decidieron
que el pródigo fuese declarado en estado de interdicción,
colocándole bajo la curatela legítima de sus agnados, bajo
la de los gentiles.
• La curatela se abre por decreto del magistrado que pronuncia la interdicción. La prodigalidad, no es una
causa natural de incapacidad, como la locura, pues para hacer al pródigo incapacitado es necesaria una
decisión, creando la incapacidad legal y fijando su extensión.
• La misión del curador del pródigo es administrar; y siendo necesario para el incapacitado los actos
prohibidos, es sólo el curador quien debe obrar, resultando una obligación para él rendir cuentas de su
gestión a la terminación de su cargo.
• La curatela del pródigo, sólo debía cesar por el levantamiento de la interdicción; pero Ulpiano declaró que
cesaba en pleno derecho si el pródigo se enmendaba, y sin intervención de nuevo decreto. (Petit, pág. 144)
Curatela de los menores de 25 años:
• En el antiguo derecho romano, cuando por razón de la edad terminaba la tutela, la joven, a causa de su
sexo, caía en tutela perpetua; pero el joven púber sui juris quedaba completamente capacitado. Se
comprendió más tarde que las facultades intelectuales tardan más en desarrollarse que las fuerzas
físicas, y el que alcanzaba la pubertad tenía aún poca experiencia; por eso se buscó el modo de organizar
una protección para los menores de veinticinco años. Este fue el objeto de la ley Plaetoria (creaba una
acción abierta para todos, en interés privado del menor, contra el tercero que hubiese abusado de su
inexperiencia al tratar con él). (Petit, pág. 145)