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El Espíritu Santo,
Creador y Fuente
de Vida
PRIMERA SEMANA DE PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
El santo propósito durante esta semana será el de abrir los ojos del corazón al
Espiritu Santo, que nos hará ver la fealdad y la desemejanza que produce el
pecado en las almas, pero sobre todo, nos hará ver y experimentar la grandeza
del alma que ha sido embellecida y recreada por la obra del mismo Espiritu de
Dios, que Jesús exhala de su boca para que cantemos el cántico nuevo de los
hijos amados de Dios.
DÍA 1 PRIMER DOMINGO:
LECTURAS
ANTIGUO TESTAMENTO
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 'La tierra era caos y confusión y
oscuridad por encima del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas" (Gn 1,1-2).
NUEVO TESTAMENTO
Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, prominente entre los judíos.
Este vino a Jesús de noche y le dijo: Rabí sabemos que has venido de Dios como
maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con
Él. Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de
nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre
nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su
madre y nacer? 'Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de
agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es
carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. "No te asombres de que te haya dicho: Tenéis
que nacer de lo alto. 'El Espíritu sopla donde quiere, oyes su voz, pero no sabes de
dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu"
(Jn 3, 1-8).
MEDITACIÓN
San Agustin
"Pero tu Espiritu bueno se movía sobre las aguas no llevado por ellas, como si en ellas
descansara. Porque en quienes se dice que descansa tu Espíritu, más bien son ellos
los que descansan en Él...Ya tenía, pues, en el nombre de Dios al Padre que creó; en el
nombre de principio el Hijo en el cual creó todo; y creyendo como creia en la Trinidad
de mi Dios, yo le buscaba en sus santas palabras; y he aquí que tu Espíritu se movia
sobre las aguas. He aquí a mi Dios trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, creador de
todo lo creado... A partir ya de aquí, siga el que pueda con el pensamiento a tu
Apóstol, que dice: La caridad se ha difundido en nuestros corazones por el Espiritu
Santo que se nos ha dado, que nos enseña las cosas espirituales, nos muestra el
camino soberano de la caridad, y dobla la rodilla por nosotros ante ti, para que
conozcamos el amor de Cristo que excede todo conocimiento" (cf. Ef 3,19) y que ésta
es la razón del por qué desde el principio se movía (el Espíritu) soberanamente sobre
las aguas. (San Agustín. Confesiones 13. Caps. V-VIII).
ORACIÓN FINAL
Sopla sobre mi, Aliento de Dios. Llename con una nueva vida
para que yo pueda amar las cosas que tú amas, y hacer las que
tú harías.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios, hasta que mi corazón sea puro,
hasta que contigo yo tenga una sola voluntad, para vivir y
soportar.
Amén.
DÍA 2
LECTURAS
ANTIGUO TESTAMENTO
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y
oscuridad por encima del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las
aguas. Dijo Dios: "Haya luz". Y hubo luz. Vio Dios que la luz era buena y separó
Dios la luz de la tiniebla. Llamó Dios a la luz "día", y a la tiniebla "noche"
Transcurrió la tarde y la mañana: el día primero" (Gn 1, 1-5).
NUEVO TESTAMENTO
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos,
acerca del Verbo de vida -pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto
y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y
se nos manifestó-;' lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a
vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad
nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas
cosas para que nuestro gozo sea completo. Y éste es el mensaje que hemos oído
de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna. "Si decimos
que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no
practicamos la verdad; más si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos
comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo
pecado.' Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos
y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo
para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. Si decimos que
no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros"
(1Jn 1,1-10).
MEDITACIÓN
"La acción creadora del Espíritu está, por tanto, en el origen de la perfección de lo
creado; podríamos decir que Él no es tanto aquel que saca el mundo de la nada y
le da el ser, sino aquel que lo transforma de ser informe a ser formado y perfecto.
En otras palabras, el Espíritu Santo es aquel que lleva la creación del caos al
cosmos que la convierte en algo bonito, ordenado, limpio: un "mundo"
precisamente, según el significado originario de esta palabra.
"Cuando el Espiritu empezó a aletear sobre ella, la creación no tenía aún ninguna
belleza. En cambio, cuando la creación recibió la acción del Espiritu, obtuvo todo
ese esplendor de belleza que la hace resplandecer como "mundo" (San Ambrosio.
El Espiritu Santo II, 32).
Él Espíritu Santo es aquel que lleva del caos al cosmos; en definitiva: del desorden
al orden, de la confusión a la armonía, de la deformidad a la belleza, de la vejez a
la novedad. Es evidente que no lo hace mecánicamente y de golpe, pero trabaja
en ello su proceso a buen término. Es aquel que siempre "crea y renueva la faz de
la tierra".
mezclan y su vida aparece sin ley, sin orden, sin determinación alguna" (S. Basilio
Magno, Sobre el Espíritu Santo, XVI, 38) "Sin el Espíritu, la creación entera no
puede perdurar" (San Ambrosio, El Espiritu Santo, II, 5,33)
CANTALAMESSA, R. Ven, Espiritu Creador Ed. Monte Carmelo; Burgos 2007. p.54-55.
ORACIÓN FINAL
Sopla sobre mi, Aliento de Dios. Llename con una nueva vida
para que yo pueda amar las cosas que tú amas, y hacer las que
tú harías.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios, hasta que mi corazón sea puro,
hasta que contigo yo tenga una sola voluntad, para vivir y
soportar.
Amén.
DÍA 3
LECTURAS
ANTIGUO TESTAMENTO
Estos son las origenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el dia en
que el Señor Dios hizo la tierra y los cielos. Y aún no había ningún arbusto del
campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta del campo, porque el
Señor Dios no habia enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar la
tierra. Pero se levantaba de la tierra una fuente que regaba toda la superficie del
suelo. Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz el aliento de vida; y llegó a ser el hombre un ser viviente. Y plantó el Señor
Dios un huerto hacia el oriente, en Eden; y puso allí al hombre que había formado"
(Gn 2,4-8).
NUEVO TESTAMENTO
MEDITACIÓN
"El Señor, que es quien nos da la vida, estableció para nosotros la institución del
bautismo, simbolo de muerte y de vida: por el agua es representada la muerte y
por el Espíritu se nos dan las arras de la vida.
El bautismo tiene una doble finalidad: la destrucción del cuerpo de pecado, para
que no fructifiquemos ya más para la muerte, y la vida en el Espiritu, que tiene
por fruto la santificación, por esto el agua, al recibir nuestro cuerpo como en un
sepulcro, suscita la imagen de la muerte, el Espíritu, en cambio, nos infunde una
fuerza vital y renueva nuestras almas, pasándolas de la muerte del pecado a la
vida original. Esto es lo que significa renacer del agua y del Espiritu, ya que en el
agua se realiza nuestra muerte y el Espiritu opera nuestra vida.
ORACIÓN FINAL
Sopla sobre mi, Aliento de Dios. Llename con una nueva vida
para que yo pueda amar las cosas que tú amas, y hacer las que
tú harías.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios, hasta que mi corazón sea puro,
hasta que contigo yo tenga una sola voluntad, para vivir y
soportar.
Amén.
DÍA 4
LECTURAS
ANTIGUO TESTAMENTO
NUEVO TESTAMENTO
"Os exhorto por la misericordia de Dios. Pablo, o, mejor dicho, Dios por boca de
Pablo, nos exhorta porque prefiere ser amado antes que temido. Nos exhorta
porque prefiere ser Padre antes que Señor. Nos exhorta Dios, por su misericordia,
para que no tenga que castigarnos por su rigor. Oye lo que dice el Señor: «Ved,
ved en mi vuestro propio cuerpo, vuestros miembros, vuestras entrañas, vuestros
huesos, vuestra sangre. Y si teméis lo que es de Dios, ¿por qué no amáis lo que es
también vuestro? Si rehuís al que es Señor, ¿por qué no recurris al que es Padre?
Quizás os avergüence la magnitud de mis sufrimientos, de los que vosotros habéis
sido la causa. No temáis. La cruz, más que herirme a mi, hirió a la muerte. Estos
clavos, más que infligirme dolor, fijan en mí un amor más grande hacia vosotros.
Estas heridas, más que hacerme gemir, os introducen más profundamente en mi
interior. La extensión de mi cuerpo en la cruz, más que aumentar mi sufrimiento,
sirve para prepararos un regazo más amplio. La efusión de mi sangre, más que una
pérdida para mí, es el precio de vuestra redención. Venid, pues, volved a mi, y
comprobaréis que soy Padre, al ver cómo devuelvo bien por mal, amor por
injurias, tan gran caridad por tan graves heridas.>>
Sé, pues, oh hombre, sacrificio y sacerdote para Dios; no pierdas lo que te ha sido
dado por el poder de Dios; revistete de la vestidura de santidad, ciñete el cingulo
de la castidad; sea Cristo el casco de protección para tu cabeza, que la cruz se
mantenga en tu frente como una defensa; pon sobre tu pecho el misterio del
conocimiento de Dios; haz que arda continuamente el incienso aromático de tu
oración; empuña la espada del Espíritu; haz de tu corazón un altar; y así, puesta en
Dios tu confianza, lleva tu cuerpo al sacrificio.
ORACIÓN FINAL
Sopla sobre mi, Aliento de Dios. Llename con una nueva vida
para que yo pueda amar las cosas que tú amas, y hacer las que
tú harías.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios, hasta que mi corazón sea puro,
hasta que contigo yo tenga una sola voluntad, para vivir y
soportar.
Amén.
DÍA 5
LECTURAS
ANTIGUO TESTAMENTO
MEDITACIÓN
San Agustin
4. [v. 6] La tierra está llena de la misericordia del Señor. ¿Y los cielos ¿qué?
Escucha lo que pasa con los cielos. No necesitan la misericordia, porque allí no
hay miseria alguna. En la tierra abunda la miseria del hombre, y la misericordia del
Señor sobreabunda; la tierra está llena de la miseria del hombre, pero también
está llena de la misericordia del Señor. Los cielos, entonces, al carecer de toda
miseria, y no tener necesidad de misericordia, ¿no tendrán necesidad del Señor?
Necesidad del Señor la tienen todos: los miserables y los felices. Sin Él, el
desgraciado no se levantará; sin El, el feliz no sabe gobernarse. Por lo tanto, para
que no te andes preguntando sobre los cielos, cuando oyes decir La tierra está
llena de la misericordia del Señor, mira cómo también los cielos tienen necesidad
del Señor: Los cielos están consolidados en la Palabra del Señor. No, los cielos no
se consolidaron a sí mismos, no se dieron ellos mismos su propia estabilidad. Los
cielos están fundamentados en la Palabra del Señor, y toda su fortaleza en el
Espíritu de su boca. No tienen algo por si mismos, y luego como si el resto les
hubiera venido como un suplemento del Señor. Del Espíritu de su boca le ha
venido no una parte, sino, toda su fortaleza.
5. Bien, hermanos, mirad cómo las obras del Hijo son las mismas que las del
Espíritu Santo. No debemos pasar esto por alto con negligencia, a causa de
algunos que las pretenden separar y otros que las confunden de una manera
turbia. Ambas cosas son erróneas. Unos, distinguiendo equivocadamente
confunden la criatura con el Creador; y siendo creador, como es, el Espíritu de
Dios, lo ponen entre las criaturas. Y los otros distinguen, pero confunden; que
sean ellos confundidos, para que se conviertan. Y ahora escucha cómo uno
mismo es el obrar del Hijo y del Espíritu Santo. La Palabra -el Verbo- ciertamente
es el Hijo de Dios, y el Espíritu de su boca es el Espíritu Santo. Los cielos están
consolidados en la Palabra del Señor. ¿Qué es estar consolidados, sino tener una
fortaleza firme y estable? Y toda su fortaleza en el Espíritu de su boca. Podría
haberlo dicho así: En el Espíritu de su boca están consolidados y en la Palabra del
Señor toda su fortaleza. Toda su fortaleza es lo mismo que están consolidados. Es
esto, pues, lo que realizan el Hijo y el Espíritu Santo. ¿Lo harán sin el Padre? ¿Y
quién obra por medio de su Palabra y de su Espiritu sino aquél de quien es la
Palabra y el Espíritu? Esta Trinidad es un solo Dios. A este Dios es al que adora
quien sabe adorar, a este Dios posee por doquier el que se ha convertido. No lo
buscan los alejados: es Él quien llama a los alejados, para colmarlos, una vez
convertidos. (San Agustín, Comentarios a los Salmos, 32. Comentario 11, 4-5)
ORACIÓN FINAL
Sopla sobre mi, Aliento de Dios. Llename con una nueva vida
para que yo pueda amar las cosas que tú amas, y hacer las que
tú harías.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios, hasta que mi corazón sea puro,
hasta que contigo yo tenga una sola voluntad, para vivir y
soportar.
Amén.
DÍA 6
LECTURAS
ANTIGUO TESTAMENTO
Cuán numerosas son tus obras, oh Señor! Todas las hiciste con sabiduría; llena
está la tierra de tus posesiones." Ahí está el mar: ancho y dilatado, en Él bullen sin
numero animales pequeños y grandes. Alli surcan las naves, y él Leviatan que
hiciste para jugar en él." Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su
tiempo." Tú les das, ellos recogen; abres tu mano, se sacian de bienes." Escondes
tu rostro, se espantan; les quitas el aliento, expiran, y vuelven al polvo." Envías tu
Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra." ¡Sea para siempre la gloria del
Señor! ¡Alégrese el Señor en sus obras! "El mira a la tierra, y ella tiembla; toca los
montes, y humean. "Cantaré al Señor mientras viva, tañeré para mi Dios mientras
exista." Le sea agradable mi discurso; yo me alegraré en el Señor" (Sal 104,24-34).
NUEVO TESTAMENTO
"Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como
andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, entenebrecidos en su
entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en
ellos, por la dureza de su corazón; y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se
entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas.
Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, si en verdad lo oisteis
y habéis sido enseñados en Él, conforme a la verdad que hay en Jesús, que en
cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os desvistáis del hombre viejo, que se
corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de
vuestra mente," y os vistáis del hombre nuevo, el cual, en la semejanza de Dios, ha
sido creado en la justicia y santidad de la verdad. Por tanto, dejando a un lado la
falsedad, hablad verdad cada cual con su prójimo, porque somos miembros los
unos de los otros. " Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro
enojo, "ni deis oportunidad al diablo. El que roba, no robe más, sino más bien que
trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué
compartir con el que tiene necesidad." No salga de vuestra boca ninguna palabra
mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del
momento, para que imparta gracia a los que escuchan. Y no entristezcáis al
Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención" (Ef
4,17-30).
MEDITACIÓN
San Agustin
"...Pero ¿Por qué haces esto? ¿Por qué apartas tu rostro para que se conturben?
Les quitas su aliento y expirarán. Su aliento era su soberbia; se atribuyen a ellos
sus méritos, y a sí mismos se justifican; apártales, pues tu rostro para que se
turben; quitales su aliento y que desfallezcan; que clamen a ti: Escúchame
enseguida, Señor; que desfalleció mi espíritu. No apartes tu rostro de mi. Les
quitarás el aliento y expirarán, y volverán a ser polvo. El hombre, al arrepentirse de
su pecado, se encuentra a sí mismo; y, al ver que no tenía fuerzas propias, se
confiesa a Dios, diciendo que es polvo y ceniza. ¡Oh soberbio!, has vuelto a ser tu
polvo, se te ha quitado tu espíritu; ya no te jactas, no te engries, no te justificas a
ti mismo. Ves que has sido hecho del polvo, y que al apartar su rostro el Señor, has
recaido de nuevo en tu polvo. Ruégale, pues, confiésale tu polvo y tu debilidad.
14. [v.30]. Mira también lo que sigue: enviarás tu Espíritu, y serán creados.
Quitarás su espíritu, y enviarás el tuyo: Les quitarás su espíritu, ya no tendrán su
espíritu. ¿Han quedado, pues, desamparados? Bienaventurados los pobres de
espíritu; no han sido, no, abandonados, porque de ellos es el reino de los cielos. No
han querido tener su propio espíritu; y tendrán el Espíritu de Dios. Esto es lo que
dijo a los futuros mártires: Cuando os arresten y os lleven presos, no os preocupéis
de lo que vais a decir, ni de cómo lo diréis, porque no sois vosotros los que habláis,
sino el Espíritu de vuestro Padre quien habla en vosotros. No os atribuyáis la
fortaleza. Si es la vuestra, dice, y no es la mía, entonces es terquedad, no fortaleza.
Les quitarás su espíritu, y desfallecerán, y volverán de nuevo a ser su polvo;
enviarás tu Espíritu, y serán creados. Somos, en realidad, hechura suya dijo el
Apóstol-, creados para hacer el bien. De su Espíritu hemos recibido la gracia para
vivir en la justicia, porque es Él quien justifica al impio. Les quitarás su espíritu, y
desfallecerán; envias tu Espíritu, y serán creados, y renovarás la faz de la tierra; es
decir, con nuevos hombres que confiesen haber sido justificados, y que no son
justos por si mismos, para que la gracia de Dios resida en ellos. Mira cómo han de
ser aquellos por los que se ha renovado la faz de la tierra. Dice Pablo: He trabajado
más que todos ellos. ¿Qué dices, Pablo? Mira a ver si has sido tú, o ha sido tu
espiritu. No he sido yo-añade-, sino la gracia de Dios conmigo, 15. [v.31].
¿Qué hacer, entonces? Puesto que, al retirar el Señor nuestro espíritu, volveremos
a ser nuestro polvo, quizá podamos mirar con provecho nuestra debilidad, para
recibir su Espíritu, y así seamos creados de nuevo. Fijate en lo que sigue: Sea la
gloria del Señor para siempre. No la tuya, ni la mía, no la de éste, o la de aquél otro;
sea la gloria del Señor, no por un tiempo, sino eternamente. El Señor se gozará en
sus obras. No en las tuyas, como tuyas; ya que tus obras, si son malas, es por tu
maldad; y si buenas, es por la gracia de Dios. Se gozará el Señor en sus obras.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios. Llename con una nueva vida
para que yo pueda amar las cosas que tú amas, y hacer las que
tú harías.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios, hasta que mi corazón sea puro,
hasta que contigo yo tenga una sola voluntad, para vivir y
soportar.
Amén.
DÍA 7
LECTURAS
ANTIGUO TESTAMENTO
MEDITACIÓN
Didimo de Alejandria
"El Espiritu Santo, en cuanto que es Dios, junto con el Padre y el Hijo, nos renueva
en el bautismo y nos retorna de nuestro estado deforme a nuestra primitiva
hermosura, llenándonos de su gracia, de manera que ya nada nos queda por
desear; nos libera del pecado y de la muerte; nos convierte de terrenales; esto es,
salidos de la tierra y del polvo, en espirituales; nos hace participes de la gloria
divina, hijos y herederos de Dios Padre, conformes a la imagen del Hijo,
coherederos y hermanos de éste. Para ser glorificados y reinar con Él; en vez de la
tierra nos da el cielo y nos abre generosamente las puertas del paraiso,
honrándonos más que a los mismos ángeles; y con las aguas sagradas de la
piscina bautismal apaga el gran fuego inextinguible del infierno.
Hay en el hombre un doble nacimiento, uno natural, otro del Espíritu Divino.
Acerca de uno y otro escribieron los autores sagrados. Yo voy a citar el nombre de
cada uno de ellos, así como su doctrina. Juan: A cuantos lo recibieron, a los que
creen en su nombre, dio poder de llegar a ser hijos de Dios, los cuales traen su
origen no de la sangre ni del deseo carnal ni de la voluntad del hombre, sino del
mismo Dios. Todos los que creen en Cristo, afirma, han recibido el poder de llegar
a ser hijos de Dios; esto es, del Espíritu Santo, y de llegar a ser del mismo linaje de
Dios. Y, para demostrar que este Dios que nos engendra es el Espíritu Santo,
añade estas palabras de Cristo en persona: Te aseguro que el que no nazca de
agua y de Espiritu no puede entrar en el reino de Dios. La piscina bautismal, en
efecto, da a luz de manera visible al cuerpo visible de la Iglesia, por el ministerio
de los sacerdotes; pero el Espíritu de Dios, invisible a todo ser racional, bautiza
espiritualmente en si mismo y regenera, por ministerio de los angeles, nuestro
cuerpo y nuestra alma. Juan el Bautista, en relación con aquella expresión: De
agua y de Espíritu, dice, refiriéndose a Cristo: Él os bautizará con el Espíritu Santo
y con fuego. Ya que nosotros somos como una vasija de barro, por eso
necesitamos en primer lugar ser purificados por el agua, después ser fortalecidos
y perfeccionados por el fuego espiritual (Dios, en efecto, es un fuego devorador);
y, así, necesitamos del Espíritu Santo para nuestra perfección y renovación, ya que
este fuego espiritual es también capaz de regar, y esta agua espiritual es capaz de
fundir como el fuego". (Del Tratado de Didimo de Alejandría, Sobre la Santisima
Trinidad. (Libro 2, 12: PG 39, 667- 674) L.H. Semana VI del tiempo pascual).
ORACIÓN FINAL
Sopla sobre mi, Aliento de Dios. Llename con una nueva vida
para que yo pueda amar las cosas que tú amas, y hacer las que
tú harías.
Sopla sobre mi, Aliento de Dios, hasta que mi corazón sea puro,
hasta que contigo yo tenga una sola voluntad, para vivir y
soportar.
Amén.