Está en la página 1de 12

La Mujer:

Opresión y liberación

Isabel Corpas de Posada*

Como "un hecho evidente", co- la conciencia de su propia dignidad


mo "una de las características de
nuestra época ", consideró Juan su rechazo a ser tratada como obje-
XXIII la presencia de la mujer en to o instrumento
la vida pública. su exigencia de participación plena
en la vida familiar y en la construc-
"Ha adquirido -dice el Pontífi- ción del mundo.
ce en la Encíclica Pacem in Terris-
una conciencia cada día más clara Pero si se habla de promoción,
de su propia dignidad humana. Por no es porque la situación de la
ello no tolera que se la trate como mujer no ha sido siempre promovi-
cosa inanimada o un mero instru- da y porque apenas está adquirien-
mento; exige por el contrario que do una conciencia de liberación?
tanto en el ámbito de la vida do-
méstica como en el de la vida públi- De otra parte, así como su pro-
ca se, le reconozcan los derechos y moción es un hecho, resulta eviden-
obligaciones propios de la persona te, dolorosamente evidente, la situa-
humana" (1). ción de opresión de una inmensa
mayoría de mujeres que aceptan
y en estas palabras del Papa Juan resignadamente o consideran como
XXIII encontramos una síntesis de privilegio su perpetua minoridad, su
la promoción de la mujer: confinamiento al hogar, el que se le
* Magíster en Teololía, Universidad Javeriana. Profesora de Teología Sacramental, Facultad de
Teología, Universidad Javeriana, Bogotá.

(1) JUAN XXIII: Pacem in Terris 41.

ISABEL CORPAS DE POSADA 473


impida ser plenamente persona y se Esta afirmación refleja la concep-
la reduzca a un objeto para el con- ción masculina tradicional de la.
sumo del varón. En síntesis, su mujer: posesión del varón e inferior
inferioridad respecto del varón. a él. Se puede añadir: útero que
procrea, origen de todas las calami-
Estas páginas se suman a todo lo $des, servidora y objeto decorati-
que se ha escrito, se escribe y se vo, según se desprende de las frases
seguirá escribiendo acerca de la de algunos autores célebres citadas
situación de la mujer. Intentan ser a continuación.
objetivas y desapasionadas, libres de
las actitudes de rivalidad y amar-
gura propias de los movimientos Para Aristóteles "la hembra es
feministas. hembra en virtud de cierta falta de
cualidades . . . tiene alma pero no
Tomando como punto de partida en plenitud como el varón" (3).
las palabras de Juan XXIII, voy a Eurípides la consideraba como
referirme a la igualdad fundamental "una cosa cuya tarea es cuidar del
de todos los seres humanos que la hogar y procrear" (4). El código de
sociedad destruye en la relación Manú afirma que "una mujer nunca
varón-mujer, al fenómeno de la debe querer ser independiente" y el
cosificación de la mujer y a la im- judío daba gracias a Dios en su ora-
portancia de su presencia activa ción "por no haberle hecho mujer".
en la historia, para proponer, final-
mente, la liberación de la pareja y es el momento de hablar de
como necesidad impostergable, Eva. Ella, por su débil naturaleza
todo ello después de dar un vistazo fue engañada por Satanás. Pero,
a la forma como la mujer ha sido entonces, por qué Adán se dejó
considerada a lo largo de la historia. seducir por Eva? Este relato bíblico
pinta la situación real de la mujer
Pero vayamos por partes. frente al dominio del hombre que,
para asegurar su papel, la culpa de
1. HISTORIA DE LOS PREJUI- todos los males. Sin embargo, con-
CIOS MASCULINOS viene destacar que en el primer
relato de la Creación dice Dios:
"Desde los primeros días de la "hagamos al hombre a nuestra
sociedad humana -~scribió Stuart imagen y semejanza. . . y lo creó
Mill-- la mujer fue entregada como varón y hembra" (5) y a los dos les
esclava a su dueño, el hombre, sin dio el encargo de llenar la tierra y
oponérsele debido a la inferioridad dominarla: la tierra, no el varón a la
de su fuerza muscular" (2). mujer o la mujer al varón.
(2) MILL, S.J.: La esclavitud de la muJer. Tecnos. Madrid, 1962.
(3) Citado por ANDER EGG, E. y N. ZAMBONI: La muJer quiere tener hiBtorÜJ. En ibid.: Opre.
sMn )1 marginalidad de la muJer en el orden social machista. HumllJÚtas. Buenos Aires, 1972.
p.14.
(4) !bid.
(5) Gen 1,26-27.

474 LA MUJER: O~ESION V LlBERACION


El cristianismo significa un avan- Al igual que el Maestro, el Após-
ce decisivo en la dignificación de la tol Pablo pudo proclamar la igual-
mujer, en especial dentro del mun- dad de los sexos y escribió que
do judío, donde estaba totalmente delante de Dios "no hay esclavo ni
excluída de la vida pública y era señor, no hay hombre ni mujer"
considerada como propiedad del (12) aunque en la práctica aceptara
marido. Recuérdese la Ley del Sinaí la existencia de la esclavitud y pre-
en la cual la mujer es enumerada dicara la sumisión de la mujer como
como una de las pertenencias del hijo de su tiempo que era.
esposo que no han de ser codicia- Sin embargo, para los Padres de
das (6) o la legislación mosaica que la Iglesia las mujeres son las descen-
limitaba al marido la iniciativa de dientes de Eva y fuentes de todo
repudio de la esposa (7). Ciertamen- pecado. La antropología que subya-
te Jesús no intentó cambiar el esta- ce al pensamiento de San Agustín
tuto legal de la mujer pero su com- es androcéntrica y la doctrina acer-
portamiento denota el reconoci- ca de la relación entre el hombre y
miento de la igual dignidad de los la mujer está elaborada unilateral-
dos sexos: admite mujeres entre sus mente desde el punto de vista del
seguidores y acepta su compañía varón, la mujer referida a aquel
(8), dirige la palabra a la mujer que es considerado como el sexo
samaritana a pesar de que ello fuera ejemplar, de donde se desprende
inconveniente para un hombre (9) una cierta identificación entre el
y la primera aparición del Señor hombre de sexo masculino y el ser
Resucitado es a una mujer (10), humano (hamo) (13).
todo lo cual permite concluir "que
Jesús no hizo en su predicación Santo Tomás hereda esta tradi-
diferencia alguna entre el hombre ción y define a la mujer como "un
y la mujer, pues ellas, al igual que hombre frustrado" (definición que
los hombres, deben escuchar la Freud repetirá), considerándola
Palabra de Dios, recibir la salvación simple receptáculo del principio
mesiánica y tomar parte en el Reino vital masculino (14). Y el pensa-
de Dios. En ella Jesús valora lo hu- miento de San Agustín y Santo
mano, la persona, el hijo de Dios" Tomás caracterizará la ulterior
(11). reflexión teológica.

(6) Cf. Ex 20, 10.


(7) CI. Dt 24,1.
(8) Cf. Le 8,12; 10,34.
(9) CI. ln 4,27.
(10) Cf. ln 20,11-18.
(11) SHNACKENBURG, R.: Le meulllle moral du Nouveau Testament PP. 121-123.
(12) Gal 3,28.
(13) BORRESEN, K.E.: Fundamentos antTopo/66lcoB de la relación entre el hombre :Y la mujer en
la teologio cllJBista. CONCILIUM 111 (1976). P. 25.

(14) S. Th. 1,92,1. Citado por Borresen, op. cit.

ISABEL CORPAS DE POSADA 475


Pero no solo en la teología clási- extraña una concepción de la mujer
ca se encuentran signos de esta vi- tan negativa como la de Freud,
sión peyorativa de la mujer: Rous- quien llega a considerar enfermizo
seau propone en el Emilio que las "complejo de castración" o "an-
mujeres "habrán de ser educadas siedad fálica"--- el que la mujer
para soportar el yugo ... para some- reclame igualdad. O estas palabras
terse a la voluntad de los demás (es de una autoridad inglesa en materia
decir, de los hombres) . . . para de educación, sir John Newson:
resultar agradables en su presencia" "quieren ejercer el poder no só.!o a
(15). través del hombre sino por derecho
propio y esto es imposible". O la
El siglo XIX proclama "científi- petición de otro inglés, Leach, en
camente" la inferioridad intelectual 1969 para "acabar con esa forma de
de la mujer, inferioridad que es, educar a las mujeres como a hom-
para Pro~dhon, "orgánica y fatal", bres porque cada vez resulta difícil
prueba de lo cual es que "todo para encontrar personas que se quieran
la mujer se reduce a cuidar de su encargar de los trabajos domésti-
hermosura. Proudhon ignoraba que cos" (18).
la mujer produjese óvulos y sobre
esta base demostraba "cientítica-
mente" tal inferioridad. Pero el 2. IGUALDAD FUNDAMENTAL
culmen del antifeminismo se en- PERO...
cuentra en la frase de Schopenhauer:
"La mujer es un animal de cabellos El ser humano concreto existe
largos e ideas cortas" (16). como varón y mujer. La existencia
específica del hombre se realiza en
dos sexos que se complementan
Engels, en cambio considera la integralmente y se exigen mutua-
dominación masculina como pro- mente. Ser varón o ser mujer equi-
ducto de la opresión económica de vale a ser persona. con determina-
la mujer. Llama a esta situación el das características y peculiaridades
"primer antagonismo de clases" cada uno, pero fundamentalmente
pues "el hombre es en la familia iguales en cuanto a su dignid~d,
el burgués, la mujer representa en iguales en cuanto a sus deberes y a
ella al proletario" (17). sus derechos. Es decir, que por ser
personas son idénticos. Y esto es lo
y en pleno siglo XX, paralela- fundamental. Pero también que
mente con el pulular de movimien- son portadores de ciertas notas
tos de liberación femenina, resulta distintivas. Marañón escribió al

(16) Citado por FIGES. E.: Actitudes patriarcales_ Las mujeres en la sociedad_ Alianza Editorial.
Madrld. 1972. p.
(16) Citado por ANDER EGG. E.: oP. cit. p. 23.
(17) ENGELS. F.: El origen de la familia, la propiedad priuada)' el Estado. Editorial Ayuso. Madrld.
1972. p. 74.
(18) Citado por FIGES. E.: op. cit. p. 34.

476 LA MUJER: OPRESION y LlBERACION


respecto: "No son los dos sexos tinción de funciones y de roles, con
superiores ni inferiores el uno al lo cual la pretendida igualdad no
otro, sino distintos" (19). pasa de ser palabrería. Y la mujer
continúa en situación de inferiori-
De allí la necesidad de andar dad y dependencia.
con tiento al hacer definiciones
de los tipos masculino y femeni- Se hace la definición de los tip,os
no o al encasillarlos de acuerdo masculino y femenino y se encasi-
con su funcionalidad o al caracte- llan de acuerdo con su funcionali-
rizarlos según arquetipos determi- dad. O se caracteriza al hombre y la
nados. Esta práctica, por lo demás mujer según arquetipos determina-
generalizada, significa confundir el dos y preestablecidos.
efecto con la causa, pues en su
mayoría los caracteres que se atri- Esta práctica, por lo demás muy
buyen a cada uno de los sexos de- generalizada, significa confundir el
penden primordialmente de condi- efecto con la causa, pues en su ma-
cionamientos sociales y culturales. yoría los caracteres que se atribu-
Significa, también, canonizar la yen a cada uno de los sexos depen-
desigualdad que conlleva la depen- den primoridalmente de condicio-
dencia de un sexo frente al otro y la namientos sociales y culturales. Sig-
opresión del más fuerte sobre el nifica, también, canonizar la desi-
más débil: o mejor, del más pode- gualdad que conlleva la dependen-
roso sobre el que tradicionalmente cia de un sexo respecto del otro
ha estado sometido. y la opresión del más fuerte sobre
el más débil: o mejor, del más
De otra parte, la experiencia dia- poderoso sobre el que tradicional-
ria está indicando que si bien se mente ha estado sometido.
proclama la igualdad fundamental
de los dos sexos y la consiguiente y esta situación de desventaja y
igualdad de derechos de todo ser marginalidad no se puede justificar
humano, hay discriminación en la por ninguna razón biológica o sico-
teoría y en la práctica. lógica, tal como lo proponen las
tablas comparativas de Huschke o
N o es necesario detenerse en la las de Bischoft que declaran la infe-
discriminación que sufre la mujer rioridad rotunda del intelecto feme-
en lo jurídico, lo laboral, lo econó- nino.
mico o lo sexual. Más bien vale la
pena mencionar algunas afirmacio- Lo que sí es posible afirmar es
nes referentes al comportamiento que las diferencias características
masculino y femenino que indican del hombre y la mujer -parte de lo
claramente una discriminación de biológico -, lo que se considera
un sexo respecto del otro. específico del comportamiento de
cada sexo se explica por los condi-
Se afirma, por ejemplo, que la cionamientos sociales y culturales.
diferenciación biológica implica dis- Que la sociedad impone un modelo

(19) Citado por GALINO, Ma. de 108 A.: La mujer de hoy. En Comentarios a la Encíclica Pacen in
TelTÍB. BAC. Madrid, 1963.

ISABEL CORPAS DE POSADA 477


de mujer y un modelo de varón a histórico o en una determinada
los que uno y otro tienen que con- cultura se considera típicamente
formarse. femenino, en otra cultura o en otra
época no lo es.
Así, desde tiempos inmemoria-
les ha existido el mito de la femini- y este es el "mito": creer que la
dad. Según éste, la mujer debe ser mujer es así por ser mujer y no por
dedicada, suave, dócil, sensible, ser producto de una educación y
abnegada. . . Además de emotiva, un influjo social aplicados a su desa-
pasiva, superficial, coqueta. Y mu- rrollo, desde su primera infancia.
chos tratados de sicología hacen Así, la mujer se adapta a una ima-
depender estas características de su gen que le propone su cultura. No
misma naturaleza, llegando incluso es ella misma sino lo que debe ser.
a afirmar que la anatomía determi-
na la vida de la mujer. Las ideas de Evidentemente la mujer es más
Freud sobre la sicología femenina intuitiva que lógica. Pero no se le
parten del supuesto básico de que la dice desde pequeña que el objeto
función de la mujer consiste en de su vida es el amor? Y mientras al
permanecer en casa, mostrarse pasi- niño le regalan un mecano que desa-
va en relación con el varón, pro- rrolla su inteligencia a la niña le dan
crear y criar hijos. una muñeca que estimule su instin-
to maternal.
No se dan cuenta de que el papel
a jugar por el sexo resulta determi- Es suave y delicada porque desde
nado por condicionamientos am- los primeros años le han enseñado
bientales? No se han detenido ~ \ a que eso es ser femenina y que
observar que los niños y las niñas , cuanto más indefensa aparezca más
tienen una idea muy clara del pape J' halaga al varón. Es pasiva, abnega-
de los sexos en la sociedad y que s ( da, dócil, porque se le educa para
adaptan a esta idea antes de poseer no ser ella misma sino para vivir
una noción real de las diferencias para los demás: porque dominar es
genitales? Más aún, no han tenido lo propio del varón y ella acepta
en cuenta que si bien los niveles de sumisamente su rol. Es coqueta. Le
hormonas masculinas y femeninas gusta agradar. Pero qué otra cosa
no difieren significativamente antes puede hacer si tiene que conquistar
de la pubertad, los niñitos se portan al hombre ya que su único destino
de manera muy distinta de las niñi- es casarse? De qué otra manera
tas de su misma edad? No se han! puede actuar si ha sido educada
fijado que se crea antes una mujer para atraer al hombre y para satis-
o un varón que una persona? No facer sus necesidades y si sicológi-
habrán reflexionado en que cada camente se la hace depender de su
individuo es producto de una tras- aprobación o desaprobación? No se
misión genética y de una trasmisión diga entonces que forma parte del
cultural, y que por ser libre, en el carácter femenino esa dependencia
hombre lo genético no impone una sicológica de la aprobación social
conducta? A lo mejor tampoco han como muchos científicos lo propo-
notado que lo que en un momento nen.

478 LA MUJER: OPRESION y LIBERACION


~ Lo que sucede es que vivimos en de "macho": violento, agresivo,
una sociedad pensada por hombres, fanfarrón, explotador. Y afirmar su
por varones, y para varones. Conse- superioridad intelectual a toda cos-
cuencia: una mujer hecha a la me- ta. y demostrar su actividad e ini-
dida del hombre, es decir, a la me- ciativa en todos los campos. Pero
dida de sus necesidades. Y para ello no es la naturaleza masculina la
se educa -'Se condiciona-- a la mu- que determina este comportamien-
jer. Refiriéndose a la educación de to sino la cultura la que lo condi-
la mujer Rousseau proponía: "re- ciona. Desde niño, le han dicho que
sultar agradables en su presencia "un hombre no llora" y que tiene
(la del varón), ganar su amor y su que reprimir todo sentimiento por-
respeto, instruirlo durante la niñez, que eso es "de mujeres". Se le han
servirlo cuando es adulto, aconse- estimulado las manifestaciones de
jarlo y consolarlo, hacer su vida violencia y agresividad como pro-
agradable y feliz: tales son los debe- pias del "macho". Se le ha propi-
res de la mujer en todo tiempo y ciado el desarrollo de su inteligen-
así se ha de educar a la joven" (20). cia y de su capacidad creadora. Se
le ha hecho sentir "el amor" que
El mito de la feminidad llega merece ser servido por la mujer.
incluso a hacer que la mujer consi-
dere su situación como un privile-
gio y se recalca que la mujer es y las mujeres, consciente o in-
femenina porque admite y aun exi- conscientemente, refuerzan el en-
ge su servidumbre. Esto es normal: greimiento masculino: lo hacen
siempre que hay un opresor hay un sentir superior, le admiran toda
oprimido y aquel trata de hacer de demostración de fuerza física o de
la situación de éste un privilegio. dominio, contribuyen a que el hom-
También a este respecto Rousseau bre no sea él mismo sino una repro-
escribió: "habrán de ser educadas ducción del modelo de macho que
para soportar el yugo desde el prin- la sociedad impone.
cipio, para que no lo sientan" (21);
y sus ideas no distan mucho de las Porque los supuestos y prejui-
del educador inglés ya citado: "al cios de inferioridad de la mujer se
hablar con una muchacha conviene introyectan tanto en la conciencia
no asustarla acerca de sus deberes masculina como femenina, hacién-
sino mostrarle que esos mismos de- dose difícil discernir cuál es la
beres constituyen la fuente de sus verdad y cuál la mitificación de la
placeres" (22). supuesta inferioridad. Y el mito
sigue retroalimentándose y recreán-
El mito de la feminidad lleva dose en un círculo vicioso de alie-
consigo el mito de la virilidad. El nación de los individuos de uno y
hombre debe mantener su imagen otro sexo.

(20) Citado por FIGES. E.: op. cit. P. 31.


(21) Citado por FIGES. E.: Op. cit. p. 107.
(22) Citado por FIGES. E.: Op. cit. p. 33.

ISABEL CaRPAS DE POSADA 479


Esta situación de opresión y mar- su dignidad e igualdad fundamen-
ginalidad de la mujer es reconocida tal, el "otro" ya no es tratado ni
por los Obispos del continente considerado como persona sino
como resultado de los condiciona- como una cosa que se usa y que,
mientos socioculturales, a la vez naturalmente, se puede comprar
que denuncian el incremento de la con dinero.
prostitución femenina (23), el in-
cumplimiento o evasión de las Basta mirar a nuestro alrededor
leyes que en el sector laboral prote- para cerciorarnos de esta realidad
gen a la mujer (24) y la explota- y para admitir que las relaciones
ción de la que ella es objeto. varón-mujer son cosificantes, aún
Afirma el Documento de Puebla más que las que surgen entre el
que "a la conocida marginación de patrono y el trabajador.
la mujer consecuencia de atavismos
culturales (prepotencia del varón, El hombre usa a la mujer-cuan-
salarios desiguales, educación defi- do no abusa-- y considera que tiene
ciente, etc.) que se manifiesta en su derechos sobre ella porque para eso
ausencia casi total de la vida polí- la ha comprado. No ~ólo en el caso
tica, económica y cultural, se agre- de la prostituta. También compra a
gan nuevas formas de marginación la esposa, rodeándola de comodida-
en una sociedad consumista y hedo- des o, sencillamente, dándole di-
nista. Así se llega al extremo de nero.
transformarla en objeto de consu-
mo, disfrazando su explotación y la mujer también usa al varón.
bajo el pretexto de evolución de los Lo halaga para conseguir lo que
tiempos (por la publicidad, el ero- ella quiere. Lo hace sentir podero-
tismo, la pornografía, etc.)" (25). so mientras realiza su voluntad: la
Sin embargo, llama la atención que de ella.
a la par que el Documento procla-
ma la igualdad de los sexos dedi- Aunque resulta ciertamente exa-
que exclusivamente a la mujer trece gerada la teoría de Ester Vilar en su
de los mil trescientos diez parágra- libro "El Varón Domado" cuando
fos. Sería que en los demás sola- afirma que "las mujeres hacen que
mente se refiere al varón? los varones trabajen para ellas, pien-
sen por ellas, carguen con todas las
3. MUJER-OBJETO responsabilidades" (26), o cuando
define al varón como un ser huma-
Cuando las relaciones entre los no que trabaja "para alimentar a su
indIviduos no están basadas en el mujer y a los hijos de su mujer"
respeto y en el reconocimiento de (27) mientras que la mujer es un

(23) Cf. Puebla 835.


(24) Cf. Puebla 836.
(25) Puebla 834.

(26) VILAR, E.: El varón domado. Ediciones Grijalbo. Buenos Aires, 1973. p. 32.
(27) Ibid. p. 21.

480 LA MUJER: OPRESION V LIBERACION


hombre que no trabaja o que sólo cer que se puede usar sin compro-
trabaja un par de horas y el resto miso, es objeto que la sociedad usa
del día lo dedica al ocio. a su antojo, que se usa y se bota. Es
un objeto desechable como tantas
Diametralmente opuesta es la otras cosas que emplea la sociedad.
teoría de Hannelore Schutz en su
libro respuesta al de Ester Vilar.
Dice la autora de "La hembra Do- Esta situación es denunciada por
mada" que los varones "amaestran el Episcopado Latinoamericano en
a las mujeres hasta que aprenden el parágrafo anteriormente citado
sus papeles y no hacen ya nada más (29). Pero también los Obispos
que lo que resulta beneficioso para reconocen como "signo positivo" y
ellos" (28). como "auténtico signo de los tiem-
pos" la promoción humana de la
Las dos concepciones -varón do- mujer (30), promoción que consiste
mado o hembra domada - están -para el Papa Juan XXIII- en
delatando una relación alienada y que ella "no tolera que se la tra-
alienante en lugar de personal y te como cosa inanimada o un mero
instrumento" (31). Sin embargo la,
personalizante como debería ser realidad indica que apenas una mi-
toda relación entre seres humanos. noría ha logrado superar los atavis-
mos culturales que consagran su
Por otra parte, la sociedad de inferioridad y marginalidad.
consumo usa a la mujer como
objeto que sirve para vender y para
comprar. Basta fijarse en la propa-
ganda que los medios de comunica-
ción ofrecen: un cuerpo femenino 4. PARTICIPACION DE LA MU-
sirve para vender tuercas o baterías, JER EN LA CONSTRUCCION
cosméticos o productos para el DEL MUNDO
hogar. Y la mujer-objeto-erótico
acepta ese papel, fuente inagotable De acuerdo con la imagen tradi-
de ingresos para las industrias. Ella cional, "ella" es la reina del hogar
compra y es la principal consumi- y "el" es el amo del mundo. Pero
dora. Ella vende. E incluso se ven- ni él ni ella pueden intervenir en
de. Pero no como una vulgar prosti- el dominio propio del otro. Goethe
tuta sino con cierto "savoir-faire" y proclamaba este tratado de límites
con el beneplácito de la misma cuando escribió: "El mundo es la
sociedad que la consume: es objeto casa del hombre; la casa es el mun-
sexual apetecible, es objeto de pla- do de la mujer" (32).

(28) SCHUTZ, H. y U. Von KARDORFF: La mujer domada. Editorial Grijalbo. Barcelona, 1973.
p.72.
(29) Puebla 834.
(30) Puebla 847.
(31) Pacen in Terris 41.
(32) Citado por ANDER EGG, E.: Op. cit. P. 74.

ISABEL CORPAS DE POSADA 481


Tal estado de cosas ha dado por transformación de la sociedad; el
resultado un hogar huérfano de valor del trabajo en la mujer no
padre y un mundo huérfano de debe ser solamente satisfacción de
madre, un hogar donde la figura necesidades económicas, sino ins-
paterna se reduce a suministrar trumento de personalización y
dinero y un mundo hecho a imagen construcción de la nueva sociedad"
y semejanza del varón sin la influen- (33).
cia humanizadora de la mujer, un
hogar del cual sólo es responsable la y a ello está llamada la Iglesia,
mujer- y casi siempre excesivamen- "a contribuir en la promoción
te responsable- y una sociedad humana y cristiana de la mujer
pensada por hombres y para hom- ayudándole así a salir de situaciones
bres de la cual la mujer está ausente. de marginalidad en que pudiera
Pareciera como si el origen de encontrarse y capacitándola para su
este tratado de límites se hallara en misión en la comunidad eclesial y
la identificación de trabajo y pro- en el mundo" (34).
ducción - producción de dinero- y
no como el aporte personal de todo
individuo, varón o mujer, en la 5. LlBERACION y FALSA LlBE-
sociedad. Por esta razón el trabajo RACION
de la mujer en el hogar ha sido
minusvalorado porque no produce Ser mujer equivale a ser persona.
sino que, más bien, consume. Ser varón equivale a ser persona.
Mientras que el del hombre es la Ser mujer o ser varón son maneras
fuente principal de ingresos de la concretas de existir. y de realizarse
familia. como seres humanos. Ambos tienen
que encontrarse a sí mismos como
Esta dependencia económica es forma única de personalización y
causa de que la mujer en el hogar de liberación: no es libre el que
y en la sociedad sea un objeto tiene que cumplir necesariemente
pasivo, jamás consultado en la algo que le es impuesto. Y esta es
toma de las decisiones. la situación real de la pareja: no son
ellos mismos sino que representan
La forma única de superar este el papel que la sociedad les impone.
estado de cosas es que la mujer Ambos están alienados en una rela-
tome conciencia de que debe asu- ción falseada.
mir las funciones dentro del hogar y
las responsabilidades que el mundo Si .en vez de tantos movimientos
le ofrece, como una persona adulta de liberación femenina se pensara
que tiene que hacerse valer por su en uno de liberación de la pareja,
capacitación y no por el mero he- se estaría dando un paso hacia un
cho de ser mujer; que está obligada encuentro pleno, armonioso y libre
a participar con el hombre en la del varón y la mujer.

(33) Puebla 848.


(34) Puebla 849.

482 LA MUJER: OPRESION y LIBERACION


Si en lugar de agitar las banderas falsa liberación, porque se cae en
del feminismo con consignas de una nueva forma de alienación.
revancha, se intentara romper los
moldes tradicionales varón-mujer, La verdadera liberación tiene que
se estaría avanzando hacia nuevas ser de la pareja, partiendo de la
formas de convivencia y realización promoción de ambos, sin dejar de
personal, social, familiar, conyugal ser, cada uno, varón o mujer y
y política. aceptando su propia originalidad.
La ingenuidad de los movimien-
tos feministas es que en su actitud Sin embargo parece que la mujer
de revancha han caído en el error sí necesita ser promovida. Es decir
de querer ser como el varón y que descubra que "ser mujer no es
asumir sus patrones de comporta- renunciar a ninguno de los valores
miento. Han sido víctimas del fenó- auténticamente humanos y esto
meno que se presenta cuando el porque ser mujer no es sino la ma-
oprimido se rebela: adopta los nera específicamente femenina de
mismos vicios de opresor. realizar la humanidad" (35); nece-
sita dejar de ser mujer-objeto para
Usurpar el lugar del varón no convertirse en sujeto de' su propio
es liberación. Intentar ser un mero destino y del destino de la humani-
"doblaje" de aquél tampoco es libe- dad; hace falta que ella participe en
ración. Y muchos ridículos se han la tarea de dirigir la sociedad y
hecho en aras de tal "liberación", hacer la historia.

BmLIOGRAFIA SOBRE LA SITUACION DE LA MUJER

AMEZUA, E.: Sexualidad:v pareja. MISION ABIERTA 3 (1976). p¡t. 35-41.


ANGULO, A. et al.: La mujer Colombiana: Presente :v Futurp. Anali-CIAS. JuBo 26/74. Bogotá.
ARIZABALETA de García, M.T.: Machsimo: La Mujer en la Comunidad Capitalista. Magazín Domi-
nical El Espectador. Abril 28/74. Bogotá.
AUBERT, J. M.: La Mujer. Antifeminismo :v Cristianismo. Herder. Barcelona, 1976.
BEAUVOIR, Simone: Le Deuxieme Sexe. GaJUmard. París, 1955.
BOFF, L.: Visión Ontológico-Teológico de lo Masculino :v lo Femenino. SELECCIONES DE TEOLO-
GIA. 57 (1976) pp. 14-20.
BORG01i:rO, M. et al.: Sexualidad:v Moral Cristiana. Celap-Herder. Barcelona, 1.972.
BORRESEN, K.E.: Fundamentos antropológicos de la Relación entre el Hombre :v la Mujer en la Teo-
logia Clásica, Concllium 111 (1976) Pp. 25-40.

CABODEVILLA, J.M.: Hombre :v Mujer. BAC. Madrid, 1960.


CENCLLO, L.: Alienación, Frustración :v Libertad de la Mujer. MISION ABIERTA 3 (1976). pp.'
~2-39.

CORCUERA, M.T.: Algunos Elementos Psicológicos de la Sexualidad. En BORG01i:rO, M. et al.:


Sexualidad :v Moral Cristiana. Celap-Herder. Barcelona, 1972.

(35) GALINO, Ma. de los A.: op. cit. P. 228.

ISABEL CORPAS DE POSADA 483


DOCUMENTOS. Cristianismo y Liberación Femenina. Exhortación Pastoral de la Conferencia Episco-
pal Colombiana. XXI Asamblea Plenaria. 1975. Directorio Pastoral Familiar. pp. 161-174.
DOMS, Herbert: Bisexua/idad y Matrimonio. Mysterium Salutis 11, 11. Ediciones Cristiandad. Madrid,
1969. PP. 795-802.
SUSSEL, E.: HaciD una MitOlogía de la Feminidad de la Mujer, ser oprimido. En ANDER EGG, et al.:
Opresión :v Marginalidad de la mujer en el orden social machista. Humanitas Buenos Aires,
1972. PP. 175-206.
ENGELS, Federico: El Origen de la FamiliD, de la propiedad privada y del Estado. Editorial Ayuso.
Madrid, 1972.
FIGES, Eva.: Actitudes patriDrcales. Las mujeres en la sociedad. Alianza Editorial. Madrid, 1972.
FLORENZA, E.: Presencia de la mujer en el primitivo movimiento cristiDno. Concilium 111 (1976).
pp. 9-24.
GALINO, Ma. Angeles: La mujer de hoy. Comentarios a la Encíclica Pacem in Terris. BAC. Madrid,
1963. PP. 218-236.
GISSI, J.: Mitología de la Feminidad. En ANDER EGG, E, et al.: Opresión y marginalidad de la mujer
en el orden social machista. Humanitas. Buenos Aires, 1972. PP. 125-174.
HARRISON, B.: Impacto de la IndusfriD/ización sobre el cometido social de la mujer. CONCILIUM
III (1976). pp. 101-116.

JUAN XXIII: Endclica Pacem in Terrls. BAC. Madrid, 1963.


LECLERCQ, J.: La mujer hoy y mañana. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1968.
LEON-DUFOUR, X.: Vocabulario de Teología Bíblica. Herder. Barcelona, 1967.
LESSA, M.: La mujer en los movimientos eclesiales en Latinoam~rlca. CONCILIUM 111 (1976). pp.
132-135.
LONDOJll'O, O.: La mujer, otro oprimido. Lecturas Dominicales. El Tiempo. Bogotá, Mayo/74.
McLAUGHLIN, E.: Mujer y herejía en la Edad Media. CONCILIUM 111 (1976). PP. 78-100.
MEJIA DUQUE, Jaime: Feminidad y sert·idumbre. Lecturas Dominicales El Tiempo. Bogotá, Mayo
6/73.
MORAES, Dom: Machismo. Magazín Dominical El Espectador. Bogotá. I Marzo 24/74, 11 Abril 21/74.
PAZ MEDINA, Francisco: Machismo: Androcracia de las hembras, ginecocf'ncia de 108 machos. Maga-
zín Dominical El Espectador. Bogotá, Mayo 12174.
RANDALL, Margaret: Examen de la opresión y la liberación de la mujer (un problema de la sociedad).
Servicio colombiano de comunicación social, No. 19. Bogotá, Abril 19173.
RES TREPO, J. D.: La mujer mlnidimensional. FAMILIA 199. Mayo, 1970.
SALDIAS, A.: La sociedad machista. Magazín Dominical El EsPectador. Bogotá, Abril 28/74.
SCHUTZ, H. y U. Von Kardorff: La mujer domada. Editorial Grijalbo. Barcelona, 1973.
STUART MILL, J.: La esclavitud de la mujer. Tecnos, Madrid, 1962.
THIBAULT, O.: La pareja. Ediciones Guadarrama. Madrid, 1972.
VAN LUNEN CHENU, M.T.: La Iglesia ante el feminismo. CONCILIUM IJI (1976) PP. 136-147.
VELA, L.: La relación varón· mujer. MISION ABIERTA 3 (1976). pp. 3()"34.
VILAR, E.: El varón domado. Ediciones GrÜalbo. Buenos Aires, 1973.
YAJIl'EZ, A.T.: DiDgnóstico de la situación de la mujer en el momento actual. En ANDER EGG, E.
et aL: Opresión ). marginal/dad de la mujer en el orden social machista. Humanitas. Buenos
Aires, 1972. PP. 87-124.

484 LA MUJER: OPRESION y LIBERACION

También podría gustarte