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Axilar Frontal
No abrigar ni desnudar demasiado al niño.
No hacer friegas de alcohol o colocar paños de agua fría.
Hay que dar líquidos con frecuencia
Se debe vigilar signos de empeoramiento clínico.
Dar antitérmicos si la fiebre es mayor de 38,1°C y el niño se
encuentra con malestar general.
Aplicar paños húmedos templados o frescos, nunca fríos, en la
frente.
Si el niño tiene febrícula, que es hasta los 38,1ºC, no se recomienda
su tratamiento con antitérmicos
Avisar a los familiares.
Manchas en la piel, rojo oscuro o moradas, que
no desaparecen al estirar la piel de alrededor.
Decaimiento, irritabilidad.
Rigidez de cuello.
Convulsión o pérdida de conocimiento
o excesiva somnolencia.
Dificultad para respirar
Vómitos y/o diarrea persistentes
Deshidratación (lengua seca, ausencia
de saliva, ojos hundidos, etc.).
Si no orina o la orina es escasa.
Un traumatismo es una situación con daño físico al cuerpo. En medicina,
sin embargo, se identifica por lo general como paciente traumatizado a
alguien que ha sufrido heridas serias que ponen en riesgo su vida y que
pueden resultar en complicaciones secundarias tales como shock, paro
respiratorio y muerte.
El traumatismo pediátrico se refiere a una lesión traumática que le
sucede a un bebé, niño o adolescente. Debido a las diferencias
anatómicas y fisiológicas entre niños y adultos, el cuidado y manejo de
esta población difiere.