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#14 – Perder para ganar


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Un bosquejo bíblico y gratuito, todos los viernes.
Ore, lea, estudie, quite, agregue, ilustre, viva, predique.

Idea central:
Debemos perder la confianza total en los esfuerzos humanos para obtener salvación, pues sólo la gracia
en Cristo Jesús, nos la otorga por la fe en él.

Objetivo:
Que todos los miembros dejen de creer que sus títulos, sus sacrificios e incluso guardar los
mandamientos sin tacha alguna, les darán la justificación. Es la fe que desecha todo esfuerzo humano y
que descansa en la obra de Cristo, la única que recibe justificación.

Introducción:
Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre
El animal favorito como mascota es el perro. Los perros son fieles, siempre aman, siempre se emocionan
al verlo, son graciosos y defienden a la familia en donde viven. De hecho, hace unos años la industria de
mascotas en los Estados Unidos superó en gasto los 66 billones de dólares. Y se espera que año con año
el gasto siga aumentando.

En el siglo primero para los judíos y los cristianos, los perros eran vistos como asquerosos
Pero esto no siempre fue así. En el siglo primero, tanto en el mundo judío como en el cristiano, los
perros no eran vistos como mascotas o como algo agradable para tener en casa. De hecho, eran vistos
como asquerosos. También eran utilizados como una metáfora para describir a los malhechores. Jesús
también contrastó entre los hijos de Israel y los perros de los gentiles. Recuerda la respuesta de aquella
mujer gentil: “Pero los perros también comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos” Mateo
15:27.

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Pablo advierte a la iglesia de los filipenses “Cuídense de esos perros”, enfrentan un riesgo
Veremos que tres veces el apóstol Pablo le dice a los filipenses: Cuídense, cuídense, cuídense… Hay un
riesgo para la iglesia de Filipos. Un riesgo muy grande, un error garrafal en el que, si caen en las garras
de esos perros, destruirán su fe. A los ojos de los hombres, lo que estos perros dicen tiene sentido, pero
no a la luz del evangelio de Jesucristo.

Busquemos responder tres preguntas:


¿Qué pasaba con estos perros?
¿Por qué el apóstol Pablo les advierte sobre ellos?
¿Qué podemos aprender para nuestra vida espiritual sobre este mismo riesgo que también nosotros
enfrentamos?

Filipenses 3:1 “Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia volver a
escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad. 2 Cuídense de esos perros, cuídense de esos que
hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo.

1. La advertencia: cuídense de esos perros


a. Hacen el mal
Estos malhechores (perros) son los de la circuncisión. Los que decían que los gentiles (todo
no judío) para ser salvos del castigo de Dios, debían no sólo circuncidar a sus hijos al octavo
día sino guardar todos los mandamientos y fiestas de los judíos al pie de la letra. Era una
batalla abierta entre la ley y la gracia. Mis fuerzas para justificarme y la derrota de reconocer
que soy un pecador y que sólo Jesús salva.

b. Mutilan el cuerpo
Pablo exagera. Los partidarios de la circuncisión sólo quitaban el prepucio (la piel que
recubre el órgano reproductor masculino), no mutilaban, pero seguramente está molesto
por esta actitud. Y, es que la circuncisión simboliza en Israel el pacto entre Dios y ellos de ser
su pueblo escogido y de obedecerle como descendientes de Abraham. Pero esto era bajo la
ley del Antiguo Testamento, no bajo la gracia del Nuevo Testamento. Pablo sabía que ellos
eran aceptos como gentiles sin tener que circuncidarse.

2. Cuatro razones por las que ellos (los gentiles) sin practicar la circuncisión, son parte del pueblo de
Dios
Filipenses 3:3 “Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios
adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos
humanos.”

Esta enseñanza que obligaba a los gentiles a circuncidarse no sólo era falsa, era contraria al
evangelio de Jesús. La verdadera marca del pueblo de Dios no era la circuncisión física, sino la del
corazón.

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Veamos cuatro razones por las que ellos aun siendo gentiles, y sin la circuncisión, también son
parte del pueblo de Dios:

a. Sin practicar la circuncisión son parte del pueblo de Dios, porque la circuncisión son ellos
mismos
Pablo no rechaza la circuncisión, sino que entiende su verdadero significado, la circuncisión
no consiste en hacerlos parte de Israel de manera física, sino que es Dios trayendo a alguien
para ser parte de su pueblo, la iglesia, espiritualmente. Por eso, ellos mismos son la
circuncisión.

b. Sin practicar la circuncisión son parte del pueblo de Dios, porque por medio del Espíritu de
Dios adoran
Israel adoraba en el templo y lo hacía con sacrificios. La verdadera adoración ya no es por
medio de un templo, sino por medio del Espíritu de Dios, que habita en cada uno de
nosotros pues somos su templo y no adoramos sólo en una ubicación geográfica, sino en
todo lugar con una vida consagrada a él, una vida que glorifique su nombre.

c. Sin practicar la circuncisión son parte del pueblo de Dios, pues se enorgullecemos en
Cristo Jesús
Enorgullecerse en Cristo Jesús es la confianza que por medio de su sacrificio en la cruz
hemos sido perdonados y salvados del juicio. Es Cristo nuestro orgullo y en quien
encontramos salvación. No sólo encontramos la salvación, esta nos lleva a compartir
espontáneamente la noticia con otros, sabiendo en quién confiamos y qué ha hecho por
nosotros.

d. Sin practicar la circuncisión son parte del pueblo de Dios, porque no ponen su confianza en
esfuerzos humanos
Lo opuesto de enorgullecerse en Cristo Jesús, es confiar en los esfuerzos humanos. Para la
justificación (ser declarados justos) o descansamos en Cristo o en nuestros esfuerzos
humanos. Nosotros los cristianos que somos el pueblo de Dios, descansamos en la obra de
Cristo como nuestra garantía de perdón, transformación y vida eterna.

3. Pablo tenía motivos, incluso más que otros, para confiar en esfuerzos humanos
Filipenses 3:4 “Yo mismo tengo motivos para tal confianza. Si cualquier otro cree tener motivos para
confiar en esfuerzos humanos, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu
de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la ley, fariseo; 6 en cuanto al
celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige, intachable.”

Pablo presenta su currículum definitivo sobre los mejores esfuerzos humanos que alguien puede
hacer. Como dijo alguien: “Cuando venimos a Cristo, nos damos cuenta que no tenemos un
currículum, sino un ridículum, pues aún con los mayores esfuerzos humanos, éramos pecadores
necesitados de un Salvador”.

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¿Cuáles eran sus posibles razones por las que podía confiar en esfuerzos humanos?
a. Circuncidado al octavo día – su familia cumplió con la ley de Moisés el día asignado, incluso
cuando muchos ya bajo el dominio del imperio Romano no lo hacían.

b. Del pueblo de Israel – Israel siendo el pueblo especial y único escogido por Dios. El que Dios
utilizó para revelarse a la humanidad por medio de la relación de pacto entre los israelitas y
Dios.

c. De la tribu de Benjamín – El 12vo hijo de Jacob (Israel), de la esposa favorita Raquel y a


quienes se les asignó al conquistar Canaán lo que incluía también Jericó, lugar en el que
luego estuvo Jerusalén.

d. Hebreo de pura cepa – No sólo era hebreo por nacimiento, lo hablaba y había sido instruido
por Gamaliel, por lo que era hebreo de hebreos también por la educación a la que se había
sometido. La mayoría de hebreos ya como los latinos que viven en Estados Unidos y que
sólo hablan inglés, ya sólo hablaban griego o arameo y no hebreo.

e. En cuanto a la interpretación de la ley, Fariseo – Pablo guardaba la ley de acuerdo a la


interpretación de los fariseos. Los fariseos eran la secta más admirada por su rigor en el
cumplimiento de la ley y eran los más admirados por los judíos. Creían en la resurrección de
los muertos y en el juicio final.

f. En cuanto al celo, perseguidor de la iglesia – Como un fariseo celoso, nunca creyó que el
Mesías podría morir en una cruz, pues entonces sería maldito. Tampoco creyó que Jesús era
igual a Dios como afirmaba, lo cual era una blasfemia. Por eso persiguió a la iglesia y fue
incluso testigo del a muerte de Esteban. Persiguió los cristianos y los arrestó hasta que Jesús
resucitado se le apareció y lo comisionó a predicar Su evangelio. En otras palabras, él
persiguió a la iglesia a la que los perros de la circuncisión ahora desean imponerles la
circuncisión.

g. En cuanto a la justicia que la ley exige, intachable – no significa que nunca hubiera pecado.
Sino que no había ningún pecado público por el cual pudieran recriminarle. Y, sin embargo,
con este “currículum” o “ridículum”, Pablo dice que todo esto o considera una pérdida.

4. Pablo dice que todo aquello que para él era ganancia, ahora lo consideraba una pérdida con un
solo propósito
Filipenses 3:7 “Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por
causa de Cristo. 8 Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a
Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo 9 y
encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene
mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.”

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Los auditores se identifican bien con estas palabras, pérdidas y ganancias. Pablo pone su pasado
“humanamente glorioso” como una pérdida para “ganar” en la causa de Cristo.

a. Todo lo que era para él ganancia lo considera una pérdida por causa de Cristo
i. Lo considero pérdida por causa de Cristo
Los esfuerzos humanos y Cristo no van de la mano. Ahora que Pablo conoce a Cristo,
sabe que eso que era ganancia antes lo considera como pérdida pues una vida rota
que reconoce su pecado es la única que Cristo por su amor y su muerte en la cruz
puede salvar.

ii. Todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo
Jesús, mi Señor
A la luz de Cristo y el verdadero valor de esta relación, todo no tiene valor.

b. Por él lo ha perdido todo, y lo tiene por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarse
unido a él
¿Quién luego de sacar a pasear a sus perros guarda las bolsas en donde guardó el
excremento que recogió en la calle? Así de nada de valor tiene su pasado glorioso a los ojos
de los hombres ante ganar a Cristo y encontrarse unido a él.

c. Pablo no quiere su propia justicia (porque esta no puede existir).


i. La que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo
Nadie puede obtener esta justicia. Con un mandamiento que hayamos
quebrantado, somos culpables de quebrantar toda su ley.

ii. La justicia que procede de Dios basada en la fe (no por obras, sino por la obra de
Cristo).
La justicia de Dios no se puede ganar, sólo se puede recibir. Es un regalo. Dios no
nos salva como una recompensa porque obedecemos la ley.

5. ¿Para qué lo ha perdido todo?


Filipenses 3:10 “Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se
manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su
muerte. 11 Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos.”

a. A fin de conocer a Cristo


Conocer a Cristo es conocer el amor, el perdón, la cobertura de la vergüenza que el pecado
produce, la libertad de la culpa de nuestros pecados, la razón de vivir, es la promesa de un
futuro de esperanza eterna, es dejar de luchar para recibir lo que ningún esfuerzo humano
da, sólo la gracia de Dios en Jesús. Conocer a Cristo es opuesto a los perros – malhechores –
que enseñan que sólo la circuncisión y guardar la ley nos dan justicia y salvación.

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¿Usted lo ha perdido todo a fin de ganar a Cristo o sigue luchando en sus fuerzas? Sólo en la
rendición total, está la bendición total. Quien patalea y patalea cuando está a punto de
ahogarse, jamás deja que el Salvavidas pueda salvarlo. ¡Ríndase! Sus buenas obras no lo
salvan, aunque es llamado a hacer buenas obras.

b. Experimentar el poder que se manifestó en su resurrección


Así como Cristo resucitó, un día resucitaremos para lo que es más importante que esta tierra
en donde difícilmente pasamos de los 100 años de edad. Lo más importante, la esperanza
eterna, es el cielo. Todos los que hemos muerto resucitaremos para pasar la eternidad con
el Padre Dios en donde la justicia habita, en donde no hay muerte, ni llanto, ni lamento, ni
dolor.

¿Lo ha perdido todo a fin de experimentar el poder que se manifestó en su resurrección?

c. Participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte


Lo leímos en Filipenses 1:29 “Porque a ustedes se les ha concedido no sólo creer en Cristo,
sino también sufrir por él”. ¿Enfrenta sufrimientos? Tranquilo, los sufrimientos no son
eternos. Creer en Jesús para salvación, también implica sufrimiento y esto es un privilegio.

d. Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos


Todo sufrimiento temporal que podamos padecer en esta tierra, en nada se compara a la
gloria eterna que nos espera. Por eso para Pablo su esperanza era la resurrección de entre
los muertos y esto mismo tiene que ser nuestra esperanza.

Conclusión:
O nos humillamos en esta tierra, o Dios nos humillará en el juicio final. O doblamos nuestras rodillas en
esta tierra voluntariamente ante Jesús, reconociéndolo como el Salvador, o él nos obligará a doblarlas
en el cielo para condenación eterna. Su peso de justicia sobre nuestras vidas que pareciera un castigo,
porque nos señala el pecado o nos muestra la culpabilidad, no lo es. Es su Espíritu Santo llamándonos a
abrazar la gracia de Dios en Jesús, que nos dice: “Ni yo te condeno, vete y no vuelvas a pecar”. Mateo
11:28 “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. 29 Carguen
con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para
su alma. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.” Y, es que, con Dios, hay que perder el ego,
para ganar la salvación que es tan cara, pero tan cara, que sólo puede darla gratis al que cree. Venga en
arrepentimiento de pecados a Cristo, crea en él y conozca la verdad que lo hará libre…

Escrito por: Lic. Alex López Puede escribirme a: encontacto@elbosquejopastoral.com


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