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PERSECUCIONES DEL CRISTIANISMO

LAS PERSECUCIONES

«Crucifícale, crucifícale.»

Este grito de los judíos contra Jesús se sigue oyendo durante tres siglos
contra los cristianos. «Christiani ne sint» (mueran los cristianos), reza el
edicto imperial.

Mas los discípulos de Cristo crucificado, sin otras armas que su


paciencia y su verdad, superan todas las asechanzas.

 PERSECUCIONES EN EL IMPERIO ROMANO.

Hasta el gobierno de NERÓN pudo propagarse la Iglesia con cierta


libertad. Desde este emperador hasta el siglo IV se persiguió a muerte a
los cristianos, procurando aniquilarlos por todos los medios.

Ellos mantuvieron firme su fe hasta la muerte, con el auxilio divino:


hombres, mujeres y niños sufrieron alegres los tormentos y la muerte por
confesarse cristianos.

Muchos paganos se convirtieron al ver su valor en los tormentos y el


ejemplo en su vida intachable.

Hubo 10 Persecuciones generales, que se extendían a todo el Imperio;


y muchas persecuciones locales que afectaban sólo a tal o cual
provincia.

 SUPLICIOS A QUE SOMETÍAN A LOS CRISTIANOS.

 A veces servían de espectáculo al populacho ávido de sangre y emociones fuertes:


crucifixión, bestias en el circo, fuego lento, antorchas...

 Estos tormentos fueron sobremanera terribles en las últimas persecuciones, en que se


pretendía quebrantar la voluntad -dé los mártires y lograr su apostasía : hambre, peines de
hierro, flagelación hasta dejar descubiertos los huesos, aceite hirviendo y pez derretida, etc.

 COMO SUFRIAN Y MORÍAN LOS CRISTIANOS.

 Serenos y en paz, con ansias de unirse a Cristo.

 Humildes y caritativos, perdonando a sus verdugos y rogando por su salvación.

 A veces discutían con sus jueces demostrándoles la verdad de la religión. "El Espíritu que en
ellos habitaba les ponía en la boca las palabras que habían de responder."

 CAUSAS DE LAS PERSECUCIONES.


La verdadera causa era que la vida ejemplar de los cristianos
constituía una constante reprensión de los vicios paganos. Es el Crimen
de Caín: Jesús lo había anunciado claramente : "Os perseguirán porque
no sois del mundo."

Los pretextos que ponían los perseguidores eran:

 Son enemigos del estado: no acatan las órdenes del emperador.

 Son impíos y atraen las maldiciones de los dioses. No quieren tributarles culto. Tertuliano
les contestó : "Id a vuestras cárceles y ved cuántos paganos criminales hay en ellas y
cuántos criminales cristianos; luego juzgad vosotros."

 Cometen crímenes tremendos en la celebración de sus misterios: p. ej., comen niños...

 Son causa de división dentro del imperio.

 PRINCIPALES PERSEGUIDORES.

 NERÓN. La primera persecución.

El año 64 un incendio colosal destruyó Roma. Muchos vieron a los


incendiarios con estopas y teas, pero no se atrevieron a tocarlos porque
eran protegidos del emperador.

Para aplacar al pueblo indignado, Nerón atribuyó el crimen a los


cristianos y decretó su exterminio. Los tormentos fueron variados:

 Unos, envueltos en pieles de animales, fueron devorados por los perros .

 Otros, en cruces y embadurnados en materia inflamable, ardieron como antorchas en los


jardines del Emperador...

Esta persecución duró varios años. En ella murieron los ap6stoles SAN
PEDRO y SAN PABLO; San Pedro crucificado cabeza abajo por
considerarse indigno de morir como su Divino Maestro, y San Pablo
decapitado, pues era "ciudadano romano".

 TRAJANO.

Decretó que nadie buscase a los cristianos para matarlos y que no se


admitiesen acusaciones anónimas. Pero a todos los acusados había que
castigarlos si no renegaban de su fe.

Con esto, la persecución se regularizó y se le dio mayor eficacia que la


que tenía por explosiones populares.

Durante esta persecución murió San Ignacio de Antioquía.

 DECIO.
Rompió un largo período de paz al ordenar que todos sus súbditos
sacrificaran a los ídolos y comieran de las víctimas inmoladas a los
dioses. Así quedaban descubiertos los cristianos, que preferían la muerte
a la idolatría.

Hubo bastantes cobardes que claudicaron; ofrecieron incienso o al


menos se procuraron una falsa cédula de sacrificio: todos ellos fueron
declarados apóstatas.

Entre los mártires de esta persecución se cuenta Santa Agueda.

 DIOCLECIANO.

Desencadenó la última y mas terrible persecución : se destruyeron


las casas de oración, se recogieron los libros sagrados. Los ciudadanos
nobles fueron deshonrados, los plebeyos cayeron en esclavitud y los
esclavos no podían ser "manumitidos".

En 304 se publicó un edicto: “Todos los cristianos habían de sacrificar o


morir”. Las víctimas fueron numerosísimas. Entre ellas: S. Sebastián,
Santa Inés, Santa Lucía, las Santas Eulalia, de Barcelona y Mérida, y San
Vicente Diácono, de Zaragoza.

 LAS CATACUMBAS.

Eran galerías subterráneas, donde se refugiaban los cristianos en


épocas de persecución.

Estas galerías se entrecruzan y superponen formando un verdadero


laberinto. Unidas todas, formarían un túnel tan largo como toda Italia
(876 Km.). De trecho en trecho, la galería se ensancha, dando lugar a una
cámara donde se celebraban los misterios religiosos.

En las paredes se hallan los nichos con los restos mortales de los
cristianos, y junto a ellos, objetos varios: herramientas, juguetes,
ampollas de vidrio con sangre seca de mártires...

En las losas que cierran los nichos hay variadas inscripciones:


«Descansa en paz», «A un hijo incomparable, que habiendo vivido 17
años, ha entregado su alma en la Paz del Señor», «Palomita sin hiel,
almita inocente»...

Abunda también la decoración con motivos del Antiguo Testamento, del


Evangelio y símbolos cristianos.

7. LOS MÁRTIRES ESPAÑOLES.

Sólo conocemos con detalle los martirios de las últimas persecuciones.


Así, el de SAN FRUCTUOSO, obispo de Tarragona, y sus compañeros, que
fueron quemados vivos en tiempos de Decio.

La persecución se recrudeció en tiempos de Diocleciano, sobre todo en


España, donde era prefecto o gobernador el feroz Daciano.

Los más célebres mártires fueron :

- En Roma: S. Lorenzo.

- En Valencia el diácono SAN VICENTE.

- En Barcelona Santa EULALIA.

- En Sevilla: las santas JUSTA y RUFINA.

- En Alcalá los niños JUSTO y PASTOR.

- En Mérida la joven SANTA EULALIA.

- En Zaragoza: Sta. Engracia y los innumerables Mártires.

8. FIN DE LAS PERSECUCIONES.

Las persecuciones terminaron cuando subió al trono imperial


Constantino el Grande, hijo de Constancio Cloro (uno de los emperadores
más comprensivos para el cristianismo) y de Santa Elena.

Para subir al trono hubo de enfrentarse con MAGENCIO, que poseía Africa
e Italia. Se dirigió con él y a las puertas de Roma se encontró con un
ejército muy superior al suyo en número y eficacia. Temeroso del
resultado, invocó al Dios de los cristianos. Cuenta el historiador Eusebio
que entonces vio en el cielo una cruz luminosa con estas palabras: «In
hoc signo vinces». Puso en los estandartes el signo de la cruz con el
monograma de Cristo o Crismón, que se forma uniendo las dos primeras
letras de la palabra.

Se dió la batalla de Puente Milvio, en la que Magencio fue derrotado,


ahogándose en el Tíber cuando trataba de huir (312).

Constantino entró triunfante en Roma como Emperador. Aún subsiste el


arco conmemorativo de su victoria.

 EL EDICTO DE MILÁN (313)

Al año siguiente (313) publicó, de acuerdo con LICINIO, Emperador de


Oriente, el edicto de Milán.
Por él se restituían los bienes confiscados a la Iglesia y se le daba plena
libertad para practicar libremente su religión y convertir al mundo
pagano.

Constantino y sus sucesores fueron suprimiendo, por una serie de


edictos, los ritos gentílicos, llenos de superstición e inmoralidad.

Estos persistieron más tiempo en las pequeñas aldeas (pagus), por lo


cual se designó a todos los gentiles con el nombre “paganos” (aldeanos).

Constantino mandó construir en Roma las basílicas del Salvador (Letrán),


de San Pedro (Vaticana) y de San Pablo (Extramuros).

RESUMIENDO

CONTESTA.

 ¿Con qué emperador empiezan las persecuclones? ¿Cómo se portaban en ellas los
cristianos y qué frutos se siguieron de su valor y fidelidad?

 ¿Cuántas persecuciones generales hubo y cuáles fueron las más notables?

 ¿Qué suplicios se usaron contra los cristianos?

 ¿Cuáles fueron la causa y los pretextos de las persecuciones?

 ¿Cómo empezó la 1ª persecución, cómo fue y quiénes murieron en ella?

 Resume las persecuciones dé Trajano, Decía y Diocléáano (mártires principales).

 ¿Quién era Constantino? ¿Cómo llegó a emperador? ¿Qué hizo?

 ¿Qué hicieron los sucesores de Constantino? ¿Dónde perduró más el paganismo? .

PIENSA Y DECIDE.

 ¿Qué es más importante conservar: la fe o salvar la vida? (Recuerda a los mártires)

 ¿Con qué frase enseña el Señor a morir antes que renegar de Él?

 ¿Qué propósito debemos sacar de esta doctrina?

 ¿De dónde sacaban los mártires el valor admirable con que resistían las torturas?

 ¿Hay mártires hoy? ¿Los ha habido en España recientemente?

 ¿Qué debemos hacer por los cristianos perseguidos?

«La Fe vale más que la vida.»


LECTURAS.

Martirio de San Ignacio de Antioquía.

A Ignacio, discípulo de San Juan y Obispo de Antioquía, le condenan a


ser devorado por las fieras en Roma. De camino, se entera de que los
cristianos nobles de Roma están a punto de conseguir su liberación.
Siente que se les escapa la ansiada corona del martirio y les escribe:

«Ignacio, portador de Cristo... a la Iglesia puesta a la cabeza de la


caridad... Por fin, a fuerza de oraciones he alcanzado a ver vuestros
rostros divinos...

»Temo vuestra caridad, no sea que me perjudique... Debéis callar... Lo


único que para mí habéis de pedir es fuerza tanto interior como exterior.
Permitidme ser pasto de las fieras, por las que me es dado alcanzar a
Dios. Trigo soy de Cristo y por los dientes de las fieras he de ser molido,
a fin de ser presentado como limpio pan de Cristo. Halagad más bien a
las fieras para que se conviertan en sepulcro mío...; entonces seré
verdadero discípulo de J. C.

»... Fuego y cruz, y manadas de fieras, quebrantamientos de mis huesos,


descoyuntamientos de miembros, trituraciones de todo mi cuerpo,
tormentos atroces del diablo vengan sobre mí, a condición sólo de que yo
alcance a Jesucristo...»

El 20 de diciembre de 107 moría, con otros cristianos, devorado por las


fieras.

Martirio de San Lorenzo.

Nacido en Huesca, había llegado a ser en la Iglesia de Roma la primera


personalidad después del obispo.

Lleno de gracia en su lenguaje, de lealtad en su ministerio, de fortaleza


en su conducta, Lorenzo era ya popular entre sus hermanos de Roma.
Pudieron detenerle juntamente con su obispo, pero les pareció mejor
andar con más tiento, tratándose de aquel hombre que tenía los libros de
la contabilidad. Llevado unas horas más tarde a la prefectura, oyó las
palabras más corteses y melosas:

- Soléis quejaros -le dijo el prefecto Cornelio Secularis, de que os


tratamos despiadadamente. Pues bien, yo quiero hablarte con blandura,
quiero rogarte que me presentes lo que tú debieras darme
espontáneamente.

Sacó a relucir los inmensos tesoros de las iglesias: arcas llenas de plata,
lingotes de metales preciosos, objetos de arte, vasos, tapices, gemas y
collares.
- El pueblo -continuó- pide esta riqueza ; el fisco, el tesoro, la reclaman;
es preciso ayudar al soberano.

Suavemente, con una sonrisa imperceptible, respondió el diácono:

- Es verdad, nuestra iglesia es rica ; ni el mismo emperador podría


presentar tan inmensos tesoros. Por mi parte, estoy dispuesto a
entregártelos, a poner en tus manos todas las maravillas de Cristo; pero
necesito un lapso de tres días para reunirlo e inventariarlo...

El prefecto asiente alborozado. Ya está viendo los montones de oro, las


pilas de sextercios, el brillo deslumbrante de los cálices y las lámparas.
Aguarda anhelante. Las horas le parecen de una lentitud angustiosa. Al
fin, el diácono aparece de nuevo: .

- Ven -le dice-, ven a admirar las riquezas que codicias. Los pórticos
están llenos de áureos vasos; los talentos dispuestos ordenadamente
brillan junto a las paredes. Hay estuches maravillosos; hay joyas de
belleza admirable.

...Y señalándole el ejército de cojos, de ciegos, de niños, de pobres y


desgraciados que alimentaba la Iglesia romana, con el mismo acento con
el cual Cornelia mostraba al pueblo sus hijos los jóvenes Gracos añadió :

- Estos son mis tesoros.

Este rasgo heroico e irónico a la vez, este valor indomable y este gracejo
aragonés, encendieron la ira del magistrado.

Los verdugos preparan las tenazas, las parrillas y la leña. Lorenzo fue
condenado a ser quemado vivo. El olor de su carne asada llena la
atmósfera; las llamas hunden en su cuerpo su aguijón punzante ; pero
otro fuego inefable neutraliza su mordedura, «un fuego eterno y divino,
Cristo».

Es de una trágica belleza aquel momento en que el mártir, encarándose


con el juez le dice: «Cocido está ya este lado; da la vuelta y come.»

En el último momento, el invicto diácono se olvida de sus verdugos para


pensar sólo en la santa Iglesia y en la ciudad de Roma. sus últimas
palabras fueron una oración por la Roma cristiana, cuyos gloriosos
destinos vislumbra allá lejos en una era gloriosa de paz y de grandeza.
(Fr. Justo Pérez de Urbel, O. S. B. : Año Cristiano, passim. En dicha obra
puede leerse el relato completo. Léase también S. Vicente Diácono, día
22 de enero; y seria útil leer además la vida de otros mártires célebres,
según el tiempo de que se disponga.)

Desde Nerón los cristianos fueron víctimas de lo persecuciones


generales y de muchas persecuciones locales, sufriendo heroicamente
toda clase de torturas.
Entre las persecuciones generales destacan las de Nerón, Trajano,
Decio y Diocleciano.

Las catacumbas eran galerías subterráneas usadas por los cristianos


para huir de los perseguidores, celebrar los divinos misterios y sepultar
los cuerpos de los mártires.

Entre los mártires españoles destacan S. LORENZO (martirizado en


Roma); S. VICENTE Diácono, martirizado en Valencia; S. FRUCTUOSO de
Tarragona (los tres quemados vivos); SANTA ENGRACIA y los
INNUMERABLES MÁRTIRES de Zaragoza; las Santas EULALIAS de
Barcelona y de Mérida, etcétera, etc.

Constantino Magno venció a Majencio en el Puente Milvio y al año


siguiente (313) dio el Edicto de Milán, que representaba el triunfo de la
Iglesia. La idolatría sólo perduraba en las aldeas (pagus), de donde el
nombre de paganos dado a los infieles.

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