Está en la página 1de 5

LA IMPORTANCIA DE APRENDER A HABLAR EN PÚBLICO

I. DESARROLLO

La habilidad de hablar en público es de las más complejas y difíciles de gestionar.


Parece que hay personas especialmente dotadas para ello, que se manejan como
pez en el agua cuando tienen que soltar en público, sea dando un curso o
conferencia, tomando la palabra en una reunión de trabajo o contando una anécdota
en un grupo social o familiar.

Si somos de los que pensamos que se nos da mal esto de hablar en público, es
muy posible que admiremos y nos maravillemos de este tipo de personas y sintamos
que esto no es para nosotros, no hemos nacido con ese don, nosotros no seremos
nunca capaces de conseguirlo.

En realidad, no es así, las habilidades de oratoria y hablar en público se aprenden


y cualquiera de nosotros puede hacer gala de poder disfrutar hablando en público,
conmover, convencer o conseguir la atención de un auditorio, con sólo entrenarse
y practicar el conjunto de habilidades y estrategias implicadas en una conducta, a
priori, muy difícil.

Además, es una conducta que si aprendemos a manejarla, nos va a aportar una


mejor autoestima y una mayor seguridad en nosotros mismos.

Hablar bien en público nos puede abrir muchas puertas. Desde un punto de vista
profesional puede ayudar a: aumentar las posibilidades en una entrevista laboral,
conseguir mayor credibilidad y atención en las reuniones de trabajo, obtener
mejores resultados en un examen u oposición, captar clientes para una empresa o
proyecto, ganarse la confianza del equipo, liderar con más seguridad a un grupo de
persona. Pero, también, en el terreno personal tiene grandes ventajas como facilitar
sentirse más integrado en los grupos sociales o en el entorno familiar, conseguir
1
que las opiniones sean tomadas más en cuenta, ser percibido como una persona
más interesante y seguro de sí mismo.

Cuando hablamos en público, ponemos sobre la mesa un gran abanico de


competencias, desde cómo estructurar un discurso, a cómo expresarse con los
gestos de la cara, las manos, el cuerpo o la voz. Todo ello implica un conjunto de
habilidades verbales y no verbales que se pueden entrenar por separado de una
manera sencilla.

Causas que generan miedo al hablar frente al público:

Es muy posible, que en algún momento de nuestra vida, hayamos tenido una
experiencia desagradable o traumática, donde quizá hubo personas que se burlaron
o nos humillaron, sufrimos un bloqueo o una reacción de mucho nerviosismo, nos
sometían a situaciones de mucha exigencia. Entonces, nuestro organismo ha
automatizado la respuesta de activación o tensión para protegernos y esta
respuesta de alerta se generaliza a otros contextos de exponernos a un público
aunque racionalmente nos parezca absurdo o no encontremos la relación.

Puede ser también, que por las circunstancias de un entorno muy protector,
exigente o que no nos haya ofrecido oportunidades de enfrentarnos a estas
situaciones, no tengamos experiencia y práctica a la hora de comunicarnos y hablar
en público y sintamos que no sabemos hacerlo.

La timidez, el miedo a exponernos al juicio de los demás, los bloqueos para


mostrarnos espontáneos y tal como somos, también suelen estar en la base de
nuestro miedo o dificultad para hablar en público.

Ante esto, las consecuencias de tener dificultades a la hora de enfrentarse a hablar


en público son:

2
 Si no podemos evitar enfrentarnos porque en nuestro trabajo es
imprescindible, al no disponer de recursos de autogestión emocional ni
herramientas verbales y no verbales, obtenemos un resultado negativo,
nuestra autoestima baja y mantenemos o empeoramos el problema al largo
plazo.
 Si podemos, evitaremos exponernos a aquello que provoca malestar, con lo
cual nunca podremos aprender o mejorar estas habilidades y darnos cuenta
de que podemos hacerlo y podemos hacerlo bien y disfrutarlo.
Cuando podemos ser nosotros mismos ante un auditorio o grupo de personas,
gestionando nuestra ansiedad hasta el punto de poder bajarla al mínimo, mostrando
naturalidad en nuestra comunicación no verbal, y pudiendo expresar nuestras ideas,
obtenemos un gran refuerzo social y nuestra autoestima se refuerza muchísimo.

Puntos importantes a tomar en cuenta a la hora de hablar en público:

1. Nuestro nivel de activación o ansiedad que nos puede hacer percibir la


sensación de descontrol y de miedo al miedo o miedo a las señales de
ansiedad: Taquicardia, sudor, dificultad para respirar, bloqueo corporal,
temblor en la voz o en el cuerpo. Pensar que los demás lo pueden notar, nos
hace estar muy indefensos y expuestos. Y centrar nuestra atención en la
ansiedad favorece que la ansiedad se mantenga, ese comportamiento de
hipervigilancia hace que nosotros mismo provoquemos que estas señales se
mantengan e incluso que aumente su intensidad. Mantener a raya nuestro
nivel de ansiedad y aprender estrategias como la respiración diafragmática o
el control atencional para manejarlo, será imprescindible.

2. Las ideas que tenemos de nosotros mismos en ese momento, o antes


o después de enfrentarnos al público: Ideas, la mayoría de las veces, muy
negativas e hiperexigentes y que ponen en duda nuestra valía personal.
Tendemos a:

3
 Anticipar las consecuencias negativas “voy a hacer el ridículo”, evaluar de
manera poco realista y muy negativa nuestras habilidades, “lo hago fatal”, o
las situaciones, “nadie se está enterando de nada”.
 Generalizar los errores o las dificultades, “no lo voy a conseguir nunca”, “todo
lo hago mal”,
 Focalizar la atención en un aspecto que no es tan relevante, “ya estoy de
nuevo con los titubeos”.
 Marcarnos metas excesivamente elevadas sin tener en cuenta nuestro punto
de partida a la hora de hablar en público, “tengo que hacerlo perfecto si no,
no vale”
 Exagerar nuestros errores y no tener en cuenta nuestros logros, “se me ha
olvidado hablar de algo que quería decir”
 Compararnos con otras personas de modo que nosotros siempre salimos
perdiendo provocándonos una respuesta de inseguridad y desánimo, “no
puedo competir con esta persona, lo hace y lo hará siempre mejor que yo”.
Desarrollar ideas más proactivas y constructivas y desbancar las ideas perjudiciales
será una estrategia importante. Podemos usar auto instrucciones positivas como:
“nadie lo nota más que yo” “voy a respirar” “me voy a centrar en la presentación”,
“voy a mover las manos”, “estoy consiguiendo estar más calmado” “he conseguido
avanzar en mi oratoria desde la última vez”.

3. La conciencia de nuestros movimientos corporales, faciales y del uso


de la voz, y el conocimiento que tengamos de los comportamientos no
verbales adecuados en estas situaciones: Hay aspectos de la conducta
no verbal y paralingüística que nos pueden dificultar la puesta en escena y
otros que nos lo facilitan, favoreciendo que el mensaje llegue de manera más
clara y contundente y consigamos nuestros objetivos en dicha comunicación,
y lo más importante, vamos a conseguir contagiarnos de esa actitud no verbal
y sentirnos más seguros. Es necesario un entrenamiento en estas
competencias dirigido por un profesional.

4
4. La estructura de nuestro discurso y el uso del lenguaje verbal, así como
los apoyos didácticos usados: Puede facilitar o no que nuestro mensaje
llegue al interlocutor. Podemos acudir a un profesional que nos oriente y
corrija nuestras presentaciones.

5. La exposición progresiva a situaciones de hablar en público y la


práctica son imprescindibles: Para descondicionar nuestra experiencia
negativa y propiciar nuevas asociaciones positivas en el cerebro. Mientras
más lo evitemos, más dificultades y más conflicto tendremos con esta
habilidad.

II. CONCLUSIÓN

En conclusión, hablar en público es la capacidad para comunicar ideas frente a una


audiencia de manera que esta no solo preste atención y entienda lo que se les
comunica, sino que, a ser posible, estén de acuerdo con lo que se le dice. Algunas
personas piensan que hablar en público es simplemente hablar con soltura, con
fluidez, pero en realidad es mucho más que eso.

También podría gustarte