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LOS ENEMIGOS DEL APRENDIZAJE

¿Qué son los enemigos del aprendizaje?


Cuando queremos aprender algo nuevo es común encontrarnos con enemigos del
aprendizaje. Estos enemigos están siempre en nuestro camino, pero si podemos
identificarlos y reconocerlos podemos trabajar con ellos y vencerlos.

Los enemigos del aprendizaje vienen de los obstáculos internos, de nuestra caja de
creencias. Es por ello que, para identificarlos es importante conocernos bien, nuestras
creencias, ser conscientes de cómo somos y actuamos.

. Estos enemigos están siempre en nuestro camino, pero si podemos identificarlos y


reconocerlos podemos trabajar con ellos y vencerlos. Los enemigos del aprendizaje más
comunes son:

 La ceguera sobre nuestra propia incompetencia. No nos damos cuenta que no


sabemos. Estamos ciegos de que no sabemos, lo cual nos puede llevar a creer
que no tenemos nada que aprender. Quizás conozcas a alguien que tenga esta
actitud frente a nuevas oportunidades de aprendizaje y puedas observar cómo su
ceguera le cierra oportunidades para aprender y limita sus posibilidades de
crecimiento profesional.

 El miedo a reconocer nuestra ignorancia. Diferente de la ceguera, el miedo


puede hacernos rechazar algo que no conocemos. El sabelotodo no tolera que su
imagen sea puesta en tela de juicio y no está dispuesto a reconocer que no sabe.
Los miedos al fracaso o al éxito también pueden aparecerse en nuestro camino y
boicotear nuestro proceso de aprendizaje. Estos miedos universales al ser
reconocidos nos permite enfrentarlos y desarrollar diálogos internos que los
desafían y nos permite actuar aun cuando tengamos miedo.

 La vergüenza de mostrar incompetencia y miedo al ridículo puede detenernos


para aprender. Puede ocurrirnos estudiando Inglés o aprendiendo a tocar un
instrumento musical. La capacidad de hacer errores, equivocarse y ser corregido
requiere que tengamos la capacidad de sobrellevar nuestras torpezas y reírnos de
nosotros mismos. Tomarnos demasiado en serio crea mucha presión al proceso
de aprendizaje y le quita la oportunidad de convertirlo en una experiencia
satisfactoria.

 El orgullo que impide pedir ayuda e implica reconocer la necesidad de otros


para aprender. Hay personas que no les gusta sentirse que dependen de otros
para aprender, pero pierden oportunidades valiosas para hacerlo. El saber pedir
ayuda nos hace más humanos y nos permite alcanzar nuestros objetivos. Solos
no podemos llegar muy lejos.

 La arrogancia de creer que uno ya sabe y que no tiene ninguna necesidad de


aprender. No hay peor ciego que el que no quiere ver. La humildad es requerida
para reconocer áreas de mejora y dedicar tiempo y energía para alcanzar nuestras
metas de aprendizaje.
 La pereza, para tomar tiempo para preparase y practicar lo aprendido. El
proceso de aprendizaje requiere energía y trabajo y muchas personas no están
dispuestas a tomar para aprender. Hay personas que prefieren ser incompetentes
a tener que trabajar duro para aprender nuevas habilidades. La pereza debe ser
enfrentada con la disciplina. La planificación y dedicación de tiempo para leer,
estudiar y practicar son clave para aprender y solidificar lo aprendido.

 La impaciencia, el querer aprender todo ya y no tolerar la frustración de no


poder aplicar lo aprendido inmediatamente. En mis clases de coaching, los
estudiantes muchas veces quieren hacer todo perfecto desde la primera sesión y
aunque les explico que la expectativa es desarrollar habilidades en varios meses,
no tienen paciencia para incrementar su efectividad un paso a la vez. El ser
amorosos y compasivos con nosotros mismos es importante para aprender.

 La desconfianza en el instructor o en uno mismo. Es necesario dar autoridad a


las personas que nos enseñan y seguir su guía para poder aprender. Si no
tenemos confianza en los instructores, no vamos a estar abiertos para aprender
de ellos. También necesitamos confianza en nosotros mismos y creer que
podemos aprender.

LOS CINCO ENEMIGOS QUE ATENTAN CONTRA TU APRENDIZAJEOS

1. Falta de capacidad para admitir que no sabemos: el enemigo es la tendencia


conservadora a pensar que no hay nada más que aprender. ¿Cómo se supera?
Simplemente declarando nuestra ignorancia. Ésta no es lo opuesto del aprendizaje, sino
que se constituye como su umbral. Cuando declaramos “no sé” se genera el espacio para
aprender.

2. No puedo aprender dado quien soy: Ojo con las etiquetas que nos auto colocamos.
Los juicios que hagamos sobre nosotros mismos pueden transformarse en nuestros
enemigos para aprender: “soy incapaz para aprender idiomas ”, “soy demasiado viejo
para aprender”, “nací así y no puedo cambiar”, etc.

Vale hacer una distinción entre incapacidad e incompetencia para no confundirlas.


Podemos ser incapaces para volar como vuela un pájaro y esto siempre será así y no se
puede cambiar. Podemos ser incompetentes para hablar idiomas, practicar deportes, etc
y esto si lo podemos aprender.

3. No tengo tiempo para aprender: es la excusa que se suele tener más a mano y suele
ser incuestionada. Si no hay tiempo no hay tiempo. Existe una especie de prestigio
social relacionado con el estar muy ocupado y no tener tiempo. Ahora, si nos
observamos con una mirada sincera, ¿es real la falta de tiempo o hablamos por ejemplo
de una inadecuada administración del mismo? ¿Tendrá que ver con los motivos que nos
mueven? Creo que cuando el motivo es grande y realmente te moviliza, el tiempo
siempre se encuentra.

4. Confundir aprender con adquirir información: hay quienes tienen muy poca
información y una gran sabiduría. Otros, por el contrario, mucha información y poca
sabiduría. Tener información no es sinónimo de sabiduría. Un buen ejemplo es el caso
de saber andar en bicicleta; podemos tener toda la información que queremos sobre esas
acciones, pero ello no significa saber andar en ella. Si la información no se traduce en
capacidad de acción nos quedamos en la mera capacidad de repetir afirmaciones.

Algo similar ocurre cuando confundimos el aprendizaje con tener opiniones. El enemigo
no es tener opiniones sobre cual o tal tema. El enemigo es confundir el saber con una
opinión. Por ejemplo: podemos tener opiniones sobre como pilotear un avión, lo cual no
significa que sepamos hacerlo.

5. No dar autoridad a otro para que me enseñe: el poder declarar a una persona
como nuestro maestro en un proceso de aprendizaje implica que le otorguemos
confianza y autoridad, implica reconocer que esta persona, comparada con nosotros,
tiene una mayor capacidad de generar acción en algún dominio determinado. Sin
embargo, en nuestra cultura experimentamos dificultades para aceptar que otros saben.

PROCESO DE APRENDIZAJE, SUELEN PRESENTARSE ALGUNOS


“ENEMIGOS”, SI LOGRAMOS IDENTIFICARLOS, NUESTRO APRENDIZAJE
SERÁ MÁS FÁCIL Y PLACENTERO. ALGUNOS DE ELLOS SON LOS
SIGUIENTES.

1) Incapacidad de admitir que, en algunos ámbitos, no sabemos, como nos cuesta


aceptarlo, no vemos lo nuevo como nuevo y decimos la frasecita del millón: “eso ya lo
sé”

En el ámbito personal ¿cuántas veces hemos dicho “se de lo que se trata”, para darnos
cuenta después que no teníamos ni la más vaga idea de lo que estaba sucediendo?

2) Incapacidad de admitir que, en muchos ámbitos, yo no sé qué no se (conocido


como ceguera cognitiva), la persona que no conoce algo, no vive como si tuviera un
“hueco” que espera ser llenado. Actuamos, organizamos nuestras vidas y damos sentido
a nuestra existencia y al mundo a partir de los conceptos, historias y habilidades que
tenemos, no de las que no poseemos. La frase favorita de este enemigo es: “esto
siempre se ha hecho así”.
3) Resignación: “Dado como soy, no podría hacer esto”, “no soy lo suficientemente
hábil como para hacer esto”, “es muy complicado para mi”; son algunas de las frases
favoritas de este enemigo. Aquí, las acciones nuevas aparecen como imposibles, lo
nuevo nos inhibe, parece estar más allá de nuestro alcance.
4) Querer tenerlo todo claro, todo el tiempo. Quienes han desarrollado ansiedad por
tenerlo todo claro siempre, evitan cualquier momento de confusión o de duda.
Cualquier pregunta que enfrentan viene acompañada de un desenfrenado deseo de
respuestas, finalmente terminan por evitar las preguntas, privándose así de pensar y de
aprender.

5) No tengo tiempo. El no asignar prioridad al aprendizaje es la enfermedad más


común de nuestro tiempo y ésta relacionada con dos tendencias sociales de nuestra
época: una es el “trabajolismo”, con el alto prestigio social que conlleva el estar muy
ocupado y otra, la adicción a la entretención, especialmente la TV. Ambas tendencias
nos apartan del logro de nuestros propósitos.

6) No considerar el cuerpo: aprender significa realizar acciones que, antes del


aprendizaje no eran posibles.

7) No considerar la emocionalidad: cada emoción nos permite un tipo determinado de


acciones.

8) La gravedad, actitud que asumen algunas personas cuando creen que saben: la voz
se engola, la mirada muestra un cierto desprecio por el ignorante, las palabras son lo
más difíciles posible y citan autores cada poca frase. Las interpretaciones sencillas
sobre cualquier cosa son despreciables, por lo sencillas. Quienes viven en la gravedad,
se creen imprescindibles y tienen dificultades para admitir que otros también pueden
aportar.

9) La trivialidad. El trivial no puede hacer nada seriamente. Se oculta riéndose y


ridiculizando a los demás mientras evita cualquier posibilidad de reírse de sí mismo.
Genera a su alrededor una atmósfera de intimidación que impide la creatividad, la
innovación, la generación de nuevas ideas, pues ¿a quién le gusta verse expuesto al
ridículo?

10) Incapacidad de desaprender. Si funcionó bien una vez, ¿Por qué no habría de
hacerlo ahora?, persistirán en acciones que fueron eficaces pero que ya no lo son: a la
industria automotriz de USA le tomó ocho años fabricar un automóvil que compitiera
con el compacto japonés, los agricultores chilenos siguen en rubros que ya no son
rentables y nosotros seguimos creyendo que basta pensar y analizar para que las cosas
que queremos, sucedan.

11) No dar autoridad a otro para que nos guíe o nos enseñe. En nuestra cultura
tenemos dificultades para aceptar que en determinados ámbitos, otro sabe más o lo hace
mejor que nosotros. Esta aceptación está ligada a dos emociones: el respeto y la
admiración.

12) Desconfianza: quien desconfía de quienes están a su alrededor, persiguiendo un


propósito común, está constantemente preguntándose sobre los motivos reales que tiene
para hacerlo, se pregunta por la “agenda escondida”. El problema está en que el
aprendizaje sólo es posible en la colaboración, no en la sospecha.

13) Confundir hecho y explicación: la explicación pertenece a quien explica, no al


hecho.
14) Adicción a lo novedoso: reemplazar profundidad por cantidad. Es el típico
ejemplo de aquel que, luego de definir su propósito, empieza a pensar las estrategias
para lograrlo, cuando la tiene más o menos clara; escucha hablar de otra y cambia la
suya antes de probarla. Si en el camino aparece una cuarta o quinta, hace lo mismo.
Finalmente, nunca actuó y, por lo tanto, jamás consiguió su propósito. Es el que ahora
se pregunta porque no resultó si él tenía tan buenas ideas.

15) Confundir tener opinión, con saber ¿Cuántas veces opinamos acerca de cosas
que no sabemos? Y, encima, nos enojamos a muerte con el que opina distinto.

.
LA GESTIÓN DEL APRENDIZAJE O ¿CÓMO LOGRAR QUE LOS OTROS
APRENDAN?

 No basta desear que las otras personas, mis alumnos o mis colaboradores,
aprendan. Debo tener mucha claridad respecto a qué quiero que aprendan y qué
quiero que hagan con lo que aprenderán. Si deseo que aprendan un poema o una
canción, es claro que lo que me interesa es que lo reciten y reproduzcan con
absoluta fidelidad, pero esto no es válido para todos los aprendizajes. La mayor
parte de las veces interesará que usen, manejen o aplique lo aprendido en la vida
en general o en circunstancias específicas de su desempeño profesional.

 Si nos interesa que los colaboradores conozcan reglas y normas de seguridad en


el trabajo, por ejemplo, es obvio que no nos interesa que las memoricen y
reciten, sino que efectivamente las hagan suyas y las respeten en el día a día de
su labor. Si necesitamos que aprendan a manejar un nuevo software,
evidentemente nos interesa que lleguen a demostrarnos que lo saben usar en
determinadas circunstancias o para resolver determinados problemas.

 Lo que debe tenerse en claro, pues, es ¿qué queremos que hagan los aprendices
con lo que aprenderán? O en otras palabras ¿Qué harán para demostrarnos que
aprendieron? Y, la respuesta a estas preguntas supone un hacer determinado, un
desempeño en particular, que no sólo involucra haber almacenado información,
sino haber pensado sobre ella, haber desarrollado una serie de habilidades en el
uso de un conjunto de información. No tener claro esto nos llevará al error de
creer que basta transmitir un conjunto de información, para que las personas
aprendan a hacer uso de ella. Tampoco basta decirles cómo deben usarla, para
que lo aprendan. Tendrán que ir aprendiendo paulatinamente, paso a paso,
cometiendo errores y dándose cuenta de ellos y corrigiéndoles conscientemente.

 Diseñar procesos de aprendizaje es lo que hace el buen entrenador deportivo,


que tiene muy claro cuál es resultado que espera que alcance su pupilo y cuál es
el proceso y cada uno de los resultados parciales que le irán indicando que va
por buen camino.
 Meta clara, proceso definido, resultados parciales identificados y evaluación
continua son cuatro claves fundamentales en la gestión de procesos de
aprendizaje, pero que sólo funcionarán si el aprendiz quiere aprender. Es decir,
si hemos logrado provocar la motivación suficiente para que esté dispuesto a
ponerse todo él en juego y esfuerzo. Si las emociones de los aprendices no son
suficientemente convocadas y sostenidas el proceso no empezará, ni se
mantendrá en pie

¿POR QUÉ ES NECESARIO APRENDER A GESTIONAR LOS APRENDIZAJES?


Sociedad del conocimiento o de la información: el conocimiento se sitúa en el centro de
la producción de la riqueza, el saber compartido es el núcleo central del desarrollo
humano.

 La información se produce y distribuye de manera acelerada y caduca mucho


más rápidamente: Se necesitan recursos para identificar, seleccionar y
procesar información (distinguiendo el dato del conocimiento).
 El cambio es acelerado y continuo y demanda flexibilidad, adaptación: seguir
aprendiendo de por vida es fundamental.
 El énfasis debe estar en el desarrollo de habilidades de pensamiento (más que en
la imposible ahora- acumulación de contenidos).
 El aprendizaje es solo significativo y constructivo si el estudiante: asume el
control de sus procesos, planifica, monitorea y evalúa sus logros, si es capaz de
pensar sobre su propio pensamiento: si aprende a aprender o gestiona sus
aprendizajes.

Prendizaje
ANEXO

BIBLIOGRAFFIA

https://pinoalto.cl/blog/2012/04/16/enemigos-del-aprendizaje/
https://blogs.upc.edu.pe/sinergia-e-innovacion/conceptos/de-la-gestion-de-la-ensenanza-
la-gestion-del-aprendizaje
https://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/cinco-enemigos-que-atentan-contra-
tu-aprendizaje
https://www.fundacionwiese.org/blog/es/programa-aprender-aprender-maria-angelica-
pease/

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