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ÚLTIMO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

INTROITO Jeremías 29, 11, 12 y 14. Salmo. 84, 2

Dicit Dóminus: Ego cógito cogitatiónes pacis et non adflictiónis. Invocábitis


me et Ego exáudiam vos et redúcam captivitátem vestram de cunctis locis.
V/. Benedixísti, Dómine, terram tuam: avertísti captivitátem Jacob. V/. Glória
Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio et nunc et semper, et in
saecula saeculorum. Amén
Dice el Señor: Yo tengo designios de paz sobre vosotros, y no de aflicción; me
invocaréis y Yo os escucharé; os haré volver del cautiverio y os reuniré de todos
los lugares adonde os había desterrado. V/. Habéis bendecido, Señor, vuestra
tierra; habéis acabado con el cautiverio de Jacob. V/. Gloria al Padre, y al Hijo y al
Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén.
COLECTA
Excita, quǽsumus, Dómine, tuórum fidélium voluntátes: ut divini óperis
fructum propénsius exsequéntes; pietátis tuæ remédia majóra percípiant. Per
Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate
Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
Mueve, Señor, los corazones de tus fieles, para que, ejecutando con más fervor el
fruto de tu divina obra, alcancen mayores auxilios de tu piedad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos. Amén.
EPÍSTOLA Colosenses 1, 9-14
Hermanos: No dejamos de orar por vosotros y de pedir que consigáis un
conocimiento perfecto de su voluntad con toda sabiduría e inteligencia
espiritual. De esa manera vuestra conducta será digna del Señor,
agradándole en todo; fructificando en toda obra buena, y creciendo en el
conocimiento de Dios, fortalecidos plenamente según el poder de su gloria
para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría, dando
gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del
pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos
ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la
redención, el perdón de los pecados.
GRADUAL Salmo 43, 8-9
Liberásti nos, Dómine, ex adfligéntibus nos: et eos qui nos odérunt
confudísti. V/. In Deo laudábimur tota die et in nómine tuo confitébimur in
sǽcula.
Nos salvaste, Señor, de nuestros enemigos, humillaste a los que nos aborrecen.
V/. Todos los días nos gloriamos en el Señor, siempre damos gracias a tu nombre.
ALELUYA Salmo 129, 1
Allelúia, allelúia. V/. De profúndis clamávi ad te, Dómine; Dómine, exáudi
oratiónem meam. Allelúia
Aleluya, aleluya. V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz.
Aleluya.
EVANGELIO Mateo 24, 15-35
En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Cuando veáis la abominación
de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el lugar santo (el
que lee que entienda), entonces los que vivan en Judea huyan a los montes,
el que esté en la azotea no baje a recoger nada en casa y el que esté en el
campo no vuelva a recoger el manto. ¡Ay de las que estén encintas o criando
en aquellos días! Orad para que la huida no suceda en invierno o en sábado.
Porque habrá una gran tribulación como jamás ha sucedido desde el
principio del mundo hasta hoy, ni la volverá a haber. Y si no se acortan
aquellos días, nadie podrá salvarse. Pero en atención a los elegidos se
abreviarán aquellos días. Y si alguno entonces os dice: “El Mesías está aquí
o allí”, no le creáis, porque surgirán falsos mesías y falsos profetas, y harán
signos y portentos para engañar, si fuera posible, incluso a los elegidos. Os
he prevenido. Si os dicen: “Está en el desierto”, no salgáis; “En los
aposentos”, no les creáis. Pues como el relámpago aparece en el oriente y
brilla hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre. Donde está el
cadáver, allí se reunirán los buitres. Inmediatamente después de la angustia
de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna perderá su resplandor, las
estrellas caerán del cielo y los astros se tambalearán. Entonces aparecerá en
el cielo el signo del Hijo del hombre. Todas las razas del mundo harán duelo y
verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y
gloria. Enviará a sus ángeles con un gran toque de trompeta y reunirán a sus
elegidos de los cuatro vientos, de un extremo al otro del cielo. Aprended de
esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las
yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis todas estas
cosas, sabed que él está cerca, a la puerta. En verdad os digo que no pasará
esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán.
OFERTORIO Salmo 129, 1-2
De profúndis clamávi ad te, Dómine; Dómine, exáudi oratiónem meam. De
profúndis clamávi ad te, Dómine.

Desde los hondo clamé a ti, Señor; Señor, escucha mi oración. Desde los hondo
clamé a ti, Señor.
SECRETA
Propítius esto, Dómine, supplicatiónibus nostris: et pópuli tui oblatiónibus,
precibúsque suscéptis, ómnium nostrum ad te corda convérte; ut a terrénis
cupiditátibus liberáti, ad cæléstia desidéria transeámus. Per Dominum Jesum
Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti,
Deus.
Muéstrate propicio, Señor, a nuestras plegarias; y después de recibir las ofrendas y
oraciones de tu pueblo, conduce a ti los corazones de todos, para que, libre de
deseos terrenos, amemos lo celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios.
COMUNIÓN Marcos 11, 24
Amen dico vobis, quidquid orántes pétitis, crédite quia accipiétes, et fiet
vobis.
En verdad os aseguro que cuantas cosas pidiereis en la oración, tened viva fe de
conseguirlas y se os concederán.
POSCOMUNIÓN
Concéde nobis, quǽsumus, Dómine: ut per hæc sacraménta quæ
súmpsimus, quidquid in nostra mente vitiósum est, ipsórum medicatiónis
dono curétur. Per Dominum Jesum Christum, Filium Tuum, qui Tecum vivit et
regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.
Concede, Señor, te suplicamos, que con lo que acabamos de tomar por estos
Sacramentos, quede curado en su medicinal virtud todo mal. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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