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TEMPLO “ Á G A P E ”
Juan Escutia No. 17
Guadalupe del Moral
Iztapalapa, Ciudad de México
Pbro. I. Emilio J. Saldívar Cano
5525448118
ejsc56@gmail.com
INTROITO:
“Alabaré a Jehová con todo el corazón En la compañía y
congregación de los rectos. Grandes son las obras de
Jehová, Buscadas de todos los que las quieren. Gloria y
hermosura es su obra, Y su justicia permanece para
siempre”.
Salmo 111.1-3
PRELUDIO MUSICAL (Reflexión y Meditación en Silencio)
SALUDO y BIENVENIDA
Bienvenidos amados hermanos a la casa del Señor. Siéntanse a gusto y felices porque son
invitados por el Señor. Siéntanse privilegiados por su Señor. Déjense alimentar por la palabra
de Dios. Déjense enseñar por Jesús. Lo que nos sorprende del mensaje de las lecturas de hoy
es cuánto confía Cristo en nosotros, incluso más que nosotros mismos. Él nos confía la
misión de ser luz que ilumina el mundo, sal que preserva y da sabor al mundo con el aroma
del evangelio, la misión de ser una ciudad de luz que atraiga a todos a Dios. ¡Qué
responsabilidad! Hoy, pidamos a Jesús que encienda su luz en nosotros. Pongámonos de pie y
adoremos a Dios con todo nuestro corazón y voz.
“DULCES MELODÍAS CANTARÉ” Núm. 9 H. M.
1. Dulces melodías cantaré, y alabanzas al Señor. A su nombre gloria yo daré, por su
inefable amor.
CORO: De Jesús el nombre, dulce es para mí, canta el alma mía melodías a mi
Rey.
2. Yo vivía en sombras y en dolor, triste, herido, pobre y vil, más la tierna mano del
Señor me llevó a su redil.
3. Fuente perennal de gracia hallé al amparo de Su amor. Su sonriente faz me
imparte fe, esperanza y valor.
4. Aunque por el valle de aflicción tenga que pasar aquí mi Jesús dará su protección.
Él se acordará de mí.
LLAMAMIENTO A LA ADORACIÓN:
Director. ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
Congregación. ¡ESTE ES EL DÍA QUE HIZO EL SEÑOR! ÁBRANME LAS PUERTAS DE LA
JUSTICIA, ENTRARÉ PARA ALABAR AL SEÑOR.
Director. Voy a alabarte porque me has oído y porque fuiste mi gran salvación. Esa piedra que
todos despreciaron, resulta ahora ser fundamental.
TODOS: ES EL SEÑOR QUIEN HA HECHO TODO ESTO; QUÉ MARAVILLA PODER VERLO
HOY, ESTE ES EL DÍA QUE EL SEÑOR HA HECHO, CON ALEGRÍA GOCÉMONOS EN ÉL.
AMÉN.
ORACIÓN DE INVOCACIÓN:
Todos: Oh Dios nuestro Padre, Tú nos has nombrado testigos para ser luz que brilla en
el mundo; haz que no nos escondamos de la brillante esperanza y que proclamemos a
todos los seres humanos tu amor revelado en Jesucristo, tu Hijo en cuyo nombre nos
unimos para orar diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también
nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos
del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos” Amén.
CELEBRACIÓN
DE LA
PALABRA
MENSAJE.
“LA TRANSFORMACIÓN VERDADERA”
A lo largo del año se hacen muchas campañas de sensibilización:
campañas de solidaridad, campañas antidrogas, antiaborto… etc.
Hay una campaña titulada: "Un Día para hacer la Diferencia".
Ponga su tiempo y sus talentos al servicio de su comunidad.
Un día para hacer la diferencia.
Hoy domingo, reunidos aquí por el poder del Espíritu Santo, este
mismo Espíritu hace la campaña de Jesús muerto y resucitado
por nosotros.
La campaña de Jesús no es un día,
no es una frase,
no es un cartel.
La campaña de Jesús es toda una vida,
es todo el evangelio proclamado y creído,
es todo el poder del Espíritu, el único que tiene el poder
para convencernos y movilizarnos a favor de los hermanos y
hacer la diferencia.
Érase una viga de hierro muy dura que había que partir en dos.
"Yo haré el trabajo", dijo el hacha.
Y comenzó a golpear con fuerza el hierro y a cada golpe que
daba su filo se iba dañando hasta que dejó de dar golpes.
"Déjame a mí", dijo la sierra.
Y comenzó a trabajar la superficie del hierro hasta que sus
dientes se gastaron y se rompieron.
Y se dio por vencida.
Ah, dijo el martillo, ya sabía yo que no lo iban a conseguir.
Mírenme a mí.
Y después de unos golpes, el martillo voló por el aire y la
viga de hierro siguió igual.
"¿Me dejan intentarlo?", preguntó tímidamente la llama de
fuego.
"Ni lo intentes", le contestaron el martillo, la sierra y el
hacha. "¿Qué puedes hacer tú?"
Pero la llama rodeó el hierro, lo abrazó, calentó y no la dejó
hasta que se fundió bajo su poderosa influencia.
Mis amados hermanos la persistencia de la pequeña llama partio
la viga de hierro.
El Señor nos dice, hoy, que sus discípulos tienen que ser
persistentes, eficaces y que tenemos que hacer la
diferencia,
que todos sus discípulos tenemos que manifestar y anunciar
el mensaje del Reino de Dios si queremos impactar nuestro
entorno.
"Ustedes son la sal de la tierra".
Ustedes, dijo.
El Señor no dice: podrán ser, ojalá ocurra… da por hecho
que somos la sal de la tierra.
Todos.
Oh Cristo, Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de
nosotros.
Oh Cristo, Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de
nosotros.
Oh Cristo, Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, danos tu paz. Amén.
PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIÓN
ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS
¡Oh Señor! Padre nuestro celestial, nosotros tus humildes siervos deseamos, por tu
bondad paternal, te dignes aceptar misericordiosamente este nuestro sacrificio de
alabanza y de acción de gracias; suplicándote humildemente concedas que por los
méritos y muerte de tu Hijo Jesucristo y por la fe en su sangre, nosotros y toda tu Iglesia
obtengamos el perdón de nuestros pecados y todos los otros beneficios de su pasión. Y
aquí te ofrecemos y damos, oh Señor, a nosotros mismos, nuestras almas y cuerpos, para
que sean un sacrificio razonable santo y vivo delante de Ti; suplicándote humildemente
que todos los que somos partícipes de esta Santa Comunión, seamos llenos de tu gracia y
bendición celestial. Y aunque somos indignos, por nuestros muchos pecados de ofrecerte
cualquier sacrificio, sin embargo, te suplicamos aceptes este nuestro deber y obligado
servicio; no pesando nuestros méritos, mas perdonando nuestras ofensas, por Jesucristo
nuestro Señor; por quien y con quien, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
gloria sean a Ti, oh Padre Omnipotente, por siempre jamás. Amén.
Hevenu
Shalom Aleichem
"La Paz este con Ustedes"