Ética y clínica

psicoanalítica II

ÉTICA A NICÓMACO
Libro VII
APÉNDICE SOBRE LAS VIRTUDES ÉTICAS:
CONTINENCIA E INCONTINENCIA

Aristóteles

Presenta:

Francisco Javier Calixto Botello

Libro VII Resumen
El argumento se sitúa gracias a los libros anteriores, donde Aristóteles
habla de las virtudes y los vicios, comunes y ordinarios entre los
hombres.

A lo largo de este libro Aristóteles sostendrá y defenderá la idea de que

existen hombres malos y buenos. Los primeros son aquellos carentes de
virtudes, se desbordan por los placeres y deseos incontrolables que le
surjan.

A los buenos les atribuye virtudes tales, que puedan ser reconocidas
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como heroicas o divinas (bondad de Dios). Hombres que se conducen
por la razón y conocimiento de sí, evitando caer en pasiones
◈ llamaríamos «vida moral» y que tiene que ver con la arete
y con sus defectos, que constituyen el «vicio» La
«brutalidad» y la (incontinencia)) son también
deformaciones de la moralidad

◈ Tanto la virtud como el vicio están en nuestro poder

◈ virtud tiende a hacer lo que es mejor con respecto al
placer y al dolor, y el vicio hace lo contrario.

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 Disposiciones morales que deben evitarse
Incontinencia
Vicios Brutalidad
Aquellos que presentan flaquezas (debilidad) y
molicies (ociosidad), censurable, pasión
Propia de los barbaros,
desbordada e irracional, saben que obran mal.
enfermos o de aquellos que se
(Opuestos)

distinguen por su maldad.

Virtud sobrehumana,
Virtud Continencia
heroica, divina
Fortaleza elogiable, dominio sobre sí, mantiene su
Perseverancia, dignas de
razonamiento por encima de su
alabar
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deseo=autodominio.
La continencia no supone en todos los casos una virtud, pues existen
casos donde se carece de prudencia, donde deseos buenos son
abandonados por debilidad. Incluso es visible en aquellos que se
mantienen firme en su opinión (sea falsa o verdadera) frente a todo
cuestionamiento u argumentación externa.

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◈ El que obra y persigue lo placentero por estar convencido, y
porque lo elige, sería mejor que quien lo hace no por
razonamiento sino por incontinencia –pues es más fácil de curar,
ya que se le podría convencer de que cambiara-; en cambio, al
incontinente se le aplica el proverbio que dice: «Cuando te
atragantas con agua, ¿qué tienes que beber?» (Aristóteles, 2001
pág.206)

◈ La incontinencia y la continencia hace que prevalezcan ciertos

problemas por lo que para determinados escenarios conviene
eliminarlos y en otros dejarlos.
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 La continencia La incontinencia
Se pueden diferenciar respecto a los objetos a que se refieren o al modo de
conducirse frente a ellos o incluso se pueden albergar ambas.

Existen argumentos que sostienen la diferencia a partir del conocimiento o saber

(continencia) y la opinión (incontinencia), sin embargo para Aristóteles no debería
haber tal diferencia, en el sentido que se usa pues:

“empleamos el término saber en dos sentidos (en efecto, tanto del que tiene
conocimiento pero no lo usa, como del que lo usa, se dice que saben) habrá una
diferencia entre hacer lo que no se debe poseyendo el conocimiento sin ejercitarlo,
y teniéndolo y ejercitándolo” (Aristóteles, 1985 pág.297) 7
 La continencia La incontinencia
Sin embargo hay quienes obran contra su conocimiento, por ejemplo cuando usan
las premisas universales pero no las particulares, que suponen cierta acción. Por lo
que algunos hombres pueden tener maneras de conocer distintas.

Existe “una diferencia en el modo de ser del que tiene y no usa este conocimiento
de suerte que es posible tenerlo en cierto modo y no tenerlo, como es el caso del
hombre que duerme, está loco o embriagado” (Ibíd. pág.298)

Los incontinentes tienen estos modos de ser, dominados por las pasiones, por la ira,
los apetitos de placeres amorosos, sexuales y otras pasiones semejantes que pueden
perturbar al cuerpo y, en algunos casos pueden producir la locura. (Aristóteles, 8

1985)
 ¡Gracias!
Referencias bibliográficas

Aristóteles. (1985) Ética a Nicómaco (J. P. Bonet trad.). Madrid: Gredos

Aristóteles. (2001) Ética a Nicómaco (J. L. Calvo trad.). Madrid: Alianza

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