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TÍTULO: ¡ERES TÚ!

S. Marcos 16.15-16

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere
bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”

1. INTRODUCCIÓN

Gracias damos a Dios por habernos regalado su gracia y cubrirnos con su misericordia. En este
mismo momento podríamos cerrar nuestros ojos y traer a memoria todas las bendiciones que
hemos recibido de Dios, podemos visualizar que solo en Él hemos encontrado y aún más
importante, podemos recordar quien éramos y la obra que Dios hizo en nosotros.

El cristiano siempre reconoce que toda su mente, alma y ser le pertenecen a Dios y que en Él
sus caminos serán prosperados y así haya momentos difíciles, por medio de la fe esperamos y
creemos que Dios tiene el control.

Sin embargo, debemos considerar nuestro entorno, nuestro medio. Y lo que encontramos es
que día a día se desangra la humanidad, hay muerte y dolor, hay guerras y conflictos, se está
perdiendo el valor de la familia; en incluso se está perdiendo el valor de la misma vida.

El problema de la humanidad

Hoy en día las personas se rigen por sus propios pensamientos, el amor de muchos se ha
enfriado y el hombre se ha dedicado a hacer el mal, lo cual genera la desintegración de la
sociedad (Hambre, dificultades, guerras, violencia y muerte).

Los impactos en la economía, la política, la seguridad social y del medio ambiente han traído
graves consecuencias que proyectadas en el tiempo podrían generar el caos. Y precisamente la
palabra de Dios argumenta que los días van de mal en peor. No obstante el hombre no quiere
aceptar el llamado que Dios le está haciendo.

Llamamiento

Dios nos llamó para ir por todo lugar a anunciar su palabra a todas las personas y nos ha dado
autoridad y poder por medio de su espíritu santo para declarar que en ll nombre de Jesús hay
libertad y perdón de pecados. Y es importante que todos entendamos que esta misión es para
todos y que entiendas que Eres Tú y Soy Yo a quienes Dios comisionó para esta generación.

2. CUERPO DEL MENSAJE

FALTA DE OBREROS.

Mateo 9.37-38
“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad,
pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”

Hay tantos lugares que necesitan del mensaje de la palabra de Dios; y no me refiero solo a
lugares geográficos distantes o remotos sino también lugares en el entorno en que nos
desarrollamos, donde hay personas que necesitan escuchar una palabra de amor que les
recuerde que Dios los ama, necesitan una bendición. Sin embargo se necesitan más obreros
que decidan darlo todo por amor a Dios y a su obra.

Romanos 10.14-15

“¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien
no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren
enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los
que anuncian buenas nuevas!”

El evangelista debe vivir una vida conectada al motor que es Dios, para así llenarse de
bendición para perseverar y para transmitirle el poder de Dios a las almas y a las personas que
están sin Dios.

NO RESISTAS AL LLAMADO

Jonás 1:3

“Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló
una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis,
lejos de la presencia de Jehová”

A veces sentimos miedo y temor para llevar el mensaje de Dios; creemos que no vamos a ser
capaces de lograrlo, creemos que no vamos a ser escuchados; o que seremos motivo de burla.
Sin embargo debemos creer que el dueño de esta obra es el señor Jesucristo y aunque nos
llamen locos, o seamos motivos de burla, con cristo estamos completos y de lo que vivimos en
él, de eso testificamos.

No resistas el llamado, allá afuera hay una sociedad que te necesita y si te sientes débil, pídele
fuerzas a Dios, si te falta amor por las almas, pídele al señor; pero acepta el reto. Solo tú tienes
la decisión.

ASUME TU MISION

1 Reyes 19.5-7

“Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo:
Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y
una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel de Jehová la
segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta”
Elías creyó que su misión había terminado ya, sin embargo Dios renovó sus fuerzas para
continuar; no desistas a la misión que se te ha sido encomendada. Hoy es una oportunidad
para llenarnos de la presencia de Dios para continuar en su nombre.

Asumir la misión significa entregarlo todo, y asi la situación de torne difícil; el evangelista debe
terminar la obra que le ha sido encomendada para la honra y gloria de Dios todo poderoso.

ERES TÚ

Isaías 61.1-4

“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar
libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena
voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a
ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de
luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya”

Tu eres una luz en la humanidad y debes proyectarla para todos ya que la luz que se ha dado
no es para tenerla escondida sino para colocarla en un lugar donde muchos puedan llegar a ella
y muchos perdidos puedan encontrar el camino. Tú eres una luz en el mundo y a través de ello
muchas personas pueden regresar a los caminos de Dios.

3. CONCLUSIÓN

HEME AQUÍ, ENVIAME A MI

Isaías 6:8

“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces
respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”

Si hemos reconocido que somos nosotros los llamados a anunciar el evangelio de Jesucristo,
entonces digámosle a nuestro Dios, heme aquí, envíame a mí, aunque tenga que cruzar montes
y valles, aunque tenga que despojarme de cosas que me hacen daño, aunque tenga que
entregar mi misma vida, te la entrego a ti mi Dios y por tu nombre iré y no callaré.

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