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Julen Castellano y David Casarnichana

ANTES DE EMPEZAR
En primer lugar, por agilizar la lectura del libro vamos a utilizar el
término juego reducido, en adelante JR, para hacer referencia a todas
aquellas tareas de entrenamiento que respetan la estructura de duelo
colectivo (Parlebas, 2001), es decir, situaciones de colaboración-oposición
y de inter-motricidad simultánea. Además los JR son desarrollados en un
espacio común y con participación simultánea sobre el balón (Parlebas,
2001). En la literatura pueden encontrarse muchas denominaciones al
respecto asignadas a este tipo de contenidos, tales como: tareas jugadas,
juegos, juegos con tema, tareas globales, juegos cortos, medios y largos.
Incluso, en el entorno anglosajón los podemos encontrar denominados
como: small-sided game, medium-sided game, intermediate-sided game,
large-sidedgame, conditionedgame, constrainedgame or task constraints,
entre otros. En el texto utilizaremos los JR para referirnos a todo el
conjunto de denominaciones y formatos enumerados previamente.

Por otro lado, hemos creído oportuno seguir un camino inverso


al lógico cuando se llevan a cabo las diferentes fases del proceso de
entrenamiento y que habitualmente siguen este orden: planificación,
intervención y evaluación. Sin embargo, en lugar de echar a andar desde
la planificación (capítulo 4), pasando por la intervención (capítulo 3),
hasta llegar a la evaluación (capítulo 2) y volver a empezar, para una
mejor comprensión vamos a seguir el camino inverso. En cualquier caso
dejamos al lector autonomía para iniciar, continuar y seguir el libro en
el orden que considere y que dependerá probablemente de la formación
previa que sobre esta temática tenga.

La secuenciación propuesta parte, primeramente, por describir


las variables o indicadores que podrían utilizarse para cuantificar la
demanda energética y neuromuscular de tareas y entrenamientos. En
segundo lugar abordaremos cómo se puede intervenir a partir del uso
de JR, es decir, conocer las piezas o tareas con las que confeccionar
sesiones de entrenamiento basadas en el juego. Finalmente, acabaremos
exponiendo un modelo de planificación, es decir, detallando cómo hacer
encajar las piezas y completar el puzle en la sesión, el microciclo y en


la sucesión de estos últimos. Tal y como quedará reflejado en el libro la
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------ .. ··--·····

El artr· d!:~ planificar en fútbol

temporalidad de estos tres procesos que se presentan de manera lineal


responden en realidad a dinámica sincrónica -aflorando la necesidad
real de afrontarlo al mismo tiempo-, inter-conexa, circular y repetitiva.

Finalmente decir que el texto esta 'regado' con multitud de citas


haciendo referencia a la misma cantidad de estudios que han sido
consultados por los autores de este libro y que nos han permitido
completar estos capítulos. Animamos a los lectores que si encuentran
alguna idea, sugerencia, falta de explicación o cualquier otra deficiencia
en los capítulos que siguen a partir de aquí no duden en hacerse con
la referencia original para contrastarla e interpretar los resultados de
dichos trabajos, elaborando una composición de lugar propia. Al final del
libro se recogen todas las referencias citadas en el texto.

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-3.
lnteí' e

INTERVENCIÓN A PARTIR DE
JUEGOS REDUCIDOS: LAS PIEZAS

3.1. LOS JUEGOS REDUCIDOS (JR)

Los JR son duelos colectivos (Parlebas, 2001) fácilmente moldeables


para programar tareas con las que desarrollar el modelo de juego,
facilitando el aprendizaje o estabilidad de comportamientos individuales
y colectivos de las diferentes fases y momentos en que puede dividirse
la acción de juego en fútbol. Los duelos colectivos son situaciones de
colaboración-oposición (de inter-motricidad, por tanto), desarrollados
en un espacio común y con participación simultánea (Parlebas, 2001).
Habitualmente los JR se presentan de manera facilitada, es decir, con
dimensiones reducidas y pocos jugadores (Hill-Haas et al., 2011) a lo que
se puede incorporar la modificación de alguna norma (nº de contactos
permitidos, tipo de marcaje, número y dimensión de las porterías,
etc.). Tal y como comentamos antes de iniciar el libro, el término JR
englobará todo este tipo de tareas donde dos equipos se enfrentan,
independientemente del número de jugadores, dimensiones del terreno
de juego y de otras reglas implicadas, siempre y cuando guarden los
rasgos básicos del fútbol.

En la actualidad los cuerpos técnicos utilizan este tipo de contenidos


jugados en la práctica diaria (Ford, Yates, y Williams, 2010), con el
fin de desarrollar las habilidades específicas técnico-tácticas (Jones y
Drust, 2007), la condición física (Hill-Haas et al., 2009b) y/o con objetivos
tácticos, estratégicos o psicológicos de forma concurrente (Flanagan y
Merrick, 2002; Gabbett y Mulvey, 2008).

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3.2. LA ESPECIFICIDAD DE LOS JR Por este motivo se debe estar en alerta cuando el concepto de
pecificidad es incorporado en el proceso de entrenamiento. Para
uestra un botón: una actividad realizada por un único jugador
Intervendremos con eficiencia si comprobamos que los efectos ctividad psicomotriz, sin compañeros ni adversarios), en un contexto
deseados, esperados y obtenidos (Parlebas, 2001) por el entrenador, de la uy alejado al de competición (en el gimnasio, por ejemplo), movilizando
tarea y en los jugadores coinciden, haciendo que el equipo maximice el esos a determinadas velocidades, por muy similar que sea el
rendimiento. Es decir, sean específicos y satisfagan las necesidades del ovimiento y el tipo de contracción al gesto deportivo competitivo, pero
equipo. que poco tiene que ver con las condiciones estructurales y funcionales
Hel fútbol, no podrá considerarse como una situación de entrenamiento
Precisamente, la especificidad es uno los principios de la Teoría ~specífico, ya que diferentes dimensiones no presentan similitud con la
del Entrenamiento que establece entre sus axiomas la necesidad de ~ctividad competitiva del deportista. Una tarea técnica realizada por
desarrollarse bajo condiciones lo más similares posibles a la actividad varios jugadores o un grupo de ellos, se aproximará a una especificidad
deportiva en la que se participe, lo cual provocará efectos biológicos y :parcial, debido a que recoge solo parcialmente la complejidad del
adaptaciones orgánicas específicas (García-Manso et al., 1996). Es decir, juego. En cualquier caso, no debe considerarse la especificidad como
a nivel individual (perspectiva micro) y atendiendo principalmente a un criterio dicotómico donde las tareas puedan únicamente calificarse
elementos fisiológicos y biornecánicos, este principio implica ejercitar .J como específicas o no específicas. El enfoque es gradual, es decir, un
de manera muy específica la expresión de los factores propios de una sJ continuo que permite ubicar a los jugadores en contextos de mayor o
determinada disciplina tales como el tipo de contracción muscular, 11 menor especificidad parcial o global.
ángulos, dinámicas de ejecución, metabolismos, etc. (Balsom et al., 1999; ,t
Bangsbo, 2003; Siffy Verhoshansky, 20_00), siendo cada v~z más valorado .·• . •.j.·
Hoy en día parece existir un consenso respecto a las grandes ventajas
para modelar las respuestas adaptativas al entrenamiento (Kraemer} que aportan los JR al entrenamiento en el fútbol (Halouani et al., 2014;
et al., 2002) y facilitar la transferencia efectiva al entorno competitivo t Hill-Haas et al., 2011). A pesar de esto, no debemos descuidarnos y pensar
(Williams et al., 2003). · que el uso exclusivo de JR en la práctica diaria vaya a ser suficiente, y
la literatura parece sugerirnos que es posible que se dejen sin atender
Pero la especificidad del entrenamiento no debe quedar reducida a la algunas de las facetas de la multidimensional demanda energética que el
metabólica o biomecánica, debe ser considerada desde una perspectiva fútbol impone al 'jugador'. Concretamente las relacionadas con acciones
holística y atender también a la especificidad cognitiva, afectiva o iil de alta intensidad de carrera (Casamichana y Castellano, 2010; Gabbett
relacional y, sin olvidar, que debe contextualizarse considerando la! y Mulvey, 2008), o todo lo contrario, que se sobreestimulen otras, como
experiencia y el nivel de entrenamiento del deportista (Gamble, 2006). )1 las aceleraciones (Castellano y Casamichana, 2013a). Lo veremos en el
Como señalaAranda (2011, adaptado) la especificidad del entrenamiento .:J apartado 3.4.
debe abarcar los siguientes niveles: 1) especificidad anatómica: cuando J
se ejercitan los paquetes musculares que ejecutan la acción en la I Considerando estos posibles 'defectos secundarios', no debemos caer
competición; 2) especificidad metabólica: cuando se utilizan los mismos J en la tentación de ir al polo opuesto, entrenar siempre bajo las mismas
sustratos energéticos y se estimulan las mismas vías metabólicas que l condiciones de la competición, ya que esto podría ser insuficiente para
son requeridas durante la competición; 3) especificidad neuromuscular: incidir en mejorar algunas facetas del juego o del jugador.
cuando se reproducen similares patrones de movimiento; 4) especificidad
táctica: cuando el jugador despliega su competencia sociomotriz en el
contexto donde información y acción conviven en un entorno competitivo.

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Por lo tanto, en ocasiones podría ser interesante intensificar las consideradas como 'apropiadas' en el partido del domingo, donde parece
demandas o exigencias durante el entrenamiento para incrementar coherente una transición rápida después de robo si la situación espacio-
el rendimiento en competición (Reilly et al., 2009). Por este motivo es temporal es ventajosa. También la fase defensiva se ve condicionada por
necesario disponer de la máxima información sobre las demandas a las a regla de los 7 pases impuesta, ya que la norma parece no invitar o
que se somete a los jugadores durante el entrenamiento y/o la competición por lo menos no favorece la necesidad inmediata de defender la portería
y los efectos agudos y crónicos que generamos en ellos. Cuando se pierde el balón. En realidad parece que da más o menos igual
Perder el balón lejos que cerca de mi portería, tener más o menos gente
El componente técnico-táctico es el más beneficiado en las demandas Por detrás de la línea de balón, ya que se dispone de tiempo antes de
provocadas a los jugadores. En mayor o menor medida, dependiendo Í que el equipo ahora en posesión del balón pueda pensar en finalizar la
del formato de JR empleado (Silva et al., 2014a) los jugadores se ven l jugada. Hablaremos un poco más adelante sobre esto otra vez.
obligados
simultáneaa tomar decisiones
(Parlebas, motrices
2001) donde en el
luego cont:xto
deben de i~termotr~cidad
mtervemr, es decir, los .· •. · . r.1•.•
•.•.;.·.· ..· •·..·...

Por último, conocer y aplicar las variables que definen


jugadores pueden ser estimulados en situaciones próximas a las cuales¡¡!) comportamientos colectivos (Duarte et al., 2012), aun estando en una
se enfrentarán durante la competición (Owen et al., 2004), reproduciendo]{ primera fase descriptiva de investigación, puede depararnos información

;:e~:ª;e~¿'.,%~~~~tt~;;;;s ~:i;:;~!:t: ::i:~~~::c; ;~: ~!!~::~::~~


relevante para entrenar a fútbol. Las variables colectivas hacen visibles
1 1.1····
comportamientos grupales que permitirán comprender el complejo
tomar decisiones en condiciones de presión y fatiga (Gabbett y Mulvey, · · entramado de las interacciones. Intervenir sobre ellos permitirá mejorar
2008) para resolver la situación motriz en la incertidumbre social propia el rendimiento colectivo.
del juego.
Pongamos un ejemplo de un estudio realizado recientemente
Sin embargo, no toda forma jugada tiene la misma demanda en los I (Castellano, Silva, Usabiaga, y Barreira, 2016). La superficie que
jugadores y, por tanto, no debe considerarse igual. Cuando observamos Í. abarcan los equipos en interacción (para conocer la forma que tienen de
los comportamientos motrices afines a una demarcación, podemos it desplegarse) o la distancia entre el centro medio de ambos equipos (que
comprobar que algunos formatos de JR pueden estar provocando en los li podría dar información sobre el grado de penetración entre ellos) fueron
jugadores comportamientos alejados de lo que luego se les pide en la f algunas de las variables colectivas que se evaluaron para ver cómo
competición, aunque esto dependerá del modelo de juego del equipo y las l se veían afectadas cuando se modificaron ciertas reglas en un mismo
intenciones estratégicas del entrenador. f formato de JR (Tabla 3.1).

Tomemos un ejemplo sencillo. Tarea de juego reducido de 7 contra 7 1 JR Descripción SJE DC


en un espacio de 60 x 40 m (largo x ancho), con porterías reglamentarias.~
JRpp 4 porterías pequeñas 196,1 ±68,1 5,9 ±3,2
y porteros. La regla introducida por el cuerpo técnico para favorecer la li
JR7 2 porterías de F7 188,0 ±50,8 4,5 ±2,1
conservación y mantenimiento de la posesión de balón es que se deben .1
realizar un mínimo de siete pases antes de poder hacer gol en la portería I JR7C 2 comodines por fuera 191,6 ±52,6 5,5 ±2,8
contraria. Sin embargo, una de las limitaciones de esta tarea respecto a J Tabla 3.1. Superficie de juego efectivo (SJE) en m2 y distancia entre centroides (OC) en m en
las demandas del partido atiende a los momentos de transición, de ataque ! tres formatos de JR: con porterías pequeñas (JRpp), con porterías de fútbol de 7 (JR7) y con
a defensa y especialmente de defensa a ataque, ya que los jugadores, : comodines (JR7C). Todos los JR fueron situaciones de 5:5, en un espacio de 40*25 m, durante
aun robando eh una situación espacio-temporal adecuada para finalizar I 6 min.
no van a poder realizarlo (por la regla impuesta de los 7 pases) por lo l


que las conductas emergidas en la tarea podrían no coincidir con las I
de li brov com f tboldelibro.com
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Estamos seguros que el lector se habrá dado cuenta enseguida areas, se puede optar por hacer cambios drásticos en la lógica interna
la necesidad de que cada equipo, dependiendo de su modelo de juego del fútbol, quitando adversarios o incluso compañeros, hasta convertirla
(Hewitt, Greenham, y Norton, 2016), particularice el tipo de tareas a n una actividad colaborativa o incluso psicomotriz, donde un deportista
prescribir a sus jugadores, para incidir especialmente en la cualidad actúe en solitario. La elección queda nuevamente en manos del cuerpo
que deben tener aquellas variables colectivas que más le aproximen al.· técnico; pero siendo conscientes de que a medida que el cambio es más
rendimiento en competición. adical, más alejados situaríamos de la actividad a los jugadores donde
deben intervenir y, por tanto, más lejos de las demandas que en
Por todo lo comentado hasta ahora surge la necesidad de dedicar
competición se les van a exigir. Estaremos quitando información del
mucho esfuerzo al diseño de las tareas de entrenamiento que el equipo
que luego necesitarán para tomar decisiones en el juego.
desarrollará en la sesión y que deberá atender los conceptos que se
quieran transmitir respecto a la filosofía de juego, a los principios y Nuestra propuesta en el cambio no llega al extremo de salirnos
sub-principios del modelo de juego y a los comportamientos táctico- dominio de la acción motriz (Parlebas, 2001) donde está situado el
estratégicos que individualmente, inter-individualmente, por líneas que no es otro que en el ámbito de la intermotricidad simultánea
(intra e inter) deban conocerse y aplicarse en sincronización. Después de mencionado con anterioridad. Es decir, se deben respetar los rasgos
un diseño minucioso, será necesaria una prolongada y sistemática puesta de base que permitan crear formas jugadas de fútbol aplicables a la
en práctica sobre el terreno de juego para lograr los comportamientos ., . . ,,. . . . zació . . . del rendimiento del equipo a partir de la modificación o
colectivos deseados. A este apartado atienden (o deberían atender) los incorporación de ciertas reglas tal y como se ha sugerido previamente
entrenadores cuando diseñan los entrenamientos colectivos. A pesar (Castellano, 2005). Los cuatro elementos de la lógica interna que se
emplean para la modificación de la Lógica Interna (Parlebas, 2001)
del interés creciente que presentan estas variables ecofísicas grupales
espacio, tiempo, relación con el móvil y relación con los demás o
o colectivas, no serán tratadas en este libro sobre el entrenamiento en
fútbol a partir de JR. 1 interacción. Las opciones para cambiar son múltiples (Castellano, 2005)
aunque en este apartado solo vamos a tratar, y de manera breve, el espacio
y la interacción. Para ampliar información sobre los efectos agudos y
crónicos que supone la modificación de variables se puede consultar el
1
3.3. CÓMO INTERVENIR CON JR ¡ libro Los juegos reducidos en el entrenamiento del fútbol (Casamichana,
1
¡
San Román, Calleja y Castellano, 2015).

El fútbol 'limita' la puesta en juego de la motricidad de los jugadores,


ya que los protagonistas deben ajustarse a las reglas que ordenan el juego. 3.3.1. MODIFICACIONES EN EL ESPACIO
Juego y jugador configuran la lógica interna del fútbol, diferenciadora
respecto a otros deportes a nivel temporal, espacial, motor (con relación
al uso del balón) y con relación a los participantes. Lejos de la certeza, En el entrenamiento el espacio de juego es uno de los elementos
su entorno socio-motriz sitúa irrevocablemente a los jugadores en un estructurales más proclive a 'sufrir' alteraciones (Aguiar et al., 2012),
contexto de incertidumbre social, en el que deben resolver la tarea de aunque no siempre se hagan de manera consciente o intencionada.
superar al oponente. Modificaciones que tienen que ver con las dimensiones, la forma o figura
geométrica, la presencia de subdivisiones o sub-espacios dentro del
En este sentido, los rasgos de la lógica interna del fútbol deben terreno o cambios en el número, tipo, forma, dimensiones y ubicación de
guiar el tipo de tareas que se proponga a los jugadores, estableciéndose los objetivos de marca (Castellano, 2005).
una progresión en sencillez y no en simplicidad. Para la confección de
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Los investigadores se han centrado fundamentalmente en el estudio El peso de la influencia de reducir el número de jugadores se incrementa
de los efectos que provocan en los jugadores las modificaciones de las cuando se combina con la modificación de variables como la orientación
dimensiones del espacio (Owen et al., 2004), y más recientemente su del espacio. De esta forma, en JR con pocos jugadores, apenas existen
orientación (Castellano et al., 2013b), mostrándose como aspectos diferencias en función de la orientación del espacio que se proponga
claves a la hora de diseñar este tipo de tareas. La manipulación de a los jugadores (Casamichana et al., 2012a; Castellano et al., 2013b),
esta variable puede afectar a la demanda física, fisiológica, perceptiva aunque el impacto sobre el sistema neuromuscular será mayor cuando
y motriz de los deportistas (Casamichana y Castellano, 2010) y, por se oriente.
tanto debe ser estratégicamente manipulada por el entrenador en
7. Existe una mayor variabilidad en la respuesta de los jugadores cuando
busc¡ de la coincidencia en los efectos deseados, esperados y obtenidos,
el juego está orientado con porteros (Casamichana et al., 2012a; Dellal
ya mencionados anteriormente. De manera resumida, los estudios sobre
et al., 2012c), motivado probablemente por la aparición de roles o
esta variable parecen coincidir en los siguientes efectos agudos:
funciones específicas dentro de la tarea por parte de los jugadores.

l. A mayores dimensiones del terreno de juego, mayor intensidad física


y fisiológica, aunque quizás una posible explicación pudiera tener que
ver con el tiempo de juego efectivo, maximizado debido a un menor MODIFICACIONES EN LA INTERACCIÓN
número de interrupciones reglamentarias en los espacios más grandes
(Casamichana y Castellano, 2010; Montoya-Porres et al., 2010).
Otra de las variables comúnmente alteradas para regular la
2. Sin embargo, las variaciones en las demandas fisiológicas podrían
.1..1.0,,u.u.u. de la tarea es el número de jugadores por equipo (Hill-Haas
no ser tan importantes como para provocar diferentes adaptaciones
al., 2011). Sin embargo, la influencia de esta variable, manteniendo
(Casamichana et al., 2011).
otras (como las dimensiones relativas a cada jugador,
3. Respecto a la respuesta conductual de los jugadores, los espacios n,,,.u,e,n ..... ,.., ....... presencia de porteros, con o sin limitación de toques, con o
reducidos parecen provocar una mayor frecuencia de acciones de control- sin asignación de marcaje, entre otros), ha sido investigada en escasos
regate y control-tiro, pero también de interceptaciones y despejes
trabajos (Castellano, Casamichana, y Dellal, 2013b; Hill-Haas et al.,
(Casamichana y Castellano, 2010; Clemente et al., 2014b; Hodgson et
2009b y 2010; Dellal et al., 2011c). Se observa, en general, que los JR
al., 2014; Kelly y Drust, 2009).
que albergan menor número de jugadores demandan una mayor FC,
4. Orientar o no el espacio también depara cambios en las demandas .¡ concentración de LA y PSE (Aguiar et al., 2013; Brandes et al., 2011),
físicas y fisiológicas (Castellano et al., 2013b; Koklü et al., 2014; Mallo I posiblemente debido al mayor nº de intervenciones con balón por cada
y Navarro, 2008; Sassi et al., 2004), si bien algún trabajo (Dellal et al., j jugador y situaciones contra adversario con balón (duelos), aspecto que
2008) no coincide con la m~yoría. Motivació~ (co~rer ~ás) u organización.:¡' provocará un aumento de las demandas internas.
(correr menos) están detras de esta pequena discordia. Probablemente :
los efectos interactivos del número de jugadores (8:8 en el trabajo l Por otro lado, mayores demandas de carrera a alta velocidad y
de Dellal et al, 2008) pueda estar afectando en las demandas de los I sprint podrían expresarse durante situaciones con mayor número de
jugadores. ¡ jugadores, justificado por las dimensiones absolutas del terreno, que son
5. Los juegos de mantenimiento parecen provocar una mayor distancia j mayores durante este tipo de tareas si se han mantenido constantes los
recorrida total, aunque con menor distancia recorrida a alta velocidad, l m2 por jugador (Hill-Haas et al., 2009b). Además, la modificación de esta
sprint y baja presencia de aceleraciones (Castellano et al., 2013b) quizás variable influye en mayor medida en la respuesta fisiológica del jugador
debido a que no se debe "superar" rivales para obtener éxito en este tipo Y menos en la física (Castellano et al., 2013b). Por último, otro aspecto
de prácticas, en el intento de llegar a una determinada zona. que podríamos destacar es que la variabilidad de las demandas físicas y

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4. La presencia de comodines exteriores reduce el número de participaciones
fisiológicas se reduce cuanto menor es el número de jugadores por equipo,
siendo, por tanto, más estable la carga intra e inter-sesional impuesta
de cada jugador, al incrementarse el número de jugadores que participan
a los deportistas. Esto puede deberse a que cuantos más jugadores
en la tarea y, además, disminuye el porcentaje de error en los pases y,
participan mayor es la distribución de las funciones dentro del equipo
por tanto, se incrementa la duración de las posesiones de los equipos
(más roles), llegándose a un reparto del espacio absoluto (mayor cuanto
(se dan menos transiciones ataque-defensa o viceversa). Sin embargo se
más jugadores) y haciendo aparecer líneas y/o sistemas de juego (Dellal
mantienen las demandas físicas y fisiológicas.

et al., 2011c).
5. No está clara la demanda al jugador comodín interior. Mayor distancia
En este apartado, de manera específica también nos detendremos recorrida y misma FC. Debe considerarse que el comodín no participa
en matizar cómo afecta la inclusión de disimetrías entre los equipos en la disputa del balón.
(Clemente et al., 2014b; Hill-Haas et al., 2010; Mallo y Navarro, 2008;
Sampaio et al., 2014; Torres-Ronda et al., 2015), aspecto habitual en el MODIFICACIONESDE OTRAS VARIABLES
entrenamiento. Estas disimetrías, fija (porque un equipo juega siempre
en inferioridad o superioridad) o transitoria (por la presencia de comodín/
es que juega/n con los dos equipos en función de quien tenga la posesión Debido a que en el diseño de tareas siempre se parte de un número
del balón), deparan cambios considerables en las demandas físicas Y determinado de jugadores y un espacio específico, son estas las variables
fisiológicas que podrían resumirse en: prioritarias en las que vamos a centrar la atención en este libro. Sin
embargo, existen otras variables que el cuerpo técnico puede manipular
l. Mayor intensidad fisiológica en equipos en inferioridad numérica para favorecer que aparezcan las demandas deseadas. Similar a los
(disimetría fija) justificado por la motivación y/o esfuerzo necesario efectos generados cuando se modifican dimensiones del espacio y/o nº
a realizar en el enfrentamiento contra un número más elevado de de jugadores por equipo, otras reglas impuestas por el cuerpo técnico,
jugadores, debiendo organizarse mejor para atender a ayudas constantes inevitablemente van a provocar cambios sobre las demandas físicas
'
entre compañeros. fisiológicas y perceptivas de esfuerzo.

2. Cuando la disimetría es reducida (un solo jugador de diferencia) Lo cierto es que las opciones para proponer modificaciones son
la demanda física y fisiológica se incrementa. Además, el equipo infinitas (tantas como entrenadores y modelos de juego existan) y, por
en inferioridad tendrá mayor demanda física y fisiológica, aunque tanto, inabarcables desde el ámbito científico. Los estudios realizados
dependiendo del nivel de los jugadores, es probable que una mayor hasta ahora ofrecen algunos resultados interesantes, aunque solo
dificultad para resolver la tarea (equipo en inferioridad con gran podemos hablar de tendencias o probabilidades de qué ocurrirá, sabiendo
disimetría) podría reducir la exigencia física en jugadores menos que se dejan muchos interrogantes aún por responder. Variables como
la modificación del régimen de entrenamiento (Casamichana et al.,
expertos.
2013b; Hill-Haas et al., 2009a), diferente nivel competitivo de jugadores
3. La presencia de comodines interiores reduce la FC del grupo, (Dellal et al., 2011), diferente número de contactos permitidos al móvil
manteniendo las demandas físicas en valores similares, quizás debido a por posesión individual (Almeida et al., 2012; Dellal et al., 2011d), el
un menor intercambio de posesiones o a una reducción en el número de nº de repeticiones del JR realizadas (Dellal et al., 2011a y 2012b), la
forma de confeccionar los equipos (Koklü et al., 2011), tipo de marcaje
intervenciones al balón por jugador.
(Casamichana, San Román-Quintana, Castellano, y Calleja, 2015; Ngo

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et al., 2012) u otros tipos de orientación del espacio empleados para segunda interpretación de estas posibles 'deficiencias' quizás puedan
puntuar (Halouani, Chtourou, Dellal, Chaouachi, y Chamari, 2014), son.;
algunas de las alternativas elegidas p~r los investigado~e~. 1 ;\ser explotadas para precisamente provocar estos efectos en jugadores
determinados o momentos específicos de la temporada.
Un aspecto inconcluso en los estudios sobre esta temática, demandas l Ambos posicionamientos, ajustar los moduladores para evitar que
impuestas a los jugadores a partir de JR, es que se desconocen los efectos)~ afloren o potenciarlo para que se acrecienten, necesitan en cualquier
interactivos qu~ la ~?dificación simultánea de diferentes varia?les p~edeJ¡ caso un seguimiento y control de lo demandado en el jugador y los efectos
generar en los individuos (Castellano et al., 2013a). En la misma Iíneaj )producidos en él. En la figura que se muestra a continuación se recogen
en que es probable que la presencia de un menor número de jugadores los cinco efectos endémicos de los JR, que van desde cualidades con sub- o
puede hacer que la decisión de configurar la tarea con orientación o sin sobre- estimulación, pasando por un posible efecto techo, la variabilidad
orientación del espacio no tenga tanta repercusión en las demandas en la respuesta dada por los jugadores (intra e inter jugadores e inter
físicas y fisiológicas (Castellano et al., 2013b), otras variables combinadas sesiones), para acabar con efectos no deseados sobre el comportamiento
también podrían depararnos efectos diferentes a los esperados a cuando técnico-táctico-estratégico de jugadores y equipos, es decir, conductas
son estudiadas de manera aislada. que podrían alejarse de lo 'aconsejable' en dinámicas de los partidos que

i
valen tres puntos.
r--~="'-"""-'"'c "'"'

I
« ·-- .....

Sub-estimular
3.4. PROBABLES EFECTOSAL INTERVENIR.1 [Velocidades máximas o tiempo a Alta Intensidad]
CONJR
¡ Sobre-estim~lar .. . ..

No queremos detenernos en enumerar las variables extrañas]


(distorsionadoras) que pueden afectar en la consecución de las demandas j
l Ll ----·- -·-·--· -------"----- J
aceleraciones y desaceleraciones]
_,,

Efecto techo
> M~·---·--·· "-<W<--··--,

deseadas cuando se aplican ciertos condicionantes en las tareas de !¡ [jugadores de calidad, muy en forma]
= ,.

entrenamiento. Los resultados esperados en las tareas diseñadas solo!'¡


coincidirán con los que se han estimado en la literatura científica siempre· .
y cuando se repliquen los mismos condicionantes que se han respetado )
en los estudios publicados ( disponibilidad de balones, inclemencias ¡
meteorológicas similares, superficie del terreno de juego, aliento del I Comporta menta les
[alejados o contrarios a lo que pide el
entrenador, equilibrios entre equipos que disputan los JR, entre otros). j
De ahí la necesidad de cuantificar la carga realizada para confirmar que I Figura 3.1. Probables efectos al intervenir con JR.
lo obtenido se corresponde con el efecto deseado a pesar de las posibles J
variables perturbadoras. 1
¡
La aceleración. Esta es una de las variables condicionales que
'No es oro todo lo que reluce'. Cuando intervenimos con JR hay Í sale beneficiada por la práctica de JR. Castellano y Casamichana
que estar en alerta sobre algunos efectos que pueden estar sucediendo j (2013a) en un trabajo donde compararon tareas de entrenamiento (con
y que podrían quedar enmascarados. Aunque la primera impresión l estructura de duelos colectivos) con partidos de competición mostraron
podría llevarnos a pensar que se tratan de efectos no deseados, una} una amplia desproporción en las demandas a este nivel. Posteriores
'
f d l oro. com i f de lí re e
trabajos (Castellano, Casamichana y Dellal, 2013b; Gaudino, Alberti y ~~.sultados no indican que todos los equipos dejen sin activar esta cualidad
Iaia 2014) han ratificado el hecho que a medida que las dimensiones lpondicional de manera insalvable. La idea que se recoge aquí es que hay
y el número de jugadores de la tarea se reducen, alejándose por tanto ~y.e estar sensibles a esta posibilidad, para que la propuesta del cuerpo
del Fútbol 11, la demanda de la dimensión aceleración y desaceleración Jécnico, independientemente de que esté a favor o en contra de que se
se ve incrementada especialmente (Figura 3.2). Estos mismos trabajos J~cluya como uno de los contenidos del entrenamiento, sea una decisión
apoyan también otra probabilidad: si los espacios en donde ubicamos a ponsciente y, en su caso, programada, para que surja en aquel momento
los jugadores para practicar la tarea no están orientados (partidos de ~fl microciclo donde es recomendable que aparezca y desfavorecer su
mantener la posesión) las demandas a este nivel se ven reducidas. En presencia en donde lo aconsejable es su ausencia. Esto se podría tener en
este sentido, parece que no necesitar superar líneas o adversarios para puenta también en casos particulares, jugadores que están ligeramente
llegar a la portería contraria (juegos de posesión) podría estar detrás de 'tocados' y no se quiere que puedan encontrarse con escenarios donde
$e impliquen esfuerzos en rangos altos de velocidad. Igualmente, en
este efecto.
ricrociclos posteriores a otras semanas donde las cargas de trabajo
4000,00
Sesión 60 •
11
>2.Sm(s2
2-0-2.5 m/s1
recomiendan abrir una 'ventana de seguridad' para reconducir la carga
~ JR
O
~ Partidos
O
1.5-2.0 m/s2
1.0-1.Sm/s2 de trabajo propuesta al equipo y reducir los niveles en la probabilidad
fo de lesión.
s:.
]_ 3000,00
Efecto techo es un aspecto que se ha sugerido en algunos casos en la
eo
s:
~o
.
:. 40

e
o literatura académica. Hoff et al., (2002) apuntaba al hecho que jugadores
.
Q. ~
.; 30 c___ .-_onlos valores más altos en el V02 max alcanzaban los valores más bajos en
-.
~ 2000,00
o... 1 la misma variable durante la práctica de JR, lo cual podría comprometer
.e o
.¡::o
el desarrollo de la resistencia aeróbica. Pero ocurre lo mismo con los
.
.:;
e
t; 1000,00
.<>

z
E
:,
jugadores más rápidos de los que los son menos (Méndez-Villanueva,
º 10
Buchheit, Simpson, Peltola, y Bourdon, 2011), el porcentaje respecto
del máximo solicitado será diferente para ambos tipos de jugadores.
0,00
O.o..6.91m,.ti 7.0-·12:9\.m~, 1\~.9 1\~f-9 >211-:mkt
SmallSlde,:I comes
Matcl-.es

Session
Friendly
Hill-Haas et al., (2011) sugiere lo mismo cuando compara los valores
Rangos de velocidad
b)
de distancia que alcanzaron los jugadores en un test de resistencia y
a)
el porcentaje respecto a la frecuencia cardiaca individual que supuso
Figura 3.2. Distancia recorrida por hora en diferentes zonas de velocidad (a) y número
aceleraciones en diferentes rangos de intensidad (b) en JR (sma/1 sided games) Y
la intervención a partir de JR. La relación es débil, positiva (r=0,26)
y significativa (p<0,05). Sin embargo la variabilidad que muestra la
amistosos (friendly matches).
figura con un rango de más de 15 % del valor medio entre dos jugadores
con los mismos resultados a nivel condicional, sugiere la necesidad de
Por el contrario, la velocidad pico o acumular tiempo o distancia de seguir aportando conocimiento de las relaciones entre estados de forma
Y demanda de los JR. El mismo efecto techo sugiere los resultados de la
desplazamiento en rangos altos de intensidad (>21 Km .h'), puede
quede descuidada cuando aplicamos JR en el proceso de intervención. intervención propuesta por Impellizzeri et al (2006), donde apenas se
encontraron mejoras en las variables condicionales analizadas entre la
Casamichana, Castellano y Castagna (2012c) en su trabajo
cuarta y la 12ª semana de intervención. Sin embargo el equipo mejoró
la existencia de estas diferencias en las demandas solicitadas a
desde la semana 1 ª a la 4ª. Más recientemente, el trabajo de Faude
jugadores en partidos amistosos con respecto a lo propuesto por
Steffen, Kellmann, y Meyer (2014) expresamente subrayan la necesidad
cuerpo técnico al mismo equipo durante la semana. Sin embargo,
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de considerar la existencia del efecto techo con más probabilidades qu presenta sea utilizado como una propuesta orientadora de tendencias
las ofrecidas por el azar; solo los jugadores que iniciaron la intervenció sobrelas demandas físicas y fisiológicas de los jugadores en las diferentes
con un menor nivel de condición física respondieron positivamente al tareas que se propongan.
tratamiento. ;1'·
fa Somos conscientes que esto es un problema para el preparador
Sin embargo,hemos detectado una 'puerta abierta' en el estu,41 fíkico (especialmente el educado bajo paradigmas lineales de modelos
de los efectos crónicos que merece la pena explorar: ninguna de lasf de rendimiento de los deportes de prestación), porque preferiría
intervenciones que se han descrito anteriormente incluyeron en su proceso? probablemente que la respuesta de los jugadores fuera más estable,
de intervención un incremento en la dosis demandada a los jugadores ~:1j gue el mismo 4:4 tuviese los mismos efectos en los jugadores, incluso en
partir de los JR. Se podría pensar que no se ha encontrado la prescripcióry lá sucesión de días. Pero la realidad del entrenamiento es otra. Si eres
de entrenamiento con JR que provoque efectos positivos también en losJ pesimista es una desventaja, sin embargo, puedes enfocarlo como una
jugadores con los niveles más altos de condición física. Aunque en lugar de·f oportunidad. Porque variabilidad se puede transformar en especificidad.
intentar buscar una respuesta a la pregunta de cómo mejoro la condición. •.·:.·t1.· Un entrenamiento para cada jugador, [nol, un estímulo diferente a cada
·.¡. .';

física de los mejores condicionalmente, quizás deberíamos cambiar la¡ jugador, [sí], además necesitan jugar juntos, una tarea que afine las
pregunta, ¿y si no necesitamos desarrollar más esta cualidad? Pudiera] demandas individuales en un contexto grupal similar al de competición.
ser que los mínimos que se necesitan para jugar al fútbol estuvieranl
cubiertos. El trabajo de Stevens y colegas (Stevens, De Ruiter, Beekt! En cualquier caso se podrían dar algunas recomendaciones
y Savelsbergh, 2015), que compararon los efectos agudos de un mismd para reducir la variabilidad ínter-jugadores. Bastaría con reducir la
formato de JR de 6:6 aplicado en diferentes poblaciones, podría ser un! especificidad de la tarea. Para este cometido a día de hoy existen tres
punto de partida por el que seguir investigando en este sentido. Conoce1·I alternativas que juntas o separadas potenciarán esta dinámica de
si el límite en las demandas lo impone el juego o depende del nivel del¡ difuminar la especificidad de demarcaciones y roles.
jugador (asumiendo la variabilidad endémica en la forma de juego) seríaj
La primera opción es disminuir el número de jugadores por equipo
interesante. Esto podría resolvernos la incertidumbre de conocer cuál.!
(Dellal et al., 2012). Esto provocará una mayor participación de cada
es el formato de juego que mejor se adapta al nivel competitivo de los;
jugador sobre el balón, es decir, el juego se convertirá en su totalidad en
jugadores. Juego y jugador, dos caras de la misma moneda. /I
una continua dinámica de centro de juego. Todos los jugadores están con
La respuesta dada por los jugadores en los formatos de JR es¡ opciones de poder intervenir prácticamente en cada instante.
variable (Dellal, Hill-Haas, Lago-Peñas, y Chamari, 2011), en la misma'
La segunda opción es reducir las dimensiones del terreno de juego.
línea que lo es la competición (Castellano y Blanco-Villaseñor, 2015),¡
Esto hará surgir los mismos efectos anteriormente comentados cuando
aspecto que por otra parte era de esperar. Este tipo de tareas, llevan!
nos referíamos a reducir el número de jugadores por equipo.
implícitas una variabilidad mayor que las propuestas cerradas donde ell
jugador no puede tomar decisiones sobre su motricidad, como sucede en: En tercer lugar, la orientación del espacio podría jugar un papel
carreras atléticas a ritmo marcado por emisión sonora, por ejemplo, Y. homogeneizador el despliegue físico y comportamental entre los
que se constata cuando se compara la respuesta de diferentes jugadores] jugadores. No orientar el espacio divide el juego en aquellos que pretenden
que participan en la misma tarea. Además, también presenta cierta mantener la posesión del balón de los que no. De esta forma creemos que
variabilidad cuando comparamos las demandas o el rendimiento de, los jugadores no se reparten funciones más ofensivas o defensivas en
un mismo jugador en dos repeticiones o sesiones diferentes (Los Arcos, el momento de posesión y en el momento de no posesión. Parece lógico
Martínez-Santos, et al., 2014). Por este motivo, subrayamos que lo que pensar, si no establecemos ningún otro requisito particular al respecto,

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que ningún jugador, cuando su equipo tiene la posesión del balón, estar
pendiente de marcar a un rival alejado del balón y, al mismo tiempo
3.5. INTERVENIR CON JR, ¿PARA QUÉ?
ningún jugador en el momento de necesidad de recuperar la posesión de
balón, estaría pensando en situarse abierto y alejado con la intención d
estar preparándose para la recuperación del balón por parte de algú En la Figura 3.3 se representa de manera gráfica los cuatro
compañero de su equipo. Probablemente, las tareas sin objetivos d bjetivos condicionales que deben orientar el entrenamiento condicional
marca estén más cerca del concepto de 'centro de juego', es decir, gra ?el futbolista (Verheijen, 2014). Representando la línea temporal de
parte de los jugadores de ambos equipos con opciones de participar co un partido de competición, desde el minuto 1 hasta el 90, en la parte
probabilidades similares. superior de la figura se describe como seria el perfil del rendimiento
ísico del jugador antes, en el inicio de su preparación o cuando está
Por último, los efectos comportamentales no deseados tiene que ve uera de su estado de forma óptimo. Se puede apreciar cómo se van
con aquellos comportamientos individuales o grupales que potencia y espaciando las acciones realizadas a máxima intensidad
determinados formatos de JR y que podría no ajustarse a lo 'habitual' u..,c ..u.u por la primera flecha con el 100 %), que van convirtiéndose

en el juego. Un ejemplo permitirá ilustrar este aspecto. Cuando en u menos intensas (un porcentaje menor) y, además, cada vez con un
JR se limita el número de contactos por posesión individual (dos toques espaciado entre las acciones. Por otro lado, en la parte inferior
máximos por posesión individual, por ejemplo). Bajo esta premisa, lo la figura viene representado el perfil del jugador después, es decir, la
jugadores se pueden encontrar en la paradoja de que a pesar de tener e condicional que se pretende conseguir en el jugador que está en
espacio libre hasta la portería deben de buscar un compañero o finaliza forma. Como puede apreciarse [1] comienza por mejorar la calidad de sus
con tiro a portería en una situación menos ventajosa que la que podrían ª'-''-,.LV.L.Lv.:> de máxima intensidad (representado con el valor de 101%), [2]

conseguir de no existir dicha limitación. A veces esta limitación provoc aparecen muchas más flechas realizadas al 100 % de intensidad, [3] sin
que jugadores en una situación ventajosa para crear peligro en la porterí distanciamiento entre dichas acciones, y [ 4] manteniendo la cadencia a
rival, a través de la superación directa de un rival que no tiene ayuda lo largo de todo el partido. Esto significa que existe una alta capacidad de
defensivas, no puedan afrontar dicha conducta (quizás clave el doming recuperar entre acciones de alta intensidad. Los objetivos condicionales
para ganar el partido). a desarrollar en el jugador de fútbol atienden a desarrollar: 1) más
calidad, 2) mantener la calidad, 3) repetir calidad y 4) mantener repetir
En la línea de lo expuesto, se puede extrapolar a otro tipo de¡ calidad de las acciones.
comportamientos micro, meso o macro (individuales, grupales y de¡
equipo), como evitar conducciones, jugar por dentro cuando en la'.
dinámica de competición se pide jugar por fuera, línea defensiva que]
se ve obligada a iniciar la posesión del balón a pase de portero sin salir!
incluso del área grande, jugadores que necesitan posicionarse muy!
alejados de las zonas habituales en el sistema de juego o la necesidad¡
de realizar un tipo de juego combinativo inusual en el modelo de juego¡
construido en el seno del equipo. De aquí subrayamos la necesidad de¡
estar pendientes de los comportamientos que los jugadores deciden!
emplear para resolver la tarea que se les ha propuesto, para matizar,'
reorientar o, más drásticamente, cambiar la actividad.

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1­I a te el
-
Interven
- -a. ir e egos ReauL dos· las piezas
- SJ--------....; _ Ju1en Castel! no y David Casamichana

aflorar la variabilidad de este tipo de formatos reducidos de 1: 1 y 2:2


_ Objetivos físicos a atender (A~e, Harley Y_ Bradley, 2014). Sin embargo, tampoco la competición
a1n,tes
100% 95% 90% 90%
exige al futbolista el 100 % de velocidad (Al Haddad et al., 2015) y,
por supuesto, de fuerza, por lo que el técnico debe elegir, en función de
85% 80% sus pretensiones, optar por desarrollar la capacidad del futbolista de
realizar_ acc~on~sde alta intensidad futbolística (con la fuerza y velocidad
necesaria u optima, Y no máxima) o por otro lado, alejar al deportista de su
contexto específico para obtener solicitaciones del 100% de la capacidad
a ~esarrollar. Ad~m~s cabe destacar que el deportista para conseguir el
primero de los objetivos de~e ~nfrentarse en situación de frescura (para
que ~x~rese maximo u óptimo potencial), mientras que para obtener
0su
el objetivo 2 debemos trabajar estas acciones de alta intensidad con un
cierto grado de fatiga previa. Por este motivo, al elegir uno u otro tipo de
101% 100% 100%
.~
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
tareas~ debe ser consciente de la necesidad de incorporarlo al contexto

• • • * • • • • • • • •• • •
~ ~ ~ ~ ~ ~
• " ' ' ' ' ' '
del equipo, momento de la temporada, día de la semana situación en la
~ sesió1: o e~tado del terreno de juego, por poner solo algun~s variables que
1 deberían mcorporarse a la decisión del tipo de tarea a proponer.
r

1' 90'

Figura 3.3. Cuatro obieiivos físicos a desarrollar: 7) más calidad, 2) mantener la calidad, En e_l ~ntrenamiento de los dos siguientes objetivos (3º y 4º de la Figura
3) repetir calidad y 4) mantener repetir calidad (Verheiien, 20 7 4). La línea azul continua 3.3), facilitar la recuperación a corto y medio plazo, los JR por encima
representa la duración del partido, desde el minuto uno (7 ') hasta el pitido final (90'). La altura de tres contra tres (desde 3:3 hasta 10:10) pueden ser el instrumento
de las flechas negras representa la intensidad (explosividad) de la acción. óptimo para s~tisfacerlos. Pero como ya se ha comentado en el segundo
apart~do del hbro, los efectos de los JR desde los reducidos (3:3) hasta
los 1?-ªs largos (10:10) pueden matizarse, debido a que las dimensiones
Para desarrollar los dos primeros objetivos (1 º y 2º de la Figura a~ociadas a la resistencia, fuerza o velocidad son demandadas en
3.3), mejorar y mantener la calidad, los JR tienen que estar muy bien diferente proporción. Todo esto lleva a pensar sobre la necesidad de
diseñados para que realmente emerjan acciones de este tipo en la calidad/ programar todos los formatos de JR (los 16 que mencionaremos en la
cantidad necesarias. En estos casos puede ser aconsejable echar mano de Tabla 4.1), que como veremos serán agrupados por afinidad condicional
pocos jugadores y seguramente con pocas opciones de decisión por parte (8:8-10:10, 5:5-7:7, 3:3-4:4 y 1:1-2:2).
del jugador (1:1 o a lo sumo 2:2). Esto permitiría respetar los ratios de
trabajo:descanso pero perdiendo validez o proximidad al contexto real de
juego. El cuerpo técnico debe valorarlo, y adoptar la decisión en función de
los intereses contextuales del momento. La implicación de los jugadores,
como en el resto del entrenamiento, hará más fácil o tremendamente
complicado el logro de los objetivos: máxima intensidad-calidad de la
acción(-decisión). Probablemente tareas analíticas de velocidad máxima
(combinadas con fuerza explosiva) permitan hacer llegar al jugador a
su pico de velócidad, ya que las formas jugadas invitan a resolver la
tarea no siempre exigiendo al máximo las cualidades condicionales,


sino solicitándolas de manera óptima o adaptada al contexto. Esto hace
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