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CONFIRMACION

2021
NELLY RODRIGUEZ
En la catequesis pasada hablamos del Espíritu Santo, vamos a recordar algunos símbolos

ACTIVIDAD

1. Buscar las siguientes citas bíblicas y dar una breve explicación con sus propias palabras:

• Juan 7,37-39
• Juan 3,8
• Mateo 3,11

• NOMBRAR LOS 7 DONES DEL ESPIRITU SANTO


PENTECOSTES 2021
“La Fiesta de Pentecostés es como el “aniversario” de la Iglesia. El Espíritu Santo desciende
sobre aquella comunidad naciente y temerosa, infundiendo sobre ella sus siete dones, dándoles
el valor necesario para anunciar la Buena Nueva de Jesús; para preservarlos en la verdad, como
Jesús lo había prometido (Jn 14.15); para disponerlos a ser sus testigos; para ir, bautizar y
enseñar a todas las naciones”.
UNIR LA DESCRIPCION CON CADA DON

Nos lo regala Dios para poder entender, experimentar y saborear todo lo que de Él viene y así
poder vivirlo en toda su riqueza.
TEMOR DE DIOS
El Señor nos regala este don para que podamos entender y también acoger la realidad que nos
rodea como don suyo, comprendiendo el sentido que tiene la vida.
CIENCIA
Nuestro Dios nos da la capacidad de discernir rectamente la realidad teniendo como criterio su
amor, a la hora de reflexionar y de vivir. SABIDURI
A
El Señor nos regala en los hermanos su palabra de guía y de consejo en el camino, y hace de
nosotros compañeros y signos de su amor para la senda de los que nos rodean. ENTENDIMIENTO

Dios nos regala la constancia en el bien a pesar de las dificultades, asegurándonos su presencia
y su mano en nuestro hombro ante las sombras que surjan por la fidelidad en la construcción CONSEJO
del Reino
FORTALEZA
El Señor nos regala poder amarle y vivir nuestra relación con Él construyendo un mundo más
justo y fraterno con nuestros hermanos y hermanas, hijos todos de un mismo Padre
PIEDAD
Nuestro Dios nos regala tener siempre la inquietud de acercarnos más a Él, evitando todo lo
que pueda impedir que sea el centro de nuestra vida
Juan 7,37-39: “El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie,
gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí», como dice
la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo decía refiriéndose
al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él. Porque aún no había
Espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado.”

REFLEXION
El poder del Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que el agua
hace en el orden material. El agua purifica, refresca, apaga la sed y convierte
el campo estéril en tierra fructífera. Purifica lo que está manchado y restaura
la limpieza; es un símbolo muy apropiado de la gracia divina que no
solamente limpia el alma, sino que le añade belleza. El agua es un elemento
indispensable de la vida: el Espíritu Santo es como un elemento
indispensable de la vida espiritual. El Espíritu limpia de los hábitos
pecaminosos, y sirve como fuente que produce ríos de santidad, y renovación
que sacia la necesidad del hijo de Dios en la tierra. "Agua viva" es el agua en
contraste con las aguas estancadas; es un agua que salta a borbotones.
Juan 3,8: “El viento sopla donde quiere, y oyes su voz,
pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo
el que nace del Espíritu.”

REFLEXION
El viento simboliza la obra redentora del Espíritu como
misteriosa, poderosa, penetrante, refrescante y que da
vida. Es invisible en su operación e inesperado en sus
consecuencias. De los originales hebreo y griego, la
palabra Espíritu puede ser traducida: espíritu, o viento, o
aliento. El Espíritu Santo es el aliento (hálito), exhalado
de Dios. Sin la constante renovación y vivificación del
Espíritu que imparte vida, el creyente no podría
sobrevivir.
Mateo 3,11: “Yo os bautizo con agua para conversión;
pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y
no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego.”

REFLEXION
El fuego calienta, ilumina, purifica, prueba, produce
energía, y genera poder. El fuego consume el
combustible, y refina o purifica aquello que no puede ser
consumido. El Espíritu como fuego ministra calor al
corazón y luz a la mente del creyente.
DONES DEL ESPIRITU SANTO

- SABIDURÍA: Es el don de entender lo que favorece y lo que perjudica el proyecto de Dios.

- ENTENDIMIENTO: Es el don divino que nos ilumina para aceptar las verdades reveladas por Dios.

- CONSEJO: Es el don de saber discernir los caminos y las opciones, de saber orientar y escuchar.

- CIENCIA: Por este don el Espíritu Santo nos revela interiormente el pensamiento de Dios sobre nosotros, pues
“nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1Co 2, 11).

- PIEDAD: Es el don que el Espíritu Santo nos da para estar siempre abiertos a la voluntad de Dios, buscando
siempre actuar como Jesús actuaría.

- FORTALEZA: Este es el don que nos vuelve valientes para enfrentar las dificultades del día a día de la vida
cristiana.

- TEMOR DE DIOS: Este don nos mantiene en el debido respeto frente a Dios.
Juan 15,1-8 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo
sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo
limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la
Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en
vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no
permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que
permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados
de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es
arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los
echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La
gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis
discípulos”.
Así como no podemos hacer una buena obra separados de Cristo,
tampoco podemos dar frutos separados de Cristo. “Un buen árbol no da
frutos podridos, ni un árbol podrido da buenos frutos. Porque cada
árbol es conocido por su propio fruto”. [3] Más frutos crecen cuando
los días son más largos, porque hay más luz solar. El discípulo, que está
más en la Luz de Cristo, produce más frutos. “La luz de Cristo es un día
sin fin que no conoce la noche. Cristo es este día, dice el apóstol; tal es
el significado de sus palabras: la noche casi ha terminado; el día está
cerca”.

Un cristiano es el alma que se perfecciona por la Gracia de Dios y, por


lo tanto, puede ser identificado o reconocido por las perfecciones del
Espíritu Santo, que son los frutos del Espíritu Santo. “Las perfecciones
del Espíritu Santo se forman en nosotros como los "primeros frutos" de
la gloria eterna. La tradición de la Iglesia identifica doce frutos del
Espíritu Santo”.
• El acontecimiento de Pentecostés y la puesta en marcha de la Iglesia en la historia:
“El día de Pentecostés (el Espíritu Santo) descendió sobre los discípulos”. Fue en
Pentecostés cuando empezaron los ¡hechos de los Apóstoles! (Ad gentes, 4).

• El análisis del texto de los Hechos de los Apóstoles que narra el acontecimiento de Pentecostés
(Hech 2, 1 ss) nos permite captar la verdad de esta afirmación conciliar, que pertenece al
patrimonio común de la iglesia.

• Los primeros que experimentaron los frutos de la resurrección de Cristo el día de Pentecostés
fueron los Apóstoles, reunidos en el Cenáculo de Jerusalén en compañía de María, la Madre de
Jesús, y otros “discípulos” del Señor, hombres y mujeres.

• Para ellos Pentecostés es el día de la resurrección, es decir, de la nueva vida, en el Espíritu Santo.
Es una resurrección espiritual que podemos contemplar a través del proceso realizado en los
apóstoles en el curso de todos esos días: desde el viernes de la Pasión de Cristo, pasando por el día
de Pascua, hasta el de Pentecostés.

• El acontecimiento de Pentecostés impulsa a los discípulos a superar definitivamente esta actitud de


desconfianza: la verdad de la resurrección de Cristo penetra plenamente en sus mentes y conquista
su voluntad. Entonces de verdad “de su seno corrieron ríos de agua viva” (Cfr. Jn. 7,39), como
había predicho de forma figurativa Jesús mismo hablando del Espíritu Santo.
La teofanía de Pentecostés abre a todos los hombres la perspectiva de la “novedad de
vida”. Aquel acontecimiento es el inicio del nuevo “donarse” de Dios a la humanidad, y a
los apóstoles son el signo y la prenda no sólo del “nuevo Israel”, sino también de la
“nueva creación” realizada por obra del misterio pascual.

“Pentecostés, es un nuevo inicio en relación con el primero, inicio originario de la donación salvífica de
Dios, que se identifica con el misterio de la creación”.

Así leemos ya en las primeras páginas del libro del Génesis: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, y
el Espíritu de Dios (ruah Elohim) aleteaba por encima de las aguas” (1, 1 ss.). Este pasaje bíblico de creación
conforma no sólo la llamada del ser mismo del cosmos a la existencia, es decir, el dar la existencia, sino
también la presencia del Espíritu de Dios en la creación”, sea el inicio de la comunicación salvífica de Dios a
las cosas que crea.

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