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La mujer como una “fatalidad” para la humanidad

Primero, sería necesario definir etimológicamente qué es la


mujer. Desde la filosofía, al consultar el término mujer nos
encontramos con la siguiente definición: persona del sexo
femenino, mujer que ha llegado a la pubertad o a la edad
adulta. De su casa, la que con diligencia se ocupa de los
quehaceres domésticos y cuida de su hacienda y familia. La
mujer, a lo largo de la historia de la humanidad,
principalmente en la edad media, ha sido vista desde muchas
perspectivas, simplemente reducidas a su sexo, a su capacidad
reproductiva, a las funciones y obligaciones que
supuestamente tienen en el hogar, es decir, a los roles
preestablecidos socialmente y no a sus capacidades en sí
mismas. Es más, se la considera desde el punto de vista
“FATAL”: el género femenino a lo largo de los tiempos
ha generado controversias culturales, y la literatura
nos demuestra que, para el hombre, fue solo una
causante de problemas. Las obras literarias: La celestina
de Fernando de Rojas, el libro del buen amor de Juan Ruiz, y
la selección de algunas fabulas del Conde Lucanor de Don
Juan Manuel, darán a entender a qué se refiere el término
“problemas”, planteando un puro sentido sentimental, más
que otra cosa. Los personajes masculinos de estas obras
reflejaran la ambición que el hombre posee hacia los
personajes femeninos. Pero ¿Por qué culpar a la mujer? ¿No
será el hombre también algo “fatal” para ellas al tratarlas
como un simple objeto de posesión? ¿Por qué el hombre se
obsesiona con la mujer si es considerada como fatal?
La Edad Media (S.V. D.C), la sociedad que estaba ligada a la
religión y al cristianismo, adopta una concepción de la mujer
mostrándola como un mero artefacto que solo funcionaba
para mantener en el tiempo el prestigio social. Para esto,
casaban a las mismas con hombres de la alta nobleza u
hombres que poseían un sustento económico riguroso (vale
aclarar que en este contexto se aprueba la ley de matrimonio).
Comienza a tomar un poco de protagonismo, sin embargo,
seguía sobre las ataduras del hombre y esa noción de “fatal”
no desaparecía; por ejemplo: Y retornando a su relación con la
fatalidad, pero desde la religión cristiana, encontramos en esta
época la historia de Adán y Eva. En la cual se describe a Eva
cómo la responsable de hacer pecar a Adán, dándole de comer
el fruto que Dios les había prohibido. Ocasionando su
descontento, hasta expulsarlos a ambos del edén.

A partir del S. XIV comienza la revolución religiosa, cultural, y


política en la ya desintegrada edad media. La imagen
femenina al igual que todo lo demás, sufre un nuevo cambio o
transformación. El libro del buen amor, escrito por Juan Ruiz,
en contraste presenta trece mujeres con diversas
características, comportamientos y status. Por ejemplo, el
personaje Doña Endrina en un principio posee una
personalidad rigurosa al negarle casamiento a don Melón de la
Huerta. Pero, lo que vale destacar es los pesares que
sufre el personaje masculino al no poder casarse con
esa mujer, llegando a una última instancia ilícita; al tener un
amor desaforado, acude a una bruja, denominada como
trotaconventos para lograr la unión entre éstos: “En el mundo no
hay nada que ame tanto como vos, que peno por vuestro amor: os amo más que a
Dios. No me atrevo a buscar a nadie que medie entre nosotros. Por la gran pena que
paso vengo a contaros mi pesar: el amor y el deseo de vos que me lastima y aflige no
se me quita, no se me va, no me suelta, y más cerca estoy de la muerte cuando más se
aleja”. Un ejemplo claro es la obra "La Celestina" de Fernando
de Rojas, donde encontramos una mujer más liberal en ciertos
aspectos, no apoyada tanto en Dios sino en conjuros y
hechizos. Aquí el personaje principal intercede en los amores
jóvenes y adultos; y llevando a cometer ciertos pecados
impuestos en tiempos anteriores. En una sección de dicho
escrito, Celestina hace tener amoríos a Arusa y a Parmeno,
siendo esta una mujer casada. Y si nos basamos en los diez
mandamientos, uno es "no codiciaras a la mujer de tu
prójimo". Este mandamiento es violado por Parmeno.
Dejando en claro otra vez, que una mujer lleva a cometer un
acto inmoral.

En conclusión, son diferentes las percepciones de la mujer a


través del tiempo. Pero todas coinciden en un punto, siempre
son la causa de infortunios. Aunque debemos ser conscientes
de que no es toda la verdad. Si nos posicionamos desde un
lugar religioso, podemos afirmar también que el sexo
femenino, fue creado para ser un complemento del hombre y
no un ser inferior un claro ejemplo de esto es que Jesús aquel
al que llamaban "cristo" fue el primero que reivindico a la
figura de la mujer allá en el comienzo de los siglos cuando
cierta mujer luego de haber sido descubierta en adulterio, era
condenada a la pena de muerte apedreada por toda la ciudad,
siendo el defensor de la misma.
En pocas palabras, todos tenemos las mismas capacidades, y
nuestro objetivo principal como sociedad es comenzar a
comprenderlo y apreciarlo.

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