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Descubrimos Los Maravillosos Atributos de Dios
Descubrimos Los Maravillosos Atributos de Dios
1. Santidad
2. Eternidad
3. Omnipotencia
4. Omnisciencia
5. Amor
6. Inmutabilidad
7. Omnipresencia
Nadie es santo como el Señor; no hay roca como nuestro Dios. ¡No hay nadie
como él!
(1 Samuel 2:2)
Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo nombre es
santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y
humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el
corazón de los quebrantados».
(Isaías 57:15)
Contrario a todo lo demás que hay en el universo, Dios no fue creado por
nadie: él es, existe desde la eternidad y existirá por toda la eternidad.
Cuando Moisés le preguntó a Dios su nombre, Dios le contestó "YO SOY EL
QUE SOY". Ese el nombre eterno de Dios, y el nombre con el que es y será
conocido por todas las generaciones. Un nombre que proclama su
eternidad.
Moisés dijo a Dios: Supongamos que yo voy a los hijos de Israel y les digo: “El
Dios de sus padres me ha enviado a ustedes”. Si ellos me preguntan: “¿Cuál es
su nombre?”, ¿qué les responderé?
Dios dijo a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. —Y añadió—: Así dirás a los hijos de
Israel: “YO SOY me ha enviado a ustedes”.
Dios dijo además a Moisés—: Así dirás a los hijos de Israel: “El SEÑOR, el Dios
de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha
enviado a ustedes”. Este es mi nombre para siempre; este será el nombre con
que seré recordado de generación en generación.
(Éxodo 3:13-15)
Desde antes que nacieran los montes y que crearas la tierra y el mundo, desde
los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios.
(Salmo 90:2)
Pero tú, Señor, reinas eternamente; tu nombre perdura por todas las
generaciones.
(Salmo 102:12)
¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno,
creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es
insondable.
(Isaías 40:28)
El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos.
(Deuteronomio 33:27)
Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de
venir, el Todopoderoso.
(Apocalipsis 1:8)
Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por
los siglos de los siglos. Amén.
(1 Timoteo 1:17)
Ahí vemos que todo lo que hay en la creación es importante para Dios,
tanto los pájaros como los seres humanos y Dios conoce todo sobre cada
uno de ellos. ¡El conocimiento de Dios es tan detallado que hasta conoce el
número de cabellos en nuestra cabeza!
Los ojos de Dios ven los caminos del hombre; él vigila cada uno de sus pasos.
No hay lugares oscuros ni sombras profundas que puedan esconder a los
malhechores.
(Job 34:21-22)
Excelso es nuestro Señor, y grande su poder; su entendimiento es infinito.
(Salmo 147:5)
Nuestros caminos están a la vista del Señor; él examina todas nuestras sendas.
(Proverbios 5:21)
Así dice el Señor, que hace estas cosas conocidas desde tiempos antiguos.
(Conocidas del Señor son todas sus obras desde tiempos antiguos.)
(Hechos 15:18)
Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto,
expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
(Hebreos 4:13)
En esto sabremos que somos de la verdad, y nos sentiremos seguros delante de
él: que aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro
corazón y lo sabe todo.
(1 Juan 3:19-20)
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio
vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes
han sido salvados!
(Efesios 2:4-5)
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el
que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al
mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
(Juan 3:16-17)
La Biblia también nos dice que Dios tiene un amor especial para aquellos
que aman a Jesús.
¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y
al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él
(Juan 14:21).
Saber que Dios nunca cambia debe traer paz a nuestros corazones. En un
mundo tan incierto y tan lleno de cambios como el que vivimos, es bueno
saber que Dios es nuestra roca fuerte y firme, nuestro refugio. En él nos
podemos apoyar en todo momento.
Pero ¿será posible, Dios mío, que tú habites en la tierra? Si los cielos, por altos
que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!
(1 Reyes 8:27)
¿Soy acaso Dios solo de cerca? ¿No soy Dios también de lejos? —afirma el Señor
—.
¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? —afirma
el Señor—.
¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? —afirma el Señor—.
(Jeremías 23:23-24)
Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos.
(Proverbios 15:3)
Así dice el Señor: El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué
casa me pueden construir? ¿Qué morada me pueden ofrecer?
(Isaías 66:1)
Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu
Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará.
(Mateo 6:6)
Los ojos de Dios ven los caminos del hombre; él vigila cada uno de sus pasos.
(Job 34:21)
Aunque se escondan en lo profundo del sepulcro, de allí los sacará mi mano.
Aunque suban hasta el cielo, de allí los derribaré. Aunque se oculten en la
cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los atraparé. Aunque de mí se escondan
en el fondo del mar,allí ordenaré a la serpiente que los muerda.
(Amós 9:2-3)
El Señor recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a quienes
le son fieles.
(2 Crónicas 16:9a)
Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!
Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
(Josué 1:9)
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo
lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre,
hasta el fin del mundo.
(Mateo 28:19-20)