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Filología Hispánica
Docente
Universidad de Antioquia
Febrero 2020
La “causa feminista” en la obra de Chaucer
Simone de Beavoir
En la Antigua Grecia, las mujeres no eran consideradas ciudadanas; esto implicaba que no
tuvieran derechos y estuvieran en una posición de desventaja frente aquellos hombres que
sí eran considerados ciudadanos. Las funciones de la mujer en la sociedad griega se
reducían entonces a procrear y servirle al marido o al dueño del hogar. Para colmo, la
homofilia griega agudizaba su situación, pues convertía al ‘amor heterosexual’ en tabú y a
la esposa, en una simple máquina de reproducción. Luego con la llegada de los romanos, la
situación de la mujer mejoró un poco. Los romanos promovían la libertad sexual y muchos
de ellos simpatizaban con las relaciones de carácter bisexual. El ‘amor heterosexual’ dejó
de ser un tabú y aunque las mujeres según la ley todavía eran consideradas inferiores y no
podían participar en política ni ejercer cargos públicos, sí gozaron de cierto tipo de
beneficios o libertades a los que las mujeres griegas jamás pudieron acceder.
Si el placer sexual estaba prohibido para el hombre, la prohibición debía ser más férrea para
la mujer. En consecuencia, una obra disruptiva como la de Chaucer, donde se hablaba
abiertamente de sexo, placer, libertinaje, tuvieron que causar un fuerte impacto en la
sociedad medieval. Y más, teniendo en cuenta, que de esos actos sexuales, de esa obtención
del placer, las mujeres, por supuesto, no quedaban excluidas. Quisiera reducir mi análisis al
Prólogo de la viuda de Bath, donde el escritor logra llevar al paroxismo esa irrupción de los
códigos morales impuestos por el clero en el medioevo para regular (dirigir) la conducta
sexual. ¿Qué pasaba por la mente de Chaucer para atreverse a crear un personaje femenino
que no se sonrojaba al hablar de sus travesuras sexuales ni tampoco mostraba ningún tipo
de arrepentimiento al admitir que había tenido cinco esposos, estaba en la búsqueda del
sexto y a cada uno de ellos lo había utilizado para satisfacer no sólo sus necesidades
sexuales, sino también, económicas?
Una respuesta a esta pregunta puede hallarse en el contexto en que se desarrolló parte de la
vida de Chaucer y otros tantos escritores, poetas y artistas de toda clase de la época: la peste
negra. En efecto, tanto la obra de Chaucer como el Decameron de Bocaccio, fueron
concebidas durante la peste que asoló a Eurasia. Ante la crueldad e indiferencia de Dios,
ante la inminencia de la muerte, no es de extrañar que las personas tomaran una actitud de
desparpajo y liberación. Como el clero y las autoridades estaban preocupados por
sobrevivir, las personas no tenían quién las controlara, podían desfogar sus más oscuras,
secretas y pecaminosas pasiones. Habían sido abandonadas por Dios y sus representantes
en la Tierra, ahora sólo quedaba abandonarse también a las pasiones. Así que no supone
una sorpresa que las obras concebidas en esa época también dieran rienda suelta a la
liberación del hombre y que temas antes prohibidos o invisibilizados, pudieran ser narrados
sin el temor de caer en la hoguera o la máquina de torturas.
Pero, al menos en Chaucer, también hay un acto preventivo, una lavativa de manos muy a
la Herodes. Una vez Chaucer nombra a los peregrinos que se dirigen hacia Canterbury,
previene a sus lectores sobre el contenido y el lenguaje que se utilizará en su obra. Esa
prevención es arrojada antes de que el hostelero propusiera que todos los viajeros contaran
dos historias en el viaje de ida y dos en el de vuelta a la ciudad, más los detalles del premio
que recibiría quien narrara las mejores y de las penitencias que debería pagar quien no se
arriesgara a participar.
De esta manera, Chaucer logra prevenir no solamente futuras represalias en su contra por
parte del clero y los ciudadanos que todavía seguían acatando los dogmas y preceptos de la
Iglesia, sino que además, logra restarle importancia a los actos de rebeldía y desenfreno que
van a ser narrados para que su obra sea tomada como una especie de sátira, como una obra
más de humor que de un verdadero rechazo a los principios morales implantados por la
religión cristiana. No podemos pues responder con exactitud qué pasaba por la mente de
Chaucer, pero sin duda alguna, podemos advertir que debió haber existido en él un
inconformismo con el sistema social y moral de su época, ahora bien, ¿ese inconformismo
se manifiesta en el plano de lo feminista? ¿Es el Prólogo de la viuda de Bath un texto con
tintes feministas? ¿Es Chaucer un adelantado a su época que consigue poner de manifiesto
la problemática del sistema patriarcal presente en la sociedad medieval o sólo es un
satírico que busca burlarse en su obra de toda norma o comportamiento social
preestablecido?
Antes de entrar en detalle sobre estos aspectos, es importante aclarar qué se entiende
cuando se habla de feminismo. Por un lado, “se hace referencia al movimiento que surge
ante la necesidad de actuar sobre un arraigado conflicto, que atraviesa a la sociedad,
determinado por el hecho de nacer mujer o varón” (Montero, 2006, párr.1). Es decir, se
habla de un movimiento político y social que busca un principio de igualdad entre hombres
y mujeres, que un sexo no determine las oportunidades que una persona pueda tener en
cualquier ámbito. Por otra parte, el feminismo es también un pensamiento crítico.
Sin duda alguna, la viuda comparte esa lucha feminista de romper con los estamentos del
sistema patriarcal de la época y a su modo, se abre paso por el mundo, logra vencer las
barreras impuestas por su sexo, subvierte los códigos normativos y morales de la sociedad
medieval y desarticula los discursos y prácticas que intentaban legitimar la dominación del
hombre teniendo un pensamiento crítico y una actitud contraria a la impuesta por el
sistema. No obstante, ciertas acciones en su comportamiento, parecen representar todo lo
contrario a una lucha del tipo feminista. Si miramos a este personaje desde un ángulo
distinto, podemos pensar que en realidad se trata de una creación irónica masculina (…) y
que la protagonista transmite un mensaje anti-feminista. Si exploramos su personalidad
liberal y sexual, la esposa nos desvela que su principal motivo para casarse es el dinero y el
bienestar (Arboleda Guirao y Mediero Durán, 2013). ¿Un personaje tan mezquino y
manipulador, como podría ser el defensor de una causa noble como la feminista?
Además, también hay que recordar que su último marido la maltrataba física y
psicológicamente, incluso, tuvieron una disputa donde ella quedó sorda de un oído a causa
de un golpe que él le propinó. Aunque la viuda consigue vencer al sistema patriarcal por un
lado, por el otro, se rinde ante su fuerza; su lucha, más que una lucha feminista, es una
lucha por el poder, una lucha que al final termina perdiendo cuando sacrifica su felicidad y
placer por el dinero o cuando sacrifica su dignidad por un hombre que la maltrata. ¿Un
personaje tan “subordinado” cómo podría ser el defensor de causa alguna?
En conclusión, aunque Chaucer se atreve con sus personajes a romper ciertos esquemas
establecidos por un sistema clerical ajeno a los deseos y pasiones del hombre, su obra no
deja de ser más que una “mera sátira” y no constituye una verdadera crítica que reivindique
a la mujer del medioevo. Chaucer al ser hombre, es un privilegiado del sistema, por lo
tanto, ni él es un defensor de la causa feminista ni su obra es una iniciadora de la lucha
contra el patriarcado. La obra de Chaucer es y seguirá siendo fundamental para la literatura
y debió haber causado un fuerte impacto en la sociedad medieval, pero no creo que haya
sido en verdad relevante para el feminismo. Probablemente, el Prólogo de la viuda de Bath
consiguió que muchas mujeres se vieran representadas con el personaje y tal vez, inspiradas
para combatir contra el dominio de sus maridos, pero la obra, evidentemente, aún no era lo
suficiente “madura” para promover una verdadero movimiento feminista y la lucha debió
haberse reducido al plano de lo subjetivo. Asimismo, la prevención que arroja Chaucer
antes de que los personajes cuenten sus historias y el tono de burla con el que éstas son
narradas, matiza cualquier intento de subversión por parte de sus lectoras o de querer
derrocar al sistema patriarcal a punta de pecados. Bueno, de este último punto, quizás no
esté tan seguro.
Referencias bibliográficas
Carceller, A. (2013). La mujer en la Edad Media. Los ojos de Hipatia. Recuperado de
https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/la-mujer-en-la-edad-media/#:~:text=La
%20figura%20de%20la%20mujer,un%20var%C3%B3n%20en%20la%20casa.
Arboleda Guirao, I. de J. y Mediero Durán, M.E. (2013). Alison, una figura femenina
controvertida. Prólogo de la esposa de Bath en los cuentos de Canterbury, de Geoffrey
Chaucer. Cartaphilus. Revista de Investigación y Crítica Estética . Recuperado de
https://digitum.um.es/digitum/bitstream/10201/38806/1/Alison%2C%20una%20figura
%20femenina%20controvertida.pdf