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LA MARAVILLOSA JUSTICIA DE DIOS AL ALCANCE DE TODOS.

Romanos 10.1-13

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. 2 Porque
yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. 3 Porque ignorando la
justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; 4 porque
el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

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Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por
ellas. 6 Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es,
para traer abajo a Cristo); 7 o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los
muertos). 8 Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe
que predicamos: 9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se
confiesa para salvación. 11 Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será
avergonzado. 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es
rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

1. (Romanos 10:1-3) La negativa de Israel de someterse a la justicia de Dios.


a. Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel: De nuevo
Pablo se siente obligado de relacionar su corazón hacia sus compañeros Judíos. Pablo no se
regocija de que ellos hayan tropezado en la piedra de tropiezo (Romanos 9:32).
i. El anhelo del corazón de Pablo también se traduce a una acción en concreto: oración a Dios por
Israel. A Pablo no solamente “le importó”, él oró.
b. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios: Pablo rápidamente reconoce
que Israel tiene celo de Dios, pero él también be que es un celo no conforme a la ciencia.
i. Este es el porqué de muchas personas religiosas – aún Cristianos sinceros – se pierden.
Tienen mucho celo pero poca ciencia.
ii. celo de Dios, pero no conforme a ciencia es una perfecta descripción del mismo Pablo
antes de su conversión. Saulo de Tarso era un notable perseguidor de los Cristianos antes de
que Jesús le confrontara en el camino hacia Damasco (Hechos 9:1-20).
iii. Es extraordinario que Pablo encontrara algo bueno que decir sobre estas personas Judías los
cuales le perseguían sin misericordia. “Al menos tiene el celo de Dios,” dijo Pablo.
c. Su falta de ciencia se refleja en el hecho de que están ignorando la justicia de Dios, y que
están procurando establecer la suya propia.
i. Pablo hábilmente ha demostrado en los primeros capítulos de Romanos lo inútil que esto es. En
términos llanos, por las obras de la ley ningún ser humano será justificado. (Romanos 3:20)

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d. Procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios: Israel tenía
una falta de ciencia. Pero ese no era su único problema. También tenían un problema moral:
ellos no se han sujetado a la justicia de Dios.
i. Las personas no pueden llegar a Jesús sin la información correcta sobre el evangelio, pero también
la información por si sola no es suficiente para salvar a nadie. Debe de haber una sumisión radical a
la justicia de Dios, poniendo de lado nuestra propia justicia.
e. Otra vez, no podemos ser negligentes en el énfasis de la responsabilidad personal. Todas las
enseñanzas de Pablo acerca de las elecciones de Dios y su derecho de elección soberana no ha
disminuido la responsabilidad del hombre.

2. (Romanos 10:4-8) El contraste entre la justicia de Dios y los intentos de


nuestra justicia.
a. Jesús es el fin de la ley para aquellos que creen. La ley termina para el creyente en
el sentido que nuestra obediencia hacia la ley ya no es el fundamento para nuestra
relación con Dios. La ley no ha llegado a un fin en el sentido de que ya no refleja el
estándar de Dios para nosotros o que ya no muestra nuestra necesidad de un Salvador.
i. “Cristo no vino para hacer la ley más blanda, o de hacerla posible para que en nuestra
obediencia quebrada y abollada pudiera ser aceptada en un tipo de compromiso. La ley no
es impuesta en términos más bajos; es santa, justa y buena, y no debería ser alterada en la
más mínima jota o tilde, y tampoco puede ser. Nuestro Señor da a la ley todo lo que
requiere, no una parte, puesto que eso sería una admisión de que podría justamente estar
satisfecho con menos que un primer momento.” (Spurgeon)
b. El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas: La Ley de Moisés hace el
camino de la justicia por medio de la ley de una manera simple. Si quieres vivir por la
ley (encontrar vida por medio de la ley), debes de hacer la ley – y hacerla completa y
perfectamente.
c. Pero la justicia que es por la fe esta basada en Jesús, y no tenemos que “trabajar”
para obtener a Jesús. No es como si pudiéramos subir al cielo o descender al
abismo para obtener a Jesús. Nosotros creemos y recibimos.
i. “La incredulidad en realidad pone una triste calumnia sobre Cristo. Esta habla sobre subir
al cielo: pero supón que se necesitara que alguien debiera de ascender al cielo, eso

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implicaría que Jesús jamás hubiera descendido desde allí para revelar al Padre. Esta habla
de descender al abismo, como si Cristo jamás se hubiera levantado de entre los muertos. El
hecho es, todo lo que pudo haber sido hecho ya ha sido hecho. ¿Porqué quieres hacer lo
que ya se ha hecho? Todo lo que pudo haberse sentido ya se a sentido. ¿Porqué quieres
sentirlo? ‘Esta consumado’, dijo Cristo, ¿Porqué te esfuerzas en volver a hacerlo?”
(Spurgeon)

d. Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón: En lugar de


ir a grandes distancias para alcanzar la justicia por la ley, podemos recibir inmediatamente
la justicia por medio de la fe, al poner la confianza en la palabra del evangelio.

3. (Romanos 10:9-13) Cómo es obtenida la justicia de Dios por medio de la fe.


a. Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo: La justicia de Dios no es obtenida por obras
(como Pablo ya lo puso en claro en Romanos 10:4-8). Pero la obtenemos
al confesar y creer en la persona y obra de Cristo Jesús.
b. Confesares con tu boca: La confesión tiene la idea de estar de acuerdo con ello.
Cuando confesamosque Jesús es el Señor, entonces estamos de acuerdo con lo que Dios
dijo acerca de Jesús, y con lo que Jesús dijo de Si mismo. Esto significa que reconocemos que
Jesús es Dios, que Él es el Mesías, y que Su obra en la cruz es la única manera de salvación
para la humanidad.
i. Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor: Nunca podemos olvidar todo lo que
significó el decir que Cristo Jesús es el Señor. “Si un hombre llamaba a Jesús kurios, él lo
estaba categorizando con el Emperador y con Dios; él le estaba dando el lugar supremo en su
vida; él estaba comprometiéndose a una obediencia y adoración reverente hacia Él.” (Barclay)
ii. Wuest, citando a Robertson en Jesús es el Señor: “Ningún Judío que en realidad no
confiara en Cristo haría esto, ya que Kurios en la LXX es utilizada para God. Ningún Gentil lo
haría el cual no hubiera cesado de adorar al emperador como el Kurios. La palabra Kurios fue y
es el fundamento de la fe.”
c. También debes de creer en tu corazón que Dios le levantó de los muertos. Algunos se
preguntan porque Pablo no menciona a la cruz o la crucifixión en este pasaje. Pero cuando

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Pablo enfatiza la necesidad de creer que Dios le levantó de los muerto, no es que creamos
en la resurrección como en lo opuesto de la cruz, pero en lo que abarca en la obra de Jesús en
la cruz.
d. Creyeres en tu corazón: Un simple acuerdo intelectual con los hechos de la cruz y la
resurrección no es suficiente. Tú debes de creeren tú corazón; y aún esa creencia no es
suficiente si no se acompaña de acción: confesares con tú boca.
i. “Nosotros creemos todo de lo cual el Señor Jesús ha enseñado, pero hemos de ir un paso
más allá, y confiar en él. Aún ni siquiera es suficiente el confiar en él, como siendo el Hijo de
Dios, y el ungido del Señor; pero debemos de creer en él … La fe que salva no es el creer en
ciertas verdades, ni siquiera el creer que Jesús es un Salvador; pero es el confiar en él, el
depender en él, el yacer con todo tu peso en Cristo como el fundamento de tú esperanza. El
creer que él te puede salvar; el creer que él te va a salvar; de todos modos, el dejar todo el
asunto de tú salvación con él en una confianza sin reservas. Depende sobre él sin temor como
tú salvador presente y eterno. Esta es la fe que salva el alma.” (Spurgeon)

e. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación: Estos dos juntos (creer y confesar) resultan en justicia y salvación. No debemos
de ignorar cuan escandalosamente resulta esto (porque todo aquel que invocare el nombre
del Señor, será salvo) y la afrenta que esto es para cualquier intento de la carne para ser
justificada, o cualquier intento de encontrar salvación basada en un fundamento de una
nacionalidad o etnia.
i. Ambos, Judíos y Griegos, eran prestos para dar crédito hacia el origen de cierta nación o
etnia, como si el ser salvo fuera un asunto de haber nacido en la familiar correcta. Pero Pablo
lo pone en claro: Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es
Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan.
f. Pues la Escritura dice: “Pablo, al decir aquí, ‘Pues la Escritura dice,’ Yo pienso que se
refiere al sentido general de la Escritura, en lugar de a un pasaje en específico. Hay varios
textos del cual se puede obtener que los creyentes no serán avergonzados.” (Spurgeon)
g. Todos los que le invocan: De nuevo, no te el énfasis en la responsabilidad humana.
De Romanos 9 podemos decir que la salvación es la decisión soberana de Dios, pero
de Romanos 10 podemos pensar que la salvación es únicamente la responsabilidad del
hombre – pero en conjunto podemos ver el asunto desde ambas perspectivas.

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