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Charla noche 5 - ¿Cómo nos guía Dios?

Introducción
Desde chica que soy católica, vengo de una familia católica, colegio catolico. Por los que muchos
pensarán que soy de esas que se sabe la Biblia de arriba a abajo, la vida de Jesús entera. Pero la
realidad es que no. Siempre tuve una fe muy llana, a veces estaba más cerca, otras veces más
alejada, pero nunca hice nada para crecer en mi camino de fe. Cuando terminé el colegio, se me
hacía cada vez más difícil ir a misa en la semana, confesarme seguido, me conformaba con una
misa los domingos. Pero al mismo tiempo como que siempre estuvieron las ganas o la vocecita del
angelito bueno diciéndome “dale Anita vamos a acercarnos un poquito más a Jesús que te va a
hacer bien”. Pero tampoco sabía como hacer.
Tengo una amiga viviendo en bs as y ella siempre me contaba que iba a misionar en Semana Santa
y la verdad que me llamaba mucho la atención y me parecía un plan re copado, asi que le dije que
algun dia me avise e iba. Cuestión en 2021 me invita y voy a bs as a misionar por primera vez. Yo no
conocía a nadie, me mandé a ir sola y ni siquiera sabía de qué se trataba o que se hacía en una
misión (como a muchos les habrá pasado con Alpha). Pero bueno yo lo dejé en manos de Dios y dije
“de estas cosas siempre salen cosas buenas”. Y dicho y hecho. Terminé feliz de la vida, me encantó
el programa y fui dos veces más. Y les cuento esto, porque de las cosas que más me llamaron la
atención y me motivaron en mi camino de fe, fue lo lindo y lo importante que es tener AMIGOS en la
fe. Siempre me gustó pensarlo así: yo en mi vida tengo varios pilares, entre ellos la familia, la fe, las
amistades, la salud, etc. Pero jamás viví la experiencia de compartir dos pilares juntos, la fe y la
amistad. Entonces siempre volvía a Rosario prendida fuego, rezando para que en algún momento
pueda misionar con mi círculo más cercano. Pero no termina acá… En la misión del año pasado,
había una chica, que claramente Dios la puso ahí, que conocía al Padre Cristian y me contó que
hace dos años estaban en Rosario en un colegio. Me pasó el contacto, nos juntamos a charlar, me
hizo una propuesta, y junto con el resto del equipo logramos llegar acá. Y acá estoy, contando esta
anécdota, pero no para aburrirlos, sino para mostrar cómo Dios me fue guiando. De a poquito,
poniendo mi voluntad, me fue llevando a lo que siempre quise lograr. Nada de esto fue casualidad,
soy fiel creyente de que Dios tenía y tiene todo pensado y todo con un timing impecable.

«Nosotros somos creación suya: fuimos creados en Cristo Jesús, a fin de realizar aquellas buenas
obras, que Dios preparó de antemano para que las practicáramos» (Efesios 2,10).

En esta 5ta y última noche de Alpha, llegamos a una pregunta muy importante que es: ¿cómo nos
guía Dios? Si realmente le interesa mi vida, ¿qué forma de operar tiene?

La palabra de Dios una y otra vez asegura que Dios nos quiere guiar.
- Salmo 32 “Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir, yo te daré consejos y
velaré por ti”
- Salmo 22 “El Señor me guía por el recto sendero”,
- Deuteronomio 1: “No se acobarden ni tengan miedo. El Señor su Dios, que va delante de
ustedes combatirá por ustedes”
- Primer libro de los Reyes 18 “El espíritu te llevará”
Y así podría nombrar muchísimas más. Porque Él siempre está para mí, con todos mis errores, y no
solo que está siempre, sino que nos guía, como google maps o Waze. Cuando queremos llegar a
algún lado, ponemos el destino y tenemos a la galleguita que nos va guiando hacia el lugar. Y ¿qué
pasa si nos equivocamos?, simplemente vamos a escuchar a la gallega diciendo “recalculando, gire
a la izquierda, siga 500km y agarre la segunda salida”. Osea que, hagamos lo que hagamos, nos
sigue diciendo cómo reorientar el camino. Algo así es Dios pero elevado a su perfección, siempre
pero siempre, nos va a decir cómo podemos volver a encaminar el viaje. Y acá, hay algo muy
importante… porque incluso los que hayamos cometido miles de errores, vamos a poder re encauzar
el camino. Y esto no me digan que no es una gran alegría!! Porque una de las mayores frustraciones
para tomar una decisión, es haber hecho las cosas mal y no estar a tiempo o tener que retroceder.
Pero ¿qué pasa? ni la gallega ni Dios nos va a guíar como títeres, sino que depende de nuestra
voluntad para dejarnos guiar y si no se la ofrecemos a Dios, Él no va a poder guiarnos, es por eso
que vemos cosas que pasan que Dios no las desea. No sé si se acuerdan del testimonio de la charla
que dio Tobias, la tercera noche. Él quiso ir a un retiro, para profundizar su fe, para confirmar que
Jesús es real, que existe y que está presente en su vida. Y fue al final del retiro, después de tanto
buscar respuestas, señales, que leyó un pasaje de la Biblia que lo hizo encontrar lo que buscaba..
Entonces, SI, Dios nos guía, o mejor dicho, quiere guiarnos. Es una paradoja, pero cuanto más nos
guía Jesús, más libres somos, si te guía quién más te conoce, más te ama, más ve tu potencial,
conoce tus debilidad, más libre vas a ser.

Pero, ¿cómo nos dejamos guiar por Él?


1. La Palabra de Dios
Dicen que es el manual de Dios para nuestras vidas. Este manual, es en sí una guía, nos da
instrucciones generales, claras sobre distintos aspectos de la vida, sobre el trabajo, los amigos, la
familia, nos da claros ejemplos de cómo son los “procesos” a seguir por un buen cristiano, lo que
está bien y lo que está mal. Por otro lado nos da luces para cada uno y para cada situación única de
nuestra vida “Tu palabra es una lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino”. (Salmos 119,105).
Pero ojo! No es un libro mágico. A mi, por ejemplo, me encanta cocinar y muchas veces tengo que
usar mi libro de recetas y seguirlo paso a paso. Pero, esto me garantiza que me va a salir un buen
plato? Yyyy, la verdad que muchas veces me falla o algo no sale rico como lo esperaba. Pero
también es cuestión de perseverancia…
Lo mismo pasa con la Biblia, pero en este caso es Dios quien nos habla y nos da las instrucciones,
entonces cómo no vamos a aprovechar esa oportunidad? Es como tener a Maru Botana al lado mío
diciéndome en qué momento ponerle sal al agua, cuando colar las papas.
Entonces les propongo, cuando termine la charla, que les pregunten a sus coordinadores de mesa,
dónde comprar una Biblia. Una vez que la tengan, está bueno que la dejen en su mesita de luz o en
algún lugar visible del cuarto. Algo que a mi me ayuda mucho, es cada mañana, buscar el Evangelio
del día, elijo un lugar donde esté tranquila, sin ruidos y le pido al ES que me ilumine. Leo la parte de
la Biblia y me pregunto:
- ¿Qué dice? ¿Qué me cuenta la Biblia?
- ¿Qué me dice a mí? Cómo lo puedo conectar con mi vida. Ej: es lunes, terminó tremendo
finde con amigas, familia, programas, pero estoy medio bajón con ganas de hacer nada. Y leo que
Jesús está con sus discípulos y dice “Alégrense en el Señor. El Señor está cerca. No se angustien
por nada y en cualquier circunstancia, recurran a la oración…” (Filipenses 4, 4)
- ¿Qué le digo yo? Le pido, le agradezco, me propongo algún propósito para el día.
También me sirve mucho, una vez que ya haya respondido esas tres preguntitas, marcar, resaltar
esa palabra que me tocó el corazón. Y así es como voy usando la Biblia. Porque es un libro vivo,
vigente, lleno de mensajes. Obviamente hay veces que justo toca alguna parte difícil de entender.
Pero algo que a mi me ayudó mucho, y que marcó un antes y un después en mi relación con la
Biblia, es pedirle al ES que me ilumine y que me ayude entender qué es lo que Jesús me está
diciendo.
Pero si creamos un hábito de lectura constante de la Biblia, cada día, nos sorprenderemos al ver lo
apropiada que es cada lectura. Porque a través de ella Dios nos alimenta, también nos habla y nos
guía.

2. Espíritu Santo
La verdad, que no lo conocía para nada. Lo nombraba cuando hacía la señal de la cruz, en alguna
oración pero nada más. El año pasado, cuando fuimos a la JES (no les quiero spoilear nada) supe
quien era, lo conocí. Y realmente fue un antes y después en mi fe, en la oración, en las misas, en mi
vida literalmente. Porque ser cristiano, es ser guiado por el Espíritu Santo, que está junto a todos
nosotros.
Entonces, primero, para escuchar la voz del ES., tenemos que conocerlo, reconocer su voz. En mi
familia, por ejemplo, somos 4 hermanos. Cuando alguno anda por ahí y grita “maaa, podes venir un
segundo” y ella dice “siii Ani ya voy”, ella reconoce la voz de cada uno porque nos conoce muy bien.
Lo mismo pasa con el ES. Cuando arrancamos a tener una relación con Él, empezamos a conocer
su voz y escuchar lo que nos está diciendo.
Capaz muchos de ustedes piensan, esta loca me está diciendo que escuche la voz de un tal espíritu.
Pero no es tan así, porque el nos habla de diferentes formas:
. A través de la oración. Cuando rezamos, estamos teniendo una conversación, un diálogo, no es un
monólogo donde yo solo le cuento a Dios todos mis problemas y necesidades y terminamos sin
escucharlo. Porque Él seguramente quiera decirnos algo. Es como ir al médico y decirle: doctor, me
duele seguido la cabeza, también aveces me agarra dolor de muela, cuando corro siento tensión en
el cuadricep, cuando como fideos me duele la panza y bueno eso es todo, chau gracias por la
consulta, nos vemos la próxima. El doctor me va a decir, para un poco, ¿no querés un diagnóstico y
escuchar lo que tengo para decirte?.
Dios nos dice lo mismo ¿querés escuchar lo que tengo para decirte?. Yo antes, cuando rezaba, a
veces me frustraba, quería una respuesta exacta y escuchar lo que quería escuchar. Me ponía
ansiosa porque rezaba, rezaba pero no había respuestas. Pero después de la JES, aprendí a pedirle
al ES que esté presente en mi oración. Ven ES, no quiero estar solo en esta oración, tomá mis
pensamientos, mis sentimientos, mis deseos, úsalos.
“Si ustedes que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡Cuánto más el Padre del cielo dará
el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan” Lc 11, 13
. Dios también se presenta como un deseo intenso de hacer algo. De una manera muy sencilla usa
nuestros pensamientos y sentimientos para guiarnos: che estaría bueno hablarle a mi abuela que no
la llamo hace mucho, che la verdad es que le contesté mal a mi mamá la voy a llamar para
perdonarla. Yo por ejemplo, pensando a quién invitar a Alpha, teníamos un cupo limitado, no
podíamos invitar a tanta gente por el lugar disponible. Hice una lista, tenía como 20 personas, pero
había 2 que yo sentía que tenían que venir, si o si. Era desafiante la invitación, no les voy a mentir.
Recé mucho por ellos y le pedía al ES que me ilumine a la hora de hablar. Cuestión, agarro al
primero, yo un poco nerviosa y le conté la idea, la verdad que lo noté muy contento y me aceptó la
invitación. Y con mi otro invitado, la pateé más la verdad, creía que era un poquito más desafiante,
pero me levanto un día y digo, dale Anita es hoy, hoy le decís. Les escribí por chat, mal ahí, pero no
aguanté hasta verla. Y me aceptó con bastante entusiasmo creo.
«Dios es quien produce en ustedes el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad»
(Filipenses 2,13).
Lo que sí, a veces, podemos equivocarnos a la hora de interpretar la dirección del ES. Es difícil
interpretar cómo nos guía Dios y yo por lo menos me he equivocado un par de veces. Por eso, hay
algunos filtros para ver si eso que escuchamos, sentimos viene de Dios:
- ¿Es coherente con la Biblia? Dios no se contradice…
- ¿Está al servicio del amor? Si no, no es de Jesús
- ¿Nos da paz? Si no, no es de Dios
- ¿Anima y consuela? Si no, no es cristiano
3. Sentido Común
Se dice que es el menos común de los sentidos, pero yo creo que naturalmente en el
fondo, todos queremos el bien y solo alcanzamos la felicidad cuando lo hacemos, pero
contaminados por algunas malas influencias (egoísmo, soberbia, tentaciones) a veces
nos equivocamos.
Desde la época de los filósofos griegos (Socrates, Platón, Aristóteles), no se mucho de filosofía, pero
algo que sí me acuerdo es que todos coincidían que gran parte de la felicidad se logra haciendo el
bien. Pero lo difícil es primero tener en claro que es hacer el bien, y luego tener la voluntad y la
decisión de hacerlo (en ese orden).
Para nosotros los cristianos, el guía por excelencia es Cristo Jesus. En Éll nos queremos
reflejar. Pero Dios no quiere hacer el trabajo por nosotros y evitarnos pensar...
Es decir, Dios actúa pero nosotros tenemos que poner lo nuestro y eso implica pensar, usar
todos nuestros talentos y nuestra voluntad. Él está disponible en todo momento, quiere
profundamente ser parte de nuestras vidas. Por eso una tercera forma que usa para guiarnos es
nuestro sentido común, nuestra conciencia que nos permite diferenciar entre lo bueno y lo malo.
Si nos dejamos guiar por esa voz interior, nos dejamos guiar por Dios.
Me pasa que muchas veces que tengo que tomar una decisión o estoy en dudas si hacer una cosa u
otra, pienso ¿que haría Jesús en mi lugar?.
Me acuerdo la última vez que fui a misionar en Semana Santa, dude muchísimo. No sabía qué hacer.
Por un lado tenía muchas ganas de ir a La Cumbre (mi lugar en el mundo) con toda mi familia y
amigos. Pero por otro lado, sentía que quería vivir bien la Semana Santa. Entonces tenía que decidir
entre, finde largo con la flia y amigos, en mi lugar en el mundo, vivir más o menos la SS o ir a
misionar, con gente nueva que no conozco, todo el finde, pagar obvio jaja y bueno ir a servir a los
demás. Lo puse mucho en oración, me hice una listita de pros y contras y me anoté. No fue una voz
o una visión, fue algo concreto y simple que fui rezando y charlando, solo tuve que escucharme,
confiar y entregarme. Y no salió para nada mal eee… jaja.
Timoteo 2,7 “Reflexiona en lo que te digo, y el Señor te dará mayor comprensión de todo esto”.
4. Consejo de otros
Es inteligente valerse de consejos antes de tomar una decisión.
Pedir y saber escuchar un consejo requiere humildad, que no significa que me digan que tengo que
hacer o no hacer, sino nutrirme de la experiencia o de la sabiduría de la otra persona, y que eso me
sirva como una herramienta más para tomar mis decisiones.
Proverbios, capítulo 12, versículo 15: «Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio atiende
al consejo».
Proverbios 15,22 dice: «Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo,
prosperan».
Dios pone en nuestro camino a otras personas para que sean sus instrumentos en nuestras vidas.
Por ejemplo la persona que te invitó a venir al Alpha. Atrás de esa persona que te quiere y se
interesa por vos, está Dios que salió a tu encuentro valiéndose de tu amigo, amiga, novio, novia,
madre o padre para que hoy vos pudieras estar acá.

Pero, ¿a quién debemos consultar?


Personalmente, la mayoría de las veces me inclino por el consejo de mis papás. Se que ellos quieren
el bien para mi. Entonces por ejemplo algún tema relacionado al deporte, al trabajo, suelo recurrir a
papá porque trabajo con él y porque fue muy deportista. Y con mamá para consejos de la vida
porque sé que ella es justa y sabia. También hablo mucho con mi hermana más grande, que me
conoce y porque, si bien habla poco, cuando habla siento que me dice justo lo que tenía que
escuchar.
Pero creo que para cada situación habrá un consejo y una persona apropiada. (si se trata de una
decisión de tecnología, tal vez alguien joven; si es de fe y muchos aspectos de la vida, un sacerdote;
si es laboral de alguien con experiencia, y así... pero siempre es clave alguien que tenga una
influencia sana y positiva, por encima de cualquier sapiencia, personas con valores y personas de
bien.
Es muy importante, muchas veces me pasa, de caer en autoengaños y pedir consejos a
quienes nos responderán como queremos. Si estoy en dudas si ir a correr o no y le pregunto a Fini,
mi hermana la de los buenos consejos, seguro me dice que no porque tiene más pachorra. Pero si le
pregunto a mi hermano super deportista, me va a decir que vaya porque me va a hacer bien a la
salud física y mental. Es por eso que hay que ser objetivos y tener muy en claro cuales son nuestros
nortes y el de los consejeros. A veces escuchamos consejos que no queremos o que implican algo
desafiante para nosotros. Pero como dijo Chesterton (y para no cortar la racha de que sea nombrado
en todas las charlas jaja) “Si quieres seguir igual, tienes que cambiar”.
Algo que a mi me está sirviendo muchísimo, es ser parte de una comunidad cristiana. Como dije al
principio, tener amigos en la fe. Es una gran ventaja porque son personas que van por el mismo
camino, si bien tienen vidas diferentes, el objetivo es el mismo, a dónde queremos llegar es al mismo
lugar. Puedo dar testimonio de lo bien que me hace juntarme con mis amigos y con el equipo y en
eso le doy las gracias a la SSJ que me dan la oportunidad. Cada reunión, juntada, donde nos
encontramos para organizar, planificar los encuentros, cada actividad, no está ni cerca de ser una
carga en mi vida. Es un momento donde estamos ofreciéndonos a Jesús, poniendo nuestras manos,
nuestras mentes y nuestro corazón para hacer algo grande. Y donde aprovechamos para nutrirnos
espiritualmente y de lindos consejos. Es como muy loco porque por ahí terminas de un día muy
largo, pero te juntas con ellos y es como un mimo en el corazón (un poco cringe pero 100% real).
(¿agregar lo de acompañamiento espiritual?)

5. Siganos, señales circunstanciales


Con esto me refiero a situaciones que nos pasan que contienen un mensaje, una propuesta de parte
de Dios.
Hay un versículo de los Salmos que dice: «Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él
actuará».
Esto significa que si nos enfrentamos a una decisión difícil, como a todos nos pasa de vez en
cuando, podemos recurri al Señor y decirle: no sé hacia dónde ir. No sé si lo mejor es esto o aquello.
No sé si esta relación es adecuada o no. No sé si este trabajo es adecuado o no. No sé si esta
decisión es acertada o no».
Hay que animarnos a encomendar al Señor nuestro camino, eso es lo primero. Y segundo, confiar en
Él, tener fe, porque Su promesa es esta: Él actuará. Porque Dios no cierra una puerta sin abrir otra.
Cuento algo que me pasó. Yo siempre fui fan número 1 de hockey, en mi vida mi prioridad era la
familia y apenas abajo estaba el hockey. Dejaba cualquier cosa de lado con tal de ir. Entrenaba
literalmente todos los días de la semana, a veces los domingos y había un día que hacía doble turno.
Peeeero, cuando estaba en 5to año del colegio, no se que me pasó, pero me empecé a cansar, me
empezó a dar fiaca ir a entrenar, siempre encontraba un pero, una excusa. Ni siquiera tenía ganas
de jugar partidos los sábados. Me tenía mal el tema porque es como que de la nada, lo que antes
para mi era una prioridad, una pasión, pasó a ser una carga. Entonces nada, obviamente como dije
antes, le pedía consejos a papá, pero también se lo encomendé mucho a Dios, le pedía ayuda para
tomar una decisión, para estar tranquila. Cuestión, antes de que arranquen los playoff (los 8vos de
final), tuvimos una charla con los entrenadores y todo el equipo y nos dijeron “miren chicas, llegamos
a lo más importante del año, acá necesitamos a todas dedicando el 100%, dando lo mejor de
ustedes para llegar a nuestro objetivo. Así que o se suben al barco y renuncian a sus cosas o si no
están dispuestas se quedan abajo del barco”. Y yo dije “chaaauuuu, es la oportunidad para hablar
con los entrenadores”. Terminó la charla y les dije lo que me pasaba, yo lloraba jaja. Y obvio que me
entendieron y me dejaron tranquila. Por supuesto que mi última práctica fue la mejor de todo el año y
yo por dentro decía “Dios mío no me hagas esto”. Pero la verdad que me quedé muy tranquila y
contenta por la decisión, porque la dejé gran parte en manos de Dios.

Conclusión
Dios está vivo y te ama profundamente. Quiere hacer una obra maravillosa en tu vida, quiere guiarte
con la palabra, con el ES, a través de tu sentido común, del consejo de otros, de las situaciones
circunstanciales… Si confias y perseveras en estos medios vas a ver la mano de Dios día tras día en
tu vida. ¿Pero, estás dispuesto a poner los medios?
Es importante ser muy pacientes. Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, pero todo se
termina realizando de la manera que mejor nos hace, aunque no sea exactamente como lo
esperábamos. Tenemos que ser conscientes de que siempre estamos a tiempo, más allá de todos
nuestros errores, Él está listo para perdonar y guiar, pero también debemos estar
dispuestos a su voluntad.

Nunca deja de asombrarme esta historia. Se las iba a contar yo, pero para que no se aburran más se
las muestro en un video.

https://www.youtube.com/watch?v=w8E7kJbclaE

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