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Galo Bilbao, Javier Fuertes y José Ma.

Guibert
“Ética para ingenieros”
(cap. 4)
Beneficencia
 Siendo la actividad profesional una práctica orientada
hacia su bien interno, ella debe realizar su excelencia.
 La consecución de tales bienes necesariamente
conlleva el beneficio de la sociedad, a cuyo servicio
están los medios técnicos, conocimientos y labores de
la profesión.
 El beneficio es una obligación inherente al profesional,
obligación que es indesligable de los propios valores
personales del profesional.
Beneficencia
 La beneficencia no debe confundirse con el
paternalismo, el cual implica un abuso de la
competencia y conocimientos especializados hasta el
punto de pretender instaurar al profesional como
sujeto moral exclusivo.
 La mayor solvencia técnica y teórica de parte del
profesional debe venir acompañada de un pleno
consentimiento informado de parte del cliente.
No-maleficencia
 La no-maleficencia es la obligación de no hacer mal al
cliente: es la contraparte del principio de beneficencia.

Beneficencia → complementaria a la autonomía


No-maleficencia → absoluta
 El principio de beneficencia apunta a fines específicos
en una situación dada (es teleológico), mientras que el
principio de no-maleficencia se centra en la obligación
de no hacer daño a nadie (es deontológico).
No-maleficencia
 “Depende” del principio de beneficencia en tanto que
requiere de un conocimiento previo de los beneficios
posibles, sopesando sus efectos en torno al cálculo del
riesgo-beneficio
 Pero dado que se conecta más íntimamente con el
principio universal de no hacer mal a nadie, obliga a
hacer un enfoque diferente sobre una situación dada.
 En una situación compleja, la no-maleficencia se
enfoca en el mal menor a la hora de elegir el beneficio
prioritario entre varios en conflicto.
Autonomía
Como autoelección
 Capacidad de construir la propia identidad y realizar la
propia libertad: el sujeto se concibe como soberano y
juez absoluto de su modo de vida y sus acciones.
 La profesión es un elemento importante de la
autorrealización en la autoelección:
 el profesional demanda que su libertad de elección sea parte de
su competencia;
 a su vez, exige reconocer la autonomía del cliente, quien debe
recibir un asesoramiento suficiente para que alcance sus
propios bienes.
Autonomía
Como autolegislación
 Determinación racional de nuestro cumplimiento del
deber: actuar por deber implica someternos a reglas
universalizables según las cuales los otros seres
humanos son fines en sí mismos y no simples medios.
 El profesional debe fomentar el diálogo con los clientes
para buscar el acuerdo y la cooperación.
Autonomía
Como autenticidad
 Valoración de la libertad de elección a partir de los
contenidos de la elección refrendados por el entorno
cultural y los horizontes morales: el contexto ratifica el
sentido de la elección.
 La profesión encarna una vocación relevante para la
autorrealización; la profesión también demanda que
tomemos decisiones y hagamos elecciones sobre la
base de valores y principios socialmente asumidos.
Autonomía
Como autodecisión
 Interpretación y valoración de diversas posibilidades
de cumplir con el deber moral dentro de una situación.
 La dimensión ética de la labor ingenieril exige:
 argumentación e interpretación de una decisión que implica
una responsabilidad ineludible;
 capacidad de reflexión en torno a los elementos más saltantes
de los dilemas profesionales que surgen.
Justicia
 Ajustamiento: búsqueda de la armonización con el
entorno, la cual no le viene ya dada.
 Valor: la posibilidad de realizar la propia perfección
nos da un referente para distinguir lo bueno de lo
malo, lo justo de lo injusto.
 Esbozo racional: elaboración de principios que
apuntan hacia la equidad en la sociedad y la especie
humana.
 Experiencia: análisis de las consecuencias de los actos
concretos.
Justicia
 En el ejercicio profesional nos topamos continuamente
con situaciones marcadas por intereses diversos: a
partir del criterio de justicia se puede justificar y
regular modos de armonizar y jerarquizar los intereses.
 Mediante el principio de justicia, se valida la influencia
de los criterios socioeconómicos en las decisiones
profesionales.
Errores de criterio ético
Teniendo en cuenta que
 el principio de beneficencia remite al criterio para
realizar una acción útil y beneficiosa,
 el de autonomía, al respeto hacia la dignidad del cliente,
 y el de justicia, al compromiso con todos los aspectos
englobados en un proyecto...

Faltar a uno solo de estos principios supone ya un error


de criterio ético.
Paternalismo
 Beneficencia + justicia – autonomía.
 Se da cuando el diálogo entre experto y autoridad
competente no cuenta con la opinión del cliente.
 A pesar de la utilidad y solvencia técnica del resultado,
se pasó por encima del derecho del cliente a tomar una
decisión informada: se le trató como alguien que está
bajo la tutela de un progenitor.
Anarquía
 Beneficencia + autonomía – justicia.
 Se da cuando el experto y el cliente acuerdan en una
solución técnica sin consultar con los responsables
implicados.
 Aunque hay beneficios respectivos para el cliente y el
experto concretos, el bien común de la sociedad se ve
dañado (como mínimo, a nivel potencial).
Demagogia
 Justicia + autonomía – beneficencia.
 Se da cuando los responsables y los clientes se ponen
de acuerdo sobre una solución técnica sin consultar
con el experto, quien cuenta con la visión y pericia
técnica apropiadas para dicha solución.
 Se gana en premura, pero esta ventaja puede muy
pronto ser superada por desventajas mucho mayores
resultantes de las fallas que vayan surgiendo como
producto de la improvisación.

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