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Competencias perceptivas de

la etapa sensorio-motora

Villavicencio Castro, Jheison.


Gonzales Arteaga, Thalia.
Sotomayor Paredes, Lucero.
• Las capacidades perceptivas suponen
la base a partir de la cual el bebé ira
conociendo su mundo puesto que los
sentidos constituyen la fuente
primera del conocimiento.
• Su estado al nacer y su ajuste en los
primeros meses de vida van a
condicionar la forma de ver,
escuchar, acariciar, saborear y
olfatear los objetos y las personas
que conforman nuestro mundo.
Acomodación
visual

Percepción
Sensibilidad de
al contraste Procesos profundidad
visuales
básicos

Percepción Percepción
de color de forma
Básicamente tiene
que ver con la
Cuando se utilizan capacidad de
estímulos adecuados enfocar. Los recién
en tamaño y nacidos enfocan los
Acomodación contraste, los bebés objetos situados a
visual son capaces de menos de 20
enfocar desde los centímetros, pero a
primeros días de los cuatro meses el
vida. ojo del bebé se
acomoda ya igual
que el del adulto.
Es la capacidad que tiene el ojo de
percibir detalles. Los recién
nacidos perciben muy pocos
Sensibilidad al contraste detalles, pero hay un rápido
incremento a las seis semanas de
vida y se alcanza un nivel similar
al adulto a los seis meses.

Sensibilidad al contraste

Cuando las barras son más bien líneas


finas los bebés de un mes no las
perciben. Durante este primer mes la
visión de los bebés se parece a la visión
nocturna que tenemos los adultos y sólo
ven los objetos grandes y con mucho
contraste
El sistema visual humano
dispone de ciertos indicios para
percibir la profundidad, pueden
interpretarse como que los bebés
Percepción de profundidad perciben la profundidad desde
temprano, pero no sienten miedo
hasta que son capaces de moverse
por sí mismos alrededor de los 6
meses

Se diseño una mesa de cristal cuya mitad estaba


cubierta por una superficie con dibujos blancos y
negros. La otra mitad de la mesa dejaba un cristal,
el cual permitía ver en el suelo la misma
superficie de dibujos blancos y negros creando un
efecto de «abismo». La madre llamaría al niño
con un juguete, si el bebe no cruzaba, reconocía
el peligro del abismo.
Además inspeccionan las
formas de una manera
Prefieren objetos particular: durante el
moderadamente primer mes de vida
Percepción de complejos como el dibujo miran casi
forma de una cara a otros más exclusivamente los
simples como una lámina contornos de las figuras
de color lisa. y a partir de los dos y
tres meses van
inspeccionando más el
interior.

Se les presentaban diferentes


estímulos a bebés de 4 meses y
utilizando una técnica de
preferencia, observó que
miraban más tiempo el dibujo
de la cara humana que ningún
otro estímulo.
Desde el primer o el
segundo mes los bebés se ha observado que
perciben y discriminan los desde las primeras
colores. Sus conductas semanas de vida los bebés
hacen pensar que los prefieren mirar los
Percepción del color bebés ya disponen de las denominados colores
células encargadas de la básicos como el verde, el
percepción del color y las azul o el rojo frente a
vías de transmisión otros como el negro y el
neuronal propias del ojo amarillo.
humano adulto
Podemos decir que el sistema auditivo del feto está
desarrollado a partir de los 3 a los 4 meses de gestación, ya
que será capaz de captar algunos sonidos. Primero captará
sonidos intrauterinos y más adelante sonidos del exterior.

A partir del quinto mes de embarazo se puede apreciar que


el feto responde a estímulos auditivos, ya que se observan
movimientos del feto ante el sonido y alteraciones en el
pulso.
Las expresiones faciales y la orientación
hacia determinados olores y sabores
permiten suponer que ambos sistemas
transmiten información y funcionan ya de
forma similar a como lo hacen en el adulto.

A las pocas horas de nacer los bebés realizan muecas


faciales diferentes al probar los sabores dulce, amargo
y ácido. Cuando prueban soluciones dulces chupan
con mayor intensidad, consumen más y se calman
antes cuando lloran.
El bebé tiene una mayor preferencia por el sabor dulce que por
los demás, esto es porque el sabor dulce es el que predomina
en la leche materna.

A partir de los 4 meses, el bebé ya es capaz de


discriminar los sabores y empieza a mostrar
preferencias entre los diferentes sabores ofrecidos.
Aprovecharemos este momento para ir
introduciendo nuevos alimentos.

A partir de los 12 meses, el bebé


empieza a aceptar los sabores amargos
y ácidos.
Desde el nacimiento, el bebé es capaz de reconocer
a la madre y la leche a través del olor.

En principio, el niño no es capaz de denominar los olores


que percibe en su ambiente. Hasta los dos años, más o
menos, no será capaz de identificar los olores y saber de
dónde provienen.

A partir de los 6 o 7 años, empieza a tener un olfato parecido


al que tendrá en su edad adulta, aunque su evolución es larga
y lenta.
Algunos investigadores han colocado dos algodones,
uno impregnado del olor de la madre y otro del olor
de otra mujer, cerca de las mejillas de recién nacidos
de una semana. A partir del sexto día observaron
que los bebés se giraban con mayor frecuencia hacia
el algodón con el olor de su madre.

En lo referente al olfato, en los recién nacidos se


observan giros de cabeza y muecas de asco cuando
se les presentan olores desagradables. También
parecen apreciar los olores agradables con
expresiones faciales positivas y ausencia de
movimientos de rechazo
La piel del bebé es muy sensible desde el momento de
nacer. El recién nacido es muy perceptivo a las caricias y
reacciona a ellas con gestos y sonrisas.

La sensibilidad táctil en el momento del nacimiento y durante


los primeros meses de vida se centra en la boca y en los
labios. La boca le sirve al bebé para explorar todos los objetos
que hay a su alrededor, y eso les permite discriminar formas,
texturas, tamaños, etc.

Más adelante, la sensibilidad táctil se extiende a otras partes


de su cuerpo, y es cuando empieza a utilizar las manos y los
pies para explorarlo todo; esto le permite percibir el peso y la
dureza de los objetos.
• Ovejero, H. M. (2013). Desarrollo cognitivo y motor.
• Giménez-Dasí, M., & Mariscal, A. S. (2008). Psicología del
desarrollo: Desde el nacimiento a la primera infancia. volumen 1.

GRACIAS

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