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1. INTRODUCCIÓN
En este trabajo, hablaremos de los diversos nombres de Dios; de lo que significan en la Biblia,
ya que muchas personas se preguntan cuál sería la mejor manera de llamar a Dios e incluso
existe mucha controversia hoy en día acerca de este tema en particular, por lo que nosotros
como estudiantes de esta cátedra debemos estar seguros y estructurados acerca de este
importante tema. La Biblia nos muestra al menos 14 nombres con los cuales se identifica a
este ser tan maravilloso.
Antes de comenzar este estudio exhaustivo sobre los distintos nombres de Dios en las
Sagradas Escrituras quisiese tomar en cuenta las siguientes profecías registradas en la Biblia
(ya cumplidas):
Jeremías 11:19 “Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que
maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos al árbol con su fruto, y cortémoslo de
la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre”
Salmos 83:4-5 “Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más
memoria del nombre de Israel”
Nehemías 1:9 “Pero si os volviéreis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por
obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os
traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre”
Es importante resaltar estos textos, ya que durante la historia se ha tratado de borrar el nombre
de Dios y el de Israel de la faz de la Tierra (literalmente) y estas referencias bíblicas se
hicieron realidad en el año 1948 cuando las Naciones Unidas decretaron la formación del
Estado de Israel, cumpliéndose así lo dicho por el profeta Jeremías en el capítulo 11:19.
Y de esta manera procedo a dar comienzo a este estudio, comenzando por hablar un poco
acerca de la teología, la cual utilizamos como esa elemental herramienta para llegar hasta los
tesoros invaluables que se encuentran en las profundidades del texto sagrado: La Biblia, la
Palabra de Dios.
2. CONTENIDO
2.1. Teología
Teología viene de dos palabras griegas: theos que significa “Dios”, y logos que significa
“disertación” o “razonamiento.” Generalmente hablando, hay tres categorías de teología:
Cualquier intento por estudiar a Dios y la verdad divina tendrá por necesidad que tomar alguna
forma y sistema si va a ser tomado y retenido.
El estudio de Dios es de gran importancia porque Él es el valor más alto del hombre; Él es su
fuente de vida y sustento, “Porque en él vivimos y nos movemos, y somos …” (Hechos
17:28). El apóstol Pablo, en su mensaje a los atenienses dijo: “Y de una sangre ha hecho todo
el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra … para que busquen a
Dios … puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros” (Hechos
17:26, 27).
Juan Calvino dijo, “Casi toda la sabiduría que poseemos, es decir, sabiduría verdadera y sana,
consiste de dos partes: el conocimiento de Dios y de nosotros.”28 Se duda seriamente que
podamos realmente conocernos a nosotros mismos y conocer nuestro propósito en la vida sin
algún grado de conocimiento de Dios y de su voluntad.
El término “teología” es usado de dos maneras: la primera puede describir el estudio de toda
verdad bíblica; la segunda puede más específicamente describir el estudio de Dios, de su
existencia, de su naturaleza, de sus nombres, atributos y obras. En esta monografía, el término
“teología” se aplicará al segundo uso.
Escribir sobre los atributos del Dios infinito es una tarea seria. Sin embargo, podemos indagar
la Palabra de Dios con la certeza de que en las inspiradas Escrituras tenemos la revelación de
Dios, de El mismo a nosotros.
Dios nos ha revelado esas perfecciones y excelencias de su naturaleza que Él juzga como
esenciales para nuestra redención, adoración, y comunión con Él.
Existencia propia.
“Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí
mismo …” (Jn. 5:26). Dios es la fuente absoluta de toda vida y ser, la causa sin causa. Él no es
uno en una serie de emanaciones, como muchos han equívocamente enseñado. Él es el eterno
Dios viviente, creador de todos los seres y las cosas que han existido jamás: “Y él es antes de
todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Col. 1:17). Dios no depende de ninguna
fuente para su ser o esencia; por lo tanto tiene existencia propia.
Inmutabilidad.
“Porque yo Jehová no cambio …” (Mal. 16). “Toda buena dádiva y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación” (Stg. 1:17).
De nuestro Señor Jesucristo nos encanta citar: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos” (Heb. 11:8). Las cláusulas “en el cual no hay mudanza” y “Jesucristo es el mismo”,
son incondicionales; por lo tanto, la invariabilidad e igualdad están aplicadas a todos los
atributos divinos. Es muy reconfortante para el creyente saber que los pactos y promesas de
Dios son tan confiables como los fundamentos del cielo. En la oración de Salomón en la
dedicación del templo, él declaró, “Bendito sea Jehová que ha dado paz a su pueblo Israel,
conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por
Moisés su siervo ha faltado” (I R. 8:56).
Eternidad.
“Por lo tanto al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único sabio Dios, sea honor y gloria
por los siglos de los siglos. Amén” (I Ti. 1:17).
El majestuoso nombre de Dios dado a Moisés en Éxodo 3:14, “Yo soy el que soy”, lo revela
como ser sobre el tiempo. El salmista exclamó, “… Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres
Dios” (Sal. 90:2b). Su existencia, para expresarlo desde una perspectiva humana, es desde la
eternidad pasada hasta la eternidad futura.
Juan el apóstol cita respecto al Señor: “Yo soy el Alfa y La Omega, principio y fin, dice el
Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Ap. 1:8). Las mismas
declaraciones de eternidad brotan de la boca de Jesús en Apocalipsis 22:13. El eterno Dios es
el dador de vida eterna a través de su eterno Hijo: “El que tiene al Hijo, tiene la vida …” (I Jn.
5:12).
Omnipresencia.
“¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará
alguno dice Jehová en escondrijos que yo no vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la
tierra?” (Jer. 23:23, 24). Salomón estaba consciente de la inmensidad y omnipresencia de Dios
cuando oró, “He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto
menos esta casa que yo he edificado?” (I R. 8:27b).
Dios está presente en todo lugar. Sin embargo, está en lugares específicos en manifestación.
Se encontró con Moisés en la zarza ardiente en el monte. Él está en su templo y, sin embargo,
el templo no lo puede contener.
Él está en los cielos y, sin embargo, llena los cielos y la tierra. Él está [p 78] en su trono donde
Jesús intercede a su diestra y, sin embargo, ha prometido “… he aquí yo estoy con vosotros
todos los días …” (Mt. 28:20). Él está en todas partes y, sin embargo, ha prometido estar
donde dos o tres estén congregados en su nombre.
Omnisciencia.
Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová tú la sabes toda (Sal. 139:1–4).
“¡Oh Señor Jehová! He aquí que tu hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo
extendido, ni hay nada que sea difícil para ti…” (Jer. 32:17).
Algunos han tratado de encontrar una contradicción en la omnipotencia de Dios porque se dice
que hay algunas cosas que El no puede hacer, tales como: mentir, pecar, negarse a sí mismo, y
humorísticamente, hacer una roca tan grande que El no pueda levantar. Esto no es una
limitación de su poder, sino una limitación propia de su voluntad. Dios no hará lo que es
contrario a su naturaleza, ni lo que es una contradicción en términos.
a. La grandeza del poder de Dios está vista en su obra creada.
Los términos que vemos a continuación son usualmente utilizados en el Nuevo Testamento.
Theos.
“En el principio era el Verbo [logos], y el Verbo era con Dios [Theos], y el Verbo era Dios
[Theos]” (Jn. 1:1). La palabra griega theos, como Elohim puede significar “Dios” o “dioses.”
Es la palabra usual para “Dios” en el Nuevo Testamento.
Kurios.
“Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor [Kurios], para gloria de Dios [Theos] Padre
[Pater]” (Fil. 2:11). Los tres nombres divinos del Nuevo Testamento son mencionados en el
versículo de arriba. Kurios es como Adonai en el Antiguo Testamento.
Pater.
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre [Pater] nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre” (Mt. 6:9). También, “… habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba Padre!” (Rom. 8:15). Abba era la palabra aramea para “padre”; fue la
palabra que Jesús usó en la oración del jardín de Getsemaní.
¡Qué privilegio que, por la obra redentora de Cristo, podemos llamar al omnipotente como
nuestro Padre celestial!
JEHOVÁ, es el nombre principal y especial de Dios, significa “Yo Soy El Que Soy”, este
nombre nos revela a Dios como el que existe por sí mismo, sin limitaciones, ni
dependencias de ningún tipo. Nos revela también su inmutabilidad. Otras formas que se
usan son JAVE, y YAHWEH.
THEOS, se traduce como Dios. Traduce todas las combinaciones de EL, ELOHIM y
ELYON.
La palabra hebrea para Rohi o ro’eh es ריעֵהque significa pastor. Este nombre aparece al
menos unas 62 veces en la Biblia en su Antiguo Testamento. También significa “El Señor es
mi Pastor”, la escritura hace mención en uno de sus libros específicamente en el Salmo 23:1
“Jehová es mi pastor, nada me faltará” y esto nos da la respuesta del porque Dios es llamado
de esta manera y es porque se dice que el nombre revela los atributos de quien lo posee. Aquí
un breve concepto de lo que significa pastorear:
“Se refiere a trasladar el rebaño a un terreno en el que pueda alimentarse con pasto y planta,
este concepto nos da la primera característica de que un pastor debe ser un guía”.
Yawé (=JHWH)
Este nombre sale 6823 veces en el AT. En Éxodo 20:7 y Levítico 24:16 los israelitas
pronunciaron el tetragrama (= cuatro letras) “Adonai” creando así un nombre divino:
“Jehová”. El nombre Yawé es el nombre más importante revelado a Israel. Los israelitas
entendieron este nombre como un nombre propio. La pronunciación exacta del tetragrama no
está totalmente segura. Según la tradición de los samaritanos que a diferencia de los judíos no
tenían problemas teológicas de pronunciar el nombre su pronunciación es “Iabe”.
Los judíos dejaron de pronunciar este nombre después de la muerte del sumo sacerdote Simón
el Justo entre 270 y 290 a.C. A partir de este momento ningún judío pronunció el nombre. Los
judíos de habla griega usaron la palabra kyrios.
Según Éxodo 3:13.14, el significado de este nombre está relacionado con la palabra hayah
(HYH = ser). La forma antigua de la palabra “ser” era hawah (HWH). La tercera persona
singular del imperfecto de esta forma seria yihweh (YHWH), cuya traducción sería: “es” o
“será”. Este nombre de Dios por lo tanto contiene la promesa al pueblo de Israel de que Dios
es ahora el mismo Dios que Él era en los tiempos de Abraham y que por lo tanto es el Dios del
pacto, siguiendo fiel a sus promesas. En la situación concreta de Moisés y del pueblo de Israel
les daba la seguridad de su presencia.
La palabra “El” es la palabra más común en el mundo semítico para “Dios” (la palabra árabe
“Alá” tiene la misma raíz). Esta palabra se usó para “Dios” en la antigüedad en todo el oriente.
La raíz de esta palabra viene de “ul” (= ser fuerte). Los significados derivados serían “El
Fuerte, El Líder, El Señor”. Es un nombre de Dios que expresa el poder y la superioridad de
Dios en relación con el hombre (Génesis 32:28).
Eloah es la forma del singular de Elohim y usada sobre todo en el sentido poético (Salmos por
ejemplo).
Elohim sale 2570 veces en el AT y por regla general no habla de una pluralidad de dioses. La
forma es una forma intensiva de El y por lo tanto expresa la plenitud del poder de Dios. La
traducción de la palabra es Dios o Deidad. A diferencia de Yawé la palabra Elohim se refiere
al aspecto sobrenatural y trascendente de Dios. Yawé habla más bien de Dios como el que
actúa en la historia y que entra en una relación personal con el hombre. Una referencia (entre
los muchas que hay) sería Génesis 1:1.
El cambio del uso de Yawé o Elohim obedece a ciertas reglas y no es ni mucho menos
resultado de la casualidad. Aquí van dos de estas reglas:
a. Casi siempre los paganos de la Biblia evitan el nombre Yawé, también Israelitas
cuando hablan a paganos de Dios.
b. Elohim resalta el aspecto de Dios como creador y enfatiza su aspecto como Dios
lejano, fuerte, etc. Yawé es el nombre del pacto, Dios que actúa en la historia.
Adonai
La misma palabra es usada en cuanto a personas humanas para mostrarles su respeto y para
subrayar el hecho de que una persona considera a otra persona más importante. En cuanto a
Dios, Adonai expresa el honor que una persona da a Dios.
Baal
Ese nombre significa el Señor, el dueño. Ese nombre por lo visto fue usado en ocasiones para
Yawé como indica Oseas 2:16.17.
Los pueblos canaanitas usaron el mismo nombre para sus dioses (Jueces 2:11; 3:7). Por este
uso pagano del nombre, los israelitas usaron en nombre Baal cada vez menos.
Mélek
Esta palabra significa "rey”. En 1 Samuel 12:12 aprendemos que la demanda de un rey
humano de parte del pueblo de Israel significaba una ofensa grave al Rey Eterno, puesto que
ahora un hombre ocuparía un lugar que solamente le corresponde a Dios en el pueblo de
Israel.
El AT muchas veces revela algún rasgo del carácter o alguna actividad suya con un nombre que es
dado a Dios. Algunos de estos nombres compuestos de Dios solamente son usados en un versículo.
Génesis 22:8.14
El contexto es el sacrificio que Dios demanda de Abraham en la persona de su único hijo Isaac. En el
momento oportuno el Señor provee un sustituto por Isaac. Este nombre resalta el hecho de que
nuestro Dios provee todo lo que nos es necesario.
Éxodo 17:15
Después de haber vencido a los amalequitas, Moisés levanta un altar para recordar al pueblo que es
por el Señor que ellos están luchando y que deben estar orgullosos de Él
Jueces 6:24
Después de haber sido llamado por el Señor, Gedeón erige un altar a Dios para honrarle y adorarle.
Dios se le aparece en una teofanía y Gedeón está lleno de temor por haberle visto a Dios (en la
persona pre-encarnada de Dios el Hijo). Pero Dios le dijo que no tenía que temer. Nuestro Dios es un
Dios de Paz para los que le temen y le honran.
1 Samuel 1:3
En este versículo sale por primera vez este nombre de Dios. A partir de ahí, este nombre es usado con
frecuencia (1 Samuel 15:2; 17:45). La palabra "ejército” se refiere a los ángeles que están luchando y
ayudando al pueblo de Dios. En Josué 5:14.15, Josué tiene un encuentro con el mandatario supremo
de este ejército.
Este nombre de Dios enfatiza el hecho de que Dios está luchando por su pueblo. Este nombre está
relacionado con la omnipotencia y la soberanía de Dios. Este nombre es usado sobre todo por los
profetas y en particular por Isaías (60 veces) y Jeremías (77 veces)y Zacarías(53 veces).
Es un nombre que está relacionado especialmente con el mandamiento de guardar el sábado. Nos
recuerda el hecho de que Dios es santo y que El otorga la santidad a su pueblo.
Salmo 23:1
Un nombre de Dios que está relacionado con su amor, misericordia y cuidado hacia su pueblo.
Jeremías 23:6
Este nombre de Dios - usado por el profeta Jeremías - era un juego de palabras con el nombre del rey
Zedequías ("Yawé es justicia”) que era un rey absolutamente desobediente a los mandamientos de
Dios. Ese nombre sale en medio de una profecía mesiánica que enfoca la justicia verdadera que el
Mesías algún día iba traer a su pueblo. Dios es un Dios justo y El mismo declarará justo a su pueblo
por la sangre derramada de Jesucristo.
Jeremías 51:56
Ese nombre sale en medio de una profecía contra Babilonia y recuerda a los Israelitas que Dios
castigará (dará su justo pago) a los Babilonios que trajeron tanta miseria sobre el pueblo de Israel.
Este nombre por lo tanto está relacionado con la justicia de Dios.
Ezequiel 7:9
Este nombre también sale en un pasaje que tiene que ver con el juicio justo de Dios.
Génesis. 2:4
Este nombre sale en el pasaje Génesis 2:4/3:24 con mucha frecuencia. Es una combinación que une el
nombre del pacto con el nombre que enfatiza la majestad y poder de Dios, especialmente indicado en
el relato de la creación de hombre y de su calda.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA