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1.

HISTORIA DE LA DEPRESIÓN
María Isabel Teva García

Desde la más remota antigüedad se conocen ejemplos de


depresión.
Antes de la época griega encontramos referencias esporádicas
en la literatura hindú y bíblica a personas con experiencia de
desánimo o sintomatología propia de lo que hoy llamamos
depresión psicótica.
Homero, en la Ilíada, expone la pena de Belofonte cuando
sufre la cólera y el abandono de los dioses y ensalza las virtudes
terapéuticas de mezclas de hierbas egipcias que refrenan los
desequilibrios biliares.
En el Antiguo Testamento, en la historia del rey Saúl, se narra
un cuadro depresivo.
Hipócrates en el Corpus Hippocraticum reconoce un tipus
melancholicus inclinado a padecer depresión.
El médico romano Celso, aproximadamente en el año 30
a.C. definió la melancolía (del griego melan negro y chole bilis)
como depresión causada por bilis negra, apoyando, así, la teoría
humoral hipocrática.
Galeno, siglo II d.C., sigue considerando la melancolía como
un exceso de bilis negra. Esta teoría estuvo vigente muchos años,
hasta la Edad Media.
Robert Burton, en 1621, publica su tratado The Anatomy of
Melancholy en el que, gracias a su experiencia personal como
enfermo, expone acertadamente las vivencias negativas de esta
patología.
Conforme va avanzando el tiempo, los conceptos utilizados
para referirse a la melancolía o depresión son más correctos y
específicos.
En 1896, Kraepelin hace una aportación importantísima a la
Psiquiatría moderna.

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Trastornos depresivos

Gracias a las influencias de Falret y Baillarger, que habían


estudiado pacientes con depresión, estableció dos grupos de
enfermedades:
• Grupo en el que se incluye la esquizofrenia, que consi-
deró de mal pronóstico.
• Otro grupo con la melancolía y la psicosis maniacode-
presiva, de buen pronóstico.
En las clasificaciones que hacemos hoy día, es obligado
referirse a la aportación de Kraepelin.
Actualmente hay controversia sobre si la depresión unipolar
es una entidad independiente del trastorno bipolar o si hay
un amplio espectro bipolar en el que las manifestaciones más
frecuentes son de naturaleza depresiva.

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Historia de la depresión

Bibliografía
KAPLAN H, SADOCK B, SADOCK V. Sinopsis de Psiquia-
tría. 11ª Ed. Madrid: Waverly Hispánica; 2015.
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2008
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8ª Ed. Barcelona: Masson; 2015.

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2. EPIDEMIOLOGÍA Y FACTORES DE
RIESGO
María Isabel Teva Gacía
José Antonio González Molejón

EPIDEMIOLOGÍA
Prevalencia e incidencia de los trastornos depresivos.
Según la OMS, se estima que, en el 2015, la proporción de
la población mundial con depresión fue de 4,4%. En el gráfico
de barras, el intervalo de incertidumbre superior e inferior está
representado por la línea de margen de error. La depresión es más
común en las mujeres (5,1%) que en los hombres (3,6%).
Las tasas de prevalencia varían según la edad y alcanzan
su punto máximo en la edad más adulta (por encima de 7,5%
en mujeres de edades comprendidas entre los 55 y 74 años, y
por encima de 5,5% en hombres). La depresión también ocurre
en niños y adolescentes menores de 15 años, pero en un grado
menor que en los grupos de mayor edad.
El número total de personas que tienen depresión en el mundo
es de 322 millones. Casi la mitad de estas personas viven en la
Región de Asia Sudoriental y en la Región del Pacífico Occiden-
tal, lo que refleja las poblaciones relativamente más grandes de
esas dos regiones (que incluyen India y China, por ejemplo).
El trastorno depresivo mayor es bastante frecuente. Su preva-
lencia es de 10-25% en mujeres, 5-12% en hombres y la inciden-
cia es del 10% en pacientes de atención primaria y del 15% en
pacientes hospitalizados.
El trastorno distímico tiene una prevalencia para toda la vida
de aproximadamente el 6%.
Muchos pacientes depresivos tienden a infraestimar los epi-
sodios hipomaníacos por lo que con estudios que incluyen una
entrevista concurrente a los familiares, las tasas de trastorno
bipolar tipo II han aumentado aparentemente en los últimos
años.
Serreti obtuvo que los trastornos bipolares representan el 55%
de una muestra de 1832 pacientes con trastorno del estado de
ánimo tipo depresivo, apoyando las observaciones de la alta pre-
valencia del trastorno bipolar entre los pacientes deprimidos en
estudios previos.

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Trastornos depresivos

En España, la depresión es el trastorno mental más prevalente


(afecta a 4 millones de ciudadanos), aunque las cifras de depre-
sión en la población general son menores que en otros países
europeos. Se estima que entre un 5 y un 10% de la población
presentará un trastorno depresivo a lo largo de la vida.
La depresión mayor es tan prevalente en atención primaria
como la hipertensión. Los pacientes con depresión mayor consti-
tuyen un desafío, porque sus síntomas afectivos se entremezclan
con estresantes sociales, síntomas físicos y, a menudo, trastornos
crónicos y conductas no saludables.
Las tasas de mortalidad por depresión evaluadas a partir de los
informes de defunción son bajas; se estima que el riesgo medio
anual es del 0,3%, si bien se calcula que el 15% de las personas
con depresión grave pueden llegar a fallecer por suicidio.
FACTORES DE RIESGO
La depresión es un proceso multifactorial y complejo cuya
probabilidad de desarrollo depende de un amplio grupo de fac-
tores de riesgo, sin que hasta el momento haya sido posible esta-
blecer su totalidad ni las múltiples interacciones existentes entre
ellos. Se desconoce el peso de cada uno de ellos en relación a las
circunstancias y al momento de la vida en que se desarrolla.
La investigación de los factores de riesgo de la depresión
cuenta con algunas limitaciones: primero, es difícil establecer
diferencias entre los factores que influyen en el inicio y/o el man-
tenimiento de la depresión; segundo, muchos de los factores de
riesgo interactúan de tal manera que podrían ser causas o conse-
cuencias de la misma. Además, pocos estudios han valorado su
grado de influencia.
Las variables que incrementan el riesgo de depresión se
pueden clasificar en factores personales, sociales, cognitivos,
familiares y genéticos.
Factores personales y sociales.
La prevalencia e incidencia de los trastornos depresivos es
mayor en mujeres que en hombres, comenzando en la adolescen-
cia y manteniéndose en la edad adulta. Además, aunque la depre-
sión es una importante causa de discapacidad tanto en hombres
como en mujeres, se ha estimado que la carga de la depresión es
50% más alta en las mujeres que en los hombres.

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Epidemiología y factores de riesgo

Las enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales y la


posible asociación con el consumo de alcohol y tabaco, también
son factores de riesgo importantes.
Los rasgos neuróticos de la personalidad se asocian con una
mayor incidencia de casos y recaídas de depresión mayor y pro-
bablemente, aumentan la posibilidad de desarrollar depresión
ante los acontecimientos adversos de la vida. También se asocian
a otras formas de psicopatología, especialmente con los trastor-
nos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son en general fac-
tores de riesgo para el desarrollo del primer episodio de depre-
sión mayor y también la distimia se ha visto como un importante
predictor del desarrollo posterior de un cuadro depresivo mayor.
Por otra parte, se ha observado que pacientes, fundamental-
mente varones, con antecedentes de ataques de pánico, tienen
mayor riesgo de desarrollar depresión mayor. Dicha correlación
no se ha encontrado con otros trastornos mentales.
Se ha descrito una asociación entre migraña y depresión,
de manera que los pacientes con depresión mayor presentaban
mayor riesgo de sufrir migraña y a su vez, los que presentaban
migraña (no otro tipo de cefalea) tenían mayor riesgo de depre-
sión mayor. También, la presencia de enfermedad cardíaca y
diversas patologías endocrinas, como la diabetes, hipo o hiper-
tiroidismo, síndrome de Cushing, enfermedad de Adisson y la
amenorrea hiperprolactinémica, parecen aumentar el riesgo de
depresión.
Dentro del papel atribuido a las circunstancias sociales se ha
destacado el bajo nivel de recursos económicos y las circuns-
tancias laborales. Las personas en desempleo y baja laboral
presentan depresiones con mayor frecuencia. En un estudio de
cohortes prospectivo publicado recientemente se desprende que
las personas de los grupos socioeconómicos y ocupacionales más
desfavorecidos tienen índices más altos de depresión, indicando
que el riesgo de depresión sigue un gradiente socioeconómico,
especialmente cuando el trastorno es crónico.
El estado civil (estar soltero, divorciado o viudo) y el estrés
crónico parecen relacionarse con una mayor probabilidad de
desarrollar depresión, y también se observa que la exposición a
adversidades a lo largo de la vida está implicada en el comienzo
de trastornos depresivos y ansiosos.

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Trastornos depresivos

Factores cognitivos.
La investigación sobre el papel de los factores cognitivos en
la depresión se ha guiado predominantemente por el modelo de
Beck, en el que los esquemas negativos, pensamientos automáti-
cos, distorsiones cognitivas y creencias disfuncionales tienen un
papel fundamental en el procesamiento de la información. Estos
y otros factores como la reactividad cognitiva hacia los eventos
negativos, el estilo rumiativo de respuesta y los sesgos atencio-
nales se consideran claves en el desarrollo y mantenimiento de
la depresión.
Factores familiares y genéticos
Los descendientes de pacientes con depresión constituyen un
grupo de riesgo tanto para enfermedades somáticas como para
trastornos mentales. Así, los familiares de primer grado de pacien-
tes con trastorno depresivo mayor tienen el doble de posibilida-
des de presentar depresión que la población general, proporción
también importante en los de segundo grado. El patrón de pre-
sentación del cuadro también puede ser diferente, encontrando
como señal más temprana un trastorno de ansiedad. No obstante,
estos estudios familiares por sí mismos no pueden establecer qué
cantidad de riesgo proviene de los factores genéticos y qué can-
tidad del ambiente familiar compartido. Uno de los acercamien-
tos más frecuentes en la investigación de los genes implicados
en el desarrollo de la depresión es el análisis del papel de las
monoaminas. De entre todas las variantes genéticas estudiadas,
un factor que podría influir en su desarrollo es la presencia de un
polimorfismo del gen que codifica el transportador de la seroto-
nina, lo que produciría una disminución del transporte de este
neurotransmisor. Este gen podría ser un predictor de la respuesta
al tratamiento antidepresivo. El estudio PredictD, realizado en
6 países europeos y Chile en el ámbito de atención primaria,
con el objetivo de realizar un algoritmo de predicción de riesgo
de depresión, incluyó los siguientes factores: edad, sexo, nivel
educativo, resultados de cribados previos de depresión, historia
familiar de problemas psicológicos, salud física y mental, dificul-
tades económicas y experiencias de discriminación. Actualmente
este estudio está realizándose en España, junto con un ensayo
clínico en el que se emplea el algoritmo para cuantificar el grado
de riesgo.

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Epidemiología y factores de riesgo

Bibliografía
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