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PRINCIPIO DE LA

SUBSIDIARIDAD
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II

INTEGRANTES
-AMBULAY JARAMILLLO LUIS
-AYOSA VILLEGAS JUAN ANTONIO
-CALLE FLORES EDWIN ALEXANDER
-GARCIA PINTADO LUIS CRISTHIAN
-LABAN SEMINARIO SHELLY STEFHANY
-OTERO PINTADO CRISTIAN BRAYAN
-SALINAS PALACIOS CRISTHIAN JHANPOL
DEFINICIÓN:
El principio de subsidiariedad se encuentra centralizado en el hombre y la
sociedad .
Cada persona humana tiene el derecho y el deber de ser el autor principal de su
propio desarrollo pero necesita de la ayuda de los demás para llevarlo a cabo.
Por eso, la autoridad ha de procurar establecer unas condiciones de vida que
permitan a cada hombre y a cada mujer un desarrollo integral, en todos los
ámbitos posibles, fomentando y estimulando las iniciativas personales
respetuosas del Bien Común ha de coordinar y ordenar esas iniciativas en el
conjunto del mismo Bien Común; ha de suplirlas y completarlas cuando las
necesidades comunes superen las posibilidades de los individuos y de las
sociedades intermedias. Pero no debe impedir o suplantar la iniciativa y la
responsabilidad de sus miembros.
OBJETIVO:
El objeto principal es salvaguardar la
dignidad de las personas.
La causa final es el Bien Común
La persona es el ser más digno de la
creación. Por lo tanto, ha de favorecerse el
desarrollo de la persona en tanto y en cuanto
no ponga en peligro el desarrollo de los
demás, o sea el Bien Común; y si no puede
hacerlo, deben intervenir las sociedades
intermedias o el Estado subsidiariamente.
Este principio se puede desglosar en tres postulados:
1-“La persona y las comunidades menores o grupos sociales
deben gozar de la autonomía necesaria para poder realizar por sí
mismas los fines y las actividades de las que son capaces.
2-Las comunidades superiores deben ayudar la iniciativa particular
de cuantos se desenvuelven bajo su autoridad, sin destruirlos ni absorberlos.
3-Las sociedades superiores deben suplir las deficiencias de las personas y de
las comunidades menores, en cuanto su capacidad resulte insuficiente para
promover el Bien Común y mientras perdure tal situación”.
Principio de subsidiariedad y su fundamento en la
libertad humana
La subsidiariedad debe considerarse como complemento de la
solidaridad, protege a la persona humana, a las comunidades
locales y a los “grupos intermedios” del peligro de perder su
legítima autonomía. La aplicación justa de este principio en
virtud de la dignidad de la persona humana, garantiza el
respeto por lo que hay de más humano en la organización
de la vida social, y salvaguarda los derechos de los
pueblos en las relaciones entre sociedades particulares y
sociedad universal.
Principio de subsidiariedad y Estado
La misión del Estado es la de fomentar,
ayudar y, cuando sea preciso, suplir la
iniciativa de los ciudadanos (esto último
provisoriamente, con la idea de fomentar
la iniciativa correspondiente).
Una sobreprotección por parte del Estado
(lo mismo que el autoritarismo)
terminarían destruyendo la
responsabilidad social y, por ende, la
verdadera solidaridad.
Principio de subsidiariedad • El principio de subsidiariedad regula
también las relaciones entre los
y las relaciones poderes públicos de las comunidades
políticas singulares y el poder público
internacionales de la comunidad mundial.
• El Magisterio ha puesto de manifiesto
que los poderes públicos de la
comunidad mundial deben afrontar y
resolver los problemas de tipo
económico, social, político y cultural
que exige el Bien Común universal;
problemas que, por su
envergadura, complejidad y urgencia,
los poderes públicos no
se hallan en grado de resolver de
una manera adecuada.
Subsidiaridad en la familia y la enseñanza
La familia y la sociedad cumplen una función complementaria en la defensa y en la
promoción del bien de todos los hombres y de cada hombre.
La sociedad, y más específicamente el Estado, deben reconocer que la familia es "una
sociedad que goza de un derecho propio y primordial y, por tanto, con respecto a la
familia están obligados a atenerse al principio de subsidiariedad. En virtud de tal
principio, el Estado no puede ni debe sustraer de las familias aquellas funciones que
éstas pueden desarrollar bien por sí mismas, ya sean solas o asociadas libremente.
• "Cada persona humana tiene el derecho y el deber de
ser el autor principal de su propio desarrollo pero
necesita de la ayuda de los demás"

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