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Mateo 5
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»Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor,
¿cómo podría volver a ser salada? Ya no sirve para nada sino para
ser tirada y pisada por la gente.
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»Ustedes son la luz que alumbra al mundo. Una ciudad que está
en un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una lámpara
para ponerla debajo de un cesto, sino sobre el candelero para que
ilumine a todos en la casa. 16 Así mismo, ustedes deben ser luz para
los demás de tal manera que todos puedan ver sus buenas obras y
adoren a su Padre que está en los cielos.
IMPACT MENSAJ
MISION
O E
IMPACTO
»Ustedes son la
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• Tu eres el mensaje
• En todo lugar tu misma presencia tiene el mensaje de Cristo
• A veces pertenecemos a la “SECRETA ADVENTISTA” – no se puede esconder
• El hecho esta que La luz de Dios brilla en nosotros y nuestro actuar sin esfuerzo
alguno nuestro; "Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz,
son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo."
(Efesios 5:13-14).
• Es usada primero en nuestro entorno en nuestras esferas de acción
• ALUMBRAR es sinónimo de "dar conocimiento, enseñar, hacer entender".
• Un faro es una torre de señalización luminosa situada en
el litoral marítimo, como referencia y aviso costero para
navegantes. Los faros están coronados por una lámpara
potente que sirve como guía, no sólo señalan la entrada
de los puertos, sino también las islas, la extremidad de
las penínsulas, los bancos (es decir, los puntos en que las
aguas son poco profundas), los arrecifes y, en general,
todos los obstáculos peligrosos para la navegación.
• No brilla con su propia voluntad sino de la energía
eléctrica
2 Corintios 4:7 (NTV): 7 Ahora tenemos esta luz
que brilla en nuestro corazón, pero nosotros
mismos somos como frágiles vasijas de barro que
contienen este gran tesoro.[a] Esto deja bien
claro que nuestro gran poder proviene de Dios,
no de nosotros mismos
MISION
soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.
• Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a
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Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las
manos.
• Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y
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sígueme.
• Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que
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ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó
de él.
• Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado
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