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Salvador-Chile
Por Cecilia Cuellar y Armando Ramírez.
El Salvador
En 1931 El General Maximiliano Hernández Martínez se
convierte en el Presidente de la Republica de El Salvador
después del derrocamiento del gobernante civil, Arturo Araujo.
Y con esto se inicio una sucesión de gobiernos militares que
rigieron hasta 1979. Durante esa época de falta de libertad,
además de la abismal brecha entre ricos y pobres (el 10% de la
población disfrutaba del 80% de las riquezas del país) En estos
años la economía del país se basaba en el monocultivo del
café, que denotaba la sumisión del campesino ante un sistema
de producción impuesto por el corvo y el fusil y a condiciones
laborales cercanas a la esclavitud.
El 10 de Octubre de 1981, la Dirección
Revolucionaria Unificada-Político Militar (DRU-
PM) se renombra a lo que se conoce hoy como
FMLN. Dicho partido lanza una ofensiva ese
mismo mes y llamo a una insurrección a nivel
nacional, la cual no tuvo éxito en la toma de
poder, pero fue la acción de la guerra civil
propiamente dicha.
A principios del año 1982, el país es cercado principalmente en
la frontera de Honduras para evitar la ayuda proveniente de
Nicaragua por el FSLN, URNG de Guatemala y Cuba. Empiezan
los secuestros de empresarios y empleados para torturarlos y
desmembrarlos para expresar al pueblo que el enemigo era el
empresario rico. Al recibir el apoyo de EE. UU. El gobierno
pretende reprimir al pueblo y de esa manera tomar control
sobre el FMLN quien controlaba a los grupos de izquierda en el
país. EL grupo de izquierda responde con una ofensiva y coloca
en el territorio salvadoreño minas comunes las cuales dejan
mutilados aproximadamente a 25,000 soldados del ejercito y la
guardia nacional, además de dejar heridos y fallecidos a
muchos civiles que no tenían nada que ver con estos grupos.
A finales del año 1986 los grupos de izquierda
se habían masificado y empezaron a transmitir
al pueblo a través de señales emitidas con
mucha cautela a través de la radio, a esta
estación dan el nombre de “Radio Venceremos”
la cual el gobierno prohibide a tal grado que
todo aquel que se encontraba escuchando esta
radio, estaba condenado a la pena de muerte…
Se llego a prohibir incluso escuchar al famoso
grupo Uruguayo “Los Guaraguao” Aquella
famosa canción “Casas de cartón”…
La hostilidad llego a ser tal que solo el hecho
de tener familiares en el ejercito, ropa o
accesorios militares, era suficiente para ser
secuestrado por la guerrilla y posteriormente
desaparecido, los cuales mas tarde fueron
conocidos como “detenidos-desaparecidos”. No
obstante, el lado del ejercito no era diferente,
ya que todo aquel que levantaba sospechas de
ser “guerrillero” era detenido, torturado y
posteriormente ejecutado en plaza publica.
Además, el FMLN demostró estar con el pueblo ya que al
consolidarse ellos como poder político abrían supermercados y
las farmacias para que el pueblo pudiera abastecerse con
comida y medicinas durante la guerra…. El pueblo empezó
alimentar a los combatientes del FMLN, pidieron armas cortas,
dieron información y crearon barricadas, “Nos protegemos del
enemigo” decían algunos, pero olvidaron que quien contra
peleaban, era contra sus propios hermanos.
El ejercito al verse acorralado y con muchas
bajas, opto por reclutar con listado de escuelas,
a todos los niños cumplieran 12 años o mayores
para que de esta manera pudieran recibir
entrenamiento militar y prepararlos para luchar
contra su propio pueblo. Existían además los
toques de queda desde las 6 de la tarde ya que
ante cualquier movimiento, el ejercito tenia la
orden de disparar.
Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (Ciudad Barrios, 15
de agosto de 1917 – San Salvador, 24 de marzo de 1980),
conocido como monseñor Romero,fue un sacerdote
católico salvadoreño y el cuarto arzobispo metropolitano
de San Salvador (1977-1980), célebre por su prédica en
defensa de los derechos humanos y por haber sido
asesinado durante la celebración de la misa en la capilla
del hospital Divina Providencia. La orden de su asesinato
oficialmente nunca se ha confirmado. La Iglesia
Católica lo venera como santo y algunos de sus fieles se
refieren a él como san Romero de América.
Como arzobispo, denunció en sus homilías dominicales
numerosas violaciones de los derechos humanos y
manifestó en público su solidaridad hacia las víctimas de
la violencia política de su país.
Romero no solo era incómodo para el poder tradicional
salvadoreño; sino también para la administración
estadounidense de Jimmy Carter, que hacía malabares
para mantener su apoyo a un gobierno salvadoreño
dominado por un aparato militar represivo, mientras
oficialmente basaba su política exterior en la defensa de
los derechos humanos.
Romero también se había vuelto una piedra en el zapato
del Papa Juan Pablo II que, dados sus orígenes polacos, y
su ignorancia sobre América Latina, creyó a aquellos
obispos conservadores que acusaron a Romero de tener
inclinaciones izquierdistas y de abrirle la puerta al
comunismo al que el Papa polaco había dedicado su vida
a combatir. En estas condiciones iniciaba Romero la
última semana de marzo de 1986.
Al encontrarse en la Capilla Divina Providencia, Romero avanzo a lo que fuera su ultima homilía entonces, al
estar ofreciéndola Romero leyó del Evangelio según San Juan: Si el grano de trigo no muere, queda solo.
Pero si muere, puede dar fruto. Era una misa corta; y la homilía fue breve. Mientras la pronunciaba, un
automóvil Volkswagen Passat cruzó frente a la capilla, dio la vuelta en el estacionamiento y se quedó en
posición de salida, justo frente a la puerta principal de la capilla. Solo Romero pudo haberlo notado, porque
los escasos asistentes a la misa estaban de espaldas a la puerta. Pero afuera algunas personas vieron el
auto. Parecía tener un desperfecto mecánico porque el conductor forcejeaba la palanca de velocidades. En
el asiento de atrás otro hombre esperaba. A exactamente treinta y un metros con diez centímetros de
distancia, Romero pontificaba desde el altar. Dirigió la mirada hacia afuera. Nunca sabremos si logró ver al
hombre barbado que, desde la ventanilla de atrás del Passat, sacó un rifle y le apuntó.
El balazo viajó directo al tórax de Romero, pero su percusión
parece haber rebotado en todas las paredes de la capilla,
amplificándose. Existe una grabación de la homilía en la que se
escucha el disparo. El estruendo es apabullante.
CONSECUENCIAS
Se estima que la guerra dejo un saldo de 75,000 muertos, en su mayoría civiles. Si
se tiene en cuenta que en la década de 1980 la población de El Salvador rondaba los
4,5 millones de habitantes, ello equivale a decir que casi el 2% de la población
perdió la vida en el conflicto.
Miles también resultaron con secuelas psicológicas si se tiene en cuenta las
violaciones a las que fueron sometidas incontables mujeres y las torturas y
vejaciones que padecieron otros tantos hombres. Además de miles de niños que
quedaron huérfanos de padre, madre o ambos.
El movimiento social
en Chile y
La dictadura militar
Chile entre 1920 y 1973
Chile estaba marcado por una clara
preponderancia del Estado democrático-liberal
y la creciente agudización de la lucha de clases
encabezando a la clase obrera más organizada
de América Latina. El Movimiento Obrero y
Popular había acumulado fuerza orgánica,
social y política.
Arturo Alessandri (1920 – 1927)
Durante su gobierno se oficializó la Constitución de 1925, extendiendo el mandato del Presidente
de la República de cinco a seis años.
Se volvió a postular a la presidencia en 1970, pero fue derrocado por Salvador Allende. En los
últimos años de su vida, participó activamente con el régimen dictatorial de Augusto Pinochet. Este
fue el militar que, con ayuda de los Estados Unidos, derrocó al gobierno de Salvador Allende.
Alessandri formó parte del Consejo de Estado que elaboró la nueva Constitución del régimen
dictatorial en el año 1980.
Eduardo Frei Montalva (1964 – 1970)