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POESÍA

Y
EXPERIENCIA DE FE
NOCHE Pero hay algo que rompe la piel,
 
Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o una ciega furia
lo otro, o cualquier cosa… que corre por mis venas.
¡Qué sé yo! ¡Faltan palabras, ¡Quiero salir! Cancerbero del alma:
falta candor, falta poesía ¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
cuando la sangre llora y llora! ¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
¡Pudiera ser tan feliz esa noche! Aún quedan ensueños rezagados.
Si sólo me fuera dado palpar ¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces!
Las sombras, oír pasos, ¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
Decir "buenas noches" a cualquiera La muerte está lejana. No me mira.
que pasease a su perro, ¡Tanta vida Señor!
miraría la luna, dijera su ¿Para qué tanta vida?
extraña lactescencia, tropezaría
con piedras al azar, como se hace. Alejandra Pizarnik (Argentina, 1936-1972)
Y desciendo a lo verde de tus manos Es el libro escrito por dentro y por fuera
Como las manadas que buscan las minas  
Me faltan sólo los pies heridos de los que peregrinan Silencio escrito por dentro
Me faltan en el suelo duro de las promesas Palabra escrita a toda la vuelta de la historia
Las rodillas  
  Lo que sé del cielo
Quería tanto andar en derredor, rodearte, si supieras Es la mano con la que sosiegas los vientos
cómo  
Quería amarte tanto Desciendo a las Escrituras
  Como los venados a los salmos
Lo que sé de la unidad es la túnica  
Echada a suertes. Lo que sé de la muerte y de la vida Daniel Faria (Portugal, 1971-1999)
Tú eres el amigo MI ALEGRÍA
eres tú quien golpea a la puerta  
y me pides abrigo alegría frágil
en mí quieres decir y amenazada
 
una historia
que me acontece a quién te confiaré
el día de mi partida
 
Ábreme, dices, tú mi victoria más secreta
hermana mía, mi alegría escondida silenciosa
amada mía, y discreta
mi paloma mi perfecta.  
recibida
Escribir será cerca del pozo del dolor
 
abrirme a quién dejarte alegría de mi vida
He abierto a mi Amado pero volteando la espalda  

él ya había desaparecido. amigo mío


Escribir será la quieres tú
buscar también con mi cuerpo mi sangre
la escritura es herida de un enfermo de amor  
La escritura: mi alma brota en su Verbo. Fr. Christophe Lebreton (Francia, 1950-1996)
 
Algo me empuja hacia adelante, De noche, cuando la sombra
hasta una región desconocida. de todo el mundo se junta,
La tierra se vuelve más dura, de noche, cuando el camino
el aire más cortante, más frío. huele a romero y a juncia,
Impulsadas por el viento de noche iremos, de noche,
que llega de mi desconocida meta sin luna iremos, sin luna,
vibran las cuerdas que para encontrar la fuente
en la espera. sólo la sed nos alumbra.
Interrogando siempre,
llegaré hasta
donde resuena la vida:
una clara y simple nota
en el silencio.
Dag Hammarskjöld (Suecia, 1905-1961) Luis Rosales (España, 1910-1992)
¡Oh llama de amor viva
¡Oh lámparas de fuego
que tiernamente hiere
en cuyos resplandores
de mi alma en el más profundo centro!
las profundas cavernas del sentido,
Pues ya no eres esquiva
que estaba oscuro y ciego,
acaba ya si quieres,
con extraños primores
¡rompe la tela de este dulce encuentro!
color y luz dan junto a su querido!
 
 
¡Oh cauterio suave!
¡Cuán manso y amoroso
¡Oh regalada llaga!
recuerdas en mi seno
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
donde secretamente solo moras,
que a vida eterna sabe
y en tu aspirar sabroso
y toda deuda paga!
de bien y gloria lleno,
Matando, muerte en vida has trocado.
cuán delicadamente me enamoras!
 

San Juan de la Cruz (España, 1542-1591)


◦ Altísimo y omnipotente buen Señor, ◦ Alabado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda por el cual iluminas la noche,
bendición. y es bello y alegre y vigoroso y fuerte.
◦ A ti solo, Altísimo, te convienen ◦ Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre
y ningún hombre es digno de nombrarte. tierra,
◦ Alabado seas, mi Señor, en todas tus criaturas, la cual nos sostiene y gobierna
especialmente en el Señor hermano sol, y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas.
por quien nos das el día y nos iluminas. ◦ Alabado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por
◦ Y es bello y radiante con gran esplendor, tu amor,
de ti, Altísimo, lleva significación. y sufren enfermedad y tribulación;
◦ Alabado seas, mi Señor, por la hermana luna y las bienaventurados los que las sufran en paz,
estrellas, porque de ti, Altísimo, coronados serán.
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas. ◦ Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana muerte
◦ Alabado seas, mi Señor, por el hermano viento corporal,
y por el aire y la nube y el cielo sereno y todo tiempo, de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
por todos ellos a tus criaturas das sustento. Ay de aquellos que mueran en pecado mortal.
◦ Alabado seas, mi Señor por la hermana Agua, Bienaventurados a los que encontrará en tu santísima
la cual es muy humilde, preciosa y casta. voluntad
porque la muerte segunda no les hará mal.
◦ Alaben y bendigan a mi Señor
Pastor que con tus silbos amorosos ¿pero cómo te digo que me esperes,
me despertaste del profundo sueño si estás, para esperar, los pies clavados?
tú que hiciste cayado de este leño
en que tiendes los brazos poderosos;
Félix Lope de Vega y Carpio (España, 1562-1635)
vuelve los ojos a mi fe piadosos, 
pues te confieso por mi amor y dueño,
La noche abre mis ojos
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos. Caminé siempre hacia ti sobre el mar encrespado 
  en la constelación donde los altramuces extienden 
Oye, Pastor, que por amores mueres: rondas de acero e charcos 
no te espante el rigor de mis pecados, en su extremo azulado 
pues tan amigo de rendidos eres.
  Herrumbres relampaguean en el mundo, 
Espera, pues, y escucha mis cuidados; atravesé la corriente 
únicamente a oscuras 
construí mi casa en la duración 
de oscuras lenguas de fuego, de lianas, de líquenes 

La aurora hacia la que todos se vuelven


lleva mi barco con puerta entreabierta 

el amor es una noche a la que se llega solo 


Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada. Héctor Viel Temperley (Argentina, 1933-1987)
Soy el hombre que quiere ser aguada
para beber tus lluvias
con la piel de su pecho.
Soy el nadador, Señor, bota sin pierna bajo el cielo
para tus lluvias mansas,
para tus fuertes lluvias,
para todas tus aguas.
Las aguas como lonjas de una piel infinita,
las aguas libres y la de los lagos,
que no son más que cielos arrastrados
por tus caídos ángeles.

Soy el nadador, Señor, soy el hombre que nada.


Tuyo es mi cuerpo, que hasta en las más bajas
aguas de los arroyos
se sostiene vibrante,
como en medio del aire.
Mi cuerpo que se hunde
en transparentes ríos
y va soltando en ellos
su aliento, lentamente,
dándoselo a aspirar
a la corriente.
En una noche oscura, ¡Oh noche que guiaste!
con ansias, en amores inflamada, ¡oh noche amable más que la alborada!
¡oh dichosa ventura!, ¡oh noche que juntaste
salí sin ser notada Amado con amada,
estando ya mi casa sosegada. amada en el Amado transformada!
   
A oscuras y segura, En mi pecho florido,
por la secreta escala, disfrazada, que entero para él solo se guardaba,
¡oh dichosa ventura!, allí quedó dormido,
a oscuras y en celada, y yo le regalaba,
estando ya mi casa sosegada. y el ventalle de cedros aire daba.
   
En la noche dichosa, El aire de la almena,
en secreto, que nadie me veía, cuando yo sus cabellos esparcía,
ni yo miraba cosa, con su mano serena
sin otra luz y guía en mi cuello hería
sino la que en el corazón ardía. y todos mis sentidos suspendía.
   
Aquésta me guiaba Quedéme y olvidéme,
más cierto que la luz de mediodía, el rostro recliné sobre el Amado,
adonde me esperaba cesó todo y dejéme,
quien yo bien me sabía, dejando mi cuidado
¡Oh Verdad, luz de mi corazón,  No es de los dones, sino del Donador de quien
no me hablen mis tinieblas! tengo siempre nostalgia.
Me incliné a ellas y quedé a oscuras; No es la gloria a lo que aspiro, sino a abrazar al
pero desde ellas, sí, desde ellas te amé Glorificado.
intensamente.  ¡No es por deseo de la vida que siempre me
Anduve errante y me acordé de ti. Oí tu voz consumo!
detrás de mí que me gritaba que volviese; No es el reposo lo que busco, sino el rostro de
pero apenas pude percibirla por el alboroto de Aquel que da el reposo lo que pido suplicante.
los que no poseen la paz. No es por el banquete nupcial, sino por deseo
Pero he aquí que ahora, abrasado y anhelante, del Esposo por lo que languidezco.
vuelvo a tu fuente.
Nadie me lo prohíba: que beba de ella y viva de
ella. Que no sea yo mi propia vida.
He vivido mal al querer vivir de mí.
En ti comienzo a vivir.
 
 

San Agustín (actual Argelia, 354-430) Gregorio de Narek (Armenia, 951-1003)


Resurrección (Jn XX)

La matriz de las sombras se estremece


cuando sale a la luz la luz que ardía
en el rescoldo de la muerte umbría Dios Calla
de la gran Noche que desaparece.
  Pudo sernos dolor y fue alegría.
Toda tristeza se volvió alegría. Final... y fue comienzo y alborada.
La fe es una victoria que nos crece Porque a veces se da... y frente a la nada
y la esperanza es puerta que se ofrece, la plenitud nos crece como un día
allí donde el cansancio nos perdía.  
  Que no va hacia la noche y su acabada
Cedieron los cerrojos y aparece sombra tenaz, amenazante y fría, 
la tierra que encerraba y nos mentía: sino día que esgrime la osadía
trascendida de signos nos florece. de ser luz, sólo luz empecinada.
   
La carne que pesaba y nos dolía, Pudo sernos aquello que temía
alada va y lujosa resplandece el corazón cuando agotado estalla
tras el triunfo de Cristo que nos guía. en la desesperanza y la agonía

que lo aleja de Dios... Pero Dios calla


Para decirnos más. Y se extasía
Feliz el corazón tras su muralla.

Osvaldo Pol (Argentina, 1935-2016)


Oración pulsa su música callada
Sentir que el vuelo encuentra su sentido con tenue hilo de estrella:
dejando lejos la inquietud que ha abierto
tanto indagar la noche en el incierto Tu amor me dejó
ir y venir del corazón dolido. loca de melodía

Dejar que el alma se remanse. Henchido Bebí de la fuente


abrir el pecho hacia el seguro puerto. que mana agua de estrellas
Y sembrarme a la sombra de ese huerto hasta que me convertí en lucero.
que para mí tan solo ha florecido. Aspiré a ser Tu espejo
pero me convertiste
Tocar a Dios. Sentirme de Él tocado. en Tu propio rostro.
Y comprender entonces boquiabierto
el por qué y para qué de mi latido. Luce López Baralt (Puerto Rico, 1950)
Y descubrir que el vuelo se ha trocado
en un vuelo más alto. Y que el desierto
era el solo refugio apetecido.

Osvaldo Pol
Camina
sin que nadie lo note
para que sólo Él te vea
Ahora que estamos solos, Cristo, María, simplemente en vez de llama.
te diré la verdad: Señor, no creo.  
¿Cómo puedo creerme lo que veo Pero ni el mar de amor inundaría
si la fe es creer lo que no he visto? con sus aguas eternas otra cosa
que los ojos del ser que sufre y ama,
Si oigo tu voz en mí ¿cómo resisto?  
¿Cómo puedo buscar, si te poseo, ni la llama de amor abrasaría,
si te mastico, si te saboreo? con su energía misericordiosa,
Esta es mi fe: Comulgo, luego existo. sino el alma que llora cuando llama

No tendré que saltar sobre el vacío Francisco Luis Bernárdez (Argentina, 1900-1978)
para llegar al borde de tus manos
o poner en tu pecho mi cabeza.

Más dentro estás de mí que lo más mío.


Conozco más tu voz que a mis hermanos.
Que es más cierta tu fe que la certeza.

José Luis Martín Descalzo (España, 1930-1991)

 
Si el mar que por el mundo se derrama
tuviera tanto amor como agua fría,
Características del lenguaje místico
(Velasco)
◦Experiencial: concreción, impregnación psicológica y afectiva.
◦Descriptivo: fundamentalmente a través de símbolos.
◦Transgresivo: lleva la metáfora hasta su extremo, en la línea de
la “metáfora viva” de Ricœur.
◦Hiperbólico, uso de superlativos y diminutivos; recurso a la
paradoja, la antítesis y el oxímoron.
◦Autoimplicativo y testimonial.
Dios se agota, a través del infinito espesor del tiempo y del
espacio, para alcanzar el alma y seducirla. Si ésta se deja
arrancar, aunque no sea más que lo que dura un soplo, un
consentimiento puro y completo, entonces Dios se alza a su
conquista. Y una vez que se ha convertido en algo
completamente suyo, la abandona. La deja completamente
sola. Y entonces le toca a ella atravesar, esta vez a tientas, el
infinito espesor del tiempo y del espacio en busca de aquél a
quien ama. De esa manera el alma vuelve a hacer en sentido
inverso el viaje que Dios hizo hasta ella. Y eso es la cruz.
(Simone Weil)

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