Se debe determinar el tono uterino, la frecuencia, duración e
intensidad de las contracciones y en que momento la gestante nota la intensificación de alguno de estos parámetros. Para que se produzca el borramiento, la dilatación cervical y el descenso de la presentación, se requiere un patrón apropiado de contracciones uterinas. Una contracción normal provoca modificaciones transitorias fisiológicas de la circulaciónútero-placentaria y de la oxigenación fetal. La hiperactividad uterina (taquisistolía y/o hipertonía) puede provocar hipoxia fetal. También puede provocar rotura uterina, si existen factores predisponentes (cicatrices uterinas, malformaciones, desproporción feto-pélvica, etc.). Los parámetros que se consideran para establecer el patrón de contractilidad uterina son: Tono (presión más baja entre las contracciones) Frecuencia (número de contracciones en 10 minutos). Duración (tiempo transcurrido desde el inicio hasta el fin de la contracción). Intensidad (la diferencia entre la máxima presión alcanzada por la contracción y el tono). Para que las contracciones sean percibidas, su intensidad debe sobrepasar un cierto valor (umbral de percepción por palpación). En condiciones normales, el valor promedio del umbral de percepción por palpación es de 10 mmHg por encima del tono normal de la presión amniótica La primera y la última parte de la contracción uterina no son percibidas por palpación abdominal, la duración clínica estimada por este método es menor que la duración real medida por un registro de presión intrauterina. Cuanto mayor sea la intensidad de la contracción, tanto más se endurecerá la pared uterina. Cuando la presión amniótica sobrepase los 50 mmHg, la pared uterina se pondrá tan dura que no podrá deprimirse con el dedo. La primera y la última parte de la contracción uterina no son percibidas por palpación abdominal, la duración clínica estimada por este método es menor que la duración real medida por un registro de presión intrauterina. Cuanto mayor sea la intensidad de la contracción, tanto más se endurecerá la pared uterina. Cuando la presión amniótica sobrepase los 50 mmHg, la pared uterina se pondrá tan dura que no podrá deprimirse con el dedo.