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La conversión como proceso

Versículo: Eclesiastés 7:20

Yo fui bautizado, me sé las doctrinas, tengo un cargo, conozco versículos de memoria, leo la biblia,
diezmo, soy guía mayor y trato de ayudar a los demás.

Pero estoy perdido dentro de la iglesia.

¿Suena muy fuerte verdad? Pero es algo que ninguno de ustedes podría aseverar como real o
como mentira

Y es una realidad que pasa en la iglesia, ustedes saben que me gusta predicar como si me
estuviese dando a mi mismo el sermón, si hay algo en las palabras que diré esta tarde que puedan
ayudarle a reflexionar adelante.

La vida cristiana es muy gratificante, pero también difícil, y siempre entra el temor de no estar
haciendo las cosas bien, de no ser lo suficientemente bueno en mi cargo, en no estar diezmando,
en como me expreso, como me visto, etc…. Y caemos en un cuidado externo y un plan
inconsciente de cumplir todas nuestras responsabilidades dentro de la iglesia de una manera
diligente, pero después del mejor programa de culto joven echo en todo el mundo, puedo llegar a
mi casa y sentirme vacío, hacer acciones que van en contra de lo que digo creer, y no sentir ningún
tipo de reparo en ello, y durante la semana afanarme en los detalles del próximo programa, de las
juntas a las que tengo que asistir….

Y aún cuando no tuviese acciones contrarias a lo que creo, aún cuando hiciera las cosas al pie de la
letra, ¿porque llegar a casa y sentir que nada ha cambiado en mi vida?

Porqué pareciera que, si voy o no voy, me conecto o no daría exactamente igual, si oro o no, es lo
mismo, si leo o no me es indiferente….

Conozco ahora que la vida cristiana es algo personal, mi crecimiento espiritual también puede
considerarse algo individual, y hace mucho tiempo me mortificaba el pensar en un Dios que si
pensaba algo ya lo dije y que ya pequé y que Dios me había anotado como pecador, y cuidaba lo
que pensaba de una manera desgastante, pero en el avanzar, en el conocer, en el leer y en el
aprender, me di cuenta que la relación con Dios va más allá de ello.

Y fue ahí mismo que comenzó mi conversión.

Llevo más de 20 años en ese proceso, a veces me siento lejos, a veces cerca, a veces estancado y a
veces que todo fluye, a veces caído y otro amado….

Y déjame decirte algo, esto último es normal. El crecimiento no es algo lineal ni asegurado.

Soy músico y soy obstinado, bastante a veces, y aunque no es cien por cien una virtud, me ha
ayudado en diferentes aspectos de mi vida, hace algunos años ya, entré a una orquesta como
practicante, una amiga me sugirió que hablara con el director de orquesta, le dije que estaba
estudiando y tal, y al final me aceptó, a la semana me dijo que mejor volviera cuando pudiese
tocar…
¿Qué hice? Decidí avanzar, seguí practicando, seguí tocando, seguí pidiendo a Dios que me
ayudara a tocar mejor, que me diese habilidades, y tuve la oportunidad más delante de obtener
recompensas más allá de lo que imaginé. Pero para llegar a ello, el proceso no fue constante ni
lineal, y no importa cuanto me esfuerce por crear vínculos con mis compañeros, no importa
cuanto hable con ellos y escuche sus experiencias, no importa cuanto tiempo lea libros sobre
como tocar, si no agarro mi violín y practico yo, no avanzo.

Y siento que es similar en la vida cristiana en algunos aspectos, en un momento de ella decidí
actuar, decidí avanzar, y no vine aquí a mentirte a veces me tropiezo, sigo, me caigo, sigo… y no
porque soy un líder, si no hago el programa que dirán, si no voy, que van a estar diciendo, si no
porque creo en alguien, creo que es verdad desde mi corazón y desde mi mente, aún cuando la
vida presenta dudas en mí, mi ser todo me dice que necesito seguir hasta el final hasta conseguir
llegar, porque uno sólo persigue algo en lo que verdaderamente cree, y ahí es cuando puedo ser
bastante obstinado, al querer llegar hasta el final, querer ver que en lo que creo es real hoy y el día
que se cumpla, porque no importa cuantos raspones tenga de tantas caídas que tenga, quiero
cada vez que Él me levante, y seguir y seguir….

El proceso de buscar a quien transforma nuestros corazones es largo, y muchas veces se presentan
“atajos”, distracciones y demás que pueden afectar nuestro avance, pero siempre hay una vía para
regresar al camino principal.

Así que no seas tan duro contigo mismo, no te castigues más de lo debido si en el camino
“fracasaste”, recuerda que Dios sabe que humanamente no podemos ser totalmente perfectos, si
no me crees vamos a 1 Juan 2: 1-2

Si la perfección fuese el requisito que se necesita para ser aceptados, la biblia estaría repleta de
hombres y mujeres sin tacha alguna en toda su vida, pero curiosamente pareciera que es a veces
todo lo contrario.

Personajes:

NOE Genesis 9: 18

ABRAHAM Genesis 12, 13, 15, 16, 19

SANSON

DAVID

PEDRO

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